viernes, 02-05-2025
"El título de esta reflexión, en el que se integra una disyuntiva, no es el eco de una especulación de gabinete. Durante los dos últimos siglos hemos oído afirmar a cubanos lúcidos las dos frases contradictorias: «El pueblo cubano es católico», «El pueblo cubano no es católico.» O: «Es católico superficialmente», «Solamente una minoría exigua es realmente católica.» Trataré, antes de esbozar algunos criterios al respecto, de presentar lo que nuestros viejos y penetrantes profesores escolásticos denominaban «status quaestionis»..."
La crisis cubana de los años 90 trajo aparejados cambios sociales que posibilitan una redefinición del espacio y la significación de lo religioso. Desde una visión sociológica, se puede apreciar la existencia de un reavivamiento religioso, que alcanza diferentes expresiones en nuestra sociedad. Este artículo centra su atención en el significado de la religión para la sociedad cubana, a partir de los cambios acaecidos en la estructura social en el período aludido.
“No resulta fácil aproximarse desprejuiciadamente desde las ciencias sociales, sin condicionamientos ateizantes ni apologéticos, a una institución tan compleja y multifacética como la Iglesia católica, apostólica y romana, de larguísima historia, donde la tradición sigue pesando tanto, para analizar sus encuentros y desencuentros con un proceso político tan radical como la Revolución cubana, que arriba al medio siglo. Los desencuentros entre la Iglesia católica y el Gobierno revolucionario se iniciaron desde 1959, se acrecentaron con la proclamación socialista de la Revolución y se institucionalizaron con la Constitución de 1976, que declaró el carácter ateo del Estado. Los especialistas coinciden en que el campo religioso cubano en estos cincuenta años registra significativos cambios, caracterizándole la mayor pluralidad y acentuada movilidad…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2007, en la modalidad de Estudios sobre arte y literatura) “El nombramiento de la virgen de la Caridad del Cobre como patrona de Cuba, en agosto de 1916, por el Papa Benedicto XV, se realizó a solicitud de miles de veteranos de las guerras de independencia, que confesaron cuánto había significado la compañía de esa «virgen mambisa» ya inseparable de los capitales simbólicos de la nación. El nexo entre religiosidad y política comprendido en este gesto de ratificación identitaria certificaba aún más lo que fuera, durante todo el siglo XIX, una forma de sentir la vocación patriótica, profundamente asociada a lo sagrado, y recogida de manera especial por nuestra lírica…”.
El presente ensayo tiene como objetivo evidenciar la zona de conflictos que generó y aun genera, una tradición africana conocida como El Tradicionalismo, que se inscribió en el cuadro religioso de la sociedad cubana a finales de la década del noventa del pasado siglo. A un mismo tiempo se pretende cuestionar, desde un análisis reflexivo, el complejo proceso de inserción de este grupo donde factores como la identidad, la cultura, el idioma y el diálogo interreligioso intervinieron en el marco tanto de su institucionalización así como de su expansión, condicionando al propio desarrollo del proceso donde se evidencian notables niveles de retardo en cuestiones de aceptación popular.
YOUTUBE
TWITTER
FACEBOOK
Temas es una publicación trimestral, dedicada a la teoría y el análisis de los problemas de la cultura, la ideología y la sociedad contemporánea.
(+53) 7-838-3010(+53) 7-830-4759
temas@icaic.cu
Calle 23 #1109 e/ 8 y 10. Plaza de la Revolución. CP:10400. La Habana. Cuba