“Hablemos de arte, de esas artes que llamamos plásticas, las que un día tenían la exclusividad de la plasmación de imágenes, de la pintura, la escultura, el grabado. Manifestaciones que, hurgando en el mundo en derredor, fijaban interpretaciones muy disímiles y fragmentarias de acuerdo con los intereses de la época. Exactitud en el detalle y formas dadas en contorno; corporeidad, búsquedas sensuales, texturas y matices generando masa; transparencia de una atmósfera, sentido de infinitud o de proximidad sorprendiendo la complejidad del escorzo y el entrelazamiento de las formas, planos transformadores de la visión del fragmento de vida, fueron conquistas del oficio como respuesta a la cosmovisión imperante en cada momento, convertida en esencias en clave mayor y en recursos para plasmarlas…”