domingo, 13-10-2024
Este texto obtuvo Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la modalidad de Humanidades. “Con su lógica autonomía, al ritmo del país ha vibrado el teatro. Al mismo tiempo, desde distintos referentes ideológicos, técnicos y estéticos, la escena intenta descubrir el alma y los contornos de la Isla. Frente a ese mar de conflictos en que navega Cuba y su teatro [en los años 90], no se discute la utopía, sino “el camino que conduce al Templo”. Ganado el espacio proyectual de un nuevo concepto de nación cubana, la escena se dedica a validarlo, cuestionarlo y hasta objetarlo. Los jirones dejados en ese tránsito por el hombre cubano son la materia del teatro, el centro de indagación del arte cubano contemporáneo, ahora matizado por la vuelta de la Isla hacia sí misma. La Isla como expansión, como tema y como destino, la cubanidad como salvaguarda.
“Trazar un mapa aproximado de lo que se piensa en Cuba sobre sociedad civil, es el propósito fundamental de la serie de entrevistas. El interés de reunir estas «ideas de otros» sobre este tema, reside en primer lugar en sistematizar el pensamiento cubano en torno a él, y brindar una noción más o menos global de los senderos por los que transita el debate en Cuba; y, en segundo lugar, para que a través de la fisonomía de dossier de estas entrevistas se facilite la posibilidad de hacer lecturas comparativas, visualizar coincidencias y discrepancias, y reflexionar sobre otros posibles rumbos de análisis en torno a la sociedad civil…”
¿Qué parámetros socioculturales han cambiado en esta década y han influido, a su vez, sobre los cambios de paradigmas del arte cubano? ¿En qué medida esto ha motivado que algunos elementos del nuevo arte cubano se confirmen o se transformen? Teóricos del arte y artistas, y personas activas en el escenario de las artes visuales de Cuba, convocados por Temas, discuten y analizan estas y otras problemáticas que van incidiendo en la década de los 90 del siglo XX.
Una reflexión sintética sobre algunas de las oportunidades y desafíos que le plantean a la proyección externa del socialismo que se construye en Cuba los abruptos cambios mundiales, regionales y nacionales de la última década. El texto sintetiza algunas de las tesis e hipótesis del ensayo inédito «El siglo XXI: oportunidades y desafíos para la Revolución cubana», cuyo primer esquema fue publicado bajo el título «Cuba: realidades y utopías», en Madrid-Cuba: Un puente de ONG (Madrid, 1996). Algunas de las ideas contenidas en este artículo también aparecen desarrolladas en «El Siglo XXI: 10 desafíos para la revolución cubana» (Análisis de Coyuntura, 1998).
“La Guerra fría, como expresión de la confrontación entre dos grandes bloques, ha concluido. Nos encontramos en un período de transición y cambio caracterizado por la prioridad de la geoeconomía y la integración de megabloques. La globalización y la conformación de nuevos centros de poder a partir de ella, refuerzan la tendencia hacia el multipolarismo, al tiempo que surgen corrientes contradictorias que dificultan lo que podría ser un nuevo diseño global. En el terreno de la seguridad se desarrolla un nuevo ambiente caracterizado por la complejidad. La periferia pierde su importancia y valor estratégico, e irrumpen conflictos que estuvieron ocultos durante la confrontación Este-Oeste. Las contradicciones se han trasladado al eje Norte-Sur…”
“Si los años 60 nos ofrecen un campo literario efervescente y renovado en su confirmación continental, urge reconocer, treinta años después, la labor inconclusa de la certera y entusiasta crítica literaria acompañante de aquella producción, que legitima su condición de «clásica», de corpus ya establecido en la tradición literaria latinoamericana. Buena parte de esa producción crítica, por su incuestionable solidez, también ha ingresado a este corpus; sin embargo, contrariamente al modo en que valoramos las grandes obras literarias producidas entonces, hoy reclamamos de aquel discurso crítico-literario su capacidad de actualización, de continuidad; lo cual sería, más que pedir otro tipo de recepción, la mejor manera de comprobar el alcance que tuvieron, tienen o tendrán todavía muchas de aquellas propuestas analíticas: el reclamo consiste en una lectura actualizadora, que nos permita reciclar las ideas y aportes (conceptuales, teóricos, metodológicos, etc.) con que ese discurso podrá o no insertarse en la actual evaluación del campo literario latinoamericano…”
“El barco que zarpó con la intervención norteamericana en Cuba en 1898 va llegando al otro extremo del muelle con una nación independiente a bordo, con un proceso social que nos ha colocado otra vez en el vórtice del mundo, con un movimiento literario de tanto peso como aquel que dejamos atrás con la muerte de Julián del Casal y José Martí. Si en esos días la nación se jugaba su destino contra el dominio español, en un gesto de tan alta fuerza que nos hacía inaugurar el siglo XX, esa misma nación, que ya es otra, se empeña hoy en culminar una pelea contra el más poderoso imperio de la Tierra para preservar sus derechos, su identidad y su cultura. Atrás quedó el modernismo y ahora vamos llegando a la posmodernidad…”
“En los últimos años, se percibe un interés especial —no solo en Cuba— por la narrativa cubana actual. Se le dedican antologías, estudios críticos, talleres, conferencias, mesas redondas, tesis de grado, etc. Como es lógico, las opiniones sobre sus valores discursivos, temáticos; su posible carácter novedoso, sus relaciones con la tradición literaria cubana, y con el contexto social inmediato, no siempre coinciden. En esta mesa que ha convocado la revista Temas, nos interesa provocar un cambio de impresiones sobre estos aspectos y, además, sobre los factores de producción, difusión y recepción de la narrativa cubana actual. Es decir, verla no solo desde un punto de vista estrictamente artístico-literario, sino tomando en cuenta todos los elementos del sistema que la hacen posible…”
“Solo a la luz del proceso revolucionario cubano se puede explicar la relativamente rápida consistencia del cine cubano. Más allá de directores inexpertos, de ansiedades juveniles de cambios, se estaba viviendo sobre un soporte común existencial, en el cual la densidad de los sueños, la textura de las aspiraciones, determinaban la cualidad del resultado. Los cineastas de entonces pensaban que en el cine les iba la vida, que el país podía salvarse de esta u otra artimaña del enemigo con la consistencia del ideario fílmico que se pusiera en práctica. Tengo la impresión de que es esto precisamente lo que le falta al audiovisual de los 90. Lo penoso del cine nacional es que, justo en esa década y como en buena parte del cine mundial, también nosotros hemos pasado, casi sin transición, de la gravedad del sueño a la ligereza del realismo. Es decir, hemos transitado de la poética colectiva del cine cubano al conjunto invertebrado de poéticas aisladas de los cineastas, empeñados en hacer su cine, pero no el cine…”
“Para la economía cubana, la última década del siglo XX ha sido en extremo compleja y difícil. Si hubiera que expresar en dos conceptos la esencia de estos diez años, sin dudas estos serían crisis y cambio. El gran desafío ha sido, es, comprender la complejidad de la crisis y, en consecuencia, imaginar y establecer los cambios necesarios para superarla estratégicamente y rearticular la viabilidad de la economía socialista cubana en un contexto internacional en extremo difícil y en gran medida hostil. Sin embargo, hay razones para afirmar que el caso de Cuba es muy singular. Aunque es obvio que la caída del bloque socialista europeo constituye el factor desencadenante de la crisis económica, sus causas no se reducen a este acontecimiento, ni son exclusivamente de carácter externo...”
La crisis cubana de los años 90 trajo aparejados cambios sociales que posibilitan una redefinición del espacio y la significación de lo religioso. Desde una visión sociológica, se puede apreciar la existencia de un reavivamiento religioso, que alcanza diferentes expresiones en nuestra sociedad. Este artículo centra su atención en el significado de la religión para la sociedad cubana, a partir de los cambios acaecidos en la estructura social en el período aludido.
“Para el recorrido temático que ahora comenzamos, he decidido solo tomar en cuenta la obra de autoras que hayan publicado libros, dejando a un lado excelentes textos aislados de escritoras cuya producción narrativa aún no se ha recogido en volúmenes. Este recorrido no aspira a ser más que una de las posibles cartografías de este corpus; la que pretende, primero, indicar someramente las relaciones de estas narraciones con su contexto inmediato de producción y, después, anotar los nuevos caminos que abren las narradoras de fines de siglo a la indagación de la condición femenina cubana actual; es decir, de estos verdaderos y nada épicos «años duros», cuya severidad han sufrido fundamentalmente las mujeres…”
“El propósito de este artículo es concitar reflexiones a partir de un análisis desprejuiciado sobre las posibles derivaciones, beneficios, costos, riesgos, del incremento de la vida religiosa en condiciones de serias dificultades, además de su capacidad de influencia en la sociedad cubana, incluyendo a las propias organizaciones religiosas involucradas. Con ese objetivo se examina la relación religión-cultura, con el presupuesto de que tal nexo existe, constatable en la experiencia práctica, al tener la religión una significación cultural en el sentido más amplio del concepto; por más que ello haya sido negado desde una óptica racionalista extrema, felizmente en retirada, y sobrevalorado en persistentes criterios eclesiales triunfalistas…”
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