“Stalin no pudo alentar la revolución socialista en Europa y en el mundo, ni tampoco consolidarla en la URSS. En Rusia se volvió al capitalismo siete décadas después de la Revolución de Octubre en condiciones nuevas y radicalmente diferentes. Ese retroceso está relacionado, entre otros factores, con los graves errores del estalinismo. La hora de Stalin está definitivamente concluida, y las perspectivas de una nueva época están a nuestra vista. Si él pertenece a la categoría de los déspotas revolucionarios, entonces habrá que extraer la lección de que con ellos no es posible abrirle camino de forma perdurable a una sociedad socialista que necesita del amor y de la cultura para edificarse…”