jueves, 21-11-2024
"En la nueva dimensión de la ecología humana, la mediasfera, la imagen se ha convertido en un poderoso elemento conformador de la percepción, apropiación e interpretación de la realidad, y fomentador de modelos conductuales y estilos de vida. Y, en todo ello, un papel nada despreciable lo han desempeñado las constantes mutaciones que en la esfera de la computación han sufrido tanto los hardwares como los softwares. Así, un nuevo nombre se ha añadido para rebautizar, en sus postrimerías, al presente siglo: PC age, era de las computadoras personales..."
Este artículo analiza las relaciones entre cine y televisión en América Latina. A partir de la selección de distintos momentos y prácticas relevantes para los flujos entre ambos medios, el texto evalúa la importancia del cine y la televisión como mediadores y constructores en las identidades nacionales y continentales en Latinoamérica. De este modo, el artículo examina las tensiones e interacciones entre ambos medios desde una perspectiva geopolítica e histórica, en la que se destaca tanto su competencia por atraer a los públicos locales y como sus conexiones y la recepción de influencias de los medios extranjeros (principalmente europeos y estadounidenses). El texto empieza reclamando la importancia de la televisión para la difusión de las políticas y culturas nacionales, tanto a través de las alianzas de las corporaciones mediáticas y los canales televisivos con el poder político de cada país como a partir de la producción de fenómenos audiovisuales serializados como la telenovela, género televisivo por excelencia del continente. A continuación, el artículo analiza distintos ejemplos de cómo los cineastas latinoamericanos han imaginado la televisión. Por último, el texto sintetiza los aspectos educativos e informativos de la televisión en la región y remarca su importancia para la cultura cinematográfica continental.
Desde una perspectiva histórica, cuyo punto de partida es el nacimiento de YouTube (2005), se establecen algunos hitos del videoclip, así como una revisión taxonómica y actualización de tendencias estéticas surgidas al abrigo de esta era. Un acercamiento que plantea preguntas como la existencia del mencionado posvideoclip y que, por otro lado, trata de entender el cambio formal y narrativo al que está sometido el video musical y que ya recogieron, en primera instancia, autores como Sedeño, Pérez Rufí o Selva.
El texto propone distinguir ese constructo que conocemos por cine cubano, de otro igual de inefable que pudiéramos llamar el cuerpo audiovisual de la nación cubana. Mientras que con el primero generalmente se alude a un conjunto de películas y sujetos que pueden localizarse con cierta facilidad en el espacio y el tiempo, con el segundo estaríamos enfrentándonos a algo que se articula más allá de lo que una metafísica de la presencia (lo que está a la mano) permitiría describir con precisión.
“La metodología elaborada por la crítica feminista a principios de la década del 70, con un basamento esencialmente sociológico y político, ha ido incorporando elementos del psicoanálisis, la semiología y el estructuralismo, entre otras fuentes, para la conformación de un cuerpo teórico aplicable al estudio de la obra cinematográfica. Con frecuencia, muchos de esos presupuestos teóricos se han hecho extensivos a la crítica de otras manifestaciones artísticas, como el teatro y la pintura, así como el medio televisivo…”
El Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social, desde los dieciocho años de su fundación ha tenido como uno de sus ejes principales la contribución al necesario recorrido hacia la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, a través del artivismo y activismo social, y se ha posicionado como un actor clave en la revelación de las problemáticas más acuciantes de las realidades cubanas, donde, por supuesto, el envejecimiento poblacional, y sus consecuencias se han explicitado para lograr una visión interseccional y alcanzar justicia de género, ambiental y social. Las obras audiovisuales que reflejan el necesario y urgente tema del envejecimiento, signadas desde el artivismo, comunican recursos movilizadores para generar una conciencia emotiva que impacte la interpretación de las realidades, y su eficacia recorre desde lo individual, lo colectivo, lo privado, lo público, lo rural, lo urbano, hasta los niveles decisorios de una nación.
“Mundialmente se observa la disminución del interés por la lectura, y del número real de lectores y el aumento, más que perceptible, de los públicos televidentes y de los asistentes a las salas de cine. ¿Habrá sonado, pues, la hora de la muerte de la lectura? Afirmamos que no. No se trata de menospreciar los méritos de la imagen visual, ni siquiera de no reconocer abundantes usos y utilidad de la televisión. Pero empecemos con la convicción de que la palabra sobrevivirá, por derecho propio, si sabe rebasar el peligro y soportar enhiesta su agónico combate con ese temible contrincante que es la imagen visual. La palabra lo logrará, creo, si tiene la audacia de apoyarse en su virtud intrínseca…”
¿Qué entendemos por humor? ¿En qué se diferencia de la comicidad? ¿Hasta qué punto el humorismo se reconoce como parte de la cultura? ¿Se expresa en corrientes o estilos propios? ¿Es localista o universal? ¿Hay un relevo para el humorismo dentro de la nueva generación? ¿Son muy diferentes entre sí el humor en el teatro, la televisión y la radio? ¿Sucede así en otros países? ¿Corrientes como el humor negro o el absurdo están presentes en la cultura cubana? ¿Hasta qué punto puede hablarse de un humor cubano en la vida cotidiana de las personas? ¿Qué obstáculos y retos se plantean al ejercicio del humorismo en Cuba? Humoristas, especialistas, dibujantes, artistas debaten en torno a esta problemática e intercambian con un activo auditorio.
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