“Causa vértigo considerar por un momento que el lienzo en el que están pintadas Las Meninas fue, antes de que Velázquez pusiera sobre él los primeros trazos de su carboncillo, un lienzo vacío. Sabemos que el vacío físico no existe, pero, indudablemente, el vacío espiritual sí. Podemos pensar que, en definitiva, se referían a esa indecible actitud del pintor frente al lienzo vacío, capaz de generar espacios imaginados. Lo mismo sucede cuando el escritor se enfrenta con la famosa página en blanco de la labor literaria. Hay también aquí un vértigo, un miedo casi. El espacio blanco de la hoja, como el del lienzo, adquiere una vida extraña, una realidad desconcertante, porque está pidiendo calladamente que le sea sobrepuesta otra realidad: la realidad imaginada. ¿Y cómo experimentamos ese espacio en tanto espectadores de la pintura o lectores de la novela?...”