sábado, 12-10-2024
Este artículo analiza las relaciones entre cine y televisión en América Latina. A partir de la selección de distintos momentos y prácticas relevantes para los flujos entre ambos medios, el texto evalúa la importancia del cine y la televisión como mediadores y constructores en las identidades nacionales y continentales en Latinoamérica. De este modo, el artículo examina las tensiones e interacciones entre ambos medios desde una perspectiva geopolítica e histórica, en la que se destaca tanto su competencia por atraer a los públicos locales y como sus conexiones y la recepción de influencias de los medios extranjeros (principalmente europeos y estadounidenses). El texto empieza reclamando la importancia de la televisión para la difusión de las políticas y culturas nacionales, tanto a través de las alianzas de las corporaciones mediáticas y los canales televisivos con el poder político de cada país como a partir de la producción de fenómenos audiovisuales serializados como la telenovela, género televisivo por excelencia del continente. A continuación, el artículo analiza distintos ejemplos de cómo los cineastas latinoamericanos han imaginado la televisión. Por último, el texto sintetiza los aspectos educativos e informativos de la televisión en la región y remarca su importancia para la cultura cinematográfica continental.
“¿Existe una presencia cultural de Iberoamérica en el mundo? ¿Cuál es su proceder frente al relumbre de las grandes potencias? ¿Se percibe una sensibilidad americana reconocida y distinguible en el escenario internacional o será necesario abrir brechas para la libre expresión de nuestra cultura en medio de las tentativas de uniformización? La concentración del poder mundial, característica de nuestra época, ha llevado a los Estados Unidos (como a China, Japón y los países europeos) a servirse de la cultura, en su acepción global, como elemento estratégico de las relaciones internacionales…”
“A diferencia de otras regiones de Occidente, en América Latina no puede hablarse de renacimiento del pensamiento geopolítico, pues la disciplina fue cultivada activamente desde los años 30, muy especialmente en los círculos militares, con resonancia pública y de manera casi ininterrumpida hasta hoy, aunque experimentando modificaciones significativas y vinculándose a otras proyecciones ideológicas. Si bien presente en varios países del subcontinente, la geopolítica ha tenido su centro principal en Brasil y los países del cono sur, en especial Chile y Argentina, y ha permeado el pensamiento de las élites militares y políticas…”
Este comentario se enfoca en dos textos centrales para profundizar en la temática vinculada con el Caribe, sobre todo en una coyuntura mundial de reformulación geopolítica y geoeconómica, caracterizada por la hegemonía estadounidense, y en la ruta hacia la construcción de una nueva arquitectura global. Se trata de El Caribe: región, frontera y relaciones internacionales, libro coordinado por Johanna von Grafenstein Gareis y Laura Muñoz Matta y La ayuda militar como negocio: Estados Unidos y el Caribe, de Humberto García Muñiz y Gloria Vega Rodríguez. Ambas obras aportan enfoques multifacéticos que se complementan en el tratamiento de la problemática caribeña.
“La evolución de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, a partir de principios de los años 90, es un asunto importante desde el punto de vista estratégico porque, en el contexto de la globalización, podría implicar una modificación potencial de las relaciones de fuerza a escala internacional. Esta es la hora de la reconquista o de la consolidación de los mercados. Los intereses económicos, financieros, comerciales de los Estados Unidos y los de la UE se oponen en el continente latinoamericano, aunque sus estrategias y su orientación neoliberal sean, en el fondo, equivalentes…”
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