domingo, 22-12-2024
La conmoción causada por la intervención norteamericana, en 1898, y las características de la república que surgió de ese hecho, terminarían por desplazar a Cuba de la posición jerarquizada que había logrado durante las últimas décadas del siglo XIX en el contexto cultural iberoamericano, y serían factores determinantes de la base ideotemática de muchas de sus manifestaciones artístico-literarias. Aunque en casi todas ellas se puede rastrear la impronta de esos acontecimientos, en este texto la autora se propone exponer algunos criterios sobre cómo se manifiestan en la literatura, tanto reflexiva como de creación, durante el período de 1898 a 1920; y el carácter de la respuesta de los escritores a la nueva situación social.
“Desde hace siglo y medio, la «cuestión de los intelectuales» pasó a denotarse como «problema de los intelectuales», y, en algunos lugares y épocas, llegó a constituirse en lo que, parafraseando a Freud, podemos llamar «el malestar de los intelectuales». ¿Por qué «problema»? Puede avanzarse una primera respuesta que parece obvia: la persistencia del tema se debe a una razón de carácter ontológico-social. Dadas las características específicas del modo de producción capitalista, la clase obrera no puede producir natural o espontáneamente, sus propios intelectuales; pero los necesita, porque sin intelectuales no hay movimiento obrero, ni comunista ni revolucionario. Se crea así una dificultad que tiene que superar permanentemente…”
Este texto propone una reflexión sobre el pensamiento de Pierre Bourdieu en dos vertientes: analizar las posturas intelectuales y políticas del sociólogo que lo afirman en un sentido polémico a partir de dos textos suyos; y exponer las condiciones en las cuales se recepciona su obra en Cuba y la utilización de sus categorías centrales en las investigaciones de los intelectuales cubanos.
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2004, en la categoría de Ciencias sociales)
“Con la Revolución cubana, los marcos del modelo de la institucionalidad democrática burguesa y de la idea prevaleciente sobre la democracia, el papel del intelectual como élite letrada y la propia concepción de la cultura, fueron desbordados por los nuevos habitantes de la ciudad política. La pérdida del respeto hacia ciertos valores del pasado propició, sobre todo, la rebelión cultural contra la propiedad privada y la caída de toda la fuerza simbólica que podía denotar aún aquella democracia representativa. Una nueva cultura en Cuba se iría creando por la ruptura de las jerarquías sociales: la igualdad como valor, el reconocimiento del derecho a la propiedad sobre la tierra y la vivienda a grandes segmentos poblacionales, la apropiación de la ciudad como espacio público real, la salida de los y las adolescentes del claustro familiar y su entrada masiva al ruedo de lo social, la universalización de la enseñanza, la relativa nivelación de los ingresos, la socialización de la economía, etc…”
Este artículo recorre las fértiles polémicas que, en los años 60 del siglo XX, giraron en torno a las políticas culturales cubanas.
Este ensayo pretende comentar los grandes debates de la década de los 60 en Cuba y reflexionar sobre su impacto en las políticas públicas. No se busca hacer un análisis exhaustivo de su contenido, sino más bien dar cuenta del perfil de los actores que participaron y ubicarlos a ellos y a los propios debates en el contexto nacional y la lucha dentro de la Revolución, así como relacionarlos con la situación internacional en la cual se desarrollaron. Las confrontaciones se realizan impulsadas por el propio gobierno o por ciertos actores políticos, con la intención de influir en determinadas decisiones; en este sentido resulta relevante analizar su impacto.
(Premio Temas de Ensayo 2012, en la modalidad de Ciencias sociales) Un examen de las relaciones entre grupos que conforman la sociedad cubana actual sobre la base de un estudio de campo sobre cuatro grupos socio-ocupacionales cubanos: cuentapropistas, dirigentes, intelectuales y obreros. Esta aproximación es de especial relevancia en el contexto cubano actual, dadas las fuertes tendencias de ensanchamiento de desigualdades de esta naturaleza y sus presumibles articulaciones con los procesos identitarios y de la subjetividad social en general.
En los primeros días de enero de 1968, se desarrolló el Congreso Cultural de La Habana (o Congreso Mundial de la Cultura), en el que se reunió medio millar de intelectuales de distintas tendencias de izquierda del orbe. La coyuntura en la que se realizó este evento fue un momento de muchas tensiones políticas dentro del ámbito de la Guerra Fría y en un país, Cuba, enfrentado a las múltiples agresiones de los gobiernos de los Estados Unidos, con la muerte reciente de Ernesto Che Guevara, como telón de fondo. El Congreso fue la expresión de una posible tercera vía de comunión de las fuerzas revolucionarias mundiales, un nuevo frente internacional, que no llegó a cristalizar. El texto analiza estas circunstancias.
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