Además del universo de los recursos productivos, las mercancías y el consumo, la economía política también explica las relaciones sociales, a la vez que expresa el estado del pensamiento y la cultura. En este territorio, quizás como en ningún otro, las viejas respuestas han sido sobrepasadas por nuevos problemas, que exigen un discernimiento no tecnocrático ni ceñido a un formulario de categorías aprendidas.

De ahí la emergencia (y urgencia) de un nuevo pensamiento que avance sobre problemas tan complejos como los del mercado y la equidad; las implicaciones de la globalización; las reformas y transformaciones estructurales; las tensiones entre metas sociales, condiciones de empleo y racionalidad empresarial, e incluso zonas más particulares, pero también cargadas de significación para pensar el desarrollo, como la agricultura alternativa.

Economistas, sociólogos, especialistas en medio ambiente, ofrecen un muestrario, aunque breve, revelador de esos avances y nuevos rumbos.