“La experiencia histórica confirma la necesaria presencia de relaciones mercantiles en cualquier proyecto socialista diseñado hoy con un mínimo de realismo. Parece ya evidente que no es la mera exclusión o inclusión del mercado lo que distingue al socialismo y al capitalismo. Mas el alto consenso actual que el mercado ha logrado a su favor, no mitiga las importantes secuelas negativas que este origina cuando es dejado a su funcionamiento espontáneo. En el momento mismo en que libera inmensas energías, crea enormes e intolerables desigualdades…”