jueves, 21-11-2024
Este artículo se centra en dos disciplinas de gran importancia para los estudios sobre medios. Por un lado, los estudios transmedia, dedicados a estudiar las distintas maneras en que se reescribe y se continúa una historia a través del pasaje de un medio al otro. Por otro lado, la hauntologia ofrece lecturas disyuntivas del tiempo, que incluye, en ocasiones, medios audiovisuales. Utilizando como estudios de caso el filme argentino Historia de lo oculto y a la serie de televisión Channel Zero: Candle Cove, analizaremos la productividad otorgada por la unión de ambas disciplinas y cómo dicha unión puede enriquecer los estudios sobre medios, especialmente en relación con el género del terror.
El trabajo presente hurga, a raíz del asesinato de George Floyd y la ola de protestas contra la violencia racial, en la práctica misma del Lynch y las ejecuciones públicas, cuestión que en los Estados Unidos tiene siglos de asentamiento a tal punto de hablarse al día de hoy de más de cuatro mil linchamientos de negros entre la Reconstrucción y la Segunda Guerra Mundial, etapa conocida como la «Terror lynchings». Centraremos nuestro estudio en una serie de textos que se produjeron en Cuba entre finales del siglo xix y principios del xx, que buscaban darles una explicación a los linchamientos norteamericanos y, a su vez, dar su propia valoración al respecto. Esto nos permitirá conocer la percepción que se tenía del lynching, así como la visión general que se tenía del modelo de nación estadounidense. Para, a partir de allí, poder cuestionarnos y negar ciertos discursos que aún perviven en las mentalidades contemporáneas.
“Para los conservadores, el 11 de septiembre brinda un contrapeso imperial al triunfalismo mercantil de la época de Clinton, y una oportunidad para crear una cultura política internacional e interna que signifique algo más que el dinero y los mercados. Pero ese imperio que han vaticinado puede que no brinde tan fácil solución a los retos políticos y culturales que afrontan los Estados Unidos desde que terminó la Guerra fría. Ya el imperio norteamericano venía tropezando con enormes obstáculos en el Medio Oriente, que daban justamente la medida de cuán escurridiza era en verdad la idea que primaba en los nuevos imperialistas: que los Estados Unidos podían regir el curso de los acontecimientos y hacer la historia. Internamente, la renovación política y cultural que muchos esperaron como consecuencia del 11 de septiembre no se está logrando fácilmente, en manos de una ideología de libre mercado que a todas luces no se debilita…”
“La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos no denomina a su visión como imperial; ni a su política, imperialista; ni tampoco a la nueva república, imperio. Pero algunos sí lo han hecho, y solo un puñado son de izquierda. Algunos funcionarios de la administración utilizan una discreta frase idiomática, que reconoce y al mismo tiempo niega esta visión imperial, e insisten en que existe una gran diferencia entre ser imperial y ser imperialista. Para cualquier lector agudo es evidente que ser imperial es algo aceptable, mientras que la noción de imperialismo apunta hacia algo más oscuro…”
“Los horrendos atentados del 11 de septiembre, y las guerras que les han seguido, marcan un hito cuyo significado y proyección futura no se puede ignorar ni minimizar. Existe una tendencia a conferirle al atentado la exagerada dimensión de inicio de un nuevo orden internacional. No parece tampoco acertado el juicio que lo ubica, en cambio, como un acontecimiento casi anecdótico, con lo cual se minimiza el impacto real que sigue teniendo en las configuraciones geopolíticas y geoestratégicas. Pero no parece posible entender lo que ha ocurrido si no vemos la encrucijada de varias transversales, en cuya lógica habría que ubicar el sangriento acto terrorista más espectacular imaginable, aunque su número de víctimas —no está de más aclarar enseguida— no alcanza las espeluznantes cifras de lo que alguien ha llamado el terrorismo silencioso del hambre y las enfermedades. Algunas de esas transversales son de particular significación para el objeto de este análisis…”
“El terrorismo político, como lo evidencia el creciente número de actos de esta índole a nivel mundial, es un tema perenne y global. Como consecuencia, hay un grupo de estudios que reflejan esta tendencia, que han aumentado después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. También han proliferado publicaciones sobre la explosión, en 1976, de un avión cubano en Barbados. No obstante, este estudio es único en tanto que examina los efectos de ese atentado en el Caribe anglófono o en los países del CARICOM, incluido el propio Barbados…”
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