domingo, 16-11-2025
67
Hace apenas veinte años, las estaciones de la revolución social latinoamericana se fijaban como derrocamiento de regímenes autoritarios, asalto al poder, nacionalizaciones masivas, partido de vanguardia, guerras civiles, dictadura del proletariado. Hoy los procesos de cambio recorren rutas insospechadas. Iniciados desde plataformas reformistas, la mayoría pronto revela fuertes pugnas entre movimientos políticos por el cambio, y bloques de poder que lo resisten. El discurso renovador no se consuma anunciando una utopía, sino respondiendo a tareas y retos inmediatos: estabilizar la economía nacional, elevar el estándar de vida, combatir la pobreza, modificar las pautas de distribución del ingreso, reducir la desigualdad, afianzar la soberanía nacional, promover el acceso masivo a la salud, la educación, la seguridad social, la vivienda, democratizar el régimen de propiedad. La experiencia de los socialismos históricos enseña que estas conquistas son necesarias, pero no suficientes. El modelo nórdico demuestra que el Estado de bienestar puede proveer políticas sociales avanzadas, sin desprenderse de la lógica capitalista. Una revolución socialista apunta a consolidar nuevas fórmulas de desarrollo más allá de esa lógica estatal paternalista, a subvertir la relación dirigente-dirigido, educador-educando; a crear nuevos espacios de poder para la sociedad civil dentro del Estado; a conmover una cultura política heredada, que fija jerarquías y hábitos de mando entre grupos y clases.
Este número de Temas intenta reunir, como en un caleidoscopio, diversas visiones, casos nacionales, aspectos y dinámicas de algunos procesos en curso, dentro de la vibrante realidad de nuestra región.
Enfoque
En este ensayo, tomando como punto de partida el pensamiento de Simón Bolívar, José Martí, José Carlos Mariátegui, Enrique Dussel, Paulo Freire, José Luis Rebellato (por citar algunos latinoamericanistas), repienso la ética como una utopía de nuestros pueblos para abrir horizontes hacia la libertad posible; una energía creadora, continua, dinámica, recursiva para la formación de conciencia ético-crítica y la participación libre, desde las cuales se co-construye sentido y significado a la práctica social.
En diversos trabajos he examinado el entorno internacional reciente de América Latina, y los desafíos que este plantea. Intentaré aquí, en cambio, referirme a algunos factores domésticos —políticos, sociales y culturales— que tienen peso y significación en los escenarios de nuestros países, con preferencia hacia los que presentan una importancia política generalizada en la mayoría de ellos.
La comprensión del proceso boliviano de transformación social y política exige del conocimiento previo de las particularidades propias de su economía, de sus modos específicos de producción y reproducción social, muy distantes de los patrones convencionales que, con mayor o menor intensidad, están presentes en los de su entorno. Este artículo parte de la exposición de las peculiaridades de la economía boliviana, de su carácter profundamente excluyente para la mayor parte de la población y de su naturaleza desestructurada, para analizar su incidencia sobre el proceso de cambio que vive el país desde la llegada al poder del presidente Evo Morales, a comienzos de 2006.
“Aún existen en Brasil cerca de dos o tres millones de campesinos sin tierra, provenientes en su mayoría de propiedades rurales expropiadas por los agronegocios o en virtud de deudas bancarias y comerciales. Su conversión en pequeños productores agrícolas efectivos enfrenta la resistencia de la burguesía agrícola, así como la de los remanentes del antiguo latifundio y la del conjunto de la burguesía…”
La intervención de los Estados Unidos en México, multifacética y multisectorial, se centra en el sector petro-eléctrico (sin dejar de incidir sobre otros, como la minería, el agua, la biodiversidad), porque desde la perspectiva de las grandes firmas de la energía y, por tanto, del BM, la vinculación entre el negocio petrolero y el eléctrico es crucial.
En los últimos sesenta años, la sociedad costarricense, su conformación, usos y costumbres, y también los factores estructurales que la condicionan, ha sufrido cambios notables. La población del país, después de una fase intensa de expansión durante los años 50 y los 60, ha empezado a envejecer. Esto significa que, para mediados del siglo XXI, la pirámide poblacional se habrá invertido: serán pocos los jóvenes y muchos los viejos a quienes el Estado y la sociedad tendrán que atender.
El Puerto Rico (PR) de comienzos del siglo XXI plantea paradojas múltiples. ¿Cómo continúa exhibiéndose cierta estabilidad política en un país sometido a controles coloniales directos, resultado de una época con una mentalidad abiertamente racista? ¿Cómo coinciden tasas enormes de ganancias del capital extranjero con aumentos en las transferencias financieras del gobierno federal de los Estados Unidos a la creciente población pobre de la Isla? ¿Por qué la cantidad de isleños se reduce significativamente mientras aumenta la presencia de una comunidad boricua en territorio estadounidense sin que ello produzca nuevas formas efectivas de hacer política sobre su futuro? En este breve ensayo pretendo comentar la complejidad de algunos de esos problemas políticos y sociales, de naturaleza crónica, que parecerían, de manera superficial, desafiar la dialéctica y sus contradicciones.
La insurgencia por doquier de movimientos y demandas populares para la construcción de opciones sociopolíticas que favorezcan una democracia participativa, protagónica, enraizada en el sentimiento y la esperanza popular, colocan la ética en un primer plano de la reflexión latinoamericana. ¿Para qué repensarla? ¿Cómo transformar la ética de la desesperanza para/en/desde la libertad y la esperanza? Las respuestas a estas interrogantes son diversas, como diversas son las intenciones y los objetivos en los que se basan.
Uno de los cambios más significativos que se están dando en la sociedad cubana como parte del proceso de «actualización» del modelo económico, es la expansión del sector empresarial no estatal. Este término se refiere no solo a formas de propiedad privada, sino también a aquellas en las que interviene la propiedad colectiva como las cooperativas. Con este también se sugiere que una empresa administrada por personas que no sean representantes de instituciones estatales no tiene que ser, necesariamente, «privada», es decir, responder solo a intereses individuales estrechos o contradictorios con necesidades y expectativas de la sociedad en general. El asunto clave para una sociedad comprometida con la construcción socialista, donde el crecimiento económico no es un fin sino un medio al servicio de la sociedad, es precisamente cómo hacer que el sector no estatal responda a intereses sociales.
Las últimas décadas están marcadas por cambios trascendentales en la vida económica, social y cultural de América Latina y el Caribe. Todos sus países, en distintas dimensiones e intensidades, viven los efectos de procesos que, por su dinamismo, se encuentran en permanente cambio y transformación. Es altamente probable que sobre dichos cambios —debido al enorme influjo de la «idea única» para concebir el desarrollo, y de los efectos de la revolución científica y tecnológica que comanda solo un puñado de países— sea difícil concluir «leyes» que expliquen la totalidad y el devenir de los procesos en curso. Algunos de ellos son inéditos; otros, herencia del pasado, y muchos vislumbran futuros cuyos efectos son aún impredecibles.
Controversia
(Panel realizado en el Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, el 28 de octubre de 2010) ¿Cuáles deben ser los objetivos de un libro de texto? ¿Cómo es o debe ser su relación con el maestro y con el estudiante? ¿Es una guía para la acción o es el elemento básico del proceso de enseñanza-aprendizaje? Y ¿últimamente cada qué tiempo se deben actualizar los libros de texto de las diferentes asignaturas? ¿En qué sentido creen ustedes que los libros de texto, en especial los del área de humanidades, pero no necesariamente ellos solos, contribuyen a la formación de niños y jóvenes para que participen activamente en la sociedad en que viven y en el mundo contemporáneo, el mundo en que les tocó vivir? ¿Recogen esos libros, tanto en sus textos como en sus ilustraciones, la diversidad social cubana: raza, género, generaciones, etc.?
Entretemas
(Primera Mención en el Premio Temas de Ensayo 2009, en la modalidad de Ciencias sociales) Las escasas menciones a José Antonio Saco en la obra de José Martí es una de las causas de que pocos autores se hayan referido a la relación del pensamiento político de aquel con el del Apóstol. Otro motivo pudiera hallarse en la tendencia, presente en algunos estudiosos del ideario martiano, de solo establecer sus vínculos con personalidades históricas que alcanzaron en su época un reconocimiento similar al del Maestro, por el carácter progresista o revolucionario de sus concepciones. Este proceder conduce a lamentables errores de interpretación, pues en la evolución de las ideas de la generalidad de los seres humanos inciden múltiples tendencias, criterios, opiniones que el individuo asimila o rechaza, total o parcialmente, en correspondencia con su formación política e ideológica.
Este artículo trata un tema de gran actualidad: la burocracia como fenómeno de la institucionalidad compleja de la sociedad. más que como un efecto efímero de sus deformaciones posibles y analizadas sus consecuencias en los procesos de alienación o emancipación humana de los individuos concretos.
Lectura sucesiva
Reseña crítica de Cuban Catholics in the United States, 1960-1980. Exile and Integration, de Gerald E. Poyo (Institute for Latino Studies, University of Notre Dame Press, Notre Dame, 2007).
Reseña crítica de The Cuba Wars: Fidel Castro, the United States and the Next Revolution, de Daniel P. Erikson (Bloomsbury Press, Nueva York, 2008).
Reseña crítica de Cultura y letras cubanas en el siglo XXI, compilado por Aracely Tinajero (Iberoamericana-Vervuert, Madrid/Frankfurt del Meno, 2010).
ÚLTIMAS EDICIONES
122-123
121
119-120
YOUTUBE
TWITTER
FACEBOOK
Temas es una publicación trimestral, dedicada a la teoría y el análisis de los problemas de la cultura, la ideología y la sociedad contemporánea.
(+53) 7-838-3010(+53) 7-830-4759
temas@icaic.cu
Calle 23 #1109 e/ 8 y 10. Plaza de la Revolución. CP:10400. La Habana. Cuba