jueves, 04-07-2024
El panel aborda los discursos del son —o la salsa—, el rap, el rock, la trova y la música campesina y debate aquellos aspectos que captan, representan y significan problemas sociales y políticos del país, tanto en el pasado como en la actualidad.
Este ensayo trata de dar un panorama analítico de lo escrito sobre el tema de Cuba (tanto antes como después del 1959) en Europa, a través de la idea de que, como resultado de varias diferencias (a partir de los años 50) –de cultura política, principalmente, pero también de acceso a Cuba para los investigadores– entre Europa en general y los Estados Unidos, las perspectivas propuestas en el Viejo Continente se distinguían marcadamente de la mayoría de la ortodoxia estadounidense. Sin embargo, en los años 90 se dio una nueva convergencia entre las dos literaturas, en algunas disciplinas, aunque las antiguas diferencias continuaban presentes.
El texto propone distinguir ese constructo que conocemos por cine cubano, de otro igual de inefable que pudiéramos llamar el cuerpo audiovisual de la nación cubana. Mientras que con el primero generalmente se alude a un conjunto de películas y sujetos que pueden localizarse con cierta facilidad en el espacio y el tiempo, con el segundo estaríamos enfrentándonos a algo que se articula más allá de lo que una metafísica de la presencia (lo que está a la mano) permitiría describir con precisión.
Este artículo propone una revisión de los orígenes, propósitos y desafíos de la novela histórica como género literario en diálogo con el discurso historiográfico. Se trata de una relación que explora las dimensiones de lo histórico en la novela, sus similitudes y diferencias con el relato de la historia y las maneras en que diversos creadores, tanto historiadores como novelistas, han reflexionado sobre el proceso de construcción de metaficciones históricas.
En la contemporaneidad, el desnudo masculino adquiere otras connotaciones dentro de los discursos de resistencia; hecho vinculado principalmente a las cuestiones de la identidad sexual: el arte queer; visualidad que aborda las complejas transacciones entre sujeto-cuerpo-identidad. Desde la academia se percibe un mínimo de su abordaje en el área del Caribe. Por ello, el presente trabajo analizará la visualidad queer a partir del desnudo erótico masculino y desde la fotografía. Manifestación artística que también carece de atención investigativa en el área que nos ocupa. En particular, esta propuesta toma como referentes la producción artística de dos avezados fotógrafos sobre el tema, el haitiano Josué Azor y el cubano Eduardo Hernández Santos. En esa dirección, se pretende establecer coordenadas críticas de una temática contemporánea, e innegable en la praxis fotográfica de la región, y de contribuir a llenar ciertas lagunas de saberes en nuestro ámbito académico.
La aparición de la fotografía en el panorama insular del siglo XIX estuvo asociado a los engañosos conceptos de progreso y desarrollo eurocéntricos, en tanto la técnica participó de los nuevos paradigmas modernos y de las paradojas de la colonialidad en Nuestra América. La exploración del universo del otro, mediada por la presencia de la cámara, propició que las rutas de los fotógrafos viajeros se extendieran por todo el continente americano: el mundo indígena, la esclavitud, la arquitectura de las principales ciudades antiguas y modernas, las plantaciones azucareras, las guerras y sus héroes. Especialmente, el universo de las plantaciones y la esclavitud se convirtieron en temas centrales de la relación modernidad-colonialidad en el Caribe. El anverso de la esclavitud fueron el cimarronaje y las formas de resistencia cultural, los cuales también se convirtieron en temas excepcionalmente abordados por la fotografía etnológica de la época. El fértil campo de desarrollo que proponía la fotografía atrajo numerosos artistas extranjeros a las islas hispanas, quienes legaron una considerable y contradictoria compilación de imágenes de la sociedad del siglo XIX, tales como los repertorios visuales legados por el científico francés Henri Dumont y el diplomático inglés Harry Hamilton Johnston.
El envejecimiento demográfico es un proceso natural y paulatino, presente en mayor o menor medida en un gran número de países. Se manifiesta a través del aumento de la proporción de personas de sesenta años y más, respecto al resto de la población. En este contexto, las personas viven períodos cada vez más largos, disfrutando de un mayor o menor grado de salud y nivel de actividad...
Por su repercusión social, el envejecimiento sociodemográfico constituye un proceso de importancia creciente para la actuación de políticas que permitan enfrentar el fenómeno como conquista social. En Cuba, considerada una de las poblaciones más envejecidas de América Latina, el tema reviste significativa atención para articular acciones que faciliten como proyección humanista del proyecto revolucionario, la construcción del socialismo. En tal contexto se perciben cambios estructurales que por su impronta en la sociedad, deben ser tratados y considerados por la política social como espacios para la transformación de su propia realidad, así como el análisis del impacto del envejecimiento poblacional en la estructura socioclasista y, en las dimensiones e indicadores del bienestar del adulto mayor.
El envejecimiento demográfico es un tema de creciente interés, complejidad e importancia a nivel mundial. Hasta donde se conoce, este fenómeno no afecta a las poblaciones de plantas y animales de modo espontáneo, sino solo en el caso de que los seres humanos interrumpan intencionalmente sus ciclos de vida. Puede decirse que hasta hace unos doscientos años no existía en el mundo ninguna población humana «envejecida», en el sentido que hoy le damos a ese término, pues en todas predominaban abrumadoramente los niños, adolescentes y jóvenes...
YOUTUBE
TWITTER
FACEBOOK
Temas es una publicación trimestral, dedicada a la teoría y el análisis de los problemas de la cultura, la ideología y la sociedad contemporánea.
(+53) 7-838-3010(+53) 7-830-4759
temas@icaic.cu
Calle 23 #1109 e/ 8 y 10. Plaza de la Revolución. CP:10400. La Habana. Cuba