jueves, 21-11-2024
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Como en años anteriores, Temas ha invitado a un grupo de destacados expertos para que ofrezcan su visión calificada sobre el año que empieza. Ellos son economistas, sociólogos, politólogos, comunicadores, médicos, promotores, activistas y otros conocedores de diversos campos y prácticas. Esta vez, les hemos sometido tres preguntas, cuyas respuestas publicaremos sucesivamente durante los próximos días en esta serie.
1. ¿Cuáles son los principales nudos que Cuba tiene que enfrentar en 2022?
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ. Economista. Premio Nacional de Ciencias Sociales, 2022.
PEDRO MONREAL. Economista
SILVIO GUTIÉRREZ. Economista, Ministerio de Finanzas y Precios.
JUAN TRIANA. Profesor, Centro de Estudios de Economía Cubana, UH.
OMAR EVERLENY. Economista
OSCAR FERNÁNDEZ. Economista
En 2021, el gobierno se lanzó en la implementación de varios pendientes de la reforma económica: el reordenamiento monetario, la reforma de la empresa estatal, y la formalización y expansión del sector privado y cooperativo. La combinación de las dos últimas debería comenzar a llenar vacíos en el tejido productivo que permitan mitigar paulatinamente algunas de las restricciones de oferta consustanciales al modelo económico cubano, siempre y cuando se produzca una transformación radical en el mecanismo de asignación de recursos que hoy se conoce como planificación.
Sin embargo, algunos problemas medulares aún persisten a pesar de lo implementado. Entre los pendientes más evidentes se pueden citar:
MIGUEL FIGUERAS. Premio Nacional de Economía, (2007)
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Otros artículos de la serie
Con esta publicación termina La Letra de Temas 2022. Periodistas como José Alejandro Rodríguez, Abdiel Bermúdez y Armando Franco, historiadores como Fabio Fernández, investigadores como Gilberto Valdés y Carlos Alzugaray, responden aquí a la última pregunta realizada por el equipo editorial de la revista.
3. Si usted tuviera 3 minutos a solas con el Presidente y el Primer Ministro, ¿qué les recomendaría priorizar?
Fabio Fernández. Profesor de Historia, UH
Le insistiría al presidente en la necesidad de asumirnos como una sociedad en crisis, marcada por el despliegue de fuertes contradicciones que llevan más de treinta años incubándose. Subrayaría la presencia en la Isla de nuevos sujetos políticos, esencialmente las nuevas generaciones, cuyas aspiraciones crecientes no encuentran vías de cristalización en la Cuba de hoy; la vitalidad de reconocer las fracturas del consenso político estructurado por años en torno al proyecto socialista y cómo de ello se desprende el reto de hacer política de forma distinta.
Le aconsejaría no perder un segundo en la aplicación de las reformas definidas en los últimos tres congresos del PCC y esbozadas en la Constitución; cultivar el ejercicio de la autocrítica y huir del discurso triunfalista.
Asimismo, valdría recalcarle la obligación de refundar nuestra manera de asumir la comunicación política, lo perentorio de romper con viejos esquemas.
También sostendría frente a él la importancia de potenciar la participación ciudadana y asumir con valentía la existencia del disenso, desde el ámbito de las estructuras del Poder Popular hasta la vida interna de las organizaciones políticas, estudiantiles, sectoriales y de masas.
Toca recomendarle que prosiga con el proceso de intercambio con actores diversos de la sociedad civil, que se mantenga y amplíe el trabajo en las comunidades desfavorecidas.
Además, le llamaría la atención respecto a que la Cuba mejor por la que apostamos requiere codificar en leyes los derechos y garantías refrendados y ampliados por la nueva Constitución. A su vez, lo exhortaría a no desmayar en el empeño de conectar ciencia y política y en la apuesta por la asunción del universo de la informatización y las nuevas tecnologías como elemento consustancial para el progreso del país.
Por último, le remarcaría la obligación de pensar en la gente de a pie, esa para la cual ha de trabajar todo liderazgo que busque, día a día, ser legítimo ante los ojos de su pueblo.
Carlos Alzugaray. Politólogo
Lázaro Mora. Vicepresidente, Sociedad Económica de Amigos del País
Abdiel Bermúdez. Periodista
Cuando las necesidades son tantas, decidir lo prioritario es complicado. Me arriesgo: hoy no pocas decisiones (y bandazos) en Cuba parecen moverse al compás de las redes sociales, que no son la realidad misma y se “movilizan” a partir de algoritmos, bots y bajas pasiones. Pretender que la vida transcurre en la red, y ser actores de una puesta en escena virtual, aderezada con atisbos de realidades, flaco favor le hace a las estrategias diseñadas diacrónicamente, y a las problemáticas más urgentes que enfrenta un pueblo deseoso de encontrar su proyecto de vida en su país, sin que aspirar a más se traduzca en irse de una vez…
Esto no significa obviar los discursos on line que, a fin de cuentas, son seguidos por una generación digital (más de 6 millones de cubanos navegan hoy en redes sociales) e imponen matrices de opinión hipercríticas respecto a la gestión del gobierno. En este sentido, recomendaría a los principales dirigentes del país transparentar la comunicación, con una visión que permita el entendimiento cabal de las políticas que se adoptan como resultado de un abordaje crítico de la realidad. No hay nada que, bien explicado, no pueda ser comprendido; y, en última instancia, siempre se agradece la explicación, que es asimismo una tarea del gobierno. Cuando ha sucedido, ha valido la pena.
Si bien es cierto que nuestros recursos naturales son escasos y no es fácil dirigir un país con las manos atadas (las sanciones a cuantos negocian con Cuba son más amenazantes que la espada de Damocles), también es posible que se cometan errores, o que las decisiones no sean las más certeras en un contexto determinado. Ha sucedido. Pero la autocrítica no es dañina si contribuye a visualizar soluciones. Y hay que desterrar palabras como censura, tabú, polémica, crítica…
Urge compartir una visión plural de la sociedad cubana. No es admisible conectar con los problemas de Cuba tomando como punto de partida lo publicado en medios independientes y extranjeros, porque la prensa oficial hace silencio. Democratizar la información implica apelar a políticas informativas ajenas a una centralización que ya no es posible, y que pone al sistema de medios públicos cubanos y al propio gobierno ante el desafío de la credibilidad. La Revolución solo se sostiene en esa credibilidad. Y tiene las herramientas. Solo necesita aprender a usarlas, y asumir las consecuencias.
Raudilio Martín. Jurista
El propio Presidente, en sus últimos mensajes, ratificó la idea que el bloqueo persistirá, y no se equivoca; es Ley del Congreso de los Estados Unidos y política imperial. En tal sentido, le recomendaría que prohíba a ministros, directores de empresas y funcionarios justificar con el bloqueo sus ineficiencias y faltas de gestión. Para denunciarlo están los políticos y las instituciones especializadas, en boca de los administrativos causa rechazo en la población, que lo ve como justificación y teque.
La lucha contra la burocracia no es del todo efectiva, llevamos años con exhortaciones; hay que pasar a suprimir estructuras y efectuar cambios de verdad en el estilo. La discusión, en la última Asamblea Nacional del Poder Popular, con respecto a la inversión extranjera, fue una demostración del inmovilismo burocrático, ¿hasta cuándo el ministro va a repetir sus explicaciones? Todo tiene límite. También se da mucho burocratismo en las estructuras del Poder Popular, el trabajo directo en las comunidades por parte de la alta dirección del país ha demostrado cuán alejados de la base y del pueblo están muchos de los dirigentes cubanos.
Devolver la vitalidad a la agroindustria azucarera llevará tiempo, esfuerzo y recursos, pero debe ser una prioridad. La nación lo necesita por su historia, sus potencialidades económicas y simbolismo. Es honor nacional, hay que llevar a ese sector cuadros capaces de cualquier sacrificio. El liderazgo actual debe marcar el inicio de la reversión.
Por último, profundizar con urgencia las medidas transformadoras en la agricultura, priorizar el apoyo a los productores y eliminar estructuras intermediarias. Sería muy bien recibida una audiencia con todos los que tienen propuestas y ofrecen soluciones, aunque discrepen desde adentro.
Armando Franco. Periodista
Gilberto Valdés. Investigador. Instituto de Filosofía
Que priorizara el monitoreo del programa de soberanía alimentaria y de educación nutricional, sobre todo de base agroecológica, velando por los obstáculos que frenan las medidas adoptadas para estimular la producción y comercialización de productos del agro. El pueblo necesita percibir los resultados de ese esfuerzo. Se trata de un imperativo político para afianzar el consenso popular en torno a la alternativa histórica de la Revolución, en medio de la disputa hegemónica frente al imperialismo y su estrategia híbrida para la restauración del orden capitalista dependiente en Cuba.
Le diría que, conocida y divulgada la estrategia imperialista del llamado golpe suave, lo más significativo ahora es profundizar en los desafíos que plantea al pensamiento y a la práctica política revolucionaria cubana actual.
Llamaría la atención sobre la necesidad de que el trabajo político e ideológico se atempere a la nueva sensibilidad simbólico-comunicativa y cultural, incluyendo la llamada estetización de la política; más que rechazarla, se trata de oponer un sentido democrático liberador al uso enajenante que hace la dominación capitalista de estos fenómenos globalizados.
Iramis Rosique. Consejo editorial, La Tizza
Las cuestiones relativas a la vida material, en tanto urgencias, deben priorizarse, con las medidas necesarias, aunque sean provisionales. Pero, al mismo tiempo, creo que hay que orientar grandes esfuerzos a la comprensión del momento que vivimos. Cuando escucho el modo en que se lleva el debate oficial sobre la mayoría de los asuntos, me da la impresión de que el primer obstáculo es no saber de qué va el problema. Hace falta un lugar, más allá de la urgencia, para pensar la gran política, qué somos y qué queremos ser como sociedad, qué es o será nuestro socialismo, qué estamos construyendo para las futuras generaciones. Hay que tomarse un tiempo para pensar con profundidad sobre todas las esferas de la sociedad cubana, si queremos salvar el socialismo, porque la ausencia de esa reflexión solo está trayendo que, en el lugar donde antes estuvieron las piezas y partes del viejo socialismo eurosoviético, estas sean sustituidas por “modernas” y “eficientes” piezas del capitalismo. Volverse sobre esto es urgente también, antes de que sea demasiado tarde.
Armando Fernández. Historiador ambiental
SOLO FORMULARIA UNA PREGUNTA QUE DEBERIA RESPONDERSE A TODA LA POBLACION:
¿POR QUE TARDARON 10 AÑOS EN APLICAR LOS ACUERDOS DE TRANSFORMACION QUE SE CONSENSUARON CON LA SOCIEDAD?
José Alejandro Rodríguez. Periodista
En tres minutos, les reconocería el papel que están jugando, en abrir entendederas, dejar atrás muchos atavismos que han demostrado ser inoperantes y mover el pensamiento innovador en todos los órdenes de la vida. Que no extravíen esa acometida saneadora.
Les sugeriría que se creara un observatorio crítico y analítico permanente del propio proceso de transformaciones, para detectar a tiempo las desviaciones en la aplicación de las medidas que se aprueben, o la inviabilidad de las mismas. Un instrumento corrector sistemático.
Les propondría un espacio habitual en la TV, radio y demás medios de comunicación (podría ser mensual), en el cual respondieran preguntas e inquietudes de la población, de cualquier tipo. Someterse al arbitrio y los sentires públicos podría ser una demostración de fortaleza y no de debilidad de nuestro socialismo. Un ascenso en conquistar toda la democracia posible para nuestro socialismo.
Como en años anteriores, Temas ha invitado a un grupo de destacados expertos para que ofrezcan su visión calificada sobre el año que empieza. Ellos son economistas, sociólogos, politólogos, comunicadores, médicos, promotores, activistas y otros conocedores de diversos campos y prácticas.
En esta oportunidad publicamos las respuestas enviadas por un grupo de sociólogos, investigadores sociales, psicólogos y activistas a la última pregunta de la Letra de Temas 2022.
3. Si usted tuviera 3 minutos a solas con el Presidente y el PM, ¿qué les recomendaría priorizar?
Mayra Espina. Socióloga
Situada en el difícil y complejo lugar de la presidencia, que no quiero para mí, daría más relevancia al corto plazo, considerando que es urgente y dramático para Cuba superar aceleradamente la larga crisis, con una lógica de modernización, inclusión y participación, aceptando y manejando, in situ, los retos, tensiones y contradicciones de la combinación de una economía de mercado que requiere conservar su intencionalidad social y emancipadora, en un escenario externo hostil.
Algunas ideas posibles, elaboradas por la academia, que estoy segura el Presidente conoce, y sugiero volver a revisar, para activar opciones que pueden tener un impacto rápido y consistente sobre la solución de los nudos principales de la crisis:
Marta Núñez Sarmiento. Socióloga
Maritza López McBean. Trabajadora social. Red Barrial Afrodescendiente
Luisa Íñiguez Rojas. Géografa. FLACSO-Cuba
Jorge Enrique Torralbas. Profesor. Facultad de Psicología, UH
La dureza de la batalla ha hecho que su rostro se tense. Sonría. Hágalo como cuando recuerda el acto en Santa Clara. E improvise, como lo hizo ese día.
Aurelio Alonso. Premio Nacional de Ciencias Sociales y Caridad Cruz. Ingeniera. Fundación Núñez Jimenez
Anabel Díaz Hurtado. Socióloga. Universidad Central de Las Villas
Roberto Corral. Profesor. Facultad de Psicología, UH
Rosa Campoalegre. Investigadora. Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas
¿Tres minutos? Cuatro propuestas:
Reiteraría:
Jesús Menéndez. Geriatra. Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud.
Compartimos ahora la primera parte de las respuestas a la tercera pregunta de La Letra de Temas 2022.
Modificar con urgencia el sistema actual de gestión de empresas estatales, como paso inicial para el reemplazo de la planificación centralizada, retirando la subordinación que hoy tienen las empresas estatales, grupos empresariales y sociedades mercantiles respecto a los diferentes ministerios, y establecer una entidad de control y gestión de activos estatales –dependiente de la presidencia– para el control estatal directo sobre un grupo reducido de entre 50 a 80 entidades estatales seleccionadas (del total aproximado de 2 000 empresas estatales y sociedades mercantiles que existen en la actualidad).
Les diría que deben entender que, en el mundo, la empresa estatal socialista nunca ha funcionado. Es mejor tener empresas públicas, con participación accionaria de los trabajadores.
Les diría que el desarrollo de las economías socialistas de Asia se debe al papel concreto que se le dio al sector privado en la economía. Sin más mercado, la economía cubana no avanzará de acuerdo con lo que desea la sociedad. Que 63 años es un tiempo más que suficiente para darse cuenta de las imperfecciones del modelo cubano.
Les explicaría que los métodos que funcionaron en los primeros treinta años de Revolución, hoy son contradictorios y no son aceptados por la población de menos de 40 años, que tienen como objetivo emigrar.
Les diría, por último, que la irritación de una parte de la población que protestó el 11 de julio pasado no ha desaparecido, solo se ha calmado. Que Cuba tiene profundos desequilibrios estructurales en su economía que no se resuelven con medidas coyunturales. Y que la juventud aspira a un país distinto, y si las generaciones anteriores no dejan un camino viable, harán cambios drásticos, que pueden incluso conspirar contra el modelo definido hace sesenta años atrás.
En concreto que deben priorizar todas aquellas medidas que coadyuven al bienestar de la población en el corto plazo, desde la vivienda, la alimentación y el transporte. Que es preferible dejar de invertir en hoteles a corto plazo e invertir en hospitales o servicios de salud.
Un esquema de gestión de políticas públicas que explicite los objetivos de cada política, que establezca criterios de medida para cada objetivo, que fije metas conocidas y cuantificables para cada criterio, así como los plazos para evaluarlas, que defina los responsables de implementar estas metas, y que obligue a estos a responder ante el fracaso. Por ahí tendríamos que empezar.
La burocracia que tantas veces ha sido denunciada por las propias autoridades por entorpecer la implementación de las políticas aprobadas por el gobierno, debe someterse al pueblo. El gobierno tiene el deber, si seguimos soñando con el Socialismo, de implementar un sistema de escrutinio real sobre su gestión, que posibilite apreciar los logros reales y, a la vez, permita a los ciudadanos confrontar el discurso triunfalista y justificativo que, en demasiadas ocasiones, se blande para maquillar errores; un sistema que permita exigir la remoción de funcionarios que no demuestren las competencias requeridas para sus responsabilidades, que los obligue a servir más al público y menos a sus superiores; un sistema de poder popular.
Pero incluso antes de aspirar a un sistema de gestión de gobierno basado en metas públicas y rendición de cuentas, faltan esencias por definir. Por ejemplo, ¿cuáles deben ser los indicadores adecuados para evaluar el desempeño del conjunto de la economía en su evolución hacia los objetivos de un desarrollo socialista? ¿Se puede medir el éxito económico del proyecto cubano únicamente en términos de Producto Interno Bruto? Resulta imprescindible avanzar creativamente hacia la construcción y utilización de indicadores de otra naturaleza, que permitan evaluar tres dimensiones fundamentales: a) la mejora real percibida por la población en su calidad de vida, b) la evolución de la capacidad adquisitiva del trabajo como principio sistémico esencial, y c) la variación en la productividad en el uso de los factores productivos, indicativo del avance en la transformación estructural requerida para la superación del subdesarrollo.
MIGUEL FIGUERAS. Premio Nacional de Economía, (2007).
En los veinte meses de lucha exitosa contra la pandemia, se implantó un sistema de trabajo gubernamental muy satisfactorio, que desplegó un funcionamiento diario de coordinación y seguimiento por el Gobierno, con amplia información a toda la nación y la incorporación de la voluntad de todos los cubanos a estos propósitos. Con mucha creatividad se articuló la incorporación del potencial científico y profesional en una misma dirección.
Una forma similar de trabajo se reclama con fuerza para transformar el escenario de las exportaciones cubanas repitiendo el funcionamiento sistemático del Gobierno, revisando las acciones de cada uno y facilitando la coordinación entre todos.
Hay que ganar conciencia entre todos los cubanos del gran retraso en que estamos en generar ingresos externos.
Las exportaciones mundiales suman 25 077 miles de millones de dólares. El promedio anual de exportaciones por habitante del mundo sobrepasa los 3 500 dólares. En el conjunto de las naciones del Tercer Mundo, ese se promedio es más bajo: 2 000 dólares. Pero en Cuba, ejemplo en muchos campos para esos países, es mucho más bajo; escasamente promedia 500 dólares por habitante. Parece inconcebible, la nación que encabezaba, en 1920, el orden de los países con mayores niveles per cápita de exportaciones, ha retrocedido tremendamente.
Hace sesenta años se luchó y se ganó la pelea contra el intento de aislar a Cuba, la estrategia diseñada por el imperialismo estadounidense. Se readaptaron las importaciones a las nuevas normas y condiciones con que comerciaban los países socialistas, y otras naciones que no se plegaron a las órdenes imperiales. No fue fácil, pero fue exitoso.
Ahora es necesario ganar la pelea con las exportaciones y cambiar todo lo que haya que cambiar para lograrlo.
Continúa La Letra de Temas 2022 con la segunda parte de las respuestas recibidas a la segunda pregunta del equipo editorial de la revista. Sociólogos, psicólogos y otros investigadores sociales exponen su visión de lo que puede traer este 2022.
Alejandro Gil reconoció los cálculos erróneos para incrementar salarios y pensiones, pero declaró que solo los resolverá la transformación de la estructura productiva. Fue un cubo de agua fría para las trabajadoras, especialmente las profesionales, quienes confiaron en el crecimiento de sus salarios 4,5 veces. La inflación incontrolada y mal pronosticada no solucionará, ni en corto ni en medianos plazos, la pirámide invertida existente desde 1991. Las siete regulaciones legales emitidas en 2021 para mantener los avances de las mujeres están bien intencionadas y muy interconectadas, pero no tienen una “operacionalización” inmediata y eficiente en la cotidianidad. El primer obstáculo está en la economía y en las finanzas.
Esos documentos priorizan solucionar la segunda jornada, pero mientras no se identifique localmente los obstáculos y se controlen, será letra vacía. Entre estos enfatizo, además de la nula capacidad de compra de los ingresos en el hogar, las múltiples diferencias en las carencias de vivienda y de los equipamientos electrodomésticos; la falta de políticas públicas específicas para atender a los ancianos y discapacitados en los hogares , complementada con derecho a asistir a instituciones tipo “CITED”; el cierre durante treinta años de círculos infantiles; las deficiencias del MINED que obligan a pagar repasadores; los insuficientes servicios comunitarios para mantener una calidad de vida decorosa (desde los consultorios, las bodegas, las farmacias hasta la perenne falta de gestión de los delegados del Poder Popular).
La baja natalidad existente desde 1978, no se elevará porque depende de muchas variables, entre las que priman el acceso de la mujer al empleo, la falta de viviendas dignas para que las nuevas familias críen a sus hijos, los recursos cada vez mayores para ello, el control que las mujeres ejercen sobre sus cuerpos por su acceso a la planificación familiar y a la interrupción del embarazo. Esta es una tendencia en países desarrollados que está presente en Cuba y hasta en las cubanas que emigran. Priorizar viviendas para madres con más de tres hijos es una justa medida de asistencia social, pero NO una política pública para elevar la natalidad. Tampoco lo es acceder a la maternidad asistida, que es un derecho ciudadano de las parejas infértiles que lo deseen.
Es, sin duda, un proceso encomiable, que requiere de un tiempo para que las personas beneficiadas interioricen y valoren en toda su magnitud las transformaciones que se identifiquen y aprueben. Considero que se debe profundizar en el concepto de vulnerabilidad, y su especificación. Vulnerable a qué o en cuál situación. Barrios que han cambiado su denominación de ilegales, insalubres, precarios, y ahora vulnerables, evolucionan hace décadas, tienen una variedad de edades, privaciones, orígenes, procedencia de sus residentes, entre otras características.
Refundar el consenso social es esencial para lograr la cohesión social evidentemente fracturada. El gobierno nacional ha dado señales de establecer el diálogo como estrategia. Sin embargo, es contradictoria la presencia de discursos que refuerzan la polarización social, especialmente en los medios oficiales de prensa. El reconocimiento del disenso interno y sus diferentes gradaciones sigue ausente. Si no se nombra, no se podrá lidiar de forma efectiva con él. Por el contrario, parece por momento que se ha vuelto a la consigna como estructura argumental. Es preciso una estrategia articulada de reconocimiento e inclusión de este fenómeno en la dinámica política del país. También, en cómo los medios de prensa lidian con un fenómeno creciente. Aquí el axioma es: aunque no se publique ni se hable sobre él, seguirá existiendo.
Las medidas de los últimos dos años, traducidas en resoluciones, decretos o leyes, han crecido exponencialmente. Tienen en común la voluntad de cambio, pero también quedar atrapadas en limitaciones de interpretaciones con sesgos políticos, alejadas de los principios del socialismo. El manejo de la economía y la política social con escrúpulos ideológicos excesivos, sesga su efectividad y sostenibilidad. Parafraseando a Juan Valdés Paz, hemos tenido claro nuestro proyecto de nación y ese es invariable, pero aún no encontramos la fórmula para comprender que el proyecto de sociedad socialista es variable.
Las condiciones internas y externas que propiciaron los acontecimientos del 11 de julio no se han modificado en lo esencial. Incluso algunas, se han profundizado. No sería de extrañar, por tanto, que eventos similares, en diferentes escalas, se repitieran, especialmente en la región central del país.
A los ataques a la figura del presidente se ha contrapuesto como estrategia su centralización, al menos comunicacionalmente. La fortaleza del nuevo liderazgo radicará en su capacidad para la conducción colectiva y su expresión en niveles diversos. Por eso, televisar constantemente al presidente o mostrarlo supervisando cada tarea de gobierno, es caer en la trampa de reproducir un modelo centralizado. Contrario a ello, se debe estimular la diversidad de nuevos liderazgos en todos los niveles, mostrarlos y darles el lugar que ocupan.
En 2022 continuará la aplicación de las 63 medidas aprobadas por el Estado para dinamizar la agricultura y potenciar la producción de alimentos. Ellas benefician a los productores por la disminución de costos de producción, incremento en el pago de productos, facilidades crediticias, mayor autonomía de mercado y entrega de tierras ociosas. La mayoría de estas medidas busca resultados en el corto plazo y requiere de un aumento del subsidio estatal. La ligera mejoría observada en los suministros de productos al mercado ha venido acompañada de un crecimiento desfasado de los precios al consumidor. Este desfase es reconocido como un problema de primer orden. Unido a esto se mantienen las tensiones en la población, generadas por la insuficiencia en la oferta de alimentos.
El Estado extenderá este año la búsqueda del perfeccionamiento de la empresa estatal por el camino de la adopción de una contabilidad más ajustada a los costos de producción, la lucha contra la corrupción y el burocratismo, la racionalización del trabajo, la incentivación salarial con base en la eficiencia, la apertura al capital extranjero para la modernización, la reducción de importaciones y, ante todo, la autonomía para la gestión incluyendo el comercio exterior. Se espera que estas políticas aporten competitividad a la empresa estatal en una economía que se diversifica con el crecimiento de los sectores no estatales. Sobre esto último, preocupa el énfasis que se está dando a la constitución de las micro, pequeñas y medianas empresas privadas, a diferencia de las cooperativas no agropecuarias de producción y servicios, que sí son una expresión de economía socializada.
Las exigencias de la economía, dentro de una continuidad de la pandemia para 2022, están obligando a la modificación consecuente de prácticas en las estrategias de salud. Al mismo tiempo, con el logro significativo de crear vacunas propias, la versatilidad del virus Sars-cov-2 para producir variantes, da lugar a un alto grado de incertidumbre, tanto en el tratamiento como en el manejo de las secuelas que el contagio puede provocar, y ocasiona, entre otras cosas, una fatiga visible en el personal de salud, agravada por las limitaciones de instrumental y medicamentos (también para otras enfermedades). Esta problemática no resuelta, introduce manifestaciones de corrupción que gravitan contra la población y afectan el prestigio ganado por la mayoría de los profesionales de la salud y del sector en su conjunto.
Sería necesario, en primer lugar, evaluar qué modelo de desarrollo se pretende construir y cómo eso impacta en la transformación necesaria del proyecto social cubano. Tener claro cuál es el objetivo final –no solo por la máxima dirección del Estado, el gobierno y el Partido– determinará, en buena medida, todo acuerdo o proyecto que se pretenda implementar; no se puede mantener un estilo de contingencia o de improvisación ante circunstancias o problemas. Dentro de las políticas a debatir y aprobar tendría que estar todo aquello que regule, explique y gestione la práctica política de la autonomía municipal, que le da poder real a la población, mediante la representación de gobierno, de proyectar y construir el desarrollo que se revierte en calidad y mejoras de las condiciones de vida, lo cual impacta en todas las esferas.
Los procesos formativos, por su parte, también ameritan nuevas maneras de funcionabilidad y modelos educativos que logren promover la producción del conocimiento y no la reproducción de esquemas importados de experiencias que no tienen reflejo concreto en las múltiples realidades de nuestra sociedad. Es importante el reconocimiento de la alianza entre los componentes de la tríada conocimiento-práctica-investigación. Los marcos legislativos tienen que ser expresión de aquello que en la vida cotidiana tiene raíces concretas y que, por norma, regula toda actividad social; por tanto, la necesaria articulación, de manera horizontal, tiene que ser la vía para lograr políticas que contengan fenómenos de alcance global como los temas demográficos y grupos vulnerables por su condición económica, cultural y social; la incorporación de infraestructura tecnológica y su uso efectivo, la producción de alimentos y el desarrollo cultural y educativo desde la perspectiva ideológica, entre otros aspectos. Punto y aparte resulta, asimismo, todo aquello que se refiere a la empresa estatal socialista y otras formas de gestión donde es determinante tener muy claro de qué desarrollo estamos hablando en la Cuba del siglo XXI.
La economía está en una crisis total. Levantarla requiere cambios importantes en la manera de realizarla, pero más aún, en las ideas preconcebidas acerca de las relaciones entre las fuerzas productivas y su efectividad. A mi modo de ver, la insistencia casi compulsiva en la superioridad de las empresas estatales es una ficción que la propia historia rechaza. No significa que el Estado no sea el propietario de las empresas estratégicas de la economía, pero sí que renuncie a ser el propietario de casi todo. Se están haciendo algunas regulaciones en este sentido, pero el asunto no está en aceptar las empresas privadas, sino en el grado de articulación con las demás y los efectos de un control excesivo que ha impedido muchas veces su florecimiento. En cuanto a las empresas estatales su funcionamiento no depende de las exhortaciones continuas de los dirigentes a trabajar más, sino a que los trabajadores simplemente no trabajan. Es necesario investigar el factor humano, porque este es el que falla. Son varios factores que será necesario investigar y atender.
El clima social es tenso, generado por la ansiedad pospandemia, la situación económica de escasez, y una mirada política estrecha que no cambia suficientemente. Requiere un diálogo con todos, como se ha comenzado a realizar, un análisis crítico de la realidad y de los problemas por resolver, pero que muestre los logros de una manera veraz. Todavía hay mucho por recorrer, los pasos son aceptables, pero es evidente que existen fuerzas políticas que lo retrasan, lo desvían o lo niegan. Insistir en la continuidad absoluta es negar que la situación ha cambiado y el país tendrá que aceptar una cuota bastante alta de disensión e inconformidad. Será necesario modificar el sistema político, los mecanismos de comunicación social, aceptar organizaciones no gubernamentales que planteen otras miradas y otras soluciones. Tal vez renunciar a la tradición de un autoritarismo que se repite a todos los niveles del gobierno.
El bloqueo va a continuar, pero defenderse de sus efectos requiere soluciones creativas en la economía, la política y el clima social. No basta con denunciarlo y oponerse: es necesario buscar aliados, aunque no coincidan con el sistema social cubano. Algo se está haciendo, pero es necesario publicarlo y estimularlo.
De los problemas listados, destaco la preservación de las conquistas sociales históricas que engloba asuntos de índole material e espiritual. Si bien siempre ha sido un objetivo clave la atención a las condiciones de vida y trabajo de la población, ello no se ha logrado de manera sostenida, y ha mostrado altas y bajas, derivadas de factores externos e internos.
Las políticas públicas en este campo, al calor del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: propuesta de visión de la nación, ejes y sectores estratégicos han priorizado la atención a los grupos en situación de vulnerabilidad e, insisto, no “vulnerables”. Ello es positivo, pero la contradicción aún se muestra en el enfoque asistencialista y sectorial, así como el insuficiente nivel de participación. Es preciso avanzar hacia uno integrado y participativo en todas las fases de la política, desde el diseño hasta su evaluación.
Estos tiempos exigen transitar del universalismo en general a una perspectiva interseccional en política pública, que refleje no solo el cruce de las variables principales de la matriz de desigualdad social, sino sus fuentes. Y en esas intersecciones –clase, “color de la piel”, género, generación, territorio, identidad de género, orientación sexual, discapacidad…–, hallar los grupos que no solo requieren mayor atención, sino en los que podemos encontrar nuevas respuestas. No solo debemos “atenderlos”, sino escuchar, examinar sus prácticas y aprender juntos. No solo dar, se trata de compartir, de/re/des/co/aprender.
Es crucial, la participación comunitaria real y los diálogos productivos intergeneracionales en todos los ámbitos-familiar, comunitarios, laboral, escolar, político, cultural…, así como eliminar las etiquetas sociales estigmatizantes hacia los barrios, personas o grupos sociales en la referida situación.
Otro asunto que priorizar es la necesidad de desterrar los eufemismos en el discurso político, en los imaginarios sociales, la legislación y en la información pública. Sin información accesible no puede haber soluciones, ¿cómo participar entonces? La ruta es entender, denunciar, nombrar los problemas como son. Los relacionados con el racismo y la violencia en Cuba son ilustrativos de esta necesidad. El Programa Nacional de lucha contra el racismo es un avance; ampliemos su divulgación y el diálogo en/con/desde las comunidades, también con las ciencias sociales y las familias. Aprovechar la oportunidad que representa es el reto inaplazable al que todas las personas debemos contribuir.
Uno de los denominadores comunes de cualquier política o decisión que tome nuestro país es la falta de dinero y la dificultad para el manejo de divisas, desde y hacia el extranjero. La disminución de los costos y el aumento de la productividad son vasos comunicantes de las tres propuestas de abajo:
En esta ocasión se publican las respuestas a la segunda pregunta realizada por el equipo editorial de Temas. Hablan los economistas:
1. En relación con la inflación, la política anunciada solo plantea elevar la oferta con producción nacional. Sin embargo, ese objetivo requiere financiamiento y aseguramiento que demanda divisas. Por otro lado, la cifra de un 70% de inflación al cierre de 2021 está subvalorando la economía no estatal e informal, que tiene un peso creciente en el consumo. La política debe tener de inmediato una compensación para las capas de menores ingresos, ya que 46% de los jubilados tiene pensiones mínimas y el número de núcleos vulnerables que deben recibir asistencia social creció 48% en 2021. Adicionalmente, un programa para controlar la inflación debe partir de hacer descender el precio del USD en la economía informal y revisar la ficha de costos de las producciones y servicios estatales que están infladas a partir de la Tarea Ordenamiento.
2. La renegociación de la deuda vencida y no pagada es esencial para la economía cubana, pues los créditos externos no se reanudarán si no se pagan los atrasos, al menos parcialmente. Hay que ir a fórmulas de pago que se emplearon en el Período especial y dieron resultados, tales como swap de deudas, pago por inversiones, emisión de bonos para garantía de pagos. La situación es un freno total para que fluya la IED, pues se deben dividendos vencidos y no pagados de las entidades que ya han invertido en Cuba.
3. La oferta de alimentos de bajo costo es esencial para la población que gastaba en 2017 entre 55 y 71% de sus ingresos en ese renglón. Adicionalmente, hoy se ha deteriorado el consumo proteico y energético, según estimados, como consecuencia de la crisis y de la COVID, con respecto a los datos de 2017, que ya mostraban deterioro en relación con años anteriores. Se requiere una mayor inversión en la producción de alimentos, que tiene en plan solo 12% del total para 2022.
Reforma económica estructural. De los siete objetivos priorizados por el Ministerio de Economía y Planificación para 2022, hay cuatro que se refieren directamente a cuestiones relevantes para una reforma estructural (estabilización macroeconómica, empresa estatal, comercio interior, y descentralización municipal). Parecen existir dos problemas principales: a) repetición de un mal diseño de secuencia al asumirse que una macroestabilización pudiera ser exitosa en ausencia de cambios estructurales previos que incluyan modificaciones en el peso del sector privado y que le concedan al mercado una función crucial, y b) adoptar el supuesto cuestionable de que la empresa estatal es el “sujeto principal” de la economía, en vez de considerar que los sujetos principales son el Ministerio de Economía y Planificación, unos pocos conglomerados, y –a un nivel superior– el Buró Político del PCC. En ausencia de una reforma estructural, algunos instrumentos claves de la macroestabilización como los precios y los mercados mayoristas (especialmente los de medios de producción) no van a poder funcionar bien.
Estructura deformada de la inversión. Con un patrón de inversión que asigna 42,3% de la inversión total a servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler, pero solamente 3,3% al sector agropecuario y 14% a la industria, cualquier reflexión sobre el desarrollo nacional es intrascendente. Sin seguridad alimentaria y con un sector manufacturero mermado y descapitalizado no se avanzaría hacia el desarrollo. (Nota: Datos de la ONEI para el período enero-septiembre de 2021).
Producción agropecuaria. Probablemente es el área en la que se acumulan los mayores fracasos de la gestión económica del país desde que la actividad comenzó a declinar con anterioridad a la crisis de la pandemia. La razón es una obcecación estatista divorciada de la realidad de un sistema agropecuario con muy alto peso privado, especialmente de usufructuarios. Se necesita una modificación sustancial del actual esquema de usufructo, con términos de arrendamiento mayores, fuertes garantías legales, mercados del derecho de arrendamiento, y aumento de la escala de fincas, todo ello dentro de un esquema encaminado a pasar a un agro moderno basado en la integración vertical entre productores agropecuarios privados y las PYMES privadas en otras actividades, para favorecer las ventajas de la escala e intensidad de capital.
1. El reto de incrementar la producción nacional, específicamente la agropecuaria, es complejo. La casi inexistencia de fertilizantes y pesticidas, insuficientes combustibles, piezas de repuesto, semillas de alta calidad y otros factores, no permiten altos rendimientos agrícolas y exigen más fuerza de trabajo en el campo, que requiere altos salarios por el impacto de la inflación.
La liberación del crecimiento de los precios minoristas, nuevas modalidades de organización del trabajo agrícola, como los llamados colectivos laborales que proveen más independencia y responsabilidad a los trabajadores, el mayor uso de la ciencia y la innovación en la producción, fundamentalmente con recursos propios y la explotación de más áreas de siembra deben conducir al incremento de la oferta de productos alimenticios.
El vínculo más directo con los productores agropecuarios de las empresas y las organizaciones que los representan armoniza la aplicación de las políticas y permite su perfeccionamiento constante.
2. En los últimos años se aprecia un fortalecimiento de la agresividad ideológica del gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país, aprovechando las posibilidades que ofrecen las redes sociales. A la vez, ha ocurrido una renovación, por parte de la dirección del PCC, de las formas y métodos de su respuesta a este fenómeno, a través de medios de divulgación estatales, redes sociales, así como del trabajo directo con las masas: información pública inmediata, transparente y veraz, respaldada con fundamentos que explican nuestras realidades y desacreditan a los personajes propagandísticos desde el imperio; calificativos de “odiadores”, “gusis” u otros epítetos a los llamados influencers, que identifican ante la población los objetivos perversos que persiguen.
Por otra parte, la atención a barrios pobres y los intercambios con organizaciones no gubernamentales, entre otras acciones, exponen un carácter humano, social y humilde de la Revolución, que demuestra su continuidad histórica.
1. Toda reforma, si es verdadera, produce cambios de significación; algunos pueden ser anticipados, otros no pueden ser previstos. Parte de esos cambios son afines al propósito de la reforma, otros, lógicamente, no lo son. Lo importante, desde mi perspectiva, es el saldo. Quedar a mitad de camino es la peor de las decisiones.
2. Nuevos espacios económicos, algunos inéditos, generan nuevos intereses. Conducirlos adecuadamente solo es posible reconociéndolos. Esto significa entender y aceptar las diferencias y conceder espacios de participación. Creo que los que tenemos hoy no son suficientes. Por ejemplo, existen mas de 1,3 millones de trabajadores no estatales, ¿cuántos diputados con esa condición tenemos hoy? Ya tenemos más de mil propietarios privados de empresas, ¿es o no necesario un espacio institucional –y, de hecho, político– para ellos? ¿Resulta o no necesaria una institución que agrupe a todos los cooperativistas, sin distinción de sectores?
3. Este es un viejo tema no logrado jamás. La verticalidad en la conducción de la economía no se alcanza solo fomentando una mayor autonomía de los gobiernos locales. Hay una cultura asimilada y aprendida por muchos años, de verticalidad y de corporativismo sectorial. Se requiere de acciones positivas que neutralicen/recorten/reduzcan ese poder. Hay acciones afirmativas imprescindibles, desde lograr un presupuesto nacional más participativo y promover una cultura de la participación mas activa y decisiva de los gobiernos locales, hasta obligar a la consulta y hasta a la autorización de las asambleas territoriales para la adopción de planes /medidas/ acciones desde los ministerios ramales que impacten en los territorios. La ley de empresas, cuando se apruebe, debe ayudar a romper esa verticalidad, siempre y cuando proteja de forma real la autonomía de las empresas y también el derecho de los empresarios a tomar decisiones. Si la futura ley genera suficiente transparencia en estos asuntos, entonces se habrá ganado un gran paso.
Para el abastecimiento a la población habría que pensar en la posibilidad de permitir la entrada al país de empresas transnacionales de comercio minorista o mayorista, europeas, asiáticas o latinoamericanas. Eso incentivaría la competencia, en el país, de las empresas nacionales con las extranjeras.
Si se han permitido las pequeñas y medianas empresas, se debería permitir que estas accedan a los mismos canales de distribución que tienen las estatales; es decir, salir por su cuenta a importar directamente.
Se debería ser coherente con la ampliación de los oficios de la categoría profesionales para formar empresas privadas de arquitectos, abogados, etc. Por ejemplo, hay una contradicción en crear cooperativas de la construcción y no permitir que un ingeniero civil los apoye en su acción constructiva.
El proyecto de Ley de empresas que se discutirá en el Parlamento en 2022 ya debería estar circulando para que expertos y académicos en general revisen sus propuestas y aporten criterios para su fortalecimiento.
El gobierno sigue actuando con incoherencia y no acaba de entender que la economía es una ciencia que tiene reglas propias. Por ejemplo, si el Estado no vende MLC, pero sí productos en esa moneda, el mercado informal de esa divisa necesariamente iba a crecer, y subirá de acuerdo con la demanda de la misma, afectando a la población en general, especialmente a los que no reciben MLC y tienen que adquirirla.
La anunciada reunión sobre La Nación y la Emigración debe llevar en su agenda propuestas concretas sobre el precio y la vigencia del pasaporte, el tiempo de estancia indefinido en el exterior, entre otras; no solo una acción de proclamas políticas. Aún hay voluntad de la diáspora cubana en participar en la reconstrucción nacional de Cuba, pero con reglas claras y precisas.
Corregir las distorsiones que nos deja el ordenamiento, en un contexto de expansión del comercio dolarizado, constituye el reto principal. Es cierto que la devaluación de la tasa oficial contribuye a una mejor medición de los hechos económicos y permite retribuir mejor a los exportadores; sin embargo, no producirá el ajuste necesario sobre todas las empresas. Primero, porque muchas empresas ineficientes que pasan a números rojos ante la nueva tasa, intentan amortiguar el encarecimiento de sus insumos en divisas a partir de ventas directas en MLC. Por otro lado, este ajuste requiere la disposición política para cerrar empresas ineficientes y redirigir ese empleo hacia otras actividades, acompañado de un mecanismo que ofrezca cobertura de seguridad social a corto plazo.
Lo cierto es que volvimos al mismo –o a un peor– lugar. Al cabo de un año se mantienen múltiples monedas en circulación y no se garantiza convertibilidad ante la tasa de cambio fijada, no se realizan operaciones de venta a las empresas ni a la población, por lo que los mercados informales cotizan las divisas a una tasa de más de tres veces respecto a la oficial. La situación es compleja y se requieren soluciones creativas para que el gobierno pueda intervenir como oferente en los mercados de divisas y lograr una regulación a la baja, tal como se hizo durante el escenario de los 90.
Una de las opciones sería reforzar los mecanismos centralizados de asignación de divisas, como ocurrió desde 2008. Pero ello solo conseguiría amarrar nuevamente la dinámica de las empresas estatales a la discrecionalidad de la asignación central y, con ello, evaporar las esperanzas de una reforma descentralizadora.
Ahora bien, independientemente del desenlace de las políticas macroeconómicas, es de esperar que el avance de la reforma incremente brechas de desigualdad que se consolidan desde hace treinta años. Sin transformar la práctica de asistencialismo igualitario en un concepto de políticas focalizadas, difícilmente podrá avanzarse en ese sentido. Hay una enorme gama de instrumentos fiscales y crediticios que pueden ser empleados para mitigar las brechas de empoderamiento que perpetúan las desventajas no superadas de determinados grupos sociales.
Cien años atrás, Cuba ocupaba el primer lugar, entre todas las naciones, en exportaciones de bienes y servicios por habitante. Exportó en 1920 un millar de dólares por habitante. Año tras año fue descendiendo desde aquella posición, y hoy ha pasado a integrar el pelotón de países con menores exportaciones per cápita.
Diez años después de triunfar la Revolución cubana, se decidió ejecutar un gran proyecto: fabricar diez millones de toneladas de azúcar para incrementar las exportaciones y poder pagarles a los países socialistas. No se logró, pero en los años 80 se producía 30% más del dulce producto que en los años 60.
En los años 90, de forma eficaz, se impulsó el desarrollo del turismo internacional.
Iniciando el presente siglo, se lograron altos ingresos, gracias a la exportación de los servicios de salud y de otras profesiones.
Sin embargo, desde el año 2019, los ingresos por exportaciones de bienes y servicios se contrajeron en más de la mitad. Las remesas monetarias, enviadas a sus familiares por los casi tres millones de cubanos que residen fuera de la Isla, se redujeron en dos terceras partes, a consecuencia de las medidas agresivas de la Administración Trump. Milagrosamente, la nación ha podido resistir esta caída en los ingresos.
A partir de ahora urge recuperar y aumentar los ingresos monetarios provenientes del exterior, moviendo todo lo que sea factible. La sola recuperación no será suficiente. Una pequeña economía abierta, con pocas posibilidades de obtener nuevos grandes créditos, debido al nivel de endeudamiento alcanzado, solo puede crecer si el ritmo de crecimiento de sus ingresos externos es superior a la tasa de crecimiento del total de la economía. Se demandara mucha creatividad y mecanismos facilitadores y estimuladores para las exportaciones. Esa creatividad estuvo presente en los últimos treinta años, al fomentarse el poderoso sector del turismo y lograr altos ingresos con la prestación de los servicios médicos y profesionales. En el futuro, otros sectores tendrán que compartir la responsabilidad de incrementar los ingresos externos. Desaparecerán instituciones que ya se tornaron obsoletas, y habrá que emplear nuevos mecanismos, reconstruir organismos lentos y poco eficaces. Incorporar a todos en esta tarea será imprescindible.
A continuación se incluyen las respuestas a la primera pregunta del tercer grupo de expertos, periodistas e investigadores que respondieron a la invitación de Temas:
El progreso de Cuba como nación y como pueblo debería ser el centro de todas las apuestas.
Armando Franco. Periodista.
Observación necesaria
Primer nudo
Segundo nudo
Tercer nudo
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