domingo, 13-10-2024
Cada vez que se habla del diseño cubano hay que regresar a la década de los 60. El consenso parece indicar que ese desarrollo en algún momento se estancó. ¿Qué pasó en esos años, qué motivó ese desarrollo impetuoso y qué fue lo que lo detuvo? ¿Es que podemos pensar que los códigos visuales que funcionaban en los 60 funcionan ahora? ¿Es el mismo receptor al que estamos dirigiendo los mensajes políticos? Aquí hay un problema serio que rebasa al diseñador. ¿Cuánto ha cambiado el país de los 60 para acá?
“Los analistas políticos y los medios de comunicación de los países capitalistas desarrollados comenzaron a dividir desde los años 80 a los militantes comunistas en liberales y ortodoxos. Como todo esquema que pontifica los extremos, este pierde sustancia cuando se aplica mecánicamente a otra realidad, pues deja fuera del análisis a los revolucionarios comprometidos con la realización consecuente de los ideales socialistas, que en Cuba son la fuerza decisiva de la nación. El esquema sirve, sin embargo, para impulsar una política, cuyo objetivo final es fracturar a la Revolución e introducir elementos de confusión en la perspectiva cultural cubana…”
Se propone aportar algunas claves para entender la posverdad —entendida como un fenómeno en el que lo racional y lo objetivo ceden terreno a lo emocional o a las creencias formadas por los ciudadanos, a partir de medias verdades o informaciones falsas— y poder reconocerla en las prácticas cotidianas de la comunicación, pero principalmente en los procesos electorales.
La desaparición del campo socialista y de la Unión Soviética, a finales de los años 80 e inicios de los 90, tuvo un impacto de dimensiones enormes a nivel global. La economía, la política, la sociedad, e incluso la ideología y la propia historia cambiaron radicalmente. Cuba, debido a los lazos que había estrechado con el mundo comunista y a formar parte de él, sintió particularmente este cambio, cuyos efectos se hicieron evidentes sobre todo en la esfera económica. Sobre la manera en que la prensa cubana trató este delicado asunto versan las páginas del libro Crónica de un derrumbe: el colapso del “socialismo real” en la prensa escrita cubana (1985-1992), de Fabio Fernández Batista y que se reseña en este texto.
“La información y la cultura, la educación y el trabajo creador, pasan cada vez más, a nivel internacional, por las nuevas tecnologías de comunicación. Con ello se inicia en el mundo una nueva fase de trasmisión y flujos de mensajes masivos de una intensidad y alcance hasta ahora no conocidos. Lo que hace dignos de estudio estos procesos es que las manifestaciones relacionadas con la cultura popular (como el cine, la música y el video) son generadas por un reducido número de grandes empresas productoras y distribuidoras basadas en el entretenimiento y el lucro comercial, a escala mundial…”
“¿Existe una presencia cultural de Iberoamérica en el mundo? ¿Cuál es su proceder frente al relumbre de las grandes potencias? ¿Se percibe una sensibilidad americana reconocida y distinguible en el escenario internacional o será necesario abrir brechas para la libre expresión de nuestra cultura en medio de las tentativas de uniformización? La concentración del poder mundial, característica de nuestra época, ha llevado a los Estados Unidos (como a China, Japón y los países europeos) a servirse de la cultura, en su acepción global, como elemento estratégico de las relaciones internacionales…”
“A partir del siglo XVII, la comunicación, al reaccionar ante los cambiantes contextos socioculturales y a las transformaciones ocurridas en los medios y modos de transportar la información, ha desarrollado un terreno semántico inestable, que indica a un tiempo trasmisión unidireccional y compartir mutuamente. Esta bivalencia o inestabilidad semántica de la palabra comunicación coloca a los teóricos en una situación interesante, convirtiéndolos en reacios académicos bifocales cuando se proponen investigar dos fenómenos incompatibles de estudio. Por tanto, lo que ocurre históricamente al teorizar sobre la comunicación es que, en cualquier momento dado, se ha permitido que uno u otro de los significados contradictorios domine o reprima al otro…”
“Durante las primeras seis décadas de este siglo, entre la literatura y el periodismo (en particular entre la narrativa y la crónica, la entrevista y el reportaje) fue abriéndose, progresiva y engañosamente, una escisión en apariencia invencible: dos mundos polarizados. Esa dicotomía, supuestamente estructural, técnica y lingüística, iba encaminada también a señalar una diferencia más profunda, pero no por eso legítima: su naturaleza. Además, la diferencia entre la narrativa y dichos géneros periodísticos venía envuelta en el confuso ropaje de los medios de difusión masiva...”
“La investigación y la reflexión teórica sobre la comunicación de masas ha atravesado en Cuba diversas etapas, casi siempre nítidamente definidas, que van de la dispersión y el debilitamiento a la efervescencia y productividad, períodos de estancamiento y momentos de profundo debate y autocrítica. La investigación comunicológica cuenta ya en nuestro país con una cierta tradición…”
“El tema del impacto social de las tecnologías de la información y la comunicación es muy tratado actualmente, como lógica respuesta a las expectativas y preocupaciones que generan la proliferación y dinámico desarrollo de estas tecnologías. Sin embargo, se suele perder de vista que las profundas transformaciones en este campo no se agotan en su componente tecnológico, sino que incluyen los factores referidos al uso social de la información y al papel del conocimiento, en la actualidad y en el futuro inmediato. Nuevas interrogantes se abren y, por lo tanto, se incrementan las demandas a los estudiosos del tema, que están obligados a asumir nuevas perspectivas teóricas y metodológicas para responderlas…”
“El sentido de la publicidad es convencer al consumidor de que el producto o servicio ofertado es el que mejor satisface sus necesidades y expectativas, a fin de que lo compre. Tal convencimiento requiere del publicitario un amplio conocimiento de las normas y valores que rigen en la sociedad en cuyo contexto se ubica el mensaje, del segmento o segmentos poblacionales con poder económico para consumir el producto, y de las bondades de este que sirvan a la autoafirmación del comprador en la realización de actividades exitosas, ajustadas a esas normas y a esos valores…”
Con el fin de promover el envejecimiento saludable en el municipio Plaza de la Revolución, de La Habana, se propone la conceptualización de una estrategia comunicativa. Para ello se sistematizan los fundamentos teóricos sobre comunicación para el cambio social, empoderamiento ciudadano, y se define una ruta metodológica participativa como sustento del proceso de planeación estratégica en comunicación en el marco del proyecto PIES-Plaza.
¿Qué significa hablar correctamente? ¿Podemos considerar un patrón superior que no tiene en cuenta diferencias y particularidades o se trata más bien del patrón de un grupo social, de una región, de un grupo étnico-racial, de una condición urbana o rural? ¿Los medios de comunicación masiva, la escuela, los espacios comunitarios, la difusión de la música popular, afectan, facilitan o entorpecen el desarrollo de criterios adecuados en relación con el habla? ¿La enseñanza del español, el cuidado de las normas, en la escuela, en la familia, en los medios de comunicación, se han visto afectados por la crisis de los últimos años? ¿Cómo los cambios que han ocurrido en los espacios sociales configuran la formación del habla popular y las normas sociales?
“Desarrollaré aproximaciones que pueden incrementar el tratamiento o la polémica sobre un tema súbitamente frecuente en las muchas vertientes del conocimiento y la comunicación humana: las desigualdades en Cuba. Trataré de dos archipiélagos: el estrictamente geográfico, y otro metafórico que llamaré «social». El objetivo central que anima este intento, es clamar por la necesidad de una visión dialéctica sobre la construcción de las desigualdades espaciales y territoriales en nuestro país, y avanzar en las formas de clasificarlas, evaluarlas y juzgarlas…”
¿Qué es el capitalismo de las plataformas digitales? ¿Cómo las redes sociales están cambiando estructuralmente el desarrollo de empresas y organizaciones? ¿Qué implicaciones tiene el llamado “trabajo digital” para el desarrollo de sociedades modernas? ¿Cómo afecta este a las relaciones sociales, los derechos laborales, el salario, el mercado, etcétera? Cuatro estudiosos de la comunicación debatieron estas interrogantes junto al público de Último Jueves.
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