Antes que sector institución o fuerza productiva, la ciencia es un bien público y una dimensión de la cultura. Más allá de su representación como registro y acumulación de datos, o de su función utilitaria, como saco de conspicuas herramientas las ciencias constituyen una forma de la conciencia social.

A contrapelo de los postulados positivistas clásicos y modernos, el conocimiento científico se torna hoy menos compartimentado más social y contaminante. Nunca como ahora las ciencias han impregnado tanto las representaciones colectivas, las visiones y discursos que estructuran la vida cotidiana.

En este número de Temas, estudiosos y practicantes de las llamadas ciencias naturales han sido invitados a mirar críticamente sus campos, a compartir sus problemas y preocupaciones, a ayudarnos a pensar el desarrollo humano, la política y el papel del conocimiento en la construcción de un nuevo orden social.