“Más que de caballería o de cualquier otro tema, Don Quijote de La Mancha habla del amor. La caballería cae dentro del tema del amor, y no lo contrario. Ambas partes de la novela son algo así como laboratorios de amor, con muestras de casi todos los tipos concebibles de relación y ejemplos de casi todos los tipos de amantes. Las variantes parecen infinitas en número, y la acumulación creciente de historias hace que el libro, a veces, dé la impresión de un Decamerón español, unido por la locura y aventuras extrañas de Don Quijote….”