sábado, 23-11-2024
Este somero recorrido por algunas temáticas y autores propone una reflexión sobre la crítica y el ensayo literarios de la diáspora cubana e intenta definir, además, asuntos de interés para la discusión teórica acerca de cómo abordar esa literatura extrafronteriza y su relación con el canon cubano.
Prólogo a la antología Las cosas por su nombre (jóvenes cuentistas cubanos).
"Puede considerarse que en la década del 80 la difusión de la literatura francocaribeña en Cuba recobró el nivel que había alcanzado en los años 60. El Premio Casa de las Américas contribuyó a ese propósito. La intención que ha predominado es la de dar a conocer preferentemente a los nuevos autores, aunque buena parte de los premiados hasta el momento son autores ya conocidos y algunos con una obra valiosa..."
"El Caribe ha producido, sin la menor duda posible, una literatura regional marcada por una singular complejidad en su orientación y desarrollo, que ha incidido muy a menudo negativamente en la valoración crítica de sus realizaciones. Entre los factores que han marcado la evolución literaria de este espacio sociocultural hay algunos que mantienen todavía, en esta última década del siglo XX, un peso importante, que obliga a tenerlos siempre en cuenta. Son, por ejemplo, la pluralidad lingüística; la convergencia de diferentes etnias, y el consiguiente y variadísimo proceso de transculturación; el desfase cronológico en la evolución literaria de las distintas áreas culturales del Caribe, y, por este y otros factores, la no sincronía del discurso literario caribeño; el hecho de la muy escalonada obtención de la independencia política, que se vincula, además, con importantes diferencias en las interrelaciones metrópoli-colonia o excolonia..."
"La historia tiene una muy larga tradición en Cuba: más de doscientos años de haber dado sus primeros vagidos, al decir de los estudiosos. Pocas disciplinas del saber disfrutan en nuestro medio de tal ancianidad. Desde la segunda mitad del siglo XVIII, hombres cultos y sapientes han probado sus armas en trabajos históricos, de los cuales no pocos constituyen obras de recia envergadura. El decursar histórico ha estado siempre presente en la problemática intelectual del país. Con toda justeza puede decirse que el gusto por la historia (mejor expresado, por leer sobre historia) es un componente capital de la psicología del cubano..."
Se ha hablado muchas veces, y con sobradas razones, del papel que en la gestación del grupo Orígenes tuvo el asfixiante clima político, moral y cultural de la república frustrada. Se ha mencionado específicamente el impacto de la fracasada revolución antimachadista, y también, aunque con menos frecuencia, el auge de la penetración cultural norteamericana en la Isla y la consiguiente erosión en los hábitos, costumbres, valores, y en los principios mismos de la nación, y la «resistencia» que opuso Orígenes a estos procesos. Este trabajo subraya dos componentes en la percepción origenista de la condición neocolonial de Cuba: la superficialidad, propia de la teatralización de la independencia en un país que ha seguido siendo colonia, y la carencia de finalidad, como expresión de la subordinación y frustración nacionales y del culto a lo exterior. Llama la atención, además, sobre las formas peculiares de rechazo que acompañan a esta percepción, centradas en el esencialismo y la teleología insular.
Este ensayo centra el análisis en la obra de varios autores llamados «cuban-americans», por ser en los Estados Unidos donde el choque de las lenguas ha conducido la necesidad de elección a su punto crítico; en esa región de «crisis» de la identidad, se atraviesan visiones que van desde su negación hasta su recuperación, o la dialéctica de aceptación/rechazo de las culturas en conflicto. Para esos autores, la cuestión de la identidad está en un conflicto de elección entre los valores de dos culturas, la mayoría de las veces opuestas: aquella de los padres, cuya transmisión se produce casi siempre a través de la memoria familiar, donde el pasado ha sido sacralizado; y la del lugar de residencia, cuya influencia llega desde todas partes -escuela, medios de difusión masiva, comunicación cotidiana- y es, por así decirlo, una entidad "viva".
Félix Guerra entrevista a Cintio Vitier sobre José Martí, con interrogantes implícitas desde hace mucho y suspendidas en la atmósfera finisecular de estos años. Se descubre en el diálogo que una mayoría de respuestas debían reformularse y que las interrogantes se reformulaban incesantes en un caldo de conceptualizaciones renacentista. ¿Es la posmodernidad lo que nos impele, como ayer fue la modernidad y antes los aires de cada ciclo de la historia? ¿La posmodernidad es solo lo que afirman que es, o es además y sobre todo lo que en cada latitud se quiere que sea, agregando y relegando, interpretando y priorizando, ya que ningún post, pasado ni futuro, es producto divino o previamente definido en laboratorios sacros de pensamiento?
“Hasta 1987, fecha de la publicación de la Bibliografía Onelio Jorge Cardoso, in memoriam, habían sido publicados treinta y ocho libros del autor, entre ellos selecciones, reediciones, compilaciones. Relatos suyos aparecen en veintitrés antologías de cuentos publicados en Cuba y treinta y tres en el extranjero. Después de esa fecha he podido conocer de veintidós publicaciones de su obra, sin que pueda asegurar que son las únicas. øCómo se ha comportado la crítica ante estas producciones? Si bien la Bibliografía de Tomás Fernández Robaina recoge más de cien estimativas y posteriormente han aparecido otras, la mayoría no responde a un verdadero trabajo crítico; son reseñas o crónicas periodísticas sobre el autor y su obra, debidas bien a la salida de un nuevo libro o algún otro acontecimiento relacionado con el escritor. El resto, sin embargo, ofrece datos de interés para medir la evolución de las apreciaciones sobre la cuentística de Onelio Jorge. El corpus crítico para este análisis lo constituyen alrededor de veinte textos representativos de esa evolución…”
Este texto indaga si la cifra, el número, es también un elemento consustancial de lo real maravilloso en la literatura.
Este artículo propone una revisión de los orígenes, propósitos y desafíos de la novela histórica como género literario en diálogo con el discurso historiográfico. Se trata de una relación que explora las dimensiones de lo histórico en la novela, sus similitudes y diferencias con el relato de la historia y las maneras en que diversos creadores, tanto historiadores como novelistas, han reflexionado sobre el proceso de construcción de metaficciones históricas.
“Antes del apogeo espectacular de un término que ha producido un verdadero frenesí de actualización en la crítica literaria y artística, un crítico latinoamericano de reconocidos méritos afirmó: «Y nosotros, moradores de regiones periféricas, espectadores de segunda fila ante una representación en la que muy pocas veces participamos, vemos de pronto, cambiado el libreto. No terminamos aún de ser modernos —tanto esfuerzo que nos ha costado— y ya debemos ser posmodernos». Más allá del tono hiperbólico de esta afirmación —remedo del desconcierto que en mayor o menor medida ha provocado la irrupción del posmodernismo— una verdad sutil se esconde tras esta paródica teatralización de la recepción latinoamericana de lo posmoderno…”
“En el medio feminista académico, tan variopinto en sus tendencias, quizá la perspectiva reciente más importante es aquella que parte de reconocer que no existe una realidad femenina única, que en este vasto campo tampoco hay universales, sino múltiples realidades; y que hay que aprender acerca de todas ellas y estar conscientes de todas ellas. Por eso, con nuestro trabajo en el campo ilimitado, sin fronteras de la cultura, no sólo aspiramos a modificar nuestra realidad, sino también a pensarla, a organizarla mentalmente y, algún día, a contribuir con nuestra experiencia y con nuestra teorización propia, latinoamericana y cubana, al pensamiento, a las doctrinas, al fundamento de los estudios y de las prácticas en torno y para la mujer...”
Fragmento del Prólogo a Estatuas de sal. Cuentistas cubanas contemporáneas. Panorama crítico (1959-95). Comp. de Mirta Yáñez y Marilín Bobes.
“Desde hace varios años, en algunos círculos de estudio de literatura comparada se ha puesto en uso el término de «frontera», sobre todo en relación con las llamadas literaturas «periféricas», desde un punto de vista geográfico y político. El concepto de frontera implica un fin y un comienzo de algo distinto, un corte entre dos ámbitos, división, y enajenación de un sujeto o fenómeno dado, apartamiento, sobre todo la conformación de códigos de aceptación o rechazo, de inclusión o exclusión; en fin, en muchos casos y ocasiones, la bien mentada marginalidad…”
“La compilación Viajeras al Caribe reunió la producción textual -diarios, cartas, memorias, libros de viaje- de europeas y estadounidenses, visitantes a territorios insulares o continentales de la cuenca del Caribe, en el siglo XIX. Su presentación pretendió descubrir la voz de mujeres, asomadas a la escritura con la intención de alcanzar autoridad intelectual. Pero la perspectiva de género no rebasaba la voluntad de reunirlas en un volumen y aproximarse, tímidamente, a los intereses «femeninos»: curiosidad por las otras mujeres, su educación y la de los niños, sus vestimentas, y otros tópicos afines. Aquella tentativa, inédita en el contexto cubano -y, al parecer, en el latinoamericano-, se inscribía en una de las tendencias en el estudio de la literatura de viajes: considerarla fuente documental complementaria de la historia, crónica personal de acontecimientos. Participaba también de la inclinación a enfatizar lo subjetivo y los aspectos propiamente literarios del relato como el estilo y el tono…”
“La selección Fábula de ángeles (Antología de la nueva cuentística cubana), de Salvador Redonet y Francisco López Sacha ofrece una visión amplia, variada, de la nueva cuentística, con el único defecto de que incluye solo textos escritos por hombres, y excluye, olímpicamente, la cuentística femenina. La siempre precaria posición de las escritoras frente al canon, a las normas de uso común --y eventualmente incluso ante las variantes de renovación o violación del mismo-- se hace aquí no solo evidente, sino también lamentable. La subestimación de la narrativa femenina es tal que ni siquiera se le menciona en la nota introductoria…”
“Nadie se llame a engaño con las poetas cubanas. La de ellas no es una escritura marginal, sino marginada en nuestra historiografía literaria e insuficientemente valorada por nuestra crítica. Muchas de las voces mayores de nuestra lírica son mujeres. ¿Qué elementos caracterizan, sustancialmente su discurso? La inteligencia, la sensibilidad y la cultura, como pivotes de un lenguaje que se apropia el mundo sin renunciar, nunca, a su propia condición de mujer. Porque nuestras poetas no asumen el discurso masculino: dicen desde ellas mismas. Y eso es lo que enriquece el perfil de las letras cubanas y define, desde su especificidad, esta otra mitad del género humano que también se expresa como sujeto lírico en Cuba…”
Prólogo a la antología de poetas cubanos nacidos a partir de 1959, Mapa del país (Chile), hecha por Norberto Codina. Incluye a los siguientes poetas: Rolando Sánchez Mejías, Víctor Fowler, Alberto Rodríguez Tosca, Emilio García Montiel, Antonio José Ponte, Carlos Augusto Alfonso, Almelio Calderón, Damaris Calderón, María Elena Hernández, Omar Pérez López, Frank Abel Dopico, Manuel Sosa, Arístides Vega Chapú, Reinaldo García Blanco, Sigfredo Ariel, Juan Carlos Flores, Heriberto Hernández y Juan Carlos Valls. Pero como toda antología que se respete implica una limitación, pues dentro del panorama de la más reciente poesía cubana podrían mencionarse otros nombres, a saber: Ricardo Alberto Pérez, Alessandra Molina, Norge Espinosa, Pedro Márquez de Armas, Carlos Alberto Aguilera, Pedro Llanes, Caridad Atencio y Nelson Simón, entre otros. Aunque el presente texto es el prólogo a la antología mencionada, sus consideraciones generales valen para todo el fenómeno de la nueva poesía cubana.
“En la actualidad una etnografía muy autoconsciente es contemporánea con una forma de narrativa latinoamericana que yo llamo narrativa-archivo, cuya manifestación más prominente es Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. El Archivo por excelencia es la habitación de Melquíades en el hogar de los Buendía, donde el gitano escribe la historia de la familia y donde Aureliano Babilonia la descifra después, con ayuda de la Enciclopedia y de Las mil y una noches. La narrativa-archivo es un conjunto que todavía intenta encontrar la cifra de la cultura y la identidad latinoamericanas; de ahí que caiga dentro de la mediación que brinda el discurso antropológico…”
“La identidad no es una categoría metafísica, que pueda definirse de una vez y por todas, o pretender que la cuestión de la lengua podría zanjarse apelando a rancios argumentos de autoridad o, a la inversa, a tácticas de francotirador. Estas últimas consistirían en ocultar el problema de las fronteras nacionales detrás de las murallas de los ghetos o en el horizonte ilimitado del ciberespacio, o bien en citar a un puñado de autores que, por elección u obligación, decidieron no escribir en sus lenguas maternas o hacerlo en idiomas distintos al hablado por la mayoría en sus países de origen. Que un clásico de la literatura inglesa como Conrad naciera en Polonia, o que Kafka, judío oriundo de Praga, haya escrito toda su obra en alemán, o que el otro Heredia --el célebre autor de Les Trophées- haya nacido también en Santiago de Cuba, no bastan para refutar -ni para contradecir, siquiera- la arraigada e incitante noción de que la patria mayor del escritor es su lengua, el idioma en que escribe...”
“Dos imágenes opuestas la del «exiliado dorado» y la del «gusano sucio» han dominado la literatura popular y académica sobre los inmigrantes cubanos en los Estados Unidos. Periodistas y estudiosos estadounidenses suelen ver a los cubanos como una versión moderna del sueño norteamericano. A despecho de las muchas evidencias contradictorias, el mito del exiliado dorado está firmemente enraizado en la opinión pública norteamericana, en los círculos formuladores de política y en las investigaciones académicas. Tal criterio subraya, por lo general, que los cubanos vinieron a este país como exiliados políticos que tratan de librarse del comunismo, más que como emigrantes económicos en busca de mejores oportunidades de trabajo…”
"Miami nunca ha sido una comunidad monolingüística, puesto que regularmente atrae a inmigrantes de diversas procedencias étnicas y lingüísticas. Sin embargo, ninguno de esos idiomas cumplían funciones públicas importantes y estaban generalmente relegados a contextos íntimos intraétnicos. Esta situación ha cambiado considerablemente en los últimos treinta años. Es en la actualidad un centro urbano bilingüe y bicultural donde el uso de un idioma que no es el inglés no está confinado a los hogares hispánicos y a los pequeños mercados locales. Este artículo describe y analiza el uso del inglés y del español por los cubanos, en público y en privado, y examina las fuerzas que promueven la preservación del español en oposición a un cambio hacia el inglés..."
“¿Por qué la traducción y por qué Martí? A estas dos preguntas responde la autora, a partir de en una investigación inédita mucho más amplia donde aborda la utilización que Martí hizo de la traducción como puente intercultural; de su reflexión sobre esa modalidad de la comunicación interlingüística mediada y de la obra que tiene en su haber propiamente como traductor. Este trabajo –Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la modalidad de Humanidades-- recoge, de forma muy resumida, las líneas dominantes de ese tema, en una primera aproximación a la actividad traductora martiana, como fue su proyecto de divulgación cultural y sociopolítico, llevado a cabo con un propósito educativo y humanista a través de su periodismo y de sus propias concepciones sobre la mediación interlingüística.
Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Al margen de la distinción entre realistas y no realistas, oculta en muchas de las clasificaciones que han propuesto los estudiosos con respecto a los escritores «novísimos» y sus textos (apelando por lo general a referentes más o menos inmediatos, a anécdotas más o menos «difuminadas», con ramificaciones «sutiles y secretas» o «lógicas y rotundas» hacia la realidad, trazando líneas «claras» o «alucinantes» en la corriente subterránea del sentido), sería muy útil detenernos en una breve digresión para analizar dos conceptos que, comúnmente, se aceptan a priori: realidad y ficción…”
Mención en el Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Mi aproximación responde a un interés por la escritura de la mujer en Cuba. Soy consciente de la necesidad de un cotejo con la de los hombres, dentro del proyecto de establecer una (eventual) tradición literaria femenina cubana, así como de la posibilidad incluso de hablar de lo femenino en los textos de los ilustres varones. Por el momento, me coloco en una perspectiva que se ocupa de la producción narrativa escrita por mujeres, como momentos tácticos de una estrategia mayor, en la cual pueda ir precisando sus vínculos con la autoridad, el poder y el canon…”
Conferencia inaugural del Curso Superior de Literatura cubana, realizado en la Universidad de Alicante, España, en julio de 1998. “Al hallarnos pues, en el orden literario, «en busca de nuestra expresión», los cubanos, conscientemente o no, perseguimos una expresión que no es solo individual sino colectiva: perseguimos (con mayor o menor intensidad, con mayor o menor acierto) la consolidación de la colectividad que somos…”
La conmoción causada por la intervención norteamericana, en 1898, y las características de la república que surgió de ese hecho, terminarían por desplazar a Cuba de la posición jerarquizada que había logrado durante las últimas décadas del siglo XIX en el contexto cultural iberoamericano, y serían factores determinantes de la base ideotemática de muchas de sus manifestaciones artístico-literarias. Aunque en casi todas ellas se puede rastrear la impronta de esos acontecimientos, en este texto la autora se propone exponer algunos criterios sobre cómo se manifiestan en la literatura, tanto reflexiva como de creación, durante el período de 1898 a 1920; y el carácter de la respuesta de los escritores a la nueva situación social.
“Las consecuencias del complejo status que se instaura en la Isla a partir de 1898, influyen sobre la expresión lírica de la nación. Una de las cuestiones que, un siglo después, se hace necesario valorar, es el problema de si las consecuencias políticas, económicas y demográficas del 98, tuvieron una resonancia semejante y directa en todos los restantes dominios de la vida sociocultural cubana. Con cierta insistencia, se ha subrayado que el período que va de 1898 a 1913 resulta una especie de nulidad creativa y una negación de valores estéticos del país...”
Bhakti Shringarpure, directora creativa del Radical Books Collective, entrevista a la novelista y cuentista ugandesa Jennifer Nansubuga Makumbi. En su conversación, la autora premiada habla de los esfuerzos de las escritoras africanas por recuperar las historias y las contribuciones, a menudo olvidadas, de las mujeres a las luchas y el desarrollo del continente. También reflexiona sobre sus dificultades para publicar y comercializar su obra, problemas que afectan especialmente a muchas escritoras africanas, agobiadas como están por múltiples responsabilidades y limitaciones sociales. Además de los obstáculos que supone abrirse paso en una profesión tradicionalmente dominada por los hombres, las escritoras también han tenido que enfrentarse a una industria editorial basada en gran medida en el Norte, en la que las perspectivas africanas están poco representadas, y cuando lo están, de una forma muy selectiva que favorece las percepciones del Norte sobre África. En los últimos años, sin embargo, más escritores africanos, incluidas muchas escritoras, están siendo publicados y ganando reconocimiento gracias al crecimiento de las editoriales africanas y a las iniciativas creativas para promover su trabajo entre los lectores africanos y no africanos.
Este artículo critica los circuitos problemáticos de la enseñanza de la literatura africana en las universidades africanas, según los cuales las obras de escritores africanos suelen legitimarse primero en el Norte global. El autor, escritor senegalés que ha publicado, reflexiona sobre su propia experiencia docente en Senegal y Nigeria, y constata que, en ambos países, a pesar de las diferencias en las lenguas coloniales heredadas, se enseña el mismo número reducido de escritores africanos. No deja de ser irónico que las universidades africanas, al tiempo que ponen en primer plano a los escritores africanos, se centren en los más reconocidos en Londres, París y Nueva York. En definitiva, es la idea occidental de África la que se enseña con más frecuencia que la propia África. En respuesta, es necesario "recentrar" África. Para los estudios literarios africanos, esto implicaría, en parte, dar más espacio a los escritores que viven en el continente (sin ocultar la contribución de la diáspora africana). El propio autor, pionero en la enseñanza en algunas lenguas autóctonas de Senegal, aboga por una mayor utilización de las lenguas africanas. No será fácil, dados los aparentemente enormes obstáculos del legado colonial. Pero la descolonización de la mente sólo puede avanzar si las lenguas africanas se comprometen como conductos del conocimiento.
“La lejanía remedia las imperfecciones de perspectiva. Nuestra separación en el tiempo del momento en que brotaron las primigenias manifestaciones modernistas nos ofrece una perspectiva histórica más clara y fidedigna con respecto a su desarrollo, su naturaleza, su relación con las profundas transformaciones nacionales contemporáneas y las de las culturas occidentales. La distancia temporal nos permite rectificar la práctica crítica, que ha predominado hasta nuestros días, de visionar el modernismo exclusivamente como una manifestación literaria y social del ambiente hispánico decimonónico. Relecturas contemporáneas han ampliado y ajustado nuestra óptica, han sugerido la idoneidad del estudio de los vínculos entre el discurso literario y social del siglo pasado…”
(Este texto obtuvo el Premio Temas (colateral) en la Jornada Científica Estudiantil de la Facultad de Artes y Letras, de la Universidad de La Habana.)
“Bien conocida es la polémica que trata de dirimir la cuestión de la pertenencia o no de la generación del 98 española al movimiento modernista. Negaciones y afirmaciones se han sucedido, en un vaivén que suele tornarse inacabable. Más que proposiciones taxonómicas, recetas de características que dividan o aúnen, mapas sistematizadores de tales o cuales tendencias que afilien o separen, urge a los estudios crítico-literarios que se acercan al tema una profundización en los textos, que son los que, al final, darán cuenta de lo que se ha tratado de dilucidar…”
“La aventura de Orígenes, nombre de la revista que Octavio Paz considerara en su tiempo como una de las mejores del idioma, es también la de un movimiento literario y artístico que abarcó otras publicaciones. Pero el nombre Orígenes es asociado, sobre todo, al grupo de poetas que conformaron la importante antología Diez poetas cubanos (1937-1947), realizada por uno de ellos, Cintio Vitier, en 1948. Aunque aquel nombre implica un poderoso movimiento cultural, la crítica parece coincidir en el carácter de grupo, más que de generación…”
“A fines de 1949, algunos meses después de la aparición en El Nacional, de Caracas, de «Lo real maravilloso de América» (que luego constituiría el prólogo a El reino de este mundo), Alejo Carpentier dio a conocer en forma de folleto Tristán e Isolda en tierra firme, texto que nunca incluiría en su Tientos y diferencias, ni en alguna otra compilación de sus ensayos, y cuya republicación solo vino a ocurrir hace ahora una década, en la revista Casa de las Américas. Debo confesar que antes de la lectura de Tristán e Isolda en tierra firme, las elaboraciones teóricas de Carpentier en torno a la novela latinoamericana me parecían normativas, teleologizantes, luego insuficientes. Que la teoría de lo real maravilloso americano implica una mirada exterior, digamos, del centro a la periferia (a una zona periférica); mirada que entraña aún --y a pesar de que quien mira es un hombre de estas tierras--, cierto residuo colonial, me parece hoy, más allá de la obra admirable de Alejo (obra en sí misma descolonizadora, por cuanto nos enseña de nosotros mismos), una cuestión fuera de toda duda…”
“Para un simposio sobre 1898 que iba a celebrarse en la Universidad de Princeton, me propuse estudiar las mutaciones que había sufrido el discurso épico en la llamada «literatura de campaña», como he denominado al conjunto de textos narrativos que recogen las experiencias relacionadas con nuestras guerras de liberación. Sostenía yo la tesis de que, después de 1898, y sobre todo de 1906, el vínculo entre el mito y la historia había ido perdiendo legitimidad y, en consecuencia, el discurso de la epopeya comenzó a sufrir una transformación y acabó diluyéndose en formas estereotipadas y folletinescas. En un nivel superficial, yo identificaba la narrativa de campaña con los mitos porque también aquella alude a los orígenes y exalta las acciones de los héroes. Pero en un plano más profundo me interesaban las implicaciones que para el análisis literario podía tener el hecho de que el mito, como todo sistema de signos, es histórico y por tanto mutable…"
Relaboración y reordenamiento de aspectos tratados por los autores en el panorama sobre la vida cultural en Cuba en la etapa 1925-1958, que forma parte del tomo 2 de la Historia de la literatura cubana, escrita por un colectivo de autores bajo la dirección del Instituto de Literatura y Lingüística del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, - publicado en 2003.
“La historia de la poesía cubana durante los años de República mediatizada (1899-1958) se inicia bajo el signo de la frustración. Los dos poetas mayores de finales del siglo XIX, Martí y Casal, habían muerto en 1895 y 1893, respectivamente; la intervención norteamericana (1898) en la guerra que liberaban los cubanos contra España y la consecuente derrota del ejército español por las tropas del poderoso enemigo del norte, impidieron que los ideales de independencia se hiciesen realidad y que se instaurase en Cuba una verdadera República. Quedaban insatisfechas, pues, las necesidades históricas de la sensibilidad literaria y las pretensiones políticas, sociales y económicas de los próceres de nuestra guerra independentista, el más conspicuo de los cuales era precisamente Martí…”
(Premio Temas de Ensayo 2000, en la modalidad de Humanidades).
“De entre los movimientos literarios más atacados en la poética de Vicente Huidobro, el romanticismo es, sin duda, el que lleva la peor parte. Pero, paradójicamente, su presencia es tan contundente, que no logra engañar a nadie con su tímido disfraz. Tal vez no aborde aquí todo el caudal poético inicial de Huidobro como apoyatura de mi tesis, pero me gustaría entretenerme escarbando un poco en ese poema inmenso que resulta «Altazor»; al parecer, resultado definitivo y ciertamente maduro de la conformación de una poética, y que costó a su autor nada menos que doce años de ardua labor…”
“Si los años 60 nos ofrecen un campo literario efervescente y renovado en su confirmación continental, urge reconocer, treinta años después, la labor inconclusa de la certera y entusiasta crítica literaria acompañante de aquella producción, que legitima su condición de «clásica», de corpus ya establecido en la tradición literaria latinoamericana. Buena parte de esa producción crítica, por su incuestionable solidez, también ha ingresado a este corpus; sin embargo, contrariamente al modo en que valoramos las grandes obras literarias producidas entonces, hoy reclamamos de aquel discurso crítico-literario su capacidad de actualización, de continuidad; lo cual sería, más que pedir otro tipo de recepción, la mejor manera de comprobar el alcance que tuvieron, tienen o tendrán todavía muchas de aquellas propuestas analíticas: el reclamo consiste en una lectura actualizadora, que nos permita reciclar las ideas y aportes (conceptuales, teóricos, metodológicos, etc.) con que ese discurso podrá o no insertarse en la actual evaluación del campo literario latinoamericano…”
“Durante las primeras seis décadas de este siglo, entre la literatura y el periodismo (en particular entre la narrativa y la crónica, la entrevista y el reportaje) fue abriéndose, progresiva y engañosamente, una escisión en apariencia invencible: dos mundos polarizados. Esa dicotomía, supuestamente estructural, técnica y lingüística, iba encaminada también a señalar una diferencia más profunda, pero no por eso legítima: su naturaleza. Además, la diferencia entre la narrativa y dichos géneros periodísticos venía envuelta en el confuso ropaje de los medios de difusión masiva...”
“Historia, literatura, periodismo, novela, testimonio, fiction y non-fiction, realidad e imaginación, realismo mágico y lo real maravilloso. He ahí el tema y todos los temas, he ahí el estilo y todos los estilos, he ahí los géneros y todos los géneros. Los límites, las fronteras, las oposiciones, se rompieron, se disolvieron en nuestra modernidad, si es que alguna vez existieron en la historia de la creación del hombre. En todo caso postulo que si hay alguna diferencia es de calidad, de penetración, de permanencia…”
“Nuestro proyecto de una teoría estética restringida al discurso narrativo-literario propone una nueva actitud intelectual, que pretende responder al desafío de los nuevos paradigmas. Corresponde a la continuación de una investigación que se remonta a los aportes del formalismo ruso, el estructuralismo del Círculo Lingüístico de Praga y que, pasando por una atención de varios años a la semiótica, desembocó en Literatura y realidad, basado en la hipótesis de que la realidad es una construcción social. El interés principal de este libro fue establecer que el discurso estético literario es un elemento, un factor primordial, de la constitución de la realidad sociocultural, y no su «reflejo»…”
“El barco que zarpó con la intervención norteamericana en Cuba en 1898 va llegando al otro extremo del muelle con una nación independiente a bordo, con un proceso social que nos ha colocado otra vez en el vórtice del mundo, con un movimiento literario de tanto peso como aquel que dejamos atrás con la muerte de Julián del Casal y José Martí. Si en esos días la nación se jugaba su destino contra el dominio español, en un gesto de tan alta fuerza que nos hacía inaugurar el siglo XX, esa misma nación, que ya es otra, se empeña hoy en culminar una pelea contra el más poderoso imperio de la Tierra para preservar sus derechos, su identidad y su cultura. Atrás quedó el modernismo y ahora vamos llegando a la posmodernidad…”
“En los últimos años, se percibe un interés especial —no solo en Cuba— por la narrativa cubana actual. Se le dedican antologías, estudios críticos, talleres, conferencias, mesas redondas, tesis de grado, etc. Como es lógico, las opiniones sobre sus valores discursivos, temáticos; su posible carácter novedoso, sus relaciones con la tradición literaria cubana, y con el contexto social inmediato, no siempre coinciden. En esta mesa que ha convocado la revista Temas, nos interesa provocar un cambio de impresiones sobre estos aspectos y, además, sobre los factores de producción, difusión y recepción de la narrativa cubana actual. Es decir, verla no solo desde un punto de vista estrictamente artístico-literario, sino tomando en cuenta todos los elementos del sistema que la hacen posible…”
El objetivo de esta mesa redonda, convocada por Temas, es reflexionar sobre cómo se produjo, en el período de 1902 a 1958, la recepción martiana. Los participantes reflexionan sobre el modo en que los hombres del siglo XX conocieron la obra de José Martí; la forma en que influyó en el pensamiento político cubano y en buena medida en el pensamiento social, y la cultura artístico-literaria, y el uso que se hizo de Martí en la praxis política.
“Causa vértigo considerar por un momento que el lienzo en el que están pintadas Las Meninas fue, antes de que Velázquez pusiera sobre él los primeros trazos de su carboncillo, un lienzo vacío. Sabemos que el vacío físico no existe, pero, indudablemente, el vacío espiritual sí. Podemos pensar que, en definitiva, se referían a esa indecible actitud del pintor frente al lienzo vacío, capaz de generar espacios imaginados. Lo mismo sucede cuando el escritor se enfrenta con la famosa página en blanco de la labor literaria. Hay también aquí un vértigo, un miedo casi. El espacio blanco de la hoja, como el del lienzo, adquiere una vida extraña, una realidad desconcertante, porque está pidiendo calladamente que le sea sobrepuesta otra realidad: la realidad imaginada. ¿Y cómo experimentamos ese espacio en tanto espectadores de la pintura o lectores de la novela?...”
“Los historiadores acudimos de manera invariable a los tropos de la literatura para construir nuestro discurso. Usamos metáforas, símiles, hipérboles, sinécdoques, metonimias y prácticamente todas las figuras literarias del repertorio de los poetas y los narradores. De hecho, no hacemos otra cosa que apelar a los recursos expresivos del habla cotidiana y a las figuras arquetípicas de la narración literaria: épicas, satíricas, trágicas, cómicas. La presencia de los tropos y géneros expositivos literarios en la obra de los historiadores estimuló la elaboración de una teoría formal sobre la historiografía…”
(Premio Temas de Ensayo 2001, en la modalidad de Humanidades)
“El estudio del mito en Paradiso constituye una tarea que, sin el menor ánimo de exageración, puede ser considerada como de una enorme dificultad. Tanto por la abrumadora cantidad de alusiones a los más diversos sistemas mitológicos, como por la complejidad misma que presenta su inserción y reelaboración en el texto, esta dimensión de la obra lezamiana puede llegar a convertirse en un intrincado laberinto donde, por momentos, se siente la ausencia del hilo de Ariadna. Lezama no solo fue poseedor de una extraordinaria cultura, sino que su exhaustivo conocimiento era complementado por una imaginación desbordada, que lo conducía a establecer las más disímiles y originales asociaciones. A la vez, su sed de saber se caracterizaba por la interpretación muy personal —en ocasiones totalmente fabulada o mitologizada a su manera— de diferentes textos.
(Mención especial en el Premio Temas de Ensayo 2001, en la modalidad de Humanidades.)
“Paradiso es un ente centrífugo, pluriforme y multisígnico. Novela que asume lo nuclear del género; por ejemplo, un mundo que se despliega en su articulación de relaciones y significados, y lo rebasa; acoge el relato, el tratado, la prosa poética, la viñeta, el enigma, el chiste, el acertijo, en una summa ontológica. Es una vastedad que supera los esfuerzos interpretativos de cualquiera que intente aproximarse a ella solo desde las coordenadas espacio-temporales de Newton, y con el estricto algoritmo razonador de Descartes. Porque Paradiso se adentra en el caos, es una imagen poliédrica del Caos. Consecuentemente, para entender un texto con tal riqueza y amplitud debe acometerse tanto con instrumentos de la razón como de la intuición, de lo fáctico y de lo imaginativo…”
“Decir que la sociedad cubana del siglo XIX fundó su desarrollo en el de la institución esclavista, es verdad de todos sabida; imaginar que, en semejante esquema, el negro aparece como figura de lo abyecto, resulta natural. Si damos por lógico que a la violencia del dominador le siga el silencio sobre ella, hemos también de dar por lógica la escasa información que sobre el amor interracial nos da nuestra literatura cuando este pretende realizarse fuera de los códigos de la dominación; es decir, como movimiento mutuo y no mediante un acto de victimización o uso del dominado, como objeto de placer…”
“En el último año del siglo XX, y una década después de la desaparición física de Reinaldo Arenas, se lleva a la pantalla de cine un guion, de valores discutibles, que ha colocado nuevamente en primeros planos la figura del escritor cubano. Aunque el propósito de este trabajo no es reseñar la película, me ha parecido adecuado aprovechar la coyuntura del ruido que ha producido el filme en todas partes para comentar algunos aspectos donde juzgo oportuno hacerlo…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2001, modalidad de Humanidades)
“Por cuidar la esperanza de los mejores tiempos, supo María Zambrano guardar los saberes antiguos para hacerlos llegar, en las claves de su pensamiento, hasta la reflexión de nuestros días. De ahí la singularidad con que se palpa una muy particular «filosofía de la vida» en su propuesta —seguida y luego escindida— del racio-vitalismo orteguiano. Su nueva «razón poética» es una «razón mediadora» que modula y acerca su discurso a una fuente auténtica de sabiduría…”
Panel sobre la obra de Nicolás Guillén, convocado por la revista Temas y la Fundación Nicolás Guillén, a propósito del centenario del Poeta Nacional. El debate fue guiado por estas preguntas: ¿Cuáles valores estéticos le atribuyen a la obra de Guillén en el contexto de la poesía cubana?, ¿cuál creen que sea su contribución a la comprensión de la identidad cultural cubana?, ¿qué trascendencia consideran que tiene en los planos estético e ideológico?, ¿cuál es el alcance en los jóvenes poetas cubanos? y ¿consideran que es suficiente la recepción de su obra en estos momentos?
“Los estudios literarios y culturales en Cuba han prestado atención creciente al proceso de transculturación ocurrida entre la raíz española y la africana. Los trabajos etnológicos de Don Fernando Ortiz y los aportes de Lydia Cabrera establecieron las bases epistemológicas para el análisis del sincretismo entre la religión del esclavista y la del esclavo, y su repercusión cultural. Solo en los últimos años, y de manera un tanto aislada, se comienza a prestar atención a los fenómenos derivados de la presencia china en la conformación de diversas aristas de la cultura cubana, menos visible y generalizada que la africana, pero no por ello desestimable…”
“La era de la conquista del espacio, del viaje a la Luna y de los cosmonautas, de la revolución informática, del mayor estallido diseminador del conocimiento que la humanidad ha alcanzado en su historia, ha sido también el tiempo de la interrelación estrecha entre la literatura y los cambios sociales, el lapso donde la obra escrita y la acción vivida han demostrado un enlace orgánico. En nuestro tiempo, las computadoras personales y su integración en un complejo vinculado por la red Internet, permiten una disponibilidad total del acervo cultural. El uso de la fibra óptica y de los satélites, y la creciente miniaturización de esos sistemas, permitirán, aún más, irradiar el patrimonio ilustrador…”
“Más que de caballería o de cualquier otro tema, Don Quijote de La Mancha habla del amor. La caballería cae dentro del tema del amor, y no lo contrario. Ambas partes de la novela son algo así como laboratorios de amor, con muestras de casi todos los tipos concebibles de relación y ejemplos de casi todos los tipos de amantes. Las variantes parecen infinitas en número, y la acumulación creciente de historias hace que el libro, a veces, dé la impresión de un Decamerón español, unido por la locura y aventuras extrañas de Don Quijote….”
“Este ensayo presenta y discute la imagen de Cuba, los cubanos y su cultura en la literatura de viajes norteamericana más reciente, así como en algunas revistas y tiras cómicas de la llamada cultura de masas. Intento develar, y en lo posible deconstruir, las mediaciones que intervienen en la percepción de «la otredad», los estereotipos actuantes y explicarlos considerando la existencia de factores como el etnocentrismo, la «latinidad», las diferencias axiológicas, de lengua y, en última instancia, de culturas distintas…”
“Los cambios en el significado del dinero invocan, pero no resuelven, el curso que pudiera aún tomar la relación entre la escritura y el dinero, entre la literatura cubana y los lectores no cubanos y, en términos todavía más amplios, entre la producción literaria nacional y el mercado extranjero…”
“Para el recorrido temático que ahora comenzamos, he decidido solo tomar en cuenta la obra de autoras que hayan publicado libros, dejando a un lado excelentes textos aislados de escritoras cuya producción narrativa aún no se ha recogido en volúmenes. Este recorrido no aspira a ser más que una de las posibles cartografías de este corpus; la que pretende, primero, indicar someramente las relaciones de estas narraciones con su contexto inmediato de producción y, después, anotar los nuevos caminos que abren las narradoras de fines de siglo a la indagación de la condición femenina cubana actual; es decir, de estos verdaderos y nada épicos «años duros», cuya severidad han sufrido fundamentalmente las mujeres…”
El presente estudio tiene el objetivo de acercarse a la narrativa de cubanas en los Estados Unidos o «cubanoamericanas» y a la de aquellas residentes en la Isla, tanto para incorporar la «producción simbólica de la diáspora al horizonte de expectativas de nuestras reflexiones críticas, es decir a la corriente interna de la literatura cubana», como para interrogarse sobre el género como una categoría que une en la diferencia…”
“Por fortuna, durante las dos últimas décadas los estudios sobre la obra de Gertrudis Gómez de Avellaneda se han incrementado de manera notable. Podría afirmarse que es una autora de moda en los medios académicos, especialmente de los Estados Unidos. Y este resurgimiento se debe, sin lugar a dudas, al desarrollo de la crítica feminista y su radical reelaboración del canon literario. Esta ha sabido valorar el compromiso —enraizado firmemente en la calidad estética— de la prolífica autora cubana, y su ubicación en la primera línea de la literatura hispanoamericana del siglo XIX…”
“El tema del Neobarroco, tan importante en la reflexión sobre el arte en el siglo XX, ha tenido también un lugar en la ensayística cubana de ese mismo siglo. El asunto tiene un interés peculiar porque no se trata meramente de una cuestión de resonancia con el pensamiento europeo, ni tampoco de simple presencia del tema en la ensayística de la Isla, sino de que, desde las diversas aristas en que se ha abordado, ha sido considerado un componente de importancia en la cultura cubana e, incluso, de toda Hispanoamérica. Su interés mayor, por lo demás, radica en que no se abordan desde una perspectiva única y compacta, sino, por el contrario, como objeto de consideraciones de variado calado e intensidad...”
El objetivo de este trabajo es ofrecer un panorama general de la producción literaria realizada por las escritoras cubanas que, por una u otra razón, salieron del país en diferentes épocas a partir del triunfo revolucionario de 1959, y que, desde su salida, residen (o residieron, en el caso de las ya fallecidas) permanentemente fuera de la Isla. Incluiremos también en este panorama a las autoras que, por decisión de sus padres, abandonaron la Isla cuando eran niñas o adolescentes y a las nacidas desde 1959 en el exterior, pero de ascendencia cubana.
“Aquello que la crítica ha llamado «la malsana influencia de Bukoswki», no encontró asidero en Cuba hasta que la crisis económica de los 90 comenzara a dar signos de deterioro en el ámbito de los valores sociales y familiares. Notemos, entonces, los paralelos que el realismo sucio, como movimiento estético, llega a establecer con las crisis. Pero si intentamos organizar una pequeña genealogía, aunque sea elemental, para rastrear los primeros momentos de esta tendencia literaria en Cuba, habría que volver la vista algunos años atrás. Allí encontraremos que una vez «superadas» las marcas que el quinquenio gris dejó en el cuerpo mutilado de la literatura cubana, y con la aparición de la llamada «generación de los 80», llegan también los primeros signos de desilusión y crisis a las obras que los escritores comienzan a producir. Y asimismo los temas y personajes marginales…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2003 en la modalidad de Humanidades). “Solo a través de la oposición radical a las aberraciones políticas de los 30, Carpentier fue capaz de definir su papel de poeta doctus, dentro de una larga cadena de artistas, filósofos y escritores que, en su gran mayoría, son occidentales. Mas este poeta doctus nació y creció en el Caribe. De este origen dedujo la responsabilidad de aportar temas, figuras y reflexiones latinoamericanos a la tradición literaria europea, de por lo menos aplazar la decadencia de Occidente y hacer de ella un espectáculo impresionante, como el del árbol corrompido en medio de la selva…”
“Durante la belle époque, lucimiento de un mundo y gran superficie que regresa a nosotros gracias a su densa realidad fonocéntrica, se fraguó la médula del modernismo hispanoamericano, que sirvió de vestíbulo, en lo que toca al territorio del lenguaje como construcción de mundos alternos y sucesivos, a la aparición de las vanguardias…”
(Premio Temas de Ensayo 2004, en la modalidad de Estudios de Arte y literatura) “Las narraciones cortas de Cintio Vitier se comprometen con lo insólito, sin dar explicaciones o justificaciones a los hechos, sin recurrir a la magia o a la fábula, como sus antecesores. Los hechos siempre tienen un referente objetivo, y una pequeña vibración interna los conduce al sueño. Una vez allí, sin un acuerdo previo, adoptan una extrañeza particular, como si entraran en la dimensión onírica y no dependieran de ella, sujetos por una lógica interior que los hace transitar de nuevo hacia una variación de lo ignoto, una semántica que ni siquiera el desorden de un sueño puede explicar…”
“La producción de Severo Sarduy no puede entenderse en la fragmentación de cada uno de sus discursos, como tampoco en el todo, en el cuerpo homogéneo y funcional. Como en una catedral barroca observada desde lo lejos, detener la vista en una voluta es casi un imposible sensorial, tanto como atrapar el conjunto en fuga. Esto —tautología pura— significa que identificar su obra, elaborar una narrativa (una más) de sus procedimientos constructivos o temáticos, de su inserción en la literatura o de su evolución, sistematizar un cuerpo de análisis, es apelar al dibujo armónico de una identidad, y no al «reflejo pulverizado» del logos que pretende el neobarroquismo sarduyano…”
(Reseña de Rodar el coco. Proceso de cambio en la santería, de Lázara Menéndez) “Rodar el coco. Proceso de cambio en la santería, de Lázara Menéndez, permite entender cómo una particular identidad se extiende desde África por todo el Occidente, no solo en sus expresiones artísticas, sino en sus cosmogonías y sus más diversas connotaciones religiosas. Habla del papel que la diáspora africana ha desempeñado en la expansión occidental de tales valores culturales y religiosos nacidos en África y preservados fuera de allí, a golpe de ocultamientos, simulacros, negociaciones y renovaciones que los han convertido en nuevos productos, ideas, cosmovisiones y culturas…”
“Entre los esfuerzos que la crítica cultural ha llevado a cabo para desmontar el «isomorfismo de espacio, lugar y cultura» o la asociación «natural» y nítida de territorios, poblaciones y culturas, se encuentra el escrutinio del espacio. Este ha llegado a ocupar un lugar tan importante en los estudios críticos que se ha acuñado toda una terminología a su alrededor. Términos como «desterritorialización», «frontera», «transnacionalismo», «culturas viajeras», «geografías humanas» o «homelessness» afloran con frecuencia en los ensayos de hoy, aportando perspectivas novedosas. El estudio de la autobiografía no ha permanecido al margen de esta tendencia…”
“Mundialmente se observa la disminución del interés por la lectura, y del número real de lectores y el aumento, más que perceptible, de los públicos televidentes y de los asistentes a las salas de cine. ¿Habrá sonado, pues, la hora de la muerte de la lectura? Afirmamos que no. No se trata de menospreciar los méritos de la imagen visual, ni siquiera de no reconocer abundantes usos y utilidad de la televisión. Pero empecemos con la convicción de que la palabra sobrevivirá, por derecho propio, si sabe rebasar el peligro y soportar enhiesta su agónico combate con ese temible contrincante que es la imagen visual. La palabra lo logrará, creo, si tiene la audacia de apoyarse en su virtud intrínseca…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2004, en la modalidad de Estudios sobre arte y literatura)
“No es usual abordar las problemáticas raciales en el dinámico campo literario cubano. La nueva percepción de lo racial en el campo cultural cubano durante los últimos lustros permite dilucidar una problemática cuyos elementos particulares impiden resolver las interrogantes sociológicas que plantea a nuestras letras. Tardía e intermitentemente abordada por el pensamiento crítico de la cultura cubana, esta problemática vive comprimida por tres discursos o modos de asumirla…”
(Premio Temas de Ensayo 2005, en la modalidad de Estudios sobre arte y literatura)
“Uno de los resquicios poco frecuentados por la crítica que se ha ocupado de la obra de Alejo Carpentier (1904-1980) es el diálogo de esta con la prole literaria de Ramón del Valle-Inclán (1866-1936). Ambos autores comparten el estatuto de canonizados por la tradición y el presente; ambos, el carácter de visionarios de un futuro que no les cupo habitar…”
“A Carilda Oliver Labra se le ha asociado en ocasiones con una serie de símbolos sexuales. Semejante aproximación no toma en cuenta la calidad de su poesía. Lamentablemente, la mayor parte de la crítica ha suscrito esa visión, calificando su quehacer de erótico cuando no de cursi, y llegando a compararlo con la novela rosa, el folletín radial o la telenovela. Esa perspectiva no presta atención a otro elemento clave de su obra, y que debe tener muy presente la crítica feminista que buscamos desarrollar: que la poesía de Oliver Labra no deviene solo profundamente feminista sino también antimperialista, contraria al neocolonialismo que ha afectado a Cuba a lo largo y ancho del siglo XX…”
La autora de este artículo se interroga sobre las relaciones entre literatura y periodismo, a partir de una revisión de notables escritores cubanos que ejercieron la creación literaria y el periodismo, como José Martí, Julián del Casal y Rubén Darío, entre otros.
Tal vez no exista otra poética en la que una experimentación tan radical sobre el lenguaje converja con un rotundo compromiso humano y social, como sucede en la del peruano César Vallejo (1892-1938). La ruptura de la lógica y de las reglas gramaticales; los recursos iterativos y formas del habla popular; el uso atípico de ciertas figuras retóricas; la musicalidad disruptiva e irregular; la convergencia de registros lingüísticos de diferentes oficios y estratos sociales; los desacatos del significante; en suma, todos aquellos procedimientos que provocan lo imprevisible del texto, lejos de anular al referente, en esta poesía se encuentran en función de un compromiso radical y solidario con el hombre todo.
“La apropiación literaria del hecho deportivo se pierde en el tiempo aunque se cite a Homero en los inicios. Sabemos que la oralidad antecede a la literatura escrita y que las hazañas de los atletas eran cantadas por los bardos antes de ser fijadas por la letra. La literatura cubana no ofrece --como lo hacen, por ejemplo, las letras de Sudamérica-- una copiosa producción en su vocación deportiva. No obstante, basta observar la muestra que ofrecemos de los textos existentes, para saber que el deporte tiene una presencia digna en nuestra escritura artística desde el siglo XIX...”
“A principios de 2006, The New York Times convocó a doscientos críticos, escritores, editores, autoridades del mundo literario para que eligieran la mejor obra de ficción de los últimos veinticinco años en los Estados Unidos. La primera posición, como se esperaba en ciertos círculos, correspondió a Beloved, de Toni Morrison. No obstante, no es propiamente el contenido de la encuesta lo que me interesa examinar ahora, sino un momento del debate que tuvo lugar más tarde en las páginas del diario digital. Después de publicados los resultados de la encuesta, The New York Times invitó a dos novelistas (Jane Smiley y Michael Cunningham) y dos críticos (Stephen Metcalf y Morris Dickstein), para que durante cinco días intercambiaran, en directo, sus impresiones sobre el sondeo a manera de foro on line…”.
(Reseña de Agustín Acosta, La zafra. Poema de combate, Sociedad Económica de Amigos del País, La Habana, 2004) “La republicación de La zafra era una necesidad, y también un acto de justicia cultural, ochenta y un años después de su primera edición en 1926. Este libro, que fue muy famoso en su época, no se había vuelto a publicar en Cuba desde entonces; incluso se cometió la tremenda injusticia de que, en 1980, cuando se realizó la antología Poesía social cubana, no se incluyó ningún poema de La zafra. Hay que felicitar a la Sociedad Económica de Amigos del País, que permite saldar esa injusticia, y poner en circulación este poemario, para que miles de personas puedan apreciar un libro esencial para su época, y para ahora también…”
Entrevista a Margarita Mateo Palmer, a propósito de su libro Ella escribía poscrítica (Letras Cubanas, 2006). “La crítica está obligada a analizar un fenómeno y dar un juicio lo más objetivo posible. Mientras que la literatura sería expresión de la subjetividad, vuelo de la imaginación... Ya la literatura es ficción, en el caso de lo que yo he hecho hasta ahora no es tanto ficción como testimonio, encubierto tras la máscara de la ficción. Pero es algo que sale de ti mismo, y de tus experiencias. La crítica es lo contrario, tú miras hacia el texto y entonces hablas en función de lo ya escrito, mientras que en la literatura ya tienes del lado de acá lo que vas a decir, y lo llevas al texto…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2006, en la modalidad de Estudios sobre arte y literatura) “Dentro del discurso literario latinoamericano de las últimas tres décadas, han surgido una serie de variantes en el proceso de representación de la mujer. Aunque desde el comienzo mismo del siglo XX la participación femenina en el espacio público aumentaba progresivamente y, en consecuencia, la frustración, la soledad, el miedo al abandono y muchas otras constantes en la vida de cierto tipo de mujeres comenzaban a desaparecer, la representación literaria no dio cuenta de ese fenómeno, al menos de manera recurrente, sino a partir de los años 70…”
“En la obra de Pedro Juan Gutiérrez tenemos la existencia de un nivel paralelo, un mundo que desconoce al otro y sin embargo convive con él, una experiencia vital y existencial de sectores dispersos que no viven la marginalidad como resultado del rechazo, el claustro o el encierro, sino que actúan en una especie de subcultura, favorecida en este caso por sus deplorables condiciones económicas. Ahora no estamos en presencia de pequeñas ventanas, abiertas de pronto a una singularidad, sino de espacios autónomos, parcelas y zonas de silencio que conviven en aparente armonía con el mundo de la corriente principal…”
Semblanza de Usmán Sembén, paradigma de intelectual africano comprometido con su pueblo. Pescador, albañil, mecánico, estibador, conoció en carne propia, desde muy temprano, la explotación de la clase más humilde en el más expoliado de los continentes. Con el correr de los años se convertiría en una figura cimera de la intelectualidad africana.
¿Qué abarca la literatura cubana? ¿La escrita por cubanos que viven en Cuba, o que viven en otra parte?; ¿es la obra sobre temas cubanos, sin importar el autor? ¿Se puede escribir esa literatura en otros idiomas? ¿Han cambiado, así como lo han hecho los temas y las maneras de escribir, los lectores que leen literatura cubana?, ¿cómo influyen los patrones de consumo y el mercado en los lectores, la conducta y su relación con la literatura cubana? Este panel reúne a estudiosos de la literatura cubana y a creadores, con el fin de discutir algunos de sus problemas, al calor de sus cuatrocientos años.
¿Qué se lee sobre Cuba en el mundo angloparlante? Una respuesta completa a esa pregunta requeriría un detallado examen de las actividades de librerías, bibliotecas, producción de revistas, libros, el acceso a Internet, ediciones piratas, y otros medios, en diversas partes del planeta. Todo ese universo rebasa el alcance de este modesto artículo, una somera aproximación a ese segmento del consumo mundial de libros sobre Cuba publicados en inglés, que provee Amazon.com.
(Reseña crítica de la novela Irish Coffee, de Alejandro Álvarez Bernal, Letras Cubanas, La Habana, 2006) “Un volumen dotado de singular atractivo no solo por ser la más reciente entrega de su autor, cuya labor ha sido objeto de numerosos comentarios y estudios críticos, sino también por constituir un acercamiento a una realidad histórica que pisa los talones a la nuestra: la década cubana de los 80. Irish Coffee propone al lector una mirada a la sociedad cubana de esa década ya pasada, pero no suficientemente repasada y, por tanto, tampoco agotada...”
Este ensayo, que obtuvo el Premio Temas de Ensayo 2012, en la modalidad de Estudios sobre arte y literatura incursiona en el mundo axiológico de la literatura caribeña y devela su verdadero sentido.
A propósito del 110 aniversario del natalicio de George Orwell, el ensayo ofrece una evaluación biográfico-crítica en la que predomina la actitud social del escritor. Además, sobresalen las valoraciones del autor del texto, las que –para el lector-- contribuyen a una mejor comprensión tanto de la vida como de la extensa obra de Orwell.
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