El debate en el ámbito deportivo, principalmente en el beisbol, es algo ya tradicional en Cuba; se discute en las calles, las casas, los centros de trabajo, y en peñas deportivas ya organizadas en todo el país. El panel se propone discutir si ese afán de debate se limita al deporte o es algo consustancial a la idiosincrasia del cubano. ¿Se pudieran encontrar en la vida pública otros ejemplos de esa euforia discutidora, de ese afán de debate? ¿En qué sentido el debate beisbolero puede servir de modelo para la cultura del debate en Cuba?