(Tomado de Alternatives Sud, v. X, n. 4, Lobaina la Nueva, Bélgica, 2003)
“Las discriminaciones contra las mujeres son las mismas en todos los países y regiones. Solo se diferencian en cuanto a su intensidad. En otras palabras, en ningún país las mujeres reciben el mismo trato que los hombres. La diversidad y la especificidad de la situación de las mujeres africanas permiten evitar las generalizaciones apresuradas y los estereotipos extraídos del traslado a África de los problemas, soluciones e instituciones nacidos a lo largo de la historia de Occidente. Por supuesto, el movimiento feminista, así como las asociaciones culturales o los partidos metropolitanos, son proclives por naturaleza a prolongarse en África. Al ocurrir esto, tienden a asimilarnos a la psicología y la experiencia histórica europeas…”