El artículo analiza el surgimiento y consolidación de la Música Cubana Alternativa (MCA) durante los años 80 y 90, destacando su carácter híbrido y cosmopolita. Sostiene que, pese a las tensiones políticas entre Cuba y los Estados Unidos, los músicos cubanos tuvieron un acceso significativo a la música extranjera, especialmente la norteamericana, gracias al rol central de la radio y a la circulación informal de grabaciones. Esta influencia se convirtió en un recurso creativo que permitió a los artistas desarrollar soluciones novedosas en arreglos, técnicas vocales y enfoques rítmicos, contribuyendo a un movimiento musical diverso, extrainstitucional y estéticamente innovador. La autora subraya que este proceso desafía la narrativa habitual de una Cuba aislada culturalmente y muestra que los músicos formaron una sensibilidad cosmopolita incluso antes del Período especial.