martes, 30-12-2025
Cada vez que se habla del diseño cubano hay que regresar a la década de los 60. El consenso parece indicar que ese desarrollo en algún momento se estancó. ¿Qué pasó en esos años, qué motivó ese desarrollo impetuoso y qué fue lo que lo detuvo? ¿Es que podemos pensar que los códigos visuales que funcionaban en los 60 funcionan ahora? ¿Es el mismo receptor al que estamos dirigiendo los mensajes políticos? Aquí hay un problema serio que rebasa al diseñador. ¿Cuánto ha cambiado el país de los 60 para acá?
“Los analistas políticos y los medios de comunicación de los países capitalistas desarrollados comenzaron a dividir desde los años 80 a los militantes comunistas en liberales y ortodoxos. Como todo esquema que pontifica los extremos, este pierde sustancia cuando se aplica mecánicamente a otra realidad, pues deja fuera del análisis a los revolucionarios comprometidos con la realización consecuente de los ideales socialistas, que en Cuba son la fuerza decisiva de la nación. El esquema sirve, sin embargo, para impulsar una política, cuyo objetivo final es fracturar a la Revolución e introducir elementos de confusión en la perspectiva cultural cubana…”
Se propone aportar algunas claves para entender la posverdad —entendida como un fenómeno en el que lo racional y lo objetivo ceden terreno a lo emocional o a las creencias formadas por los ciudadanos, a partir de medias verdades o informaciones falsas— y poder reconocerla en las prácticas cotidianas de la comunicación, pero principalmente en los procesos electorales.
La desaparición del campo socialista y de la Unión Soviética, a finales de los años 80 e inicios de los 90, tuvo un impacto de dimensiones enormes a nivel global. La economía, la política, la sociedad, e incluso la ideología y la propia historia cambiaron radicalmente. Cuba, debido a los lazos que había estrechado con el mundo comunista y a formar parte de él, sintió particularmente este cambio, cuyos efectos se hicieron evidentes sobre todo en la esfera económica. Sobre la manera en que la prensa cubana trató este delicado asunto versan las páginas del libro Crónica de un derrumbe: el colapso del “socialismo real” en la prensa escrita cubana (1985-1992), de Fabio Fernández Batista y que se reseña en este texto.
“La información y la cultura, la educación y el trabajo creador, pasan cada vez más, a nivel internacional, por las nuevas tecnologías de comunicación. Con ello se inicia en el mundo una nueva fase de trasmisión y flujos de mensajes masivos de una intensidad y alcance hasta ahora no conocidos. Lo que hace dignos de estudio estos procesos es que las manifestaciones relacionadas con la cultura popular (como el cine, la música y el video) son generadas por un reducido número de grandes empresas productoras y distribuidoras basadas en el entretenimiento y el lucro comercial, a escala mundial…”
“¿Existe una presencia cultural de Iberoamérica en el mundo? ¿Cuál es su proceder frente al relumbre de las grandes potencias? ¿Se percibe una sensibilidad americana reconocida y distinguible en el escenario internacional o será necesario abrir brechas para la libre expresión de nuestra cultura en medio de las tentativas de uniformización? La concentración del poder mundial, característica de nuestra época, ha llevado a los Estados Unidos (como a China, Japón y los países europeos) a servirse de la cultura, en su acepción global, como elemento estratégico de las relaciones internacionales…”
“A partir del siglo XVII, la comunicación, al reaccionar ante los cambiantes contextos socioculturales y a las transformaciones ocurridas en los medios y modos de transportar la información, ha desarrollado un terreno semántico inestable, que indica a un tiempo trasmisión unidireccional y compartir mutuamente. Esta bivalencia o inestabilidad semántica de la palabra comunicación coloca a los teóricos en una situación interesante, convirtiéndolos en reacios académicos bifocales cuando se proponen investigar dos fenómenos incompatibles de estudio. Por tanto, lo que ocurre históricamente al teorizar sobre la comunicación es que, en cualquier momento dado, se ha permitido que uno u otro de los significados contradictorios domine o reprima al otro…”
“Durante las primeras seis décadas de este siglo, entre la literatura y el periodismo (en particular entre la narrativa y la crónica, la entrevista y el reportaje) fue abriéndose, progresiva y engañosamente, una escisión en apariencia invencible: dos mundos polarizados. Esa dicotomía, supuestamente estructural, técnica y lingüística, iba encaminada también a señalar una diferencia más profunda, pero no por eso legítima: su naturaleza. Además, la diferencia entre la narrativa y dichos géneros periodísticos venía envuelta en el confuso ropaje de los medios de difusión masiva...”
“La investigación y la reflexión teórica sobre la comunicación de masas ha atravesado en Cuba diversas etapas, casi siempre nítidamente definidas, que van de la dispersión y el debilitamiento a la efervescencia y productividad, períodos de estancamiento y momentos de profundo debate y autocrítica. La investigación comunicológica cuenta ya en nuestro país con una cierta tradición…”
“El tema del impacto social de las tecnologías de la información y la comunicación es muy tratado actualmente, como lógica respuesta a las expectativas y preocupaciones que generan la proliferación y dinámico desarrollo de estas tecnologías. Sin embargo, se suele perder de vista que las profundas transformaciones en este campo no se agotan en su componente tecnológico, sino que incluyen los factores referidos al uso social de la información y al papel del conocimiento, en la actualidad y en el futuro inmediato. Nuevas interrogantes se abren y, por lo tanto, se incrementan las demandas a los estudiosos del tema, que están obligados a asumir nuevas perspectivas teóricas y metodológicas para responderlas…”
“El sentido de la publicidad es convencer al consumidor de que el producto o servicio ofertado es el que mejor satisface sus necesidades y expectativas, a fin de que lo compre. Tal convencimiento requiere del publicitario un amplio conocimiento de las normas y valores que rigen en la sociedad en cuyo contexto se ubica el mensaje, del segmento o segmentos poblacionales con poder económico para consumir el producto, y de las bondades de este que sirvan a la autoafirmación del comprador en la realización de actividades exitosas, ajustadas a esas normas y a esos valores…”
Con el fin de promover el envejecimiento saludable en el municipio Plaza de la Revolución, de La Habana, se propone la conceptualización de una estrategia comunicativa. Para ello se sistematizan los fundamentos teóricos sobre comunicación para el cambio social, empoderamiento ciudadano, y se define una ruta metodológica participativa como sustento del proceso de planeación estratégica en comunicación en el marco del proyecto PIES-Plaza.
¿Qué significa hablar correctamente? ¿Podemos considerar un patrón superior que no tiene en cuenta diferencias y particularidades o se trata más bien del patrón de un grupo social, de una región, de un grupo étnico-racial, de una condición urbana o rural? ¿Los medios de comunicación masiva, la escuela, los espacios comunitarios, la difusión de la música popular, afectan, facilitan o entorpecen el desarrollo de criterios adecuados en relación con el habla? ¿La enseñanza del español, el cuidado de las normas, en la escuela, en la familia, en los medios de comunicación, se han visto afectados por la crisis de los últimos años? ¿Cómo los cambios que han ocurrido en los espacios sociales configuran la formación del habla popular y las normas sociales?
“Desarrollaré aproximaciones que pueden incrementar el tratamiento o la polémica sobre un tema súbitamente frecuente en las muchas vertientes del conocimiento y la comunicación humana: las desigualdades en Cuba. Trataré de dos archipiélagos: el estrictamente geográfico, y otro metafórico que llamaré «social». El objetivo central que anima este intento, es clamar por la necesidad de una visión dialéctica sobre la construcción de las desigualdades espaciales y territoriales en nuestro país, y avanzar en las formas de clasificarlas, evaluarlas y juzgarlas…”
¿Qué es el capitalismo de las plataformas digitales? ¿Cómo las redes sociales están cambiando estructuralmente el desarrollo de empresas y organizaciones? ¿Qué implicaciones tiene el llamado “trabajo digital” para el desarrollo de sociedades modernas? ¿Cómo afecta este a las relaciones sociales, los derechos laborales, el salario, el mercado, etcétera? Cuatro estudiosos de la comunicación debatieron estas interrogantes junto al público de Último Jueves.
El objetivo de esta sesión es tratar de profundizar en algunos problemas que afectan en general a los medios de difusión, y en particular a la radio como un instrumento de comunicación y retroalimentación con los radioyentes ¿En qué medida la radio ha ofrecido históricamente un espacio para la expresión de la opinión pública y el desarrollo de una conciencia ciudadana en Cuba, una conciencia cívica? ¿Cómo se compara con otros medios de difusión, en particular con la prensa escrita y con la televisión?
Los documentos programáticos del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) implican una transformación significativa de la visión instrumental que había caracterizado la comprensión de la Información y la Comunicación como recursos estratégicos en la gestión del desarrollo. Ahora vistos como bienes públicos y derechos ciudadanos, están llamados a jugar un papel cada vez más vital en la articulación entre los servidores públicos y el pueblo, y en la modernización de la administración pública, el sistema empresarial y el desarrollo local. El reto está en convertir estos conceptos en acciones que impliquen cambios estructurales y culturales, y que aprovechen el potencial del país. En este ensayo se desarrollan y se proponen diversos enfoques y acciones y, además, se aboga por una esfera pública con mayor capacidad para representar la diversidad social y conectar las agendas de los diferentes grupos con la toma de decisiones a todos los niveles.
(Premio Temas de Ensayo 2014, modalidad Ciencias sociales) “Los acontecimientos posteriores a la publicación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución (2011), plataforma programática para la actualización del modelo económico cubano, han demostrado que su implementación requiere, más allá del imprescindible acompañamiento informativo inherente a toda actividad social compleja y prolongada, la formulación de una política que coloque a la comunicación misma en el centro de las transformaciones que vive la sociedad cubana…”
“La necesidad de fomentar la configuración de sociedades más justas y democráticas, capaces de impulsar alternativas que contribuyan con la disminución de las condiciones de desigualdad provocadas por la concentración de riquezas, ha despertado la preocupación por la temática del desarrollo desde diversas disciplinas, incluyendo el campo de la comunicación social. Especial relevancia ha adquirido la atención a las prácticas comunicativas que integran procesos de socialización y educación, y que se articulan en espacios poco o nada institucionalizados, lo cual, a su vez, ha remarcado la necesidad de avanzar en el estudio del modelo participativo de la comunicación…”
El artículo ofrece una amplia revisión histórica y teórica del concepto de opinión pública, mostrando su complejidad, las múltiples disciplinas que lo han abordado y el prolongado desacuerdo en torno a su definición. Se explica la tensión entre la tradición clásica —centrada en la esfera pública deliberativa y el uso crítico de la razón— y la tradición empírica —marcada por el auge de las encuestas y la sociedad de masas—, destacando sus límites para captar la dinámica real entre individuos, grupos, medios y poder político. Analiza los aportes y contradicciones de autores como Habermas y Noelle-Neumann, critica la reducción de la opinión pública a los sondeos y propone entenderla como una categoría política, comunicativa y simbólica en permanente transformación, cuya función en las democracias depende del diálogo social, las mediaciones institucionales y las representaciones construidas por los medios.
Este trabajo se centra en los imaginarios institucionales del riesgo reproducidos por la prensa como parte de un complejo proceso de mediaciones socioculturales que definen las formas dominantes del conocimiento y las coacciones sociales impensadas. Se propone atravesar los conocimientos públicos definidos por lo que se dice o no en torno a dos ámbitos distintos, pero igualmente construidos por la agenda mediática a partir de figuras de inseguridad que fijan escenarios de excepcionalidad, miedo y vulnerabilidad. Primero, los desastres socioambientales y luego las fronteras políticas contemporáneas. Se apuesta por recuperar la historicidad del propio acto epistemológico en el que se traba el extrañamiento de la naturaleza y de los límites de la comunidad nacional, situándonos desde lo local, en el contexto del sur de México.
El artículo analiza la imagen país como un proceso complejo donde intervienen identidad cultural, comunicación institucional, globalización y diplomacia pública, destacando que esta imagen se construye a partir de significados compartidos generados por múltiples actores —gobiernos, organizaciones, medios, sociedad civil, diásporas y redes profesionales— que interactúan en contextos marcados por interdependencias y asimetrías. Sostiene que una estrategia efectiva debe basarse en la identidad cultural, armonizar intereses diversos, fortalecer la sinergia entre acciones comunicativas formales e informales y apostar por relaciones de largo plazo, especialmente mediante programas de diplomacia pública que faciliten experiencias comunes, credibilidad y vínculos afectivos capaces de influir positivamente en la percepción internacional del país.
Apasionada promotora del diálogo íntimo entre el lector y el texto, la doctora Beatriz Maggi, quien no quiere otro título que el de profesora —oficio que ha dignificado por más de sesenta años—, es una de las mujeres que con más eficacia, y más belleza expresiva, ha penetrado en el complejo mundo de la literatura universal, muchas veces desde la posición del receptor, porque para ella la lectura a más de placer, es el medio de completamiento de lo pensad o y escrito. De esto y otras cosas ha querido conversar para Temas.
El artículo analiza cómo los principales medios de comunicación estadounidenses han construido y amplificado percepciones negativas sobre México durante la última década, centrando su cobertura en dos ejes: la violencia asociada al narcotráfico y la inmigración mexicana. Sostiene que, aunque existen ejemplos de reportajes equilibrados y críticos, predomina un enfoque sensacionalista que utiliza metáforas de guerra, imágenes alarmistas y descripciones exageradas del caos y la inseguridad. Esta narrativa distorsionada contribuye a moldear la opinión pública estadounidense, reforzando la idea de un país al borde del colapso y oscureciendo análisis más complejos sobre el alcance real de la violencia, las dinámicas territoriales y las responsabilidades compartidas entre ambos países, especialmente en temas como el consumo de drogas y el tráfico de armas.
El artículo examina el reguetón dentro del campo musical y sociocultural cubano, destacándolo como un espacio en disputa donde chocan nociones de “cultura legítima”, jerarquías simbólicas y tensiones generacionales. La autora muestra cómo el reguetón ha generado pánico moral entre intelectuales, musicólogos y algunos músicos, debido a sus letras explícitas, su vínculo con sectores populares y su asociación con el “mal gusto”. Sin embargo, también evidencia que su éxito responde a transformaciones económicas, sociales y culturales en Cuba, incluida la emergencia de valores consumistas, la reconfiguración de los espacios de ocio y el rol de redes informales de distribución.
¿Hasta qué punto los medios de difusión fomentan realmente una conciencia más educada, reflexiva y crítica? En un contexto peculiar, caracterizado por un torrente global de información y opiniones, adquiere nuevo relieve el papel de las revistas que, además de informar, suscitan la reflexión, proponen enfoques y abren espacio a una variedad de perspectivas y juicios calificados. ¿Cómo pueden las revistas aprovechar, expandir y cultivar una esfera pública inundada por imágenes e ideas, cuyo eco multiplicado atraviesa fronteras y países muy diferentes? Buscando contribuir a esta problemática, Temas se comunicó con un grupo de revistas de Norteamérica, Europa y Cuba. Agradecemos a quienes, en medio de tareas editoriales y otras responsabilidades, nos hicieron llegar sus valiosos comentarios.
El ensayo analiza la polémica en torno a los cultivos transgénicos en Cuba, destacando cómo la introducción de esta tecnología generó tensiones entre especialistas, instituciones y sectores de la ciudadanía. Examina la politización, los silencios institucionales y la limitada participación pública, así como el papel desigual de la prensa y las ciencias sociales en la discusión. El autor argumenta que el debate refleja dinámicas globales sobre ciencia, tecnología, poder y ciudadanía, y subraya la necesidad de espacios de diálogo transparentes y multidisciplinarios para la toma de decisiones responsables.
Panel de discusión sobre la imagen de Cuba en la prensa extranjera, analizando cómo predominan estereotipos negativos anclados en agendas políticas y mediáticas del mainstream internacional. Los panelistas examinan factores que influyen en esta representación —rutinas periodísticas, intereses geopolíticos, limitaciones del acceso a fuentes y silencios mediáticos— y discuten las tensiones entre la prensa cubana, los corresponsales extranjeros y los mecanismos institucionales de comunicación. El texto evidencia la complejidad del proceso de construcción simbólica de la imagen de Cuba y la necesidad de estrategias más abiertas y coherentes.
El trabajo analiza la transformación de las industrias culturales, especialmente el sector audiovisual europeo, desde la perspectiva de la Economía Política de la Comunicación y la Cultura, en el contexto de la sociedad de la información. Examina cómo la digitalización, la concentración mediática y la economía creativa afectan la diversidad cultural y el pluralismo, y defiende el papel activo de las políticas públicas de la Unión Europea para proteger las cinematografías minoritarias, garantizar la diversidad lingüística y contrarrestar las lógicas del mercado en un entorno globalizado y altamente tecnologizado.
El artículo examina críticamente la noción de “glasnost” aplicada al contexto cubano contemporáneo, analizando las tensiones entre los medios de comunicación masiva y los nuevos medios sociales en la sociedad informacional. La autora argumenta que Estados Unidos identifica la comunicación como un punto vulnerable para promover un cambio de régimen en Cuba, apoyándose en estrategias digitales y redes alternativas. A la vez, cuestiona las analogías simplistas con la experiencia soviética y sostiene que los nuevos entornos tecnológicos generan dinámicas comunicacionales distintas, que exigen enfoques propios y no extrapolaciones históricas mecánicas.
El artículo reflexiona sobre las transformaciones de la comunicación y la cultura en la sociedad de la información desde una perspectiva crítica, señalando cómo la expansión de las TIC y los flujos informacionales reconfiguran las relaciones de poder, la producción simbólica y la participación social. El autor enfatiza la necesidad de políticas públicas de comunicación que superen la lógica mercantil, defiendan la diversidad cultural y fortalezcan el papel ciudadano frente a la concentración mediática y la hegemonía de los grandes actores económicos y tecnológicos.
El texto recoge un panel de debate sobre la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), analizada como un proyecto de integración socioeconómica y política con una fuerte agenda social y una matriz ideológica centrada en el ser humano. Los participantes reconocen avances significativos en cooperación, salud, educación y comunicación, pero señalan limitaciones en la transformación de las estructuras económicas y en la creación de interdependencias productivas sostenibles. El artículo subraya la necesidad de fortalecer la integración económica, la participación social y la soberanía comunicacional para consolidar el proyecto a largo plazo.
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