En los primeros días de enero de 1968, se desarrolló el Congreso Cultural de La Habana (o Congreso Mundial de la Cultura), en el que se reunió medio millar de intelectuales de distintas tendencias de izquierda del orbe. La coyuntura en la que se realizó este evento fue un momento de muchas tensiones políticas dentro del ámbito de la Guerra Fría y en un país, Cuba, enfrentado a las múltiples agresiones de los gobiernos de los Estados Unidos, con la muerte reciente de Ernesto Che Guevara, como telón de fondo. El Congreso fue la expresión de una posible tercera vía de comunión de las fuerzas revolucionarias mundiales, un nuevo frente internacional, que no llegó a cristalizar. El texto analiza estas circunstancias.