José Galiño fue nuestro ángel de la guardia sonoro los útimos veinte años. A cargo del archivo de sonido del ICAIC, lo sabía todo acerca de la música cubana, desde Sindo Garay hasta Leo Brouwer y Edesio Alejandro, pasando por los himnos revolucionarios de los años 60. Nos guiaba cada vez que necesitábamos dar con una banda sonora, y nos sacaba de apuros cuando alguna grabación en video tenía problemas de audio. Durante todo ese tiempo fue el editor de sonido de los paneles de Último Jueves. Un día le llevamos el video de un panel que habiamos presentado en un canal de TV, rechazado «por problemas de sonido.» Se sonrió y nos explicó lo que pasaba realmente. Había vivido la intrahistoria del ICAIC y la cultura cubana desde 1963. A pesar de su papel descollante en el cine cubano, del peso de su autoridad y dominio, siempre estuvo ahí para ayudar, desinteresado y modesto. Su aprecio por el trabajo de Temas fue un reconocimiento y un privilegio incomparables. Gracias, Galiño, por esa huella que no se borrará.
De cómo investigábamos en el Departamento de Filosofía y en la revista Pensamiento Crítico
"Comentaré aquí cómo los miembros del Departamento de Filosofía y de la revista Pensamiento Crítico emprendimos investigaciones sociales concretas sobre la...
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