sábado, 29-06-2024
Desde la etapa inmediatamente posterior al origenismo, y derivada de él, existe una original forma de expresión que se manifiesta en una intertextualidad y enlace entre poesía y artes, donde destaca la plástica, anclada en esa urdimbre entretejida por la luz que acoge una peculiarísima mirada poética, pero que se complejiza aún más para fijar otros lazos comunicativos con la música y la cinematografía, mancomunidad de intereses fuertemente conjugados para expresar a partir de este cosmos visual una semántica poética como dinámica de los nuevos tiempos. De este modo, la expresión posorigenista de una primera órbita fijada en Fina García Marruz, Cleva Solís y Fayad Jamis, señala cauces por donde transita la lírica cubana, en su rumor de constante diálogo con la naturaleza.
El libro Cuba: An American History, de Ada Ferrer, presenta una historia de Cuba desde la colonización española hasta la actualidad, vinculada con la de los Estados Unidos, desde la perspectiva de una investigadora cuya experiencia de vida ha sido la emigración junto a sus padres, lo que se percibe a lo largo de la obra. Es una síntesis en la cual, como ocurre en ese tipo de trabajo general, se seleccionan asuntos a tratar que se consideran fundamentales, por lo cual hay ausencias u omisiones que, en algunos aspectos, afectan una visión más integral. En sentido general, es un texto que repasa más de cinco siglos del devenir cubano, dentro de la relación histórica conflictiva con el vecino del Norte desde la mirada propia de la autora.
Según la tesis más común en los Estados Unidos, la derecha cubanoamericana ha definido la política estadounidense hacia Cuba a través de su cabildeo y poder político en las elecciones de la Florida. Este ensayo rechaza esa tesis, argumentando que «la política hacia Cuba ha sido de Estado con el objetivo de cambio de régimen y una estrategia de embargo/bloqueo desde 1959». El papel de la derecha cubanoamericana ha sido de instrumento útil, no de factor determinante para ella. En cada ocasión, cuando los gobiernos estadounidenses han intentado modificarla de manera importante, esta derecha no ha podido detener esos cambios. En efecto, solo ha tenido éxitos porque empujaban una puerta abierta por la política de Estado.
En el presente, hablar de izquierdas y derechas en Cuba apunta a una cuestión de creciente relevancia: la representación política. Quizás su mejor expresión sea la disociación entre poder y proyecto revolucionario. Se trata de un disenso que ha ganado fuerza tras la crisis y reajuste de los años 90, y que ha hallado suelo fértil en una sociedad cada vez más desigual y diferenciada. Ante el desgaste de las estructuras y mecanismos de participación, la desintegración del sistema soviético agudizó la crisis del modelo socialista y propició diversas perspectivas sobre el proyecto social. Un espacio público menos sujeto al control estatal sobre la reproducción de ideas coexiste hoy con una comunidad y un entorno digital y social transnacionalizados.
Este artículo tiene como objetivo analizar en el contexto cubano contemporáneo la presencia y desafíos del tratamiento a las relaciones raciales en dos aspectos esenciales. En primer lugar, en una dimensión valorativa de cómo las políticas educativas contemplan la inclusión de las personas negras/mestizas en el acceso a la universidad. Como segundo elemento se problematiza las ausencias de la temática racial, las personas negras y sus saberes en el ámbito curricular y la preparación de los docentes en temas relacionados.
A finales del siglo XIX la ideología anarquista comenzó a introducirse en Cuba. Desde el inicio la difusión de sus ideales fue el principal modo de atraer a los obreros y la prensa jugó un papel fundamental. El periódico ¡Tierra!, el más importante de su tipo en el país, y el único que se mantuvo a lo largo de la primera mitad del siglo xx, dedicaba sus páginas a difundir los ideales anarquistas y los problemas que aquejaban al movimiento obrero cubano, mientras abogaba por la unidad obrera en la lucha contra el poder estatal. Las diferencias con el movimiento comunista también encontraron espacio en sus páginas y la crítica a este fue uno de los temas recurrentes dentro de la línea editorial de ¡Tierra!
Este somero recorrido por algunas temáticas y autores propone una reflexión sobre la crítica y el ensayo literarios de la diáspora cubana e intenta definir, además, asuntos de interés para la discusión teórica acerca de cómo abordar esa literatura extrafronteriza y su relación con el canon cubano.
"La historiografía revolucionaria cubana tiene orígenes y manifestaciones diversas. De remitimos a la primera mitad del siglo en busca de sus fuentes tendríamos que invocar una diversidad de obras que no tuvieron una proyección revolucionaria. Ahora bien, a los efectos de analizar la relación entre historiografía y proceso revolucionario es preciso tener en cuenta, ante todo, las obras que marcaron un hito con relación a la historiografía de orientación positivista o hegeliana..."
"Hasta hace relativamente poco tiempo, personas que se consideraban bien informadas acerca de la vida espiritual de nuestra sociedad se creían con fundamento para afirmar -sin remordimientos de conciencia de ninguna índole-, que los estudios científico-sociales y su posible impacto en la vida de la comunidad dejaban mucho que desear, si no eran en rigor inexistentes. Estas opiniones, aun siendo prisioneras de una arraigada y sostenida subvaloración institucional y social del lugar y papel de estas ciencias en la vida de la sociedad, no estaban sin embargo, carentes de cierto fundamento..."
"Desde hace algún tiempo, Cuba ha estado inmersa en uno de los más intensos debates económicos de la historia más reciente del país. De hecho, éste se enmarca en una discusión más amplia acerca de la manera en que deben ser enfrentados los desafíos que se le imponen hoy a la Revolución cubana. Claro, las implicaciones de la discusión sobre la cuestión de Cuba trascienden las fronteras del país. Quiérase o no, hay aquí también un momento del debate mayor sobre el socialismo y las alternativas actuales de las izquierdas..."
"No espere nadie al acercarse a este texto encontrar un enjundioso panorama de la sociología cubana, condimentado con tipologías, clasificaciones, periodizaciones y taxonomías, tan del gusto sociológico, ni aderezado con conclusiones extraídas de una rigurosa prueba estadística de hipótesis..."
"Una relectura de varios estudios sobre las características socioeconómicas y sociopsicológicas de los cubanos residentes en diferentes espacios geográficos, conduce a nuevas reflexiones. Estos asentamientos de cubanos en el exterior no conforman comunidades sociopsicológicas establecidas, como sí ocurre con la que existe, por excepción, en la ciudad de Miami, pues no lo han alcanzado otros asentamientos de cubanos en otras regiones de los Estados Unidos..."
"La religión es un hecho cultural y como tal coinciden en abordada tanto los científicos sociales como los textos eclesiales. 1 Ello significa que en cuanto forma de la conciencia y como fenómeno social, la religión participa de la producción humana, material y espiritual, o más bien en una unidad material-espiritual. De esta manera, interviene en los procesos socio-históricos, políticos, ideológicos, así como regula las relaciones a nivel social, grupal y la conducta de los individuos que la profesan, en cuya vida psíquica y cotidianidad puede tener incidencia..."
"Antes de la creación de las escuelas de Psicología en las universidades de Las Villas y La Habana, en 1961 y 1962, respectivamente, la psicología en Cuba se caracterizaba por la labor aislada de unos pocos profesionales, la mayoría de ellos graduados de Filosofía y Letras, algunos con estudios posgraduados en los Estados Unidos. Sin embargo, existía una fuerte tradición en la práctica de la psiquiatría, en la que se manifestaba una marcada influencia de la escuela psicoanalítica..."
"En modo alguno el presente artículo pretende abarcar todos y cada uno de los estudios e investigaciones sobre la mujer realizados en Cuba, sino presentar algunas de los principales temas tratados y citar las instituciones fundamentales que han trabajado en éstos. El fin último de este trabajo es brindar una visión personal sobre de lo que se ha avanzado en este campo y las deficiencias, vacíos y retos en el desarrollo de este tema..."
"L as reflexiones sobre la formación de la juventud y su papel en la sociedad cuentan con una amplia tradición en el pensamiento social cubano que se remonta a las reformas pedagógicas de Félix Varela y a las concepciones éticas de José Martí. En el presente siglo aparecen vinculadas al quehacer político de Mella y Martínez Villena y, más recientemente, al pensamiento del Che y Fidel, por sólo citar grandes hitos en ese largo recorrido. A partir del triunfo revolucionario, el tema adquirió una gran relevancia y formó parte del debate de ideas de la primera década, por el papel que desempeñó la juventud en el proceso de renovación social de toda esa etapa..."
"¿En qué medida el componente popular en marca la construcción nacional? ¿Hasta qué punto entre los ingredientes de la nación se encuentran elementos que pudieran considerarse negaciones del nacionalismo, no solamente políticas e ideológicas, sino culturales en un sentido integral, y que de cierta manera resultan contradictorias con una concepción de defensa de lo nacional? ¿En qué medida los representantes de sectores antinacionales son parte legítima, aunque negativa, de la nación? ¿En qué medida la nación misma es una construcción histórica que los involucra o los segrega?
"En Latinoamérica, donde las modas suelen llegar con cierta demora y sufrir pintorescas adaptaciones, la historiografía ha seguido un curso que, si bien no ha sido diferente, exhibe indiscutibles peculiaridades. Pasado el debate en torno a la «dependencia» y los «modos de producción» -en el cual la participación de los historiadores fue relativamente pobre-, el movimiento historiográfico latinoamericano, en algunas de sus manifestaciones más vitales y avanzadas, enrumbó hacia ese territorio de inciertos límites que se ha dado en llamar «historia social»..."
"La confrontación de ideas sobre las distintas tendencias presentes en la historiografía cubana, y los rumbos que se estiman más calificados o pertinentes para los trabajos de indagación histórica sobre nuestra sociedad y país, no se encuentra distanciada de la discusión en torno a la realidad y perspectiva de la mayor de las Antillas en el difícil y contradictorio sistema de circunstancias en que se haya insertada en los días que corren..."
"Según la opinión generalizada, la conexión más significativa entre la religión y la Revolución cubana se limita al plano de lo político. Sin embargo, tal significación no puede reducirse a este; hay que considerar, ante todo, su vínculo con la producción de representaciones y el cambio cultural ocurrido, el cual se manifestó en la transición de los esquemas de pensamiento existentes hacia formas más analíticas más modernas, con la correspondiente desacralización de numerosas esferas de la vida, y la generación de nuevos sentidos de carácter religioso. Tanto la avalancha transformadora iniciada en 1959, como en el actual y perspectivo reordenamiento económico y el movimiento de la sociedad en busca de la real consecución de un modelo socialista, dan lugar a tales cambios en la reproducción ideal de la sociedad, que el factor religioso, siendo uno, nunca podrá ser el mismo..."
"El título de esta reflexión, en el que se integra una disyuntiva, no es el eco de una especulación de gabinete. Durante los dos últimos siglos hemos oído afirmar a cubanos lúcidos las dos frases contradictorias: «El pueblo cubano es católico», «El pueblo cubano no es católico.» O: «Es católico superficialmente», «Solamente una minoría exigua es realmente católica.» Trataré, antes de esbozar algunos criterios al respecto, de presentar lo que nuestros viejos y penetrantes profesores escolásticos denominaban «status quaestionis»..."
"El mensaje pastoral de los obispos cubanos de septiembre de 1993, titulado «El amor todo lo espera», es hoy la referencia clave para conocer la proyección de la Iglesia cubana después del colapso del sistema socialista mundial. Pero estimo que probablemente sea, además, el documento más revelador generado por el episcopado de la Isla después del triunfo de la Revolución de 1959. No es mi propósito repetir ni resumir aquí lo que ya he expuesto en un artículo anterior puntualmente referido al mensaje, pero vale la pena recordar que ese documento contextualiza el alcance de la doctrina social, y en general de la proyección de la Iglesia cubana de cara al escenario del final de siglo..."
"La colonización del Nuevo Mundo planteó a las metrópolis el grave problema de la mano de obra. Barata y abundante resultaría en regiones continentales fértiles en poblaciones aborígenes prontamente subyugadas para su dedicación a aquellas faenas consideradas como excesivamente rudas, desagradables e indignas para el colonizador blanco. A esta, en tan temprana fecha como 1501 y para satisfacer iguales propósitos, se sumaría en Las Antillas y Tierra Firme la importada negra, cuyo volumen incipiente alcanzaría, con el decursar del tiempo, cifras respetables..."
"En el Primer Taller Internacional sobre los problemas de la cultura yoruba en Cuba, organizado por la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y la Academia de Ciencias, en 1992, se constató la existencia de una tendencia que coloquialmente se denominó «yorubización de la Santería». Indagué sobre la cuestión y me explicaron que se pretendía la recuperación de lo que se denominó «ortodoxia ritual»; ello significaba una vuelta a Africa, en especial a la liturgia reconocible en el culto de los orichas practicada en Nigeria e implicaba conceptualmente la reapropiación del corpus de Ifá..."
"Aunque no tan enraizada como en otros países del continente, la tradicional religiosidad popular cubana ha estado marcada por un profundo sincretismo entre expresiones religiosas de origen africano, el espiritismo y el catolicismo. De menor arraigo en el país, el protestantismo ha estado representado por unas cincuenta denominaciones asentadas en territorio cubano desde finales del siglo XIX hasta el año 1963. El pentecostalismo fue la corriente protestante que más recientemente arribó al territorio nacional. El aumento de la población protestante y en específico de los pentecostales en América Latina es un hecho visto con gran atención por parte de estudiosos y científicos sociales y despierta numerosas interrogantes e inquietudes en los sectores eclesiales históricos..."
Este debate parte de reconocer la importancia del tema generacional, de evaluar sus procesos de continuidad y cambio, para entender la evolución histórica de la sociedad, sus nexos con la cultura y con procesos sociales más generales. Examina en qué medida se pone de manifiesto este nexo entre sucesión generacional e historia en el momento actual; cuáles son sus peculiaridades en una etapa como esta; si se asumen tendencias de etapas anteriores u ocurren rupturas, dadas precisamente por las características del momento. Se trata de contextualizar los procesos generacionales que se están dando hoy, en la perspectiva de los últimos períodos y en sus nexos con la historia de la nación cubana y de su cultura.
"Desde la década pasada, la sociedad civil, un concepto del pensamiento político clásico, comenzó a utilizarse extensamente, no solo en la teoría política latinoamericana, sino también en el lenguaje político común. Se trata de un fenómeno que tiene conexiones internacionales más vastas, y que se asocia a los llamados procesos de globalización y de transnacionalización económica. El concepto, en su uso recurrente, se presenta con imprecisiones y ambigüedades, como resultado de su polivalencia y de sus significados a veces excluyentes entre sí. El propósito de este texto no es discutir esos desacuerdos, ni siquiera proponer una definición que enmarque el concepto, sino tratar de identificar a qué se hace referencia, en Cuba, cuando se habla de sociedad civil..."
Prólogo a la antología Las cosas por su nombre (jóvenes cuentistas cubanos).
"La monumental obra de Fernando Ortiz (1881-1969), el más brillante científico social cubano de la primera mitad del presente siglo, ha servido de significativo precedente para la inmensa mayoría de las investigaciones que han incursionado en el conocimiento de los factores histórico-culturales de la nación cubana actual. El proceso de maduración intelectual, reflejado ampliamente en su obra y acción, lo condujo a estudiar los más diversos aspectos de la vida cubana, tanto en el contexto latinoamericano y caribeño, como en sus vínculos con África, Asia, Europa y Norteamérica..."
"Puede considerarse que en la década del 80 la difusión de la literatura francocaribeña en Cuba recobró el nivel que había alcanzado en los años 60. El Premio Casa de las Américas contribuyó a ese propósito. La intención que ha predominado es la de dar a conocer preferentemente a los nuevos autores, aunque buena parte de los premiados hasta el momento son autores ya conocidos y algunos con una obra valiosa..."
"El Caribe ha producido, sin la menor duda posible, una literatura regional marcada por una singular complejidad en su orientación y desarrollo, que ha incidido muy a menudo negativamente en la valoración crítica de sus realizaciones. Entre los factores que han marcado la evolución literaria de este espacio sociocultural hay algunos que mantienen todavía, en esta última década del siglo XX, un peso importante, que obliga a tenerlos siempre en cuenta. Son, por ejemplo, la pluralidad lingüística; la convergencia de diferentes etnias, y el consiguiente y variadísimo proceso de transculturación; el desfase cronológico en la evolución literaria de las distintas áreas culturales del Caribe, y, por este y otros factores, la no sincronía del discurso literario caribeño; el hecho de la muy escalonada obtención de la independencia política, que se vincula, además, con importantes diferencias en las interrelaciones metrópoli-colonia o excolonia..."
"Las políticas comerciales promueven la idea de que la medida del éxito está dada por el nivel de excelencia en el trabajo artístico, con igualdad de oportunidades para todos aquellos que alcancen altos resultados cualitativos, sea cual fuere el tipo de música que cultiven. Esto pudiera parecer coincidente con una de las características fundamentales de la política cubana en lo que respecta a la cultura artística: el estímulo a la creación genuina como fundamento de los valores socialistas revolucionarios. Pero este principio ha entrado en contradicción con el creciente avance de los mecanismos comerciales y estandarizadores, lo cual no solo constituye un peligro para la música, sino para la cultura, que se nutre de su esencia creadora..."
"La historia tiene una muy larga tradición en Cuba: más de doscientos años de haber dado sus primeros vagidos, al decir de los estudiosos. Pocas disciplinas del saber disfrutan en nuestro medio de tal ancianidad. Desde la segunda mitad del siglo XVIII, hombres cultos y sapientes han probado sus armas en trabajos históricos, de los cuales no pocos constituyen obras de recia envergadura. El decursar histórico ha estado siempre presente en la problemática intelectual del país. Con toda justeza puede decirse que el gusto por la historia (mejor expresado, por leer sobre historia) es un componente capital de la psicología del cubano..."
"Pensar los retos que afronta la alternativa socialista en las condiciones del capitalismo transnacional de fines de siglo presupone un colosal esfuerzo en el ámbito de la teoría emancipatoria. Las consideraciones que siguen tan solo adelantan algunas «pistas» a tener en cuenta en esta dirección.1 El contexto desde el que son presentadas no podía ser otro que el marcado por las transformaciones que tienen lugar en la sociedad cubana durante la presente década. Reforma y opción socialista son, en este caso, dos términos subsumidos en la misma voluntad que ha caracterizado a la Revolución cubana en todo su itinerario..."
Se ha hablado muchas veces, y con sobradas razones, del papel que en la gestación del grupo Orígenes tuvo el asfixiante clima político, moral y cultural de la república frustrada. Se ha mencionado específicamente el impacto de la fracasada revolución antimachadista, y también, aunque con menos frecuencia, el auge de la penetración cultural norteamericana en la Isla y la consiguiente erosión en los hábitos, costumbres, valores, y en los principios mismos de la nación, y la «resistencia» que opuso Orígenes a estos procesos. Este trabajo subraya dos componentes en la percepción origenista de la condición neocolonial de Cuba: la superficialidad, propia de la teatralización de la independencia en un país que ha seguido siendo colonia, y la carencia de finalidad, como expresión de la subordinación y frustración nacionales y del culto a lo exterior. Llama la atención, además, sobre las formas peculiares de rechazo que acompañan a esta percepción, centradas en el esencialismo y la teleología insular.
Este ensayo centra el análisis en la obra de varios autores llamados «cuban-americans», por ser en los Estados Unidos donde el choque de las lenguas ha conducido la necesidad de elección a su punto crítico; en esa región de «crisis» de la identidad, se atraviesan visiones que van desde su negación hasta su recuperación, o la dialéctica de aceptación/rechazo de las culturas en conflicto. Para esos autores, la cuestión de la identidad está en un conflicto de elección entre los valores de dos culturas, la mayoría de las veces opuestas: aquella de los padres, cuya transmisión se produce casi siempre a través de la memoria familiar, donde el pasado ha sido sacralizado; y la del lugar de residencia, cuya influencia llega desde todas partes -escuela, medios de difusión masiva, comunicación cotidiana- y es, por así decirlo, una entidad "viva".
“El estudio de las formas concretas en que los inmigrantes chinos desarrollaron su existencia en Cuba, ofrece un interesante material para la comprensión de su organización social y del proceso de asimilación natural al medio social cubano contemporáneo…“
“Uno de los aspectos menos explorados en los estudios sobre la cultura cubana --en particular sobre su génesis y desarrollo hasta hoy-- es el relacionado con la herencia espiritual de las antiguas comunidades indígenas. Aunque muchos saben que en el momento de producirse la invasión española a Cuba (1492) ya hacia alrededor de diez mil años que el archipiélago estaba habitado por comunidades indoamericanas, parece ser que tiempo después la historia oficial escrita y repetida olvidó este hecho de trascendental importancia. Tanto es así que al leer algunos textos puede pensarse que la historia cubana comenzó con la llegada de Cristóbal Colón, y que con anterioridad a ello nada de lo ocurrido tuvo mayor importancia...”
“En las últimas décadas la problemática de las relaciones raciales ha venido centrando el interés de distintos especialistas a escala mundial. Desde diferentes ópticas y enfoques se ha abordado uno u otro aspecto de la cuestión en su desarrollo histórico o en sus manifestaciones actuales. Tales estudios revisten una particular significación en sociedades que, como la cubana, presentan una variada y compleja composición multirracial…”
“Los estudios sobre los procesos étnicos y las relaciones raciales en Cuba cuentan con una abundante bibliografía que permite conocer el desarrollo histórico de la nación cubana desde su génesis hasta el presente, los vínculos --biológicos y culturales existentes entre los diferentes grupos humanos que, procedentes de diversas latitudes, contribuyeron a su formación, y la intensa y creciente mezcla que se efectúa entre la propia población nacida y multiplicada durante decenas de generaciones en la Isla, independientemente de sus características morfológicas externas…”
“En este artículo aparece enunciado un conjunto de contradicciones que caracterizan la problemática racial cubana en la actualidad. Inicialmente, pretendo ubicar esta propuesta reflexiva en un marco teórico en el cual se relacionan tres procesos sociales que han estado estrechamente interconectados en el proceso histórico cubano: la estructura social, la identidad y la integración social. A través de este enfoque se intenta valorar la incidencia de la problemática racial en las relaciones sociales más generales que se estructuran en la sociedad cubana…”
Cada vez que se habla del diseño cubano hay que regresar a la década de los 60. El consenso parece indicar que ese desarrollo en algún momento se estancó. ¿Qué pasó en esos años, qué motivó ese desarrollo impetuoso y qué fue lo que lo detuvo? ¿Es que podemos pensar que los códigos visuales que funcionaban en los 60 funcionan ahora? ¿Es el mismo receptor al que estamos dirigiendo los mensajes políticos? Aquí hay un problema serio que rebasa al diseñador. ¿Cuánto ha cambiado el país de los 60 para acá?
Félix Guerra entrevista a Cintio Vitier sobre José Martí, con interrogantes implícitas desde hace mucho y suspendidas en la atmósfera finisecular de estos años. Se descubre en el diálogo que una mayoría de respuestas debían reformularse y que las interrogantes se reformulaban incesantes en un caldo de conceptualizaciones renacentista. ¿Es la posmodernidad lo que nos impele, como ayer fue la modernidad y antes los aires de cada ciclo de la historia? ¿La posmodernidad es solo lo que afirman que es, o es además y sobre todo lo que en cada latitud se quiere que sea, agregando y relegando, interpretando y priorizando, ya que ningún post, pasado ni futuro, es producto divino o previamente definido en laboratorios sacros de pensamiento?
“En toda sociedad acontecen transformaciones que, en un momento histórico determinado, promueven cambios. Estos cambios se concretan en el transcurrir cotidiano de los grupos sociales, donde se producen y reproducen las relaciones determinantes --de orden económico, político y social-- de cualquier sociedad y, con ellas, la subjetividad de los hombres que la integran. Naturalmente, quedar en ese nivel de generalidad y abstracción teórica, resultaría insuficiente. Abordar esta temática únicamente desde la psicología social o desde la sociología no significa ignorar que su contenido y complejidad trascienden los límites de ambas disciplinas. No obstante, como a cada ciencia particular le toca ir ´haciendo camino al andar”, este tratamiento psicosocial se propone contribuir al conocimiento multidisciplinario sobre la vida cotidiana…”
“El análisis de los repertorios bibliográficos indica el nivel de desarrollo de las temáticas científico-técnicas, socioeconómicas y culturales reflejadas en sus registros de formas general, como en las bibliografías nacionales, o de manera particular en los repertorios especializados y personales. Según el alcance de cada uno de estos repertorios, de acuerdo con su clase, los especializados podrán proporcionar el conocimiento no solo del grado del desarrollo alcanzado por una ciencia o técnica, sino también de la situación concreta que esta presenta en un país; mientras que los repertorios personales indican los campos del conocimiento en los cuales dichas personalidades sobresalen y, además, su importancia, teniendo en cuenta el volumen de su producción activa y pasiva…”
“Las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos abarcan mucho más que las relaciones entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos y sus respectivas políticas exteriores. A menudo se hace caso omiso de las relaciones entre cubanos y norteamericanos. Una comprensión más abarcadora de esas relaciones requiere un estudio de los lugares y circunstancias en que cubanos y norteamericanos las establecían, tanto en Cuba como en los Estados Unidos, de sus consecuencias para la historia de Cuba y de su influencia sobre las actitudes políticas, valores sociales y formas culturales cubanas…”
“Entre los múltiples problemas que requieren un examen con «ojos judiciales» (citando a Martí), se encuentra el establecimiento de la serie de intelectuales que elaboraron una visión cubana de los Estados Unidos hasta el fin de la dominación española en 1898. Sin pretensiones de un análisis exhaustivo, solo alcanzable en la extensión de una monografía, este artículo aspira a que estos criterios ayuden a vertebrar posibles ejes temáticos y a indicar cuáles personalidades importantes integran la serie que culmina en la obra de José Martí, a finales del siglo XIX…”
“Mientras los cubanos de la Isla continúan viendo a los afronorteamericanos a través de la corriente de información más amplia, pero de todos modos limitada, de los noticiarios y las fuentes familiares, los afronorteamericanos nacidos después del decenio de 1960 han pasado a imaginar a Cuba, si acaso lo hacen, a través del lente empañado de un sistema de dominio racial e ideológicamente más complejo. A fin de brindar posibilidades de reflexión sobre el futuro, este ensayo, basado en una investigación preliminar, proyecta ese presente sobre aspectos del pasado, sobre todo del siglo XIX…”
“Cuando Martí inicia su residencia en Nueva York, ya va cargado de concluyentes criterios acerca de los propios Estados Unidos, acerca de las repúblicas nuevas de la América Latina, y acerca, desde luego, de la relación entre ambos. Ya, desde entonces, tendrá en aquella ciudad el centro de sus actividades independentistas y de subsistencia personal durante casi catorce años, hasta que en 1895 salga, para incorporarse a través de República Dominicana, a la guerra reiniciada en Cuba el 24 de febrero de ese año, y morir en ella...”
“El propósito de este artículo es explicar los vínculos comunicativos, las conexiones y contactos entre fenómenos modélicos que ocurren en los Estados Unidos y que tienen una resultante artística en Cuba, en una coordenada cronotrópica diagramada por la conciencia innovadora de lo moderno en el plano de la artisticidad…”
“Durante sesenta años, Cuba fue una neocolonia dependiente de los Estados Unidos, y desde el siglo XIX hasta la actualidad los referentes culturales norteamericanos no solo han circulado y circulan con natural familiaridad entre los cubanos, sino que han sido interiorizados y sumados al complejo sistema de comportamiento cultural del etnos cubano --desde la música y el vestuario hasta la arquitectura-- y han constituido, desde entonces, una fuente cercana de apropiación e intercambio. Por ello resulta inexplicable la carencia de estudios sobre la huella norteamericana en la cultura cubana, asunto bastante ausente de las ciencias sociales en Cuba, salvo reflexiones eventuales carentes de sistematicidad. En las páginas que siguen, se resumen los resultados de una indagación realizada en este campo, con conciencia de lo mucho que aún queda por hacer.”
“La revista Temas me ha pedido escribir un artículo, basado en mi experiencia, sobre la manera en que los visitantes estadounidenses ven a los cubanos y viceversa, pero manteniendo los temas políticos al margen y no en el centro. Mi primera reacción fue pensar que resultaría imposible. Los visitantes estadounidenses van a Cuba a ver lo prohibido. Violan la prohibición de viajar impuesta por su gobierno o, si no, viajan con permiso concedido por motivos relacionados con la política interior o exterior de los Estados Unidos. En la mayor parte de los casos, llegan buscando un sistema distinto que abrazar o que condenar. ¿Acaso pueden examinarse sus impresiones de una forma no política?...”
“Este ensayo tiene, forzosamente, un alcance limitado. No constituye una investigación rigurosa, sino inspirada más bien en el deseo de acentuar que de demostrar. Se trata de abordar la presencia cultural norteamericana en Cuba después del triunfo de la Revolución, y no de estudiar, en sentido estricto, la relación cultural bilateral en tanto canal de dos vías que el propio concepto supone. Un trabajo integral en estos dominios tendría que considerar, pues, la influencia de la cultura cubana en los Estados Unidos --no menos real-- que desde luego preexiste al establecimiento allí de una comunidad cubana después de 1959…”
“Cuando el presidente Clinton firmó, en octubre de 1995, las nuevas regulaciones sobre los viajes a Cuba --que incluían a estudiantes acogidos a programas patrocinados por las universidades como una nueva categoría de ciudadanos norteamericanos que podían optar por licencias para viajar a Cuba--, comencé a explorar casi inmediatamente la posibilidad de llevar a ese país a un grupo de estudiantes de Bates College durante nuestro período académico corto en mayo. Junto con una profesora del Departamento de Español, diseñé un curso interdisciplinario titulado “La Revolución cubana: problemas y perspectivas”, en el cual los estudiantes matriculados podían obtener créditos válidos para historia o español…”
Entrevista a Leo Brower: “Cuando era joven la inspiración le producía escalofríos. Hoy sigue pareciendo joven, solo que la inspiración le resulta una buena manera de buscar motivaciones para crear. Viene de vuelta del pavor que produce la fama y con el trabajo que cuesta haber roto la tradición. Prefiere el anonimato para seducir por el hombre que es. Es un hombre especial, Leo Brouwer, quien hace años se inventó una manera sensual de tocar la guitarra. Íntimamente cercano a ella, encontró entonces la manera de hacer su música estrictamente universal. Universal se ha vuelto, aunque su esencia es la cubanía, la que está en el ritmo de su música, en la posibilidad de descubrir entre muchas a la cubana o en la manera de paladear el café…”
“Hasta 1987, fecha de la publicación de la Bibliografía Onelio Jorge Cardoso, in memoriam, habían sido publicados treinta y ocho libros del autor, entre ellos selecciones, reediciones, compilaciones. Relatos suyos aparecen en veintitrés antologías de cuentos publicados en Cuba y treinta y tres en el extranjero. Después de esa fecha he podido conocer de veintidós publicaciones de su obra, sin que pueda asegurar que son las únicas. øCómo se ha comportado la crítica ante estas producciones? Si bien la Bibliografía de Tomás Fernández Robaina recoge más de cien estimativas y posteriormente han aparecido otras, la mayoría no responde a un verdadero trabajo crítico; son reseñas o crónicas periodísticas sobre el autor y su obra, debidas bien a la salida de un nuevo libro o algún otro acontecimiento relacionado con el escritor. El resto, sin embargo, ofrece datos de interés para medir la evolución de las apreciaciones sobre la cuentística de Onelio Jorge. El corpus crítico para este análisis lo constituyen alrededor de veinte textos representativos de esa evolución…”
La revista Temas nos convoca a este panel en torno a la problemática del Derecho en Cuba, desde una perspectiva sociológica y filosófica. La cuestión central se resume en la siguiente pregunta: ¿qué esperar del Derecho? El debate pretende discutir tanto las tesis de los que piensan que el normativismo jurídico todo lo resuelve, como las de aquellos que consideran que lo fundamental es la voluntad política. También se examina qué influencia ha tenido el Derecho en la cultura popular, en la cultura nacional, en las raíces de nuestra identidad.
Este artículo se propone reflexionar sobre los vínculos entre historia, memoria y subjetividad en los documentales Cuchillo de palo (Renate Costa, 2010), Sibila (Teresa Arredondo, 2012) y Os dias com ele (Maria Clara Escobar, 2013), que entablan un diálogo con la memoria colectiva a partir de recuerdos personales e historias de vida, y cuyos puntos de partida son interrogantes sobre largos silencios familiares. La resonancia histórica de los hechos abordados y su innegable relación con el contexto político-social de las dictaduras en Paraguay, Perú y Brasil hacen que esas narraciones trasciendan lo personal/familiar y departan con una trama de relaciones sociales mucho más amplia.
El texto propone distinguir ese constructo que conocemos por cine cubano, de otro igual de inefable que pudiéramos llamar el cuerpo audiovisual de la nación cubana. Mientras que con el primero generalmente se alude a un conjunto de películas y sujetos que pueden localizarse con cierta facilidad en el espacio y el tiempo, con el segundo estaríamos enfrentándonos a algo que se articula más allá de lo que una metafísica de la presencia (lo que está a la mano) permitiría describir con precisión.
¿Qué es lo sostenible? ¿Qué dimensión tiene? ¿Cuáles son sus diferentes aristas? ¿Se puede hablar de desequilibrios que afectan los procesos social, económico y cultural? ¿Qué quiere decir sostenible cuando se habla de socialismo? ¿Se puede hablar de comunidades no sostenibles? ¿Existen acciones para preservar y a hacer sostenible la vida comunitaria, más allá de las orientaciones y del lenguaje que se utiliza para codificarlo? ¿Cuáles son las principales amenazas para desarrollar plenamente la sostenibilidad? ¿Cómo acoplar los saberes tradicionales y las necesidades locales específicas con los problemas del desarrollo a nivel nacional y las políticas que lo promueven? ¿Cuáles son los principales obstáculos? ¿Cómo se forman ciudadanos que contribuyan a la sostenibilidad? Un economista, un agrónomo emprendedor, un filólogo, un especialista en cuestiones medioambientales y un promotor cultural ofrecen sus impresiones acerca de estas cuestiones y sus implicaciones, ante un auditorio inquisitivo.
Estas páginas examinan la existencia o no de un tipo de comportamiento habanocentrista en la historia social y cultural de la nación cubana. El asunto es espinoso, pero se asume desde el diálogo, porque tal contingencia no impide su tratamiento. Llama la atención la carencia bibliográfica que existe al respecto. En la historiografía cubana apenas unos pocos lo han tratado de modo colateral más que puntual.
¿Cómo analizaba la CIA y la «comunidad de inteligencia» del gobierno de los Estados Unidos las posibilidades y las realidades de las insurgencias en América Latina entre los años 40 y 80? ¿Cuál fue la visión de esos analistas sobre las acciones de Cuba y la URSS relacionadas con esas insurgencias? Esta compilación ofrece veintitrés documentos de estimación y pronóstico, que fueron clasificados como «secreto» o «alto secreto», ahora desclasificados, dirigidos originalmente para el uso exclusivo de la Casa Blanca y los altos funcionarios del gobierno. Por lo general, los analistas asesoraron acertadamente sobre la política de Cuba frente a insurgencias latinoamericanas; algunos textos reflejaban muy bien la perspectiva de La Habana. Hubo errores también. El peor fue sistemáticamente subestimar los factores internos que propulsaban acciones revolucionarias en cada país; el énfasis siempre fueron los factores externos, Cuba principalmente. Durante las presidencias de Richard Nixon y la segunda de Ronald Reagan, los analistas contrarrestaron la influencia de los «halcones». Sin embargo, bajo la presidencia de John F. Kennedy, impulsaron la gama de sanciones a Cuba, entre otras, terrorismo de Estado, y bajo la primera presidencia de Reagan estimularon una confrontación en Centroamérica y con Cuba, al exagerar el impacto de las acciones de esta. Aun así, a través del tiempo la labor de los analistas fue profesional, cercana a la evidencia, y dispuestos a corregir errores pasados.
El trabajo presente hurga, a raíz del asesinato de George Floyd y la ola de protestas contra la violencia racial, en la práctica misma del Lynch y las ejecuciones públicas, cuestión que en los Estados Unidos tiene siglos de asentamiento a tal punto de hablarse al día de hoy de más de cuatro mil linchamientos de negros entre la Reconstrucción y la Segunda Guerra Mundial, etapa conocida como la «Terror lynchings». Centraremos nuestro estudio en una serie de textos que se produjeron en Cuba entre finales del siglo xix y principios del xx, que buscaban darles una explicación a los linchamientos norteamericanos y, a su vez, dar su propia valoración al respecto. Esto nos permitirá conocer la percepción que se tenía del lynching, así como la visión general que se tenía del modelo de nación estadounidense. Para, a partir de allí, poder cuestionarnos y negar ciertos discursos que aún perviven en las mentalidades contemporáneas.
“Hasta 1959 los estudios referidos a Cuba —y América Latina en general— eran limitados en su número y en los temas que abordaban. Solo después del triunfo de la Revolución cubana comienza a aparecer una numerosa producción sobre asuntos latinoamericanos, y los estudios del área se identifican con la profesión de latinoamericanista. Los estudios sobre México, Argentina, Colombia o Brasil, han estado influidos, a nivel internacional fundamentalmente, por los académicos de esos respectivos países. Este no es el caso de Cuba. La comunidad académica de los cubanos que residen fuera de Cuba ha tenido mayor peso en la obra escrita sobre el tema. Solo en los últimos diez años los estudiosos cubanos residentes en la Isla comienzan a participar en la producción académica a nivel internacional, justo en momentos en que estudiar o analizar a Cuba se torna altamente controversial. Incluso hoy, es necesario apuntar que todavía estos no preponderan en este campo; en otras palabras, no determinan lo que se discute internacionalmente…”
¿Conocen los norteamericanos a Cuba, con independencia de su posición hacia la Isla, si es que la tienen? ¿En qué medida la imagen de Cuba se corresponde con la realidad y, sobre todo, con la que los cubanos tienen de sí mismos? Los estereotipos, las diferencias idiomático-culturales, el etnocentrismo, la Guerra fría, los medios de difusión y la escasez de contactos directos entre ambos pueblos, generan un conjunto de percepciones sobre la realidad cubana que en unos casos obliteran los verdaderos problemas, y en otros convierten en problemas cosas que para los cubanos —o por lo menos para la mayoría de ellos— pueden, simplemente, no serlo. Este artículo constituye una tentativa de analizar y discutir los resortes de la imagen de Cuba en los medios de difusión norteamericanos como entidades públicas para la manufactura del consenso.
“Puede que sean pertinentes algunas observaciones generales sobre el tema de la historiografía en el contexto más amplio de los estudios cubanos. Primeramente, el campo de los estudios cubanos, como la propia Revolución cubana, está sometido a un proceso de rectificación propio. Más que una rectificación hay una redención: al fin nos hemos librado del término oneroso y poco elegante de «cubanología». Es posible ver también la rectificación en la inclusión de la historia para evaluar «el estado de los estudios cubanos». No siempre ha sido así. Para que el significado no pase inadvertido e inapreciado, tal vez sería de utilidad revisar brevemente estos hechos en un contexto más amplio. Casi desde el inicio, los estudios cubanos —la «cubanología»— partieron del supuesto central, pero nunca plenamente explícito, de que el estudio de Cuba era, de hecho, principalmente el estudio de la Revolución cubana. Nunca ha sido evidente dónde encaja la historia en el plan más amplio de los estudios cubanos, cómo lo hace o si lo hace siquiera…”
“Durante los últimos treinta años han sido muy escasos los puntos de coincidencia entre los distintos grupos de economistas que se han dedicado profesiona1mente a estudiar a Cuba; las diferencias entre los que lo hacen desde posiciones de hostilidad o de simpatía a los objetivos de la Revolución, o entre los que la estudian desde Cuba o el extranjero han sido notables. No obstante, aunque los cubanólogos que se dedican a la economía siguen manteniendo desacuerdos esenciales, han alcanzado un consenso en lo relativo a dos cuestiones que tienen que ver con la situación cubana más reciente..”
“Los estudios académicos sobre Cuba se dinamizan en la década del 90. Estos giran esencialmente en torno a problemas internos de la sociedad cubana, tanto en el orden económico, como político, social e ideológico. Ello ocurre en la misma medida que discurren dos procesos dialécticamente entrelazados: de un lado, la profundización de la crisis económica que desemboca en el llamado Período especial en tiempo de paz; y de otro, la reafirmación de la identidad socialista de la Revolución cubana, de su proyecto de liberación e independencia. En ese empeño, se avanzan pasos orientados a remontar la coyuntura crítica y a la sobrevivencia revolucionaria cubana como proceso histórico y como nación. Entretanto, las reflexiones directas e indirectas del tema cubano que miran adentro desde el exterior se acumulan en diversos y variados espacios geográficos, en el «norte» y en el «sur», aunque mantienen su gravitación especial en los Estados Unidos, cuya política invariablemente hostil hacia la Isla descansa a menudo en percepciones similares o cercanas a las que prevalecen en esos estudios…”
“Según los análisis sociopolíticos tradicionales, el papel de la Iglesia Católica en la sociedad latinoamericana es de importancia fundamental. De hecho, tradicionalmente se presenta a la Iglesia, junto con el ejército y la oligarquía, como los baluartes del orden social y los agentes sociales más poderosos en la protección del status quo. Aunque esto es indiscutiblemente así en casi toda América Latina, resulta importante reconocer desde un inicio que Cuba constituye una anomalía y que la Iglesia Católica en Cuba —a diferencia de sus contrapartidas en otros países— nunca ostentó la misma enorme influencia política.1 En este trabajo se examinan los actuales intentos de la Iglesia por insertarse en la corriente central de la sociedad cubana, proceso que nunca ha alcanzado resultados particularmente exitosos…”
““La nación se ha hecho de inmigrantes”, escribe Martí sobre los Estados Unidos en 1886. Fue testigo de la más contundente oleada migratoria de trabajadores al Nuevo Mundo, y también palpó las contradicciones económicas y sociales de esa inmigración. Esa oleada comenzó despacio con el albor de las industrias del Norte antes de la guerra civil norteamericana y se convirtió en un verdadero estruendo una vez afianzado el destino económico norteamericano con la derrota del Sur agricultor por el Norte industrial. La mano de obra inmigrante consolidó la transformación de la economía norteamericana y Martí observó las contradicciones de esa etapa de la acumulación del capital industrial…”
“El último lustro de los años 80 y a inicio de los 90, el debate en Cuba y en los Estados Unidos sobre el tema de los estudios cubanos fuera de la Isla —la llamada cubanología o el trabajo de los «cubanistas», como se identifican o autodenominan— tomó especial significado y llamó la atención de numerosos especialistas de las ciencias sociales. La polémica partía de la propia definición a emplear y llegaba hasta el cuestionamiento de esos estudios. Las preguntas eran y siguen siendo múltiples: ¿Qué término usar? ¿A quiénes incluir? ¿Cuál es la objetividad de dichos estudios? ¿Realizan aportes a la comprensión de la realidad nacional? ¿En qué consisten sus principales insuficiencias? ¿Cuál es su significado político-ideológico? ¿Son un mero producto de la Guerra fría? ¿Qué relación guardan con la política de los Estados Unidos hacia Cuba? ¿Hasta qué punto son conocidos en el país? En este breve ensayo se pretende hacer un bosquejo de puntos centrales en la perspectiva del debate en y desde Cuba…”
“Aquello que llamamos nación —aun en las más diversas acepciones— es solo una de tales formas de agrupamiento; ello presupone que en una misma sociedad pueden originarse otras diferentes. Porque la nación se manifiesta en una sociedad específica, pero no se le identifica de manera absoluta, aunque ambas se correspondan condicionadamente. La nación, así entendida, la que adscribimos al gentilicio cubano, es en su inicio parigual de la que surgiera, como resultado de un proceso muy definido, por vez primera hace más de dos centurias en algunas comunidades del área que ahora nombramos, en términos de geografía política, como Europa occidental...”
“La identidad nacional o la conciencia de mismidad de los pueblos es objeto de estudio de las más diversas disciplinas. La historia, la sociología, las ciencias políticas y la psicología son algunas de ellas. Dentro del contexto de la psicología son muchas las especialidades y las formas de aproximación al fenómeno. Los psicólogos nos interesamos por la identidad nacional a la luz de los actuales acontecimientos en especialidades como personalidad, etnopsicología, etnopsicoanálisis, antropología psicológica, psicología cultural, psicología transcultural, psicología política y social, psicología comunitaria y de las minorías, psicología del desarrollo y otras aproximaciones…”
“En los años iniciales del proceso revolucionario, se produjo una especie de simbiosis que hizo del teatro un acontecimiento más de la liberación efectiva que estaba teniendo lugar. Entre 1959 y 1969, surgieron decenas de grupos profesionales en todo el país subvencionados por el Estado (en contraste con el total desamparo estatal en que se había desarrollado la escena prerrevolucionaria). Estos nuevos grupos coexistieron con algunas instituciones privadas que venían de la época anterior y que más adelante, en 1967, fueron disueltas por un decreto que pretendió extender a la cultura el objetivo de erradicar los últimos vestigios de la propiedad privada en el país…”
“Antes del apogeo espectacular de un término que ha producido un verdadero frenesí de actualización en la crítica literaria y artística, un crítico latinoamericano de reconocidos méritos afirmó: «Y nosotros, moradores de regiones periféricas, espectadores de segunda fila ante una representación en la que muy pocas veces participamos, vemos de pronto, cambiado el libreto. No terminamos aún de ser modernos —tanto esfuerzo que nos ha costado— y ya debemos ser posmodernos». Más allá del tono hiperbólico de esta afirmación —remedo del desconcierto que en mayor o menor medida ha provocado la irrupción del posmodernismo— una verdad sutil se esconde tras esta paródica teatralización de la recepción latinoamericana de lo posmoderno…”
Fragmento del Prólogo a Estatuas de sal. Cuentistas cubanas contemporáneas. Panorama crítico (1959-95). Comp. de Mirta Yáñez y Marilín Bobes.
“Desde hace varios años, en algunos círculos de estudio de literatura comparada se ha puesto en uso el término de «frontera», sobre todo en relación con las llamadas literaturas «periféricas», desde un punto de vista geográfico y político. El concepto de frontera implica un fin y un comienzo de algo distinto, un corte entre dos ámbitos, división, y enajenación de un sujeto o fenómeno dado, apartamiento, sobre todo la conformación de códigos de aceptación o rechazo, de inclusión o exclusión; en fin, en muchos casos y ocasiones, la bien mentada marginalidad…”
“La mujer joven no ha sido precisamente un sector al que se le haya prestado la suficiente atención desde la óptica de las investigaciones sociales en Cuba, tal como parece haber ocurrido en América Latina y otras regiones. La tónica más común en nuestro país ha sido encontrar estudios generales sobre la juventud, sin distinción de sexo, o estudiar a la mujer sin distinciones generacionales. Solo ha sido objeto de estudios específicos en aquellos temas vinculados con la temática sexual y reproductiva: embarazo en la adolescencia, abortos, maternidad soltera, y más recientemente, prostitución…”
“La imagen de la mujer, que aparece en el arte desde épocas antiguas --específicamente las obras privilegiadas en las historias eurocéntricas del arte-- ha sido, en su casi totalidad, una imagen presente en el arte consagrado, hecho mayoritariamente por hombres, para satisfacer un patrón establecido por hombres…”
“La metodología elaborada por la crítica feminista a principios de la década del 70, con un basamento esencialmente sociológico y político, ha ido incorporando elementos del psicoanálisis, la semiología y el estructuralismo, entre otras fuentes, para la conformación de un cuerpo teórico aplicable al estudio de la obra cinematográfica. Con frecuencia, muchos de esos presupuestos teóricos se han hecho extensivos a la crítica de otras manifestaciones artísticas, como el teatro y la pintura, así como el medio televisivo…”
“La compilación Viajeras al Caribe reunió la producción textual -diarios, cartas, memorias, libros de viaje- de europeas y estadounidenses, visitantes a territorios insulares o continentales de la cuenca del Caribe, en el siglo XIX. Su presentación pretendió descubrir la voz de mujeres, asomadas a la escritura con la intención de alcanzar autoridad intelectual. Pero la perspectiva de género no rebasaba la voluntad de reunirlas en un volumen y aproximarse, tímidamente, a los intereses «femeninos»: curiosidad por las otras mujeres, su educación y la de los niños, sus vestimentas, y otros tópicos afines. Aquella tentativa, inédita en el contexto cubano -y, al parecer, en el latinoamericano-, se inscribía en una de las tendencias en el estudio de la literatura de viajes: considerarla fuente documental complementaria de la historia, crónica personal de acontecimientos. Participaba también de la inclinación a enfatizar lo subjetivo y los aspectos propiamente literarios del relato como el estilo y el tono…”
“Durante los últimos veinticinco años, los estudios destinados a mostrar el papel desempeñado por las esclavas de origen africano en las colonias caribeñas han aportado publicaciones cardinales, de carácter puntual, o teórico-metodológico, referidas fundamentalmente a las posesiones inglesas o francesas. Sin embargo, en el Caribe hispano-antillano la producción historiográfica dedicada al tema aún no ha alcanzado esa envergadura. En Cuba, la esclava de origen africano no ha sido objeto de estudio particular. Su vida se conoce a través de obras literarias como Francisco, de Anselmo Suárez y Romero; Petrona y Rosalía, de Félix Tanco, y la excepcional Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde. Asimismo, existen estudios históricos o sociológicos que tangencialmente analizan aspectos de la vida de esas mujeres. Por esta razón, este trabajo tiene por objetivo comenzar a cubrir el vacío existente en la historiografía cubana respecto al tema…”
“Asumir hoy en Cuba un enfoque de género en el tratamiento de la religión constituye un desafío, por constituir un aspecto poco abordado. Además, porque a pesar de la amplia legitimación del tema de la mujer en la actualidad, ello no se traduce necesariamente en la extensión de espacios de acción para esta, particularmente en la esfera religiosa, donde prima una fuerte sujeción a valores socio históricos, en forma de normas y prohibiciones. La presencia de factores tendientes a la marginación de la mujer, en la base de las creencias religiosas en la Cuba actual, repercute en la influencia que han ejercido y ejercen en la mujer creyente cubana las diferentes expresiones religiosas confluyentes como resultado de la colonización…”
“Los analistas políticos y los medios de comunicación de los países capitalistas desarrollados comenzaron a dividir desde los años 80 a los militantes comunistas en liberales y ortodoxos. Como todo esquema que pontifica los extremos, este pierde sustancia cuando se aplica mecánicamente a otra realidad, pues deja fuera del análisis a los revolucionarios comprometidos con la realización consecuente de los ideales socialistas, que en Cuba son la fuerza decisiva de la nación. El esquema sirve, sin embargo, para impulsar una política, cuyo objetivo final es fracturar a la Revolución e introducir elementos de confusión en la perspectiva cultural cubana…”
“La televisión es un proyecto cultural. Nadie discute su enorme fuerza como medio de comunicación social, pero es en esencia un medio de cultura. Cada programa y cada espacio, han de responder a una intención estética, destinada a lograr ciertos objetivos, para un determinado sector de la población. Como tal, debe estar sujeta a la ubicación exacta dentro del horario y el día, a la selección precisa del conductor y director que sean capaces de lograr los presupuestos planteados. Desde el más simple programa informativo hasta la más costosa superproducción, son vehículos de cultura, que deben a la vez instruir, entretener e informar…”
“La selección Fábula de ángeles (Antología de la nueva cuentística cubana), de Salvador Redonet y Francisco López Sacha ofrece una visión amplia, variada, de la nueva cuentística, con el único defecto de que incluye solo textos escritos por hombres, y excluye, olímpicamente, la cuentística femenina. La siempre precaria posición de las escritoras frente al canon, a las normas de uso común --y eventualmente incluso ante las variantes de renovación o violación del mismo-- se hace aquí no solo evidente, sino también lamentable. La subestimación de la narrativa femenina es tal que ni siquiera se le menciona en la nota introductoria…”
“Nadie se llame a engaño con las poetas cubanas. La de ellas no es una escritura marginal, sino marginada en nuestra historiografía literaria e insuficientemente valorada por nuestra crítica. Muchas de las voces mayores de nuestra lírica son mujeres. ¿Qué elementos caracterizan, sustancialmente su discurso? La inteligencia, la sensibilidad y la cultura, como pivotes de un lenguaje que se apropia el mundo sin renunciar, nunca, a su propia condición de mujer. Porque nuestras poetas no asumen el discurso masculino: dicen desde ellas mismas. Y eso es lo que enriquece el perfil de las letras cubanas y define, desde su especificidad, esta otra mitad del género humano que también se expresa como sujeto lírico en Cuba…”
“La crisis actual del marxismo es inseparable de su historia y del peso de su propia tradición. La vigencia del marxismo se presenta como una cuestión íntimamente ligada al proceso que va desde sus orígenes y ulterior desarrollo hasta los más recientes avatares del movimiento revolucionario. El estado actual resulta, pues, inseparable de la huella que ha dejado su movida historia, donde no escasea la regeneración de retos inéditos. Es precisamente esa historia compleja, plena de paradojas y de alzas y bajas la que, en sus desplazamientos recientes, ha creado un puntal justificativo fundamental para el sostenimiento de las posiciones que ignoran o, más directamente, se oponen al marxismo…”
“La historia política y de las ideas cubana de los últimos 70 años registra una extraordinaria paradoja en lo tocante al tema de la izquierda. Los sentimientos e ideas de izquierda se arraigaron durante la Revolución del 30; después, la gran revolución que triunfó en 1959 legitimó y multiplicó esas ideas y sentimientos, y los ligó a innumerables aspectos de la vida de las personas y del país. Pero esa larga historia ha sido responsable, a la vez, del ensombrecimiento del tema de la izquierda, que comenzó desde el fin de la Revolución del 30. La gran revolución que promovió avances inmensos de la cultura política cubana --signados todos por la pertenencia de izquierda terminó por agudizar al extremo esa paradoja…”
“La presencia del marxismo en la vida política y cultural de Cuba tiene una historia relativamente larga. Líderes obreros, estudiantes y destacados intelectuales identificados con él dejaron, con su actividad revolucionaria y su producción teórica y literaria, una huella en nuestra historia y cultura nacional. Figuras como las de Carlos Baliño, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Juan Marinello, Pablo de la Torriente Brau o Raúl Roa, por solo mencionar algunas, desempeñaron un significativo papel durante la pseudorrepública en la defensa de las masas trabajadoras y de los intereses nacionales…”
“El debate sobre el tema del marxismo en la Revolución cubana es mucho más complejo que lo que traslucen el discurso ideológico, el sistema de enseñanza y el movimiento editorial y publicístico. Sobre todo porque la reflexión crítica, que vuelve a abrirse paso en los últimos años, no cuenta aún con espacios ni con estímulo suficientes para calar con la hondura necesaria en el trayecto mismo de nuestra historia reciente, tan saturada de entrega y heroicidad que la apologética parecería a veces estar de más…”
“Para quienes la intrincada selva de las ideas martianas devino punto de partida en la iniciación revolucionaria, la teoría de la revolución y el modelo de sociedad resultaron más accesibles en primera instancia que aquellas otras aristas teórico-metodológicas que, no obstante, no dejaron de ser asimiladas en cierta forma, aunque al parecer, de manera fragmentaria, no sistémica, en la misma medida en que fueron comprendiendo la significación en el presente de los geniales descubrimientos martianos. La comprensión cada vez más profunda del ideario martiano por los revolucionarios que le sucedieron en Cuba en este siglo, fue en sí misma un proceso dialéctico que requirió de la conjunción de diversos factores…”
“Como del sustantivo posmodernidad se desprende a su vez el término —que porta el controvertido sufijo «ismo»— posmodernismo, estrechamente relacionado con la situación cultural y espiritual de esa secularización posmoderna de nuestro tiempo, cabría preguntarnos: ¿puede hablarse de posmodernismo en Cuba, país que asume en todos sus frentes como única y hegemónica ideología la del «marxismo comunista»? ¿Marxismo y posmodernismo en Cuba?
¿Qué es el pensamiento ambientalista? ¿Cómo se define? ¿Cuáles son los asuntos más controversiales en la agenda de problemas que discuten los especialistas en la materia? ¿En qué medida los problemas del medio ambiente se contienen en otros que pudiéramos definir como culturales?
“En el taller de pensamiento cubano que se desarrolló en la Universidad Central de Las Villas (Santa Clara) en noviembre de 1994, se planteó la necesidad de socializar las ideas que allí ganaron consenso. Pienso que este es uno de los grandes problemas a resolver en los presentes momentos en la política cubana con respecto a las ciencias sociales. Para esto se requiere el diálogo entre los científicos sociales, e intelectuales en general, y los políticos que tenemos clara comprensión de la importancia de las ciencias sociales. Sin ese diálogo fracasaríamos en nuestro empeño, porque los políticos desaprovecharíamos el enorme y valioso caudal que suelen aportar las investigaciones bien encaminadas, y las ciencias sociales desembocarían en un ejercicio cientificista distante de las necesidades de la vida…”
En el presente artículo, sin pretender agotar las formas concretas con que se ha presentado el socialismo en diferentes países (lo cual sería imposible, por los aspectos culturales, sociales e históricos que participan en su concreción), se señalan características del diseño que, aunque particularmente agudas en Europa Oriental, han afectado también a nuestro país, si bien no todas están presentes en Cuba, como diferenciadamente se precisa en el curso del trabajo.
“Treinta y tantos años después de constituido, el ICAIC sigue enfrascado con mayor denuedo que nunca en reconocer al tenido por séptimo arte como «instrumento de opinión y formación de la conciencia individual y colectiva», con particular interés en rehabilitar la contribución del cine «a hacer más profundo y diáfano el espíritu revolucionario y a sostener su aliento creador», tal como se enunciaba en aquel Por cuanto de la primera ley cultural que promulgó la Revolución cubana. A partir de entonces, y hasta 1995, las mejores películas nuestras (considerando solo las producidas por el ICAIC) legitiman la responsabilidad artística de interactuar con el entorno social, a partir de la necesidad de extender las fronteras de lo sobreentendido por revolucionario. Las más neurálgicas zonas de la realidad han sido abordadas en imagen y sonido; con el consuetudinario empeño en violentar la estrechez triunfalista, estimular el debate y promover un arte «irreverente» y cuestionador de la realidad….”
“Es sabido que el marxismo apareció en el siglo XIX, ante todo como una respuesta a la necesidad de conocer y pensar científicamente a la sociedad, descubrir sus estructuras fundamentales, explicar sus causas, leyes y tratar de orientar los esfuerzos para su transformación por medio de la praxis. Marx colocó la cognición de lo social sobre nuevas bases, transformó radicalmente su epistemología y convirtió al socialismo en un proyecto humano realizable, capaz de dar una alternativa y concluir con la irracionalidad capitalista. Pero Marx y Engels, sus creadores, advirtieron que el marxismo no era un conjunto de fórmulas sacralizadas, infalibles, acabadas o incambiables. Sin restarle sentido revolucionario, el «espíritu científico» marxista suponía de consuno la crítica a la actitud antimetafísica del positivismo tanto to como la evitación de tendencias hacia percepciones exageradamente ideologizadas que diluyesen a la sociedad real en razonamientos apriorísticos…”
Prólogo a la antología de poetas cubanos nacidos a partir de 1959, Mapa del país (Chile), hecha por Norberto Codina. Incluye a los siguientes poetas: Rolando Sánchez Mejías, Víctor Fowler, Alberto Rodríguez Tosca, Emilio García Montiel, Antonio José Ponte, Carlos Augusto Alfonso, Almelio Calderón, Damaris Calderón, María Elena Hernández, Omar Pérez López, Frank Abel Dopico, Manuel Sosa, Arístides Vega Chapú, Reinaldo García Blanco, Sigfredo Ariel, Juan Carlos Flores, Heriberto Hernández y Juan Carlos Valls. Pero como toda antología que se respete implica una limitación, pues dentro del panorama de la más reciente poesía cubana podrían mencionarse otros nombres, a saber: Ricardo Alberto Pérez, Alessandra Molina, Norge Espinosa, Pedro Márquez de Armas, Carlos Alberto Aguilera, Pedro Llanes, Caridad Atencio y Nelson Simón, entre otros. Aunque el presente texto es el prólogo a la antología mencionada, sus consideraciones generales valen para todo el fenómeno de la nueva poesía cubana.
“La lectura del trabajo del historiador y amigo Oscar Zanetti «Realidades y urgencias de la historiografía social en Cuba», que apareció en la revista Temas no. 1 de 1995, me motivó algunas reflexiones que quisiera compartir con los interesados por los problemas de la historiografía contemporánea…”
La puesta en práctica de normativas que regulen el trabajo de las estructuras municipales, necesitan, más allá de leyes y decretos, de la verdadera posibilidad de actuación de los funcionarios públicos en el ámbito local. El municipio como espacio de poder, presenta dilemas y desafíos que requieren transformar las intenciones en potestades reales. Sus cambios deben relacionarse con enfoques de equidad y con la prioridad que sus gestores le otorguen a las poblaciones involucradas. Priorizar la participación y el control popular en todas las etapas del proceso de desarrollo de las estrategias municipales garantiza su sostenibilidad, asegurando que al interior de los territorios haya una colaboración mutua entre las políticas económicas, sectoriales y de desarrollo.
La interacción recursiva de múltiples factores y eventos a todos los niveles de la sociedad, requieren de cambios culturales y organizacionales, en las prácticas de gestión y cotidianeidad, de las instituciones y la ciudadanía, que se proyecten hacia nuevas formas de alianzas multiactorales, modos de concertación de intereses y participación ciudadana pro-activa y decisoria. Hacia esas metas de largo alcance se presentan elaboraciones y resultados de nuestros proyectos investigativos —y como parte de la Red ESORSE— en municipios de la capital, que aprovechan el acervo de la producción e investigaciones nacionales e internacionales, con el propósito de fomentar valores de solidaridad social y emancipatorios, como fundantes de la proyección socialista de nuestra sociedad.
La regulación constitucional vigente traza nuevos derroteros para la municipalidad cubana donde se identifica aún la necesidad de una comprensión teórica que incida en la transformación de la práctica sociopolítica. La declaración formal de autonomía municipal por la Ley debe acompañarse de un actuar efectivo por los órganos y actores implicados; y, en consecuencia, la práctica sociopolítica debe nutrirse de las herramientas y pautas que en el orden teórico le permitan realizar su fin constitutivo. Es por ello que, sobre la base de la revisión de las instituciones gobierno, autonomía y descentralización, se presenta una contribución teórica sobre el municipio cubano actual que busca apoyar su adecuada y democrática gestión.
El proceso de Actualización del modelo económico y social en Cuba tiene entre sus directrices el desarrollo de las formas no estales de gestión de la propiedad y el fortalecimiento de los municipios como escenario por excelencia de los procesos de desarrollo local. Estos elementos crean un ecosistema propicio para el nacimiento y consolidación de experiencias de Economía social y solidaria (ESS). Un número considerable de estos emprendimientos y cooperativas se han gestado desde las lógicas del trabajo cooperado y solidario. La ESS, como concepto y propuesta de transformación social, se ha colocado en el quehacer científico contemporáneo. En momentos de crisis se ha convertido en una alternativa para atenuar las consecuencias negativas en la sociedad y, en particular, en el ámbito local. Actúa donde se precisa una solución a los problemas locales de empleo, de necesidades de las personas, de desarrollo económico y de integración de colectivos excluidos, al tiempo que influye en la construcción de una sociedad más equitativa y cohesionada. De lo anterior nace la interrogante fundamental de estas páginas ¿Qué puede aportar la ESS a las estrategias de desarrollo local? Identificar las sinergias entre estos conceptos requiere explorar los elementos que dentro del proceso de Actualización permiten pensar en lógicas de ESS en nuestro contexto.
Luego de la aprobación de la nueva Constitución, los municipios cubanos están en proceso de cambio, teniendo en cuenta que esta les otorga autonomía y la posibilidad de gestionar, de manera integral, sus recursos. Tomando como base las limitaciones que entorpecen la gestión municipal, el objetivo del estudio que en estos momentos se ejecuta como parte de una investigación de doctorado, es desarrollar un sistema para la gestión del conocimiento y la innovación en los gobiernos territoriales con enfoque en la economía energética para el desarrollo local sostenible (SGCIEn).
La provincia de Mayabeque y sus municipios emprendieron el proceso de actualización de sus estrategias de desarrollo, cuyos resultados se exponen en el presente trabajo, como consecuencia de la alianza estratégica entre universidad-gobierno-comunidad a partir de la gestión del conocimiento en función del desarrollo local. De esta forma, se diseñó un sistema de trabajo conjunto ejecutado mediante talleres participativos que permitieron el fortalecimiento de las capacidades de los gestores públicos de la provincia para la gestión estratégica del desarrollo local.
El objetivo de esta contribución es presentar una herramienta de apoyo que permita la implementación de la Estrategia de Desarrollo Municipal desde el esquema de gobierno del municipio Mantua. En el documento se fundamenta la necesidad de una efectiva gestión de gobierno al conectar ciencia e innovación con la solución de los problemas del desarrollo presentes en el municipio y en particular los relacionados con la línea estratégica de soberanía alimentaria que se encuentra en proceso de actualización e implementación. Se muestra cómo la propuesta de Triangulación de actores vinculados al desarrollo local (TADEL) fortalece la relación entre el gobierno local y el grupo de asesores
¿Qué significa el deporte masivo en la sociedad contemporánea, y cuáles son sus implicaciones culturales, sociales? ¿Qué dice este acerca de nosotros mismos y de lo que nos rodea? ¿El deporte y su discusión en la esfera pública están ligados a fortalecer valores cívicos? ¿Cómo se explica que en el presente el ajedrez tenga menos resonancia, no asociada con la calidad de los jugadores? Desde diversas aristas, cuatro cubanos relacionados con el deporte responden estas y otras preguntas acerca del tema.
El Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC), que Cuba y la Unión Europea (UE) vienen implementando desde noviembre de 2017, ha sobrevivido a las doscientas cuarenta medidas de coerción aplicadas por la administración de Donald Trump contra el pueblo cubano, y que la de Joe Biden aún mantiene, en contra de las reglas del Derecho internacional y en detrimento de los empresarios europeos con intereses en la Isla. En el último año, las relaciones bilaterales entre Cuba y la UE se desarrollaron bajo los efectos de la pandemia de la COVID-19, cuyos impactos globales en las esferas comercial, de inversiones, y de cooperación, son negativos. Paralelamente, en la Isla se sigue implementando trascendentales cambios que afectan el conjunto de sus relaciones sociales, vínculos interinstitucionales, relaciones de propiedad, mentalidades y cultura cívica.
Se valora la necesidad de alcanzar, a escala nacional, profundos cambios culturales en la empresa cubana y en el examen de las definiciones públicas sobre los cambios, y en las relaciones Estado-propietario con la empresa, aprecia rasgos y ausencias incapaces de asegurarlos. Valorar la existencia de un paradigma subyacente en las relaciones Estado-empresa basado en la supuesta necesidad de actuar de forma enérgica y sostenida desde el Estado sobre la empresa, que impide las transformaciones necesarias en esta, cuya sustitución requiere de cambios más profundos que los propuestos, no para debilitar, sino para fortalecer la acción social, mediante la sustitución de esas reglas generales casi mecánicas, con la técnica, la ciencia, y la razón. Para superar esos métodos de influencia el autor propone sustituir las relaciones de corte administrativo por métodos económicos, con decisiones adoptadas por órganos económicos como representantes de la propiedad social, con la autoridad plena del propietario sobre cada una de sus empresas, con sus particularidades.
“Como todas las actividades primarias, la agricultura se halla fuertemente vinculada al espacio local, no solo por su dependencia de recursos naturales, sino por su conformación por factores históricos y sociales, como el desarrollo económico local, la comunidad, los recursos humanos y otros. El gobierno local, uno de los factores históricos y sociales más relevantes, aparece como una de las condiciones más influyentes en su evolución. Esta influencia de los poderes políticos locales y del gobierno local en particular, es evidente en la historia económica y social de la agricultura cubana, aunque en razón inversa al paso del tiempo. El proceso de cambios desencadenado por la Revolución impactó a la agricultura y al gobierno local, transformando la relación entre ambos…”
La creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) constituye la medida de mayor alcance dentro del sector agropecuario en los 90. En este artículo se analiza el proceso de descentralización y la apertura de nuevos espacios y mecanismos de participación de los trabajadores de las UBPC, esa importante forma organizativa de la economía agrícola mixta emergente.
“Es difícil ubicar a Cuba en la geografía del empleo (¿o del desempleo?), que hoy parece idónea para clasificar el mundo contemporáneo. La bibliografía más actualizada es pródiga en calificativos para describir las realidades laborales más extendidas. Asumiéndolos, podemos decir que la realidad cubana no es una sociedad de desempleo masivo, como se califica hoy la de los países centrales, sobre todo europeos; no es en rigor una sociedad con empleo polarizado como los Estados Unidos; de desempleo estructural como América Latina, ni de desempleo catastrófico, como se nos ocurre denominar la situación de los países de Europa del Este, según los criterios de algunos especialistas…”
“A partir de 1989, con la desaparición del campo socialista y el recrudecimiento de las medidas de los Estados Unidos contra Cuba, el modelo social cubano se ha visto sometido a grandes pruebas debido a la reducción de los recursos disponibles y reformas económicas que han introducido elementos de desigualdad en los ingresos. Algunos se preguntan qué ha quedado de este modelo y de sus logros, y qué subsiste del considerado por ellos como «utopismo contemporáneo». Este trabajo trata de dar respuesta a esas interrogantes a partir de la evidencia de los siete años ya transcurridos bajo un proceso de ajuste económico y de reformas…”
“La humanidad enfrenta una crisis sin precedentes, que se manifiesta de maneras diversas y afecta a todos los países del planeta, en una u otra forma. Es, a la vez, una crisis global y generalizada, porque trasciende las fronteras nacionales y refleja inequívocamente el agotamiento de un estilo de desarrollo económico que se ha mostrado ecológicamente depredador, socialmente perverso y políticamente injusto. En estas condiciones surge el concepto de desarrollo sostenible o sustentable, que en realidad ha sido aceptado ampliamente, aunque no se lleve a la práctica con el mismo entusiasmo…”
Este debate, organizado por la revista Temas, además de analizar el pensamiento del Che, se proyecta hacia la realidad que le tocó vivir, y también cómo esto puede verse hoy en los 90. Se trata de hacerlo no solamente a partir de las ideas del Che, sino también de todo lo que significan estas dos realidades entre las cuales median tres décadas de tanta importancia para el desarrollo de la Revolución cubana…”
“Consciente de que el cubano es un pueblo creyente, pero minoritariamente católico, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes es partidario de que la Iglesia católica asuma «límpida y conscientemente nuestro mestizaje creciente y su repercusión en el terreno religioso». Su encanto personal, no disminuido por la sotana o el paso de los años, y su don de gentes, le han ganado un respeto, especialmente entre los jóvenes que acuden a su parroquia a ver una buena película, escuchar una ópera o, simplemente, a oírlo hablar, con similar intensidad, de Cuba o de la fe...”
“Como expresión de la voluntad estatal respecto a la protección del medio y el uso racional de los recursos naturales, la política ambiental se manifiesta en un conjunto de principios y conceptos básicos que, en buena parte, se proyectan en estrategias y son formulados en una legislación. En tanto política ambiental que debe servir en gran medida al desarrollo sostenible, su análisis requiere ir más allá de la simple consideración de las variables ambientales para insertarse en el contexto socioeconómico nacional e internacional…”
“Al hablar del desarrollo rural, lo estamos concibiendo no desde una posición de crecimiento económico, de antropocentrismo exagerado, de paquetes tecnológicos productivistas, sino en una visión integral y totalizadora que armonice y garantice todas las facetas de los seres vivos incluido el hombre. Lo ambiental es así la base de un verdadero desarrollo rural…”
“Suponer que el concepto «desarrollo sustentable» se agota en una definición única y precisa, sería un error. En realidad, con este término se designa un amplio espectro de posiciones, algunas contrapuestas. La más citada definición, aparecida en el informe Nuestro futuro común, expresa que «desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades»…”
“Problemas tan acuciantes como la escasez y deterioro de la calidad del agua, la contaminación del aire, la degradación de los suelos, la desertificación, la pérdida de la diversidad biológica, el adelgazamiento de la capa de ozono y el calentamiento global, se han agudizado en los últimos años con el crecimiento poblacional, la urbanización y el desarrollo industrial, al incrementarse la cantidad y complejidad de los residuos generados y hacerse evidente que su tratamiento va más allá de una visión puramente científica o técnica. El formidable desafío que esto representa, y la mayor percepción de la repercusión negativa que pueden tener los proyectos de desarrollo en la vida material y espiritual de la sociedad, han sido importantes motivos de la creciente preocupación de gobiernos, organizaciones sociales e individuos por conservar y proteger el medio ambiente…”
“Durante años el tema del medio ambiente fue desconocido para muchos e ignorado o soslayado por otros tantos. Sin embargo, ya sea desde la base de la ecología, la geografía o la economía, los principios medioambientalistas han conocido una evolución dialéctica. Se han convertido en referencia de diferentes grupos sociales, y han legitimado y afianzado concepciones intrínsecas a innumerables aspectos de la relación del hombre con su medio. Así se ha ido superando la visión reduccionista que durante mucho tiempo tendió a identificar los problemas medioambientales con los fenómenos biológicos o con diversos eventos de alcance reducido, como la contaminación, la salvaguarda de un río o de una especie en extinción, pero dejando siempre a un lado la participación del homo sapiens…”
El propósito de este panel es dar continuidad a la discusión iniciada desde el primer número de Temas sobre la situación de esas disciplinas en nuestro país, y servir de vaso comunicante entre campos que, por causas de diversa índole, se mantienen compartimentados, en perjuicio del desarrollo del pensamiento social y de la cultura en general. Se propone aquí una indagación sobre los avances y carencias de las ciencias sociales y las humanidades en Cuba en los últimos diez años.
“La película La bella del Alhambra, dirigida por Enrique Pineda Barnet y basada en la novela Canción de Rachel de Miguel Barnet (quien también es coautor del guion), es una obra que tematiza de manera extrema el cuerpo de la mujer como objeto-fetiche de la mirada masculina. Pero la seducción nunca se da en el vacío, y este filme no es una excepción: vemos a la protagonista hacerlo siempre en situaciones que conllevan todo un complejo ideológico, en el cual sobresale la problemática de la simulación, y donde cabe cuestionar los fundamentos del machismo, el clasismo, el sexismo y la homofobia…”
“Existen tres versiones de lo que se ha dado en llamar «la transición» económica, política y social en Cuba. Tanto en Miami como en Washington D. C. dos estrategias se contraponen, aunque tienen un mismo fin. Liberales y conservadores buscan reemplazar el régimen político, social y económico establecido por la Revolución cubana. La única transición que parece proyectarse hacia el futuro es la posrevolucionaria, capitalista y que rompe drásticamente con el sistema hoy prevaleciente. La diferencia entre liberales y conservadores no se basa en tener distintos fines, sino en proponer métodos alternativos para obtener el objetivo común. Unos piden el embargo y su internacionalización; otros se oponen a esta política. En ambos casos, la justificación es la misma: cada uno dice poseer la fórmula mágica y eficiente para iniciar la «transición» que dé al traste con la Revolución cubana. Cada uno tiene una correcta apreciación de las consecuencias de la estrategia del otro. Pero ambos defienden una premisa sin fundamento: que el futuro de Cuba se determina desde afuera…”
“A mediados de la década de los 70, en parte como respuesta al hecho de que muy pocas mujeres eran nominadas y elegidas para ocupar cargos en el Poder Popular, el Partido cubano llevó a cabo una encuesta que reveló la existencia de sensibles diferencias en la cantidad de tiempo que las mujeres y los hombres invertían en las tareas domésticas. Hacia finales de esa década, y en respuesta a lo que se percibía como una «crisis» de la familia cubana --reflejada en las tasas crecientes de delincuencia juvenil, embarazos en la adolescencia, etc.-- algunas instituciones cubanas comenzaron a estudiar la familia desde distintos ángulos y valiéndose de diversas entidades. Sin embargo, hasta hace poco esos estudios no eran, en general, etnográficos…”
“La identidad no es una categoría metafísica, que pueda definirse de una vez y por todas, o pretender que la cuestión de la lengua podría zanjarse apelando a rancios argumentos de autoridad o, a la inversa, a tácticas de francotirador. Estas últimas consistirían en ocultar el problema de las fronteras nacionales detrás de las murallas de los ghetos o en el horizonte ilimitado del ciberespacio, o bien en citar a un puñado de autores que, por elección u obligación, decidieron no escribir en sus lenguas maternas o hacerlo en idiomas distintos al hablado por la mayoría en sus países de origen. Que un clásico de la literatura inglesa como Conrad naciera en Polonia, o que Kafka, judío oriundo de Praga, haya escrito toda su obra en alemán, o que el otro Heredia --el célebre autor de Les Trophées- haya nacido también en Santiago de Cuba, no bastan para refutar -ni para contradecir, siquiera- la arraigada e incitante noción de que la patria mayor del escritor es su lengua, el idioma en que escribe...”
“Emprendí el estudio de la rumba como forma cultural, pero también como espacio (físico, emocional) y como comunidad (real, portátil, imaginada, todo lo anterior). Parte de la búsqueda ha sido ver qué preguntas podía dirigir a la rumba, qué instrumentos teóricos o analíticos podían ser útiles para comprenderla y qué podía decirme. A fin de entender cómo llegó la rumba a Nueva York y cómo echó allí raíces, quise ubicarla dentro de un análisis de las corrientes transnacionales de pueblos y culturas. ¿Acaso era la rumba una crítica irónica de la insulsa cultura comercial? Muchos no cubanos se sentían atraídos por la rumba porque era un lugar de diferencia; su calidad de cosa no ensayada le daba un aura de autenticidad…”
“Dos imágenes opuestas la del «exiliado dorado» y la del «gusano sucio» han dominado la literatura popular y académica sobre los inmigrantes cubanos en los Estados Unidos. Periodistas y estudiosos estadounidenses suelen ver a los cubanos como una versión moderna del sueño norteamericano. A despecho de las muchas evidencias contradictorias, el mito del exiliado dorado está firmemente enraizado en la opinión pública norteamericana, en los círculos formuladores de política y en las investigaciones académicas. Tal criterio subraya, por lo general, que los cubanos vinieron a este país como exiliados políticos que tratan de librarse del comunismo, más que como emigrantes económicos en busca de mejores oportunidades de trabajo…”
La intención de este trabajo no es ofrecer una lista más o menos completa de todos los artistas cubanos llegados de Cuba a partir de distintas fechas o formados en el exterior durante los casi cuarenta años de duración del proceso revolucionario cubano. Tampoco someterlos a una coreografía generacional o de estilos. Se trata, más bien, de pintar un fresco de apariciones generacionales a partir de acontecimientos o publicaciones especiales, de artistas que son casi desconocidos en Cuba.
Este artículo, que utiliza la vía de la investigación musicológica y textual, es un ensayo interpretativo sobre la historia de la música cubana en los Estados Unidos. El autor bosqueja la relación de esta historia con la música norteamericana; examina cómo utiliza la comunidad latina en el más amplio sentido del término los estilos de origen cubano; indaga el impacto de la fuerza del mercado sobre los músicos; y argumenta la ubicación de esta música en el espectro de la cultura musical popular norteamericana.
"Miami nunca ha sido una comunidad monolingüística, puesto que regularmente atrae a inmigrantes de diversas procedencias étnicas y lingüísticas. Sin embargo, ninguno de esos idiomas cumplían funciones públicas importantes y estaban generalmente relegados a contextos íntimos intraétnicos. Esta situación ha cambiado considerablemente en los últimos treinta años. Es en la actualidad un centro urbano bilingüe y bicultural donde el uso de un idioma que no es el inglés no está confinado a los hogares hispánicos y a los pequeños mercados locales. Este artículo describe y analiza el uso del inglés y del español por los cubanos, en público y en privado, y examina las fuerzas que promueven la preservación del español en oposición a un cambio hacia el inglés..."
“A las puertas de la próxima centuria, pocos estudios rigurosos se han publicado acerca del movimiento migratorio de la Isla hacia Estados Unidos. Si se toma en cuenta que la presencia ininterrumpida de cubanos en aquel país-destino por excelencia de estas migraciones en todos los tiempos- se muestra organizada ya en comunidades propias desde el siglo XIX, llama la atención el poco tratamiento orgánico que ha recibido el estudio de esta experiencia, por oposición a la de otros grupos inmigrantes radicados en ese territorio en igual época. En los pocos textos tempranos disponibles predominan relatos testimoniales y concentraciones temáticas, regionales y epocales, evidentemente determinados por la escasa información existente y accesible. Ello ha dado por resultado un universo bastante pobre de una realidad altamente compleja, de la que, por momentos, suelen desaparecer sus límites precisos…”
“Por encima de apariencias y estereotipos, la década en curso es escenario de transformaciones políticas y generacionales en la comunidad cubana en el exterior, visibles sobre todo en el caso de la radicada en los Estados Unidos, y específicamente en Miami, ciudad donde se concentra la mayor cantidad de emigrados y se ha estructurado el llamado enclave étnico. Como expresión de esos cambios, se ha incrementado la densidad de población y la variedad de procesos demográficos, unidas a una no menos creciente complejidad socioeconómica, fragmentación ideológica y activismo político…”
“La primera virtud que debe tener la música para el cine es no estorbar el filme”. La frase, del maestro Leo Brouwer, resume admirablemente toda una teoría acerca del trabajo específico del músico en función del séptimo arte; ciertamente, la partitura que acompaña a la película, como el resto de los subsistemas que la integran, no puede constituir un escollo para el mismo, tampoco un subordinado gris: ha de ser, por el contrario, un recurso creador, a la altura de los más importantes códigos y signos visuales y el resto de los sonoros, a los que el espectador se enfrenta para recibir el mensaje y los ideologemas lanzados por el realizador…
“L a cultura del siglo XX no puede ser pensada ni explicada satisfactoriamente sin tener en cuenta la existencia del cine. A través de él se proyectan imágenes y sonidos que de manera irreversible se han apoderado del ensueño, la información y el imaginario de nuestro tiempo, convirtiéndose en el primer gran proveedor de modelos colectivos. Es el gran seductor. Esto es posible porque, en su mayor parte, las narraciones audiovisuales están caracterizadas por ser géneros de masas por excelencia, que nos hacen vivir en el deslumbramiento, la fascinación y el placer. Uno de estos géneros cinematográficos es el melodrama, el cual hizo su aparición en la primera década de vida del cine, cuando este aún no había culminado la etapa formativa de un lenguaje autónomo…”
El autor se propone esbozar un panorama actual de las publicaciones seriadas cubanas culturales, artístico-literarias y de ciencias sociales. Su intención es propiciar un primer acercamiento, más cuantitativo que cualitativo, al estado de estas revistas en el contexto nacional. También señalar algunas evidencias de su aún modesta recuperación, por su importancia como reflejo del desarrollo y las insuficiencias de nuestra producción cultural y científico-social. Además, llamar la atención acerca de la necesidad de su perfeccionamiento como subsistema de información, por el imperativo de conseguir, en el menor plazo posible, y sobre bases racionales y factibles, el cubrimiento temático que elimine las zonas de silencio ya antes existentes y las que pudieron surgir o agudizarse a partir de la contracción experimentada por la producción editorial cubana en el período de crisis.
“Si el teatro se afirma por excelencia en la contradicción y la diferencia, ¿cuál no será su condición y su desenvolvimiento en medio de una sociedad que impulsa (y participa de) constantes transformaciones y vive una existencia convulsa? La escena cubana refracta los avatares esenciales de la vida de la nación y es eco de las más significativas ideas, en activo y polémico debate con su tiempo. Existe un vínculo entre la escena y el destino de la nación, que se ha mantenido con altibajos y variantes de carácter dialéctico o coyuntural a lo largo de la historia cubana y que alcanza su clímax con la culminación del largo proceso de luchas que tiene lugar con el triunfo revolucionario…”
“En las últimas tres décadas de nuestro siglo, el mundo ha vivido momentos de profundos cambios en casi todas las esferas de la creación humana. Han cambiado las formas de hacer política, los modos de concebir el intercambio económico, los rumbos ecológicos de la sociedad y, por supuesto, también se han renovado los modos de hacer literatura. El teatro no ha permanecido ajeno a estas transformaciones globales; también participa y se contagia con estos tiempos que corren. Los dramaturgos, los teatristas tientan nuevos métodos y estilos de hacer teatro. Entre estos se encuentra la intertextualidad. ¿Cuál es su verdadero alcance dentro de nuestra creación teatral? ¿Quiénes, entre nuestros autores, han representado este recurso con mayor éxito u originalidad? ¿Significa esta actitud la disolución, la pérdida definitiva de la autoría? ¿Cuáles han sido las experiencias de nuestros dramaturgos, directores y críticos a la hora de asumir tal fenómeno?...”
“Lo no-dicho --en una obra de artes plásticas, lo no-visto-- está tan cargado de intensidad como lo presentado ante nuestros ojos; lo inasible se hace manifiesto en nuestra percepción del texto visual por medio de recursos formales que matizan y conforman la composición de la pieza. Para captar y desentrañar el significado de tales ausencias, el paratexto que es el título dado por el creador (o por el curador o el editor) a la obra, resulta a menudo imprescindible…”
“En las difíciles condiciones económicas y de otra Índole que hoy vive Cuba, donde aparecen desigualdades, incremento de delitos y fenómenos de corrupción, es indispensable aprovechar las bondades del diálogo como vehículo importante para la formación y el desarrollo de valores: me refiero al diálogo creador, al que nutre y eleva la condición humana. Este no puede ni debe caracterizarse por argumentos justificativos, sino por la explicación real y matizada de los asuntos…”
“Quizá porque la familia es un grupo cuya comunicación, narrativa y dinámica diaria discurren en el marco de relaciones significativas y de carácter preponderantemente afectivo, constituye una de las instancias más poderosas dentro de los agentes socializadores y productores de sentido. En tanto institución y grupo humano, aquella es portadora de valores instituidos desde lo social (culturales, éticos, morales, religiosos, políticos, económicos), a la vez que se vuelve instituyente de sus propios valores, concebidos como síntesis única e irrepetible entre lo particular y lo general…”
“Aunque el debate acerca de la eutanasia data ya de varios siglos, aun en nuestros días los eticistas no han logrado ponerse de acuerdo en cuanto a su exacto significado. Es por ello que existen términos como “voluntaria e involuntaria”, “activa y pasiva”, que tratan de explicar diferentes matices en la actuación médica ante el paciente en tránsito hacia la muerte. En el medio profesional, a menudo los médicos afrontan dificultades a la hora de tomar decisiones ante un paciente crítico, sobre todo cuando se encuentra en el umbral de la muerte. Según estudios realizados, existe una gran confusión en cuanto a estos aspectos en el personal de la salud, e incluso entre los cubanos. Por eso resulta de interés abordar este tema tan polémico, específicamente en el ámbito de la medicina crítica, es decir, aquella que se ocupa de pacientes cuya vida está amenazada…”
Este texto obtuvo Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la modalidad de Humanidades. “Con su lógica autonomía, al ritmo del país ha vibrado el teatro. Al mismo tiempo, desde distintos referentes ideológicos, técnicos y estéticos, la escena intenta descubrir el alma y los contornos de la Isla. Frente a ese mar de conflictos en que navega Cuba y su teatro [en los años 90], no se discute la utopía, sino “el camino que conduce al Templo”. Ganado el espacio proyectual de un nuevo concepto de nación cubana, la escena se dedica a validarlo, cuestionarlo y hasta objetarlo. Los jirones dejados en ese tránsito por el hombre cubano son la materia del teatro, el centro de indagación del arte cubano contemporáneo, ahora matizado por la vuelta de la Isla hacia sí misma. La Isla como expansión, como tema y como destino, la cubanidad como salvaguarda.
“A cuarenta años del triunfo revolucionario del Primero de enero de 1959, el recuento y valoración de los acontecimientos y fenómenos que alumbraron una nueva correlación de fuerzas en el plano internacional no solo permite esclarecer los rasgos y causas últimas de esa hora de mudanzas en la política mundial, sino también identificar procesos y tendencias que irían ofreciendo diferentes contextos a la gesta revolucionaria y que aún se hacen visibles en la transfigurada y convulsa realidad de nuestros días. En consecuencia, parece pertinente ofrecer un inventario de los cambios habidos en el escenario internacional durante los años 1953-1958, delimitar su significación, fijar su rumbo y constatar su vigencia. Todo ello desde el punto de vista de la supervivencia y continuidad de la Revolución cubana…”
“A partir de enero de 1959 fueron iniciados profundos cambios políticos y socioeconómicos que transformaron radicalmente la herencia neocolonial republicana en Cuba. De ahí la importancia de examinar, aun de modo sucinto, los antecedentes del período revolucionario para una más cabal comprensión de la necesidad y exigencia del proceso histórico que liquidó el andamiaje del antiguo régimen. Esto permitirá contar con puntos esenciales de referencia para conocer los problemas vitales que afectaban al pueblo cubano durante uno de los más convulsos y significativos espacios temporales de la República neocolonial. Con el fin de establecer un método en la exposición de los problemas, estos se presentan con un orden convencional de acápites íntimamente interrelacionados, como partes del universo socioeconómico antes del triunfo popular revolucionario en 1959…”
Este trabajo está basado en el libro Crónica de un fracaso imperial: la política de la administración Eisenhower hacia Cuba en 1958 y el derrocamiento de la dictadura de Batista, que resultó finalista en el Concurso Casa de las Américas de 1998 (Categoría Ensayo) y está en proceso de edición por la Editorial de Ciencias Sociales. En su preparación el autor se basó en la reciente publicación de varias colecciones de documentos norteamericanos desclasificados, entre ellos el tomo correspondiente a las relaciones con Cuba entre 1958 y 1960, publicado por el Departamento de Estado en 1991.
Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Ciencias Sociales. En este texto, el autor describe la rapidez, discreción y modesto escenario en que desenvolvió el proceso de redacción de la Ley de Reforma Agraria cubana, por un grupo de trabajo al que fue incorporado a principios de 1959.
“Apenas unos meses después de la victoria de Fidel Castro se produjo un acercamiento a África, el continente que estaba empezando a recobrar su libertad. Che Guevara y Raúl Castro viajaron a El Cairo en junio de 1959 y julio de 1960, respectivamente, y Fidel Castro pronunció un discurso en Naciones Unidas en septiembre de 1960, en el que trató elocuentemente los problemas africanos. Se establecieron cordiales relaciones con unos cuantos países africanos, sobre todo Egipto, Ghana y Guinea; y especialmente con Argelia, que fue el primer amor de Cuba en África. Cuba le brindó ayuda tanto militar como civil, desde antes de que venciera el Frente Argelino de Liberación Nacional (FLN). La historia de la relación de Cuba con Argelia rompe con el estereotipo sobre la política exterior cubana que prevalece en los Estados Unidos y en muchas capitales europeas…”
“A diferencia de otros eventos trascendentales, la invasión de Playa Girón fue comprendida de inmediato como tal por la población a la que afectaba, la cual incorporó su significado a sus representaciones básicas de lo público y a sus decisiones vitales. De entre las numerosas aproximaciones válidas a aquel suceso, he escogido una que estimo muy importante, tanto para el conocimiento de la etapa de esa revolución en la que Girón fue un momento principal, como para que la comprensión de la historia contemporánea sea útil, ante las urgencias de hoy y las necesidades que el futuro nos traza. No me referiré a los eventos bélicos, sino al problema de la fuerza del pueblo en la etapa inmediata anterior. Llamo la atención sobre la necesidad de ahondar en este tema, que apenas esbozo, con ayuda de indagaciones más puntuales y de instrumentos de investigación convenientes, para arribar a síntesis más acertadas y con mayor sustentación en procedimientos empíricos…”
“En Cuba han existido tantas contrarrevoluciones como revoluciones: el autonomismo de finales del siglo XIX y el proceso mediacionista y restaurador de 1934 son prueba de ello. Lo novedoso del proceso contrarrevolucionario posterior a 1959 es que se expresa enajenado absolutamente del poder, trasciende las fronteras nacionales y ubica a los contendientes cubanos en los dos polos del acontecer político americano e internacional. El estudio de la contrarrevolución cubana no puede pasar por alto este carácter supranacional del conflicto…”
En el presente trabajo, el autor se propone seguir las pistas de la Revolución a través de los hitos más sobresalientes de la producción jurídica de estos últimos cuarenta años de convulsa historia, para descubrir algunos particulares y poner de relieve matices que, de otro modo, no podrían ser entendidos.
“En relación con la democracia es donde ha habido cambios más profundos en la izquierda latinoamericana desde el triunfo de la Revolución cubana hasta hoy. Desilusionada de la democracia burguesa o «democracia de los cinco minutos», que reduce la democracia al acto de votar cada equis cantidad de años por un miembro de la clase dominante que debería representar los intereses de los electores, influida por una formación marxista-leninista dogmática y por una lectura simplificada de la Revolución cubana, o movida por una concepción vanguardista del proceso revolucionario, una parte importante de la izquierda marxista-leninista latinoamericana de la década de los 60 y los 70, al denunciar los límites de la democracia representativa burguesa, terminó por dejar en manos de la derecha la bandera de la democracia…”
“No se defiende aquí una visión acrítica de la práctica y la teoría del Che, sino más bien todo lo contrario: hay que entender su figura en un contexto histórico específico, en unas condiciones nacionales e internacionales determinadas, a las que respondió desde una voluntad revolucionaria y una perspectiva estratégica de inspiración marxista, buscando, con una radicalidad que el paso del tiempo no hace sino acrecentar, una coherencia profunda entre pensamiento y acción, entre teoría y vida. Hoy es conocido que el Che que sale de Guatemala tiene un proyecto político definido. Durante la etapa guerrillera, y luego del triunfo de la Revolución cubana, este proyecto se corresponde con la izquierda del Movimiento 26 de Julio, tanto en sus aspectos internos como en sus definiciones internacionales…”
“En la sociedad cubana convergen e interactúan intereses, influencias y aspiraciones de muy diverso signo, refractados por una historia y una cultura de contrastes y singularidades. Este conjunto de factores, unido a la actual situación nacional en los planos regional y mundial, encierran una multiplicidad de interrogantes que hacen de Cuba uno de los laboratorios sociales más apasionantes de esta época. Los investigadores sociales cubanos tienen la tarea de identificar esas interrogantes y proponer respuestas. En esa tarea está implícita una fuerte responsabilidad hacia las raíces históricas y hacia el futuro. Su desempeño no está animado solo por la búsqueda de una racionalidad técnica, sino por una racionalidad orientada por los valores éticos de soberanía, equidad y libertad…”
“Trazar un mapa aproximado de lo que se piensa en Cuba sobre sociedad civil, es el propósito fundamental de la serie de entrevistas. El interés de reunir estas «ideas de otros» sobre este tema, reside en primer lugar en sistematizar el pensamiento cubano en torno a él, y brindar una noción más o menos global de los senderos por los que transita el debate en Cuba; y, en segundo lugar, para que a través de la fisonomía de dossier de estas entrevistas se facilite la posibilidad de hacer lecturas comparativas, visualizar coincidencias y discrepancias, y reflexionar sobre otros posibles rumbos de análisis en torno a la sociedad civil…”
Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Al margen de la distinción entre realistas y no realistas, oculta en muchas de las clasificaciones que han propuesto los estudiosos con respecto a los escritores «novísimos» y sus textos (apelando por lo general a referentes más o menos inmediatos, a anécdotas más o menos «difuminadas», con ramificaciones «sutiles y secretas» o «lógicas y rotundas» hacia la realidad, trazando líneas «claras» o «alucinantes» en la corriente subterránea del sentido), sería muy útil detenernos en una breve digresión para analizar dos conceptos que, comúnmente, se aceptan a priori: realidad y ficción…”
Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Hace más de diez años tuve que redactar para la Historia de la Literatura Cubana un epígrafe sobre un grupo de ensayistas de la época republicana. A esa coyuntura debo mi conocimiento de dos pensadores: Jorge Mañach y Medardo Vitier. ¿Pero cómo era posible que dos obras tan importantes para la cultura cubana hubieran permanecido silenciadas por más de treinta años, incluso en los claustros universitarios y en los medios académicos? La respuesta la sabemos todos: no fueron pensadores marxistas. En el caso de Mañach, su intensa y controvertida actividad política, que lo situó a veces en posiciones de derecha, lo hacían escapar de ciertos esquemas ideológicos que mediaban entonces el análisis cultural, y se le vinculaba directamente con la expresión de un ideario burgués. Razones ninguna de peso suficiente para extirpar de nuestra cultura nacional a dos de sus más lúcidos exponentes..."
Mención en el Premio Temas de Ensayo 1999, en la modalidad de Humanidades. “Mi aproximación responde a un interés por la escritura de la mujer en Cuba. Soy consciente de la necesidad de un cotejo con la de los hombres, dentro del proyecto de establecer una (eventual) tradición literaria femenina cubana, así como de la posibilidad incluso de hablar de lo femenino en los textos de los ilustres varones. Por el momento, me coloco en una perspectiva que se ocupa de la producción narrativa escrita por mujeres, como momentos tácticos de una estrategia mayor, en la cual pueda ir precisando sus vínculos con la autoridad, el poder y el canon…”
Conferencia inaugural del Curso Superior de Literatura cubana, realizado en la Universidad de Alicante, España, en julio de 1998. “Al hallarnos pues, en el orden literario, «en busca de nuestra expresión», los cubanos, conscientemente o no, perseguimos una expresión que no es solo individual sino colectiva: perseguimos (con mayor o menor intensidad, con mayor o menor acierto) la consolidación de la colectividad que somos…”
Reseña de El arte de la espera. Notas al margen de la política cubana (Editorial Colibrí, Madrid, 1998), de Rafael Rojas. “¿Cómo sortear los riesgos de una reseña escrita para los no lectores, si el propósito no es el de alentar el entusiasmo con elogios ni el de justificar condenaciones con la crítica? En cualquier caso, aprecio la pertinencia de comentar obras que por un motivo u otro (o por varios a la vez) no llegarán fácilmente a las manos del lector cubano, aunque merezcan ser tomadas en consideración. Lo he hecho antes con agrado. Destacar la existencia de lo que merece ser considerado: esa es seguramente una razón suficiente para escribir sobre un libro…”
“El primer centenario de los memorables acontecimientos ocurridos en 1898, en Cuba, Puerto Rico y Filipinas, ha convocado la atención de los más diversos círculos tanto en el espacio caribeño como en la península ibérica y la vecina potencia norteamericana. El énfasis que suele ponerse en el recuento y análisis de tales hechos está, desde luego, justificado. Mas, acaso, resultaría útil advertir el carácter un tanto unilateral de ese enfoque. Convendría recordar que aquel año 98 estuvo también signado por acontecimientos ocurridos en otros escenarios en el continente africano y en el asiático…”
Cuba fue probablemente uno de los primeros países hispanoamericanos, y de lo que hoy llamamos Tercer mundo, en establecer un vínculo identificador de la modernidad con el modelo social estadounidense, al extremo de que las modernas sociedades europeas apenas fueron tomadas como los ejemplos por seguir. Estos apuntes constituyen una primera y parcial reflexión acerca de los proyectos cubanos en torno a la modernidad hasta el presente, cuando no solo es imprescindible para asumirnos como nación en el mundo globalizado de hoy, sino cuando es asunto clave para el futuro del país.
“El centenario del 98 compete, con mayor o menor trascendencia, a todos los continentes. Pocas veces en la historia de la humanidad una simple fecha actúa de manera tan poderosa como divisoria entre dos siglos, o, al menos, como inicio de lógica sustitución. Traído y llevado, estudiado con afán o utilizado en función de proyecciones políticas contemporáneas, este año ha merecido una atención totalmente fuera de lo común, máxime si se tiene en cuenta que hoy por hoy la Historia, en tanto disciplina, no es muy dada a la magnificación de sus fechas. Componente de un metarrelato español, de otro norteamericano y, por supuesto, de un tercero cubano, el 98 se impone, con fuerza brutal y apasionamiento interpretativo, a los historiadores…”
¿En qué medida los acontecimientos de 1898 tuvieron una significación trascendente para nuestra sociedad o fueron simplemente sucesos políticos que no cambiaron, en lo fundamental, el proceso que se venía produciendo? Esta pregunta solo encontrará respuesta en la medida en que se analice la historia profunda de la sociedad cubana durante los años precedentes. Este trabajo abordará algunos aspectos del contexto social a finales del siglo XIX cubano. No pretende arribar a versiones terminadas, sino solo mostrar algunas de las múltiples complejidades por las que esa sociedad debió atravesar.
“El año 1898 --decisivo en el destino de Cuba-- y 1998 no están desvinculados. Un hilo histórico los une y peculiares coyunturas los aproximan. Lo que sucedió y podrá suceder en un año y en el otro, pero más aún las respectivas épocas, sus momentos precedentes y posteriores, tienen un signo común marcando los hechos. La expresa intencionalidad del vecino poderoso, los Estados Unidos, de incidir en el curso sociopolítico cubano con la anuencia de anexionistas --conscientes o ingenuos, de entonces y ahora--, centra los riesgos de ambas épocas. Estas realidades tienen una lectura en el campo religioso, e inciden en su comportamiento. Examinarlo desde una perspectiva dialéctica, como aquí se pretende, contribuye a una mejor comprensión de los acontecimientos pasados y presentes…”
Fragmento de la obra del autor, Cuba: la forja de una nación, publicada en 1998 por la Editorial de Ciencias Sociales. “Las intenciones norteamericanas de lograr cuanto antes el desmembramiento del ejército cubano se basaban en que era la institución a la cual se debía temer al ocupar militarmente la Isla, porque posiblemente calculaban que las demás entidades revolucionarias se descompondrían solas o con un poco de maña que emplearan. Por razones obvias, los estadounidenses recelaban de que las fuerzas mambisas, en caso de que esa ocupación se volviera permanente, tomaran las armas contra ellos…”
“Una consecuencia esencial de la intervención de 1898 fue la definitiva instauración de un régimen de comercio preferencial entre Cuba y los Estados Unidos. Con el Tratado de Reciprocidad Comercial concertado en 1902, vendrían a consolidarse ciertas tendencias exhibidas por el comercio exterior cubano en las décadas finales del siglo XIX, principalmente la concentración de la actividad exportadora en el mercado norteamericano. Sin embargo, también se abrirían paso otras, como el creciente control de las importaciones de Cuba por abastecedores estadounidenses, que se habían visto obstruidas por el régimen de comercio colonial de España, e incluso por la superior competitividad que demostraban los productos de otras naciones en el mercado cubano en condiciones normales de concurrencia. Ahora, el trato preferencial establecido bajo la reciprocidad estrecharía la dependencia mercantil de Cuba respecto a los Estados Unidos y contribuiría a modelar una peculiar estructura económica, a la vez que imprimiría su sello distintivo en el proceso de modernización de la sociedad cubana…”
“La derrota española de 1998 frente a la naciente potencia norteamericana sirvió de detonante y generó el pesimismo y el dramatismo que se reflejó en la literatura de la época. El regeneracionismo se convirtió en la fórmula para cambiar la sociedad. Autores contemporáneos señalan que fueron los hombres del 98 los que «inventaron España». La conmemoración del Centenario de 1898 ha suscitado en estos años una serie de valoraciones, opiniones, reproducción de obras de la época, etc., que llevan a una nueva valoración del «desastre», visto a la distancia de cien años. Todos coinciden en que el 98 fue el momento central de la crisis política y social que se venía gestando desde años atrás. A la derrota de la guerra contra los Estados Unidos, por la cual España perdió los restos de su imperio colonial, se le concedió, en su momento, una magnitud muy alta. «¡Más se perdió en Cuba!» fue la frase acuñada que ha perdurado hasta nuestros días…”
“Las conmemoraciones del centenario de la última guerra de independencia (1895-1898) y el fin de la dominación colonial española en Cuba se han convertido en un factor estimulante para el adelanto de algunas apreciaciones sobre el pensamiento de los intelectuales cubanos, que constituye una opción contestataria a las aspiraciones panhispanistas promovidas por los intelectuales liberales españoles (sobre todo después de la «catástrofe» de 1898). Estas valoraciones también pertenecen a un proyecto investigativo más amplio y complejo, en el cual se intentará una reconstrucción de las problemáticas en que se vincularon los intelectuales cubanos y españoles entre 1860 y 1939…”
La conmoción causada por la intervención norteamericana, en 1898, y las características de la república que surgió de ese hecho, terminarían por desplazar a Cuba de la posición jerarquizada que había logrado durante las últimas décadas del siglo XIX en el contexto cultural iberoamericano, y serían factores determinantes de la base ideotemática de muchas de sus manifestaciones artístico-literarias. Aunque en casi todas ellas se puede rastrear la impronta de esos acontecimientos, en este texto la autora se propone exponer algunos criterios sobre cómo se manifiestan en la literatura, tanto reflexiva como de creación, durante el período de 1898 a 1920; y el carácter de la respuesta de los escritores a la nueva situación social.
“Las consecuencias del complejo status que se instaura en la Isla a partir de 1898, influyen sobre la expresión lírica de la nación. Una de las cuestiones que, un siglo después, se hace necesario valorar, es el problema de si las consecuencias políticas, económicas y demográficas del 98, tuvieron una resonancia semejante y directa en todos los restantes dominios de la vida sociocultural cubana. Con cierta insistencia, se ha subrayado que el período que va de 1898 a 1913 resulta una especie de nulidad creativa y una negación de valores estéticos del país...”
¿Qué parámetros socioculturales han cambiado en esta década y han influido, a su vez, sobre los cambios de paradigmas del arte cubano? ¿En qué medida esto ha motivado que algunos elementos del nuevo arte cubano se confirmen o se transformen? Teóricos del arte y artistas, y personas activas en el escenario de las artes visuales de Cuba, convocados por Temas, discuten y analizan estas y otras problemáticas que van incidiendo en la década de los 90 del siglo XX.
Una reflexión sintética sobre algunas de las oportunidades y desafíos que le plantean a la proyección externa del socialismo que se construye en Cuba los abruptos cambios mundiales, regionales y nacionales de la última década. El texto sintetiza algunas de las tesis e hipótesis del ensayo inédito «El siglo XXI: oportunidades y desafíos para la Revolución cubana», cuyo primer esquema fue publicado bajo el título «Cuba: realidades y utopías», en Madrid-Cuba: Un puente de ONG (Madrid, 1996). Algunas de las ideas contenidas en este artículo también aparecen desarrolladas en «El Siglo XXI: 10 desafíos para la revolución cubana» (Análisis de Coyuntura, 1998).
“Existe una bien definida ideología del exilio cubano que, en lo referido a Cuba, difiere sistemáticamente de los criterios provenientes de sectores influyentes de la corriente principal de los medios masivos y el gobierno norteamericanos. El centro de esta ideología es el odio a Fidel Castro y, de manera más general, un acérrimo anticomunismo. Ha soportado la prueba del tiempo y los dramáticos cambios en el mundo, incluyendo el fin de la guerra fría...” (Este texto es una versión del capítulo «Transition and the Ideology of Exile», en Miguel Centeno y Mauricio Font, eds., Towards A New Cuba?: Legacies of A Revolution, 1997).
“La búsqueda de «lo cubano», misión implícita o explícita, oculta o proclamada, ha sido esencia de nuestra literatura y demás artes. Pero no nos empeña ahora una antología del canto a la cubanidad como tema o asunto. Lo más inmediato es siempre la primera refracción de la mirada, para una vez hallada la lisura de la pared, el verdadero intento del hallazgo es la penetración, el triunfo sobre la resistencia, del paisaje epidérmico…”
“En la lucha de clases del mundo contemporáneo es común la derrota de los trabajadores que componen el movimiento obrero. Por ello resulta un acontecimiento extraordinario, en especial en el continente americano, el hecho de que por vez primera encontremos a un proletariado vencedor empeñado en escribir su propia historia. Esto ocurre, precisamente, con la historiografía del movimiento obrero cubano en las últimas décadas. Este análisis solo contempla los libros y folletos publicados en el país, de autores cubanos o de otra nacionalidad residentes durante un largo período en Cuba…”
Se pretende un acercamiento a la realidad turística en tiempos en que muchas de las concepciones, que han servido como paradigmas a través de los años, han entrado en cuestionamientos que obligan a un replanteamiento más acorde con las nuevas realidades, para poder enfrentar los grandes retos y desafíos presentes y futuros. Un cambio de época induce grandes problemas, incertidumbres, dudas, son momentos difíciles porque aparecen conflictos para concebir los cambios de valores, de referencias; y entender la necesidad de asumir nuevos paradigmas. Para el sector turístico de Cuba y el Caribe las transformaciones para enfrentar esta pandemia serán históricos en tamaño, velocidad y alcance; afrontando una recuperación que representa un antes y un después, pues la crisis es excepcional y deja variadas interrogantes en un escenario poco alentador para la economía, los viajes y el turismo.
Las condiciones de vulnerabilidad de las personas con discapacidad se han acrecentado en el contexto de la pandemia a nivel mundial, lo que demanda una mayor atención en el cumplimiento de sus derechos. Se examina, en el caso cubano, el desconocimiento de estos y del modelo social para entenderlas, que ha propiciado que se emitan medidas que laceran derechos de este colectivo como la autonomía, el libre desplazamiento, la accesibilidad, la participación efectiva en los asuntos que les conciernen.
Los impactos que tienen los efectos económicos y sociales de la crisis sanitaria en el camino cubano de descentralización y estímulo de desarrollo territorial, las fortalezas y debilidades de los municipios que se pusieron de relieve en el enfrentamiento al coronavirus, y la manera en que los municipios pueden ser activos en la estrategia de recuperación de la economía son los tópicos sobre los que opinan siete especialistas cubanos.
Este debate de Último Jueves se propuso invertir los términos de una conferencia de prensa: un panel de periodistas respondía preguntas del público participante. Aunque aquí se ofrece la transcripción del debate, ya este se había difundido, íntegramente, en una directa de Facebook, el 27 de febrero de 2020. Los periodistas en la sala incluyeron medios estatales, no estatales, extranjeros y antigobierno. No es la primera vez que estos últimos participan con preguntas y comentarios, como puede comprobarse en los dedicados a “Envejecer en Cuba” (octubre/2004), “Playa Girón vs. Bahía de Cochinos. Otras miradas a los 50” (marzo/2011), “Caminos y veredas del debate” (febrero/2012), “Cultura cívica/diálogo/ reconciliación/discrepancia” (junio/2012), “Cultura, redes y movimientos sociales en Internet” (nov/12), “La cuestión de la seguridad nacional” (junio/2014), “¿Para qué la cooperación internacional?” (mayo/2016), “¿Mientras más grande mejor? Las pymes y el desarrollo” (junio/2016), “Diplomacia de la gente” (julio/2019). Aunque las reglas de este espacio establecen que no es una tribuna o un muro de Facebook para hacer catarsis, sus intervenciones, por lo general, no han sido preguntas al panel, sino denuncias, exhortaciones e incluso emplazamientos. Mantenemos estas reglas en los debates, que, debido a la Covid, siguen celebrándose a distancia.
Este panel —compuesto por una economista, un médico emigrado, un exdiplomático y un historiador— reflexiona sobre los acontecimientos que caracterizaron singularmente el año 1960 en Cuba, el conflicto social y político que se vivía y la naturaleza del proceso y de los acontecimientos. ¿Por qué se pudo llegar tan rápidamente a un punto en el que la radicalización del conflicto ya no tenía retorno? ¿Cómo y cuándo se alcanzó este punto? ¿Quiénes eran los revolucionarios? ¿Compartían las mismas ideas? ¿En qué medida estas creaban una ideología revolucionaria o cercana al socialismo? ¿Qué era para ellos el socialismo? ¿Quiénes se oponían a la Revolución? ¿Se identificaban con los Estados Unidos? ¿Qué significaba el anticomunismo? ¿En qué medida eran inevitables la velocidad y la polarización extrema que alcanzó el proceso en el transcurso de ese año? ¿Pudo haber sido diferente el cambio? ¿Menos rápido y polarizado? ¿Qué alternativas podrían haber ocurrido en esta historia?
En el artículo se abordan aspectos sobre el trabajo a distancia y el teletrabajo, sus rasgos comunes y distintivos; muestra, además, como se regulan estas modalidades en Cuba, las ventajas y desventajas, e igualmente refiere los retos que se presentan para dichas modalidades en el país.
El presente artículo explora algunas de las prácticas utilizadas por varias cubanas, a finales del siglo XIX, en su esfuerzo por dejar de ser una inspiración artística abstracta y convertirse en un agente escritor. Al establecer el reconocimiento, la influencia y el apoyo mutuos hacia un nuevo estatus historizado para ellas, en una era de modernización, se validaron a sí mismas y a las demás como poetas en su propio contexto histórico.
El Tratado de economía marxista de Ernest Mandel, dirigente de la Cuarta Internacional, así como algunos artículos suyos, fueron muy apreciados por Ernesto Che Guevara en 1963, algo que le animaría a invitarlo a Cuba unos meses más tarde. Mandel critica los planteamientos de Stalin con relación con la" ley del valor" y rechaza las relaciones mercantiles entre empresas estatales ; apoya los estímulos morales y la importancia de la democracia socialista. Excepto en este último punto, que no fue abordado por Guevara, sus posiciones coinciden. En su primera visita a La habana en 1964, ambos se reunieron en varias ocasiones y tras su partida continuó manteniendo estrechas relaciones con Cuba. Durante su segundo viaje, en 1967, el encuentro no fue posible, lo que no impidió la publicación de varios artículos suyos en apoyo a la Revolución cubana y la OLAS. Ya en los años 90, prosigue su relación con Cuba denunciando los intentos de Moscú de apropiarse del legado del Che, expresando hasta el final de su vida su solidaridad con el pueblo cubano frente al bloqueo de los Estados Unidos y apoyando el reclamo de Fidel Castro al impago de las deudas ilegítimas.
Se analiza las deficiencias que existen debido a la utilización de la figura del trabajador por cuenta propia (TCP) como principal forma jurídica actual del sector privado para ramas no agrícolas, así como las ventajas de agruparlo en empresas. Se propone la creación de sociedades de responsabilidad limitada (ERL), variante utilizada en muchos países con resultados positivos, y la emisión de una ley específica para tal fin, como la mejor alternativa para la creación de micro, pequeñas y medianas empresas privadas en Cuba. Dado el carácter novedoso y abarcador de la legislación a implementar, se recomienda que permita una gran flexibilidad y agilidad para la creación y operación de las ERL, así como que especifique explícitamente sus obligaciones en materia de facturación y contabilidad certificada.
El artículo muestra, en un recorrido histórico, las acciones realizadas por la dirección revolucionaria desde los albores del triunfo rebelde hasta la actualidad, dirigidas a desterrar el burocratismo, reprimir la burocracia —ambos heredados y hasta renacidos—, así como emprender una política de cuadros socialista. Se presentan consideraciones teóricas sobre la relación burocratismo-burocracia que remiten, sobre todo, a V. I. Lenin, quien legó numerosas reflexiones acerca de este problema y cómo enfrentarlo en la transición socialista. Para el caso cuban, se utilizan las informaciones sobre el tema incluidas en los libros Documentos de la Revolución Cubana 1959 a 1969; en especial, las ideas y acciones de Fidel Castro y Che Guevara para erradicarlos y desarrollar una política de cuadros socialista. Además, se avanza en el tiempo en un intento por esbozar la situación de enfrentamiento al burocratismo-burocracia y la política de cuadros desde 2011 hasta 2021.
Este ensayo pregunta qué hay de «recuperable» en la figura de Sartre en Cuba y en su ideal del intellectuel engagé en el mundo supuestamente «pos-socialista» del siglo xxi. A la luz del discurso poscolonialista, posterior a la obra sartreana, ¿qué papel podría corresponderle al intelectual del «Primer mundo» hoy, al reflexionar sobre una subalternidad que le es fundamentalmente ajena y ante la cual goza de una serie de privilegios institucionales, económicos y políticos?
“A partir de 1991 aparecieron y se desarrollaron serias dificultades en Cuba, provocadas por la pérdida de los mercados de los países exsocialistas de Europa del este, y de la URSS, que pusieron y aún ponen a prueba la capacidad de Cuba para seguir adelante con su proyecto socialista. La realidad interna cubana y su proceso de recuperación económica a partir de 1994 devienen una variable que está informando e impactando las características de la política de los Estados Unidos hacia Cuba, y las peculiaridades de la confrontación. En el período 1992-96 aparecieron otras variables, como la Ley Torricelli y la Helms-Burton. A caracterizar este proceso y determinar las tendencias de su desarrollo futuro, va dirigido este trabajo.”
Este panel versa sobre los problemas de la filosofía en Cuba y analiza un conjunto de cuestiones, problemas, inquietudes, que se presentan en la filosofía a nivel mundial, y en Cuba específicamente. Aborda, además, las problemáticas y las relaciones de la filosofía con otras ciencias y, de manera específica, con la sociedad cubana.
“La aventura de Orígenes, nombre de la revista que Octavio Paz considerara en su tiempo como una de las mejores del idioma, es también la de un movimiento literario y artístico que abarcó otras publicaciones. Pero el nombre Orígenes es asociado, sobre todo, al grupo de poetas que conformaron la importante antología Diez poetas cubanos (1937-1947), realizada por uno de ellos, Cintio Vitier, en 1948. Aunque aquel nombre implica un poderoso movimiento cultural, la crítica parece coincidir en el carácter de grupo, más que de generación…”
“A fines de 1949, algunos meses después de la aparición en El Nacional, de Caracas, de «Lo real maravilloso de América» (que luego constituiría el prólogo a El reino de este mundo), Alejo Carpentier dio a conocer en forma de folleto Tristán e Isolda en tierra firme, texto que nunca incluiría en su Tientos y diferencias, ni en alguna otra compilación de sus ensayos, y cuya republicación solo vino a ocurrir hace ahora una década, en la revista Casa de las Américas. Debo confesar que antes de la lectura de Tristán e Isolda en tierra firme, las elaboraciones teóricas de Carpentier en torno a la novela latinoamericana me parecían normativas, teleologizantes, luego insuficientes. Que la teoría de lo real maravilloso americano implica una mirada exterior, digamos, del centro a la periferia (a una zona periférica); mirada que entraña aún --y a pesar de que quien mira es un hombre de estas tierras--, cierto residuo colonial, me parece hoy, más allá de la obra admirable de Alejo (obra en sí misma descolonizadora, por cuanto nos enseña de nosotros mismos), una cuestión fuera de toda duda…”
“Para un simposio sobre 1898 que iba a celebrarse en la Universidad de Princeton, me propuse estudiar las mutaciones que había sufrido el discurso épico en la llamada «literatura de campaña», como he denominado al conjunto de textos narrativos que recogen las experiencias relacionadas con nuestras guerras de liberación. Sostenía yo la tesis de que, después de 1898, y sobre todo de 1906, el vínculo entre el mito y la historia había ido perdiendo legitimidad y, en consecuencia, el discurso de la epopeya comenzó a sufrir una transformación y acabó diluyéndose en formas estereotipadas y folletinescas. En un nivel superficial, yo identificaba la narrativa de campaña con los mitos porque también aquella alude a los orígenes y exalta las acciones de los héroes. Pero en un plano más profundo me interesaban las implicaciones que para el análisis literario podía tener el hecho de que el mito, como todo sistema de signos, es histórico y por tanto mutable…"
(Premio Temas de Ensayo 2000 en la modalidad de Ciencias sociales)
“Aunque el antinjerencismo y el antimperialismo liberal como líneas ideológicas poseen un mismo esquema de pensamiento, deben diferenciarse por dos aspectos de trascendencia cualitativa: el antinjerencismo asume el rechazo a la injerencia y a la penetración por el peligro que entrañan para el desarrollo de la nacionalidad cubana, por un problema ético y de resistencia política. El antimperialismo de corte liberal asume el aspecto económico de la penetración norteamericana, y aunque no llega a una claridad conceptual del imperialismo, define el peligro de la injerencia y su responsabilidad en los problemas cubanos. Por tanto, el antinjerencismo es una concepción política más limitada que el antimperialismo liberal, en el orden de la comprensión y análisis de las relaciones con los Estados Unidos…”
(Fragmento de un trabajo más amplio inscrito como resultado del Proyecto de Investigación PB 96-068 (DCES) del CSIC de Madrid)
“Al igual que en España, el discurso de la domesticidad condicionó en Cuba, de forma decisiva, la realidad socio-cultural y ocupacional de las mujeres. Su proyección influyó tanto en la configuración, como en las expectativas y trayectorias de las trabajadoras en su ámbito laboral. Sobre la base de una aparente protección a las débiles mujeres, se diseñaba una relegación que tenía por base y también por trampa a la familia. Lenta y paulatinamente, se fueron introduciendo nuevos elementos que aspiraban a diseñar una mujer que resultase el complemento armónico del hombre; es decir, que sin cuestionar sus roles tradicionales como madres y esposas, se insertaron algunos nuevos intereses como, por ejemplo, el de la educación femenina, sobre la base de que una mujer instruida sería capaz de servir mejor al hombre y a los hijos…”
“Para algunos especialistas el «pesimismo» y «confusión» reinantes a principios de este siglo en Cuba condujo a numerosos malentendidos; a pesar de ello, «independentistas» y «anexionistas» han figurado en la historiografía como bandos escindidos e identificables, portadores de programas nítidos y radicalmente desiguales. Sin embargo, textos referidos al curso sociopolítico de la nación, compuestos por la intelectualidad entre 1902 y 1930, estuvieron cargados de medias tintas, lo que hace pensar en la preminencia de un discurso oscilante, desprovisto de esa bipolaridad que se le confiere…”
¿Podría asegurarse que las manufacturas no azucareras ni tabacaleras, a las que Julio Le Riverend denominó industrias menores, estaban organizadas como talleres artesanales y no se desarrolló una industria moderna; o inferir que la evolución industrial y empresarial de la Isla fue excepcional dentro del contexto latinoamericano? Este artículo se refiere a la «era de las manufacturas» en industrias menores, pero en el contexto de una Isla que recibía el impacto de la Segunda Revolución Industrial, protagonizada por los países industrializados, y de una economía donde el azúcar lidereó la modernización...”
“En febrero de 1900, el general Leonardo Wood, gobernador militar norteamericano en Cuba, determinó por Orden civil número 90 que las fuerzas de guardias rurales fueran organizadas en compañías y tropas. Esto constituyó un primer paso hacia la adopción de una base organizativa propiamente militar. La institución militar cubana se integra al juego del imperialismo y de las clases dominantes criollas como instrumento encargado de velar por la propiedad capitalista y por la legalidad burguesa que la sustenta. La conservación del ordenamiento social vigente está en dependencia directa del mantenimiento y la seguridad de ambas, y la alteración más grave que puede tener lugar dentro del sistema es la que atenta contra la propiedad. A su vez, la fuerza militar de la metrópoli imperialista será la encargada directa, mediante la intervención o la ocupación, de la integridad y de la estabilidad del sistema…”
“«Trabajadores de Antillana de Acero solicitamos intervención». Como forastero, me sorprendió ver, en La Habana, a principios de los años 60, lemas como este colgados en diferentes centros de trabajo. No atiné a comprender en qué consistía esa «intervención» ni por qué los trabajadores la solicitaban, en lugar de otra cosa. Pude saber que la pedían al gobierno revolucionario, en el cual confiaban. Confundí la intervención con la expropiación: se me aclaró que era la administración temporal de una empresa privada, por el gobierno, de acuerdo con una ley que existía antes del triunfo de la Revolución. Cuando, unos meses más tarde, de hecho llegó la expropiación, y me dijeron que en el pasado quienes mandaban en el país eran los ricos y los Estados Unidos, se me hizo todavía más difícil entender la aprobación de una medida tan peculiar como la intervención. Develar ese misterio me costó estudiar la compleja trayectoria del Estado cubano y su relación con las luchas populares del país…”
Relaboración y reordenamiento de aspectos tratados por los autores en el panorama sobre la vida cultural en Cuba en la etapa 1925-1958, que forma parte del tomo 2 de la Historia de la literatura cubana, escrita por un colectivo de autores bajo la dirección del Instituto de Literatura y Lingüística del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, - publicado en 2003.
“Desde 1898, con la primera intervención, la Enmienda Platt y posteriormente con la de 1906 y la injerencia por memorándums a partir de 1921, el pueblo cubano sentía escamoteada su independencia. Desde el principio, los políticos e ideólogos norteamericanos intentaron absorber a la Isla, no solo su economía, sino también su cultura, y en ello el idioma tenía una importancia vital. Nunca prosperó el bilingüismo en nuestro país, por lo arraigado de la tradición hispana. El mantenimiento del español formaba parte de la lucha por la nacionalidad y contra la anexión a los Estados Unidos…”
“La historia de la poesía cubana durante los años de República mediatizada (1899-1958) se inicia bajo el signo de la frustración. Los dos poetas mayores de finales del siglo XIX, Martí y Casal, habían muerto en 1895 y 1893, respectivamente; la intervención norteamericana (1898) en la guerra que liberaban los cubanos contra España y la consecuente derrota del ejército español por las tropas del poderoso enemigo del norte, impidieron que los ideales de independencia se hiciesen realidad y que se instaurase en Cuba una verdadera República. Quedaban insatisfechas, pues, las necesidades históricas de la sensibilidad literaria y las pretensiones políticas, sociales y económicas de los próceres de nuestra guerra independentista, el más conspicuo de los cuales era precisamente Martí…”
“Cuba, país obsesionado por la historia, tiene monumentos a sus grandes próceres, como Martí, Maceo y Gómez. ¿Dónde están los monumentos a sus grandes creadores musicales? ¿No dijo el Maestro que donde mejor se revela el alma de un pueblo es en su música? Ella es nuestra religión nacional. Tal vez los instrumentos de la memoria colectiva requieren de otros acercamientos…”
(Síntesis del libro La SAR. Historia de una mediación (1952-1958), publicado por la Editorial de Ciencias Sociales en 2003).
“El 28 de abril de 1948 se fundó la Sociedad de Amigos de la República (SAR). A fines de los años 40, la república neocolonial atravesaba por un momento crítico: los gobiernos conducidos por el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) eran responsables de la inestabilidad que predominaba dentro del sistema parlamentario burgués, la mayoría de los partidos tradicionales habían perdido consenso público y comenzaban a manifestarse los primeros brotes de rebeldía popular en las campañas públicas que condujo Eduardo Chibás, líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). La corrupción administrativa y la manifiesta ingobernabilidad de las autoridades auténticas habían puesto de relieve que las instituciones burguesas de poder estaban afectadas por una crisis profunda. Por esos años la SAR aconsejaba aplicar un conjunto de reformas para reforzar la hegemonía política e ideológica de la burguesía; pretendía imponerle orden a la República neocolonial…”
Resumen del capítulo «La hija del cuatro vientos», del libro inédito La secretaria de la República [publicado en 2001], una historia de vida sobre Conchita Fernández Correa. El capítulo se refiere a la etapa en que fue secretaria de Fernando Ortiz.
Temas le ha pedido a destacados especialistas de diferentes áreas de la creación, la investigación y la crítica, así como musicólogos y cineastas que reflexionen en voz alta sobre Buena Vista Social Club y el fenómeno artístico y sociológico que representa, para producir un enfoque complejo y multifacético de este asunto. Entre otros aspectos, ellos abordan aquellos que, al menos dentro de Cuba, parecen haber sido los más polémicos: el de la representación visual, por una parte, no solo del entorno, sino de los propios personajes, y el de la exaltación de lo tradicional en detrimento de lo actual…”
“La investigación y la reflexión teórica sobre la comunicación de masas ha atravesado en Cuba diversas etapas, casi siempre nítidamente definidas, que van de la dispersión y el debilitamiento a la efervescencia y productividad, períodos de estancamiento y momentos de profundo debate y autocrítica. La investigación comunicológica cuenta ya en nuestro país con una cierta tradición…”
“¿Son los medios los que imponen patrones culturales a las multitudes o son las multitudes las que trazan los derroteros de los mensajes en los medios de difusión? ¿Deben los medios servir de conducto transformador para cambiar las formas caducas de la cultura y el comportamiento social, o deben garantizar su existencia a partir de amplificar esas formas de comportamiento? ¿En lo referente a la cultura, tienen realmente los medios de difusión tanta influencia sobre las multitudes como se piensa? ¿Qué influencia tan determinante ejerce la familia sobre el individuo que, en muchos casos, puede inmunizarlo contra la acción de los medios? ¿Cuántos meses, años o siglos se necesitan para cambiar valores arraigados en las masas populares? ¿Existe una cultura de masas o ese concepto ha sido simplemente una coartada para justificar los procesos manipulativos que ejercen los medios sobre ciertos destinatarios? Las respuestas no son tan simples como pudiera parecer a simple vista.
Este texto es una versión de la ponencia presentada por el autor en la Conferencia anual de la Asociación para la Educación en Periodismo y Comunicación Masiva, celebrada en 1995. Aunque algunas referencias responden a la coyuntura del momento, Temas lo publica por su interés interpretativo y su perspectiva comparatista acerca de un problema vigente: la construcción de la imagen de Cuba por los medios de difusión fuera de la Isla.
“La migración es un fenómeno de la población cuyo estudio es cada vez más importante. La movilidad de la población entre límites político-administrativos, asentamientos u otra unidad de análisis, puede resultar de diferentes situaciones espaciales y horizontes temporales. Así, pueden identificarse movimientos o migraciones pendulares, que vinculan la vivienda con el trabajo y que con mayor frecuencia son diarios; o migraciones estacionales o temporales que no implican un cambio definitivo de domicilio, pero que sí suponen la permanencia en un lugar diferente al de residencia durante un período. No obstante, la migración es mayormente asociada a traslados definitivos y puede tener connotaciones tanto internas (dentro del territorio del país) como externas (internacionales)…”
“El barco que zarpó con la intervención norteamericana en Cuba en 1898 va llegando al otro extremo del muelle con una nación independiente a bordo, con un proceso social que nos ha colocado otra vez en el vórtice del mundo, con un movimiento literario de tanto peso como aquel que dejamos atrás con la muerte de Julián del Casal y José Martí. Si en esos días la nación se jugaba su destino contra el dominio español, en un gesto de tan alta fuerza que nos hacía inaugurar el siglo XX, esa misma nación, que ya es otra, se empeña hoy en culminar una pelea contra el más poderoso imperio de la Tierra para preservar sus derechos, su identidad y su cultura. Atrás quedó el modernismo y ahora vamos llegando a la posmodernidad…”
El Dr. Eusebio Leal Spengler, historiador de la Ciudad de La Habana, concedió esta entrevista —especialmente para este número de Temas— al periodista Pedro Martínez Pírez, miembro de nuestro Consejo Editorial.
(El presente texto se corresponde sustancialmente con la ponencia presentada por el autor a la Conferencia A cien años del 98; España, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, celebrada en la Universidad de Salamanca, en octubre de 1999)
“Aun cuando decidiésemos postergar la polémica sobre el momento más apropiado para fijar el término de nuestro lapso secular, no sería difícil admitir que en Cuba este se adelanta a la convención cronológica: el siglo cubano comienza exactamente en 1898. Mucho de lo ocurrido en la Isla durante el siglo que despedimos parece haber tenido su inicio en aquel año. Tanto las consecuencias directas de la guerra, como los problemas presentes en la posterior trayectoria económica del país, tienen una diáfana expresión en los avatares del azúcar, protagonista ineludible del acontecer económico en la mayor de las Antillas. El comportamiento de la producción azucarera y el papel que esta ha desempeñado a lo largo de cien años de transformaciones estructurales, cambiantes condiciones comerciales, variaciones en la dotación de factores productivos y otras incidencias, constituye el objeto de las páginas que siguen…”
“Cuando, el 21 de mayo de 1912, el Partido de los Independientes de Color (PIC) —el único partido político cubano (y el primero del hemisferio occidental) basado explícitamente en la raza—, inició una rebelión armada, los diarios la calificaron de brote: el comienzo o la aparición de algo nuevo. ¿Pero qué había realmente de nuevo en que el PIC protestara contra la Enmienda Morúa a la Constitución de Cuba, una medida legislativa que, dos años antes, lo había decretado ilegal?...”
“Este trabajo tiene dos motivaciones diferentes entre sí, y quizás complementarias. La primera es vivencial: mis recuerdos de niño y adolescente acerca de lo que podría llamarse el arsenal simbólico del nacionalismo. Nuestra educación cívica se forjaba con ayuda de la narración y la exaltación de las luchas revolucionarias por la independencia. Mi otra fuente de motivación es el enorme avance de los estudios historiográficos en las últimas décadas. A su luz, la cuestión de la evolución histórica del nacionalismo cubano se tornó un tema favorecido y hoy es tema de aportes variados y, por fortuna, de debates. Mi pretensión es analizar dos libros escritos durante aquel período, aunque sumamente distantes uno del otro, y hacer algunos comentarios sobre el contenido y las funciones, las incongruencias, tensiones y contradicciones afrontadas por el nacionalismo para ser eficaz como cemento de la construcción nacional en el momento histórico más cercano a aquella: la primera República cubana…”
“El trotskismo en Cuba tiene los antecedentes directos en la existencia de una corriente discrepante dentro del Partido Comunista, que surgió en 1931, y en su desarrollo muy pronto recibió la influencia de la oposición de Izquierda Internacional. A finales de 1930 se inició un reajuste de la línea estratégica y táctica del Partido Comunista de Cuba (PC), sobre la base de los acuerdos del XII Pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista y de las orientaciones recibidas de su Buró del Caribe. Tal reorientación apuntaba a ampliar el radio de acción del Partido a todo el país, orientar su trabajo hacia los sectores más importantes de la clase obrera (especialmente el azucarero), el campesinado y la pequeña burguesía, y a corregir los errores de sectarismo; además, redefinía su concepción sobre el carácter de la revolución, hasta esos momentos calificada como proletaria y que ahora era denominada agraria y antimperialista…”
“La desarticulación social marcó a la joven República cubana. Los hacendados apenas tenían otro recurso que confiar la reconstrucción económica del país al capital extranjero. La consolidación y expansión de los intereses españoles también limitó las oportunidades cubanas en el comercio, la industria y las actividades profesionales. Las diferencias nacionales y raciales dividieron a las clases populares. El desempleo, el subempleo y los bajos salarios acompañaron a la expansión del capital extranjero. El malestar de los trabajadores amenazó el orden, de manera que los primeros gobiernos debieron intentar mantener un entorno favorable a las inversiones extranjeras para evitar la intervención norteamericana. Contener a las clases populares se convirtió en la razón sine qua non de la joven República…”
“Fulgencio Batista y Zaldívar desempeñó un protagonismo cardinal en el proceso histórico cubano durante el cuarto de siglo que transcurrió entre el 4 de septiembre de 1933 y el Primero de enero de 1959. Los objetivos supremos y los hilos conductores de su trayectoria fueron la satisfacción de sus ambiciones de poder, de promoción social, de dinero y de reconocimiento público. Para saciar su codicia, respetó muy pocas cosas. Ningún valor o principio ético, moral o político rigió de manera permanente su quehacer. Promovió programas y proyectos políticos y los sustituyó por otros diametralmente diferentes cuando estimó convenían a sus intereses personales. Gracias a ello, la vida pública de Fulgencio Batista se dividió en disímiles etapas vinculadas entre sí por el denominador común de sus apetencias espurias. El saldo fue fructífero para él y nefasto para la nación y el pueblo cubanos…”
“Una de las repetidas «verdades» que circula, por lo menos por esta orilla floridana del Estrecho, es que Cuba nunca fue «país de emigración». La historia de la emigración cubana, desde el siglo XIX hasta el presente, se percibe como una manifestación de las condiciones o trastornos políticos en la Isla, que obligaron a personas a abandonar el país y crearon una serie de «destierros» o «exilios», como usualmente nos referimos a esas emigraciones. Esa interpretación de la historia migratoria cubana como una serie de «destierros» con móviles políticos, tiene una cierta base en la realidad objetiva, sobre todo si nos limitamos al flujo más importante: el que se ha encaminado a los Estados Unidos…”
“Entre el decenio de los años 20 y principios de los 40, las presiones combinadas de la movilización de masas, la revolución, la crisis económica y la amenaza de intervención de los Estados Unidos obligaron a los políticos cubanos, de todo el espectro ideológico, a aceptar a las clases populares como un factor en la política nacional e internacional. En 1920, una pequeña y poderosa oligarquía tenía una gran ascendencia sobre la política nacional, y la idea de que el Estado pudiera ser «popular» constituía una maldición para los grupos hegemónicos. Sin embargo, a principios del decenio de los 30, la protesta social de las clases populares se hizo tan general que los mecanismos de control político y social establecidos dejaron de funcionar. En aquel momento, la forma de incorporar a «las masas» al proceso político, en modo alguno resultaba evidente. Una cosa era que las élites políticas reconocieran que los sectores populares constituían una fuerza que era menester tomar en cuenta, y otra muy distinta crear instituciones políticas y discursos nuevos capaces de utilizar esa energía…”
El texto repasa, desde una perspectiva histórica, las tendencias del pensamiento cubano y su evolución durante los casi 57 años de República burguesa. “Pero emprender un recorrido por los escabrosos senderos de las tendencias intelectuales e ideológicas no marxistas más significativas para el desarrollo de la cultura y la conciencia nacionales, en los años de vida de la República mediatizada, entraña siempre el riesgo de hacer valoraciones absolutas o esquemáticas sobre el papel desempeñado por los portadores materiales de esas tendencias: los pensadores. Sobre todo, porque esta excursión por las ideas en la Cuba neocolonial tiene lugar a 40 años de su disolución efectiva por medio de una revolución triunfante que logró, por primera vez en nuestra historia, la soberanía plena de la nación e instauró niveles de igualdad y justicia social, insospechados hasta ese momento, en el territorio insular...”
Aun cuando la investigación sociológica comenzó en Cuba hace apenas cien años, tiene, sin embargo, antecedentes en las obras de algunos pensadores filosóficos o estudiosos de problemas socioculturales de finales del siglo XVIII y la mitad inicial del XIX. Temas agradece a Maritza García Alonso, compañera del destacado investigador Rolando Zamora, prematuramente desaparecido, este texto suyo inédito que nos satisface poder publicar.
“Si bien durante el siglo XIX se habían producido considerables mejoras, estas no eran suficientes para considerar como buena la situación de la Isla, particularmente después de una guerra en la que ambas partes habían sufrido un considerable desgaste: la agricultura se había deteriorado, la economía se encontraba estancada y las necesidades mínimas generales de la mayoría de la población estaban insatisfechas. El gobierno español había promovido desde los años 20 de ese siglo, la inmigración extranjera, ya de por sí considerable, a la que se había unido la intensa corriente migratoria del campo a la ciudad. Esta gran cantidad de nuevos residentes en las ciudades —y en particular en La Habana— agudizaba la precaria situación en todo sentido, pero también constituía una considerable mano de obra, lista para emprender la reconstrucción…”
“Al inicio del siglo XX, había una gran cantidad de géneros de música para distintos usos y ambientes, reconocidos internacionalmente, sobre todo los relacionados con la «madre patria», hacia donde habían regresado géneros cristalizados —como la habanera y el punto de La Habana— cuando no los anteriores fandango, petenera, chacona y zarabanda. Aquellos cantes de ida y vuelta, también sufrieron transculturaciones en ambas orillas y definieron características propias. La tradición oral, así como la trasmisión directa por la lectura de partituras, había permitido una verdadera promoción y auge de la música cubana, y fueron los medios masivos —primero el disco y luego la radio— sus iniciales divulgadores en América Latina, los Estados Unidos, España y otros países europeos. Durante todo el siglo XX se produce un amplio y constante proceso de transculturación en la música cubana, con un auge y expansión inusitados del nuevo producto cultural obtenido…”
“El melodrama cinematográfico cubano hunde sus raíces en el período del cine silente y por tanto debemos referirnos a ella si queremos profundizar en el estudio de este género en la Isla. A esta primera dificultad se añade el hecho de que es sumamente difícil hacer demasiadas generalizaciones en torno a un cine que no alcanzó los niveles de desarrollo logrados en otros países de América Latina. Sin embargo, es curioso observar cómo existen antecedentes, en una fecha tan temprana como la primera década del siglo XX, de un esfuerzo por organizar un entendimiento de la realidad a través de las imágenes cinematográficas y legitimar modos de ser, vivencias rurales y costumbristas, o exaltación de figuras patrióticas de la entonces recién finalizada Guerra de independencia…”
“Cines de estreno, cabarés, cafeterías, restaurantes, artículos de lujo, alternaban con bancos, agencias de viaje y de automóviles, transnacionales petroleras en la zona de La Rampa, volcada hacia el Malecón, lo que facilitaba el rápido movimiento de los vehículos. Allí estaba el emporio de la radio y después de la televisión. En unas pocas cuadras se concentraba la imagen simbólica de la modernidad, una Nueva York a escala minúscula, dependiente y provinciana. Las demandas del consumo hacían olvidar el sabroso confort de los moribundos cafés de la Habana Vieja. Más allá del cine, el imperio de la visualidad se imponía en las revistas ilustradas a la manera de los seguidores de Cartier-Bresson. A la vuelta de los 50, en la microcosmópolis, en la microzona rosa, irrumpió de repente el teatro…”
(Versión de un capítulo del libro The Pride of Havana: A History of Cuban Baseball (Oxford University Press, Nueva York, 1999), enviada especialmente por el autor para este número de Temas)
“La inquietud laboral entre los jugadores y el surgimiento de una liga rival en Cuba, que retaba al circuito profesional establecido, habían creado algo de inestabilidad, y la independencia relativa de que disfrutaba la Liga Cubana en relación con el beisbol estadounidense estaba a punto de terminar. Nunca más jugarían las figuras establecidas de las ligas mayores en la pelota cubana y las estrellas del país serían esporádicamente amonestadas por eso en el futuro. De hecho, a algunas estrellas cubanas se les prohibiría jugar en Cuba, como sanción por haber jugado en México. Otros hechos, todavía desconocidos, hijos del azar, fueron que nunca más el Habana y el Almendares se verían enfrentados en una contienda como esta y nunca los patriarcas del beisbol cubano, Miguel Ángel González y Adolfo Luque, volverían a chocar en un encuentro tan trascendental como el que se iba a producir en el Gran Stadium…”
“En los últimos años, se percibe un interés especial —no solo en Cuba— por la narrativa cubana actual. Se le dedican antologías, estudios críticos, talleres, conferencias, mesas redondas, tesis de grado, etc. Como es lógico, las opiniones sobre sus valores discursivos, temáticos; su posible carácter novedoso, sus relaciones con la tradición literaria cubana, y con el contexto social inmediato, no siempre coinciden. En esta mesa que ha convocado la revista Temas, nos interesa provocar un cambio de impresiones sobre estos aspectos y, además, sobre los factores de producción, difusión y recepción de la narrativa cubana actual. Es decir, verla no solo desde un punto de vista estrictamente artístico-literario, sino tomando en cuenta todos los elementos del sistema que la hacen posible…”
¿Cómo se relaciona el desarrollo científico con el contexto cultural? Intuimos que existen estas relaciones. ¿Pero podremos describirlas de manera estructurada y sistemática? ¿Nos puede ser útil esa descripción para potenciar las interacciones? ¿Tan claras como están nuestras especificidades culturales, pudieran estar algún día también nuestras especificidades en la creación científica? Estas son las preguntas que motivan las reflexiones que siguen. Van escritas en el lenguaje directo y afirmativo de las proposiciones (casi un lenguaje de laboratorio) porque pretenden iniciar discusiones, no concluirlas.
“Desde el punto de vista histórico, la «transición democrática» se ha comportado de manera coherente con los intereses del capitalismo; es un proyecto político y económico complejo, rico en experiencias nacionales y en bibliografía documental y analítica. El presente trabajo pretende incorporar algunas reflexiones acerca de la «transición democrática» como proyecto político, en general, y como variante que se promueve contra la Revolución cubana, fundamentalmente desde los Estados Unidos…”
“El Caribe ha tenido una amplia presencia como emisor de migrantes. República Dominicana, Puerto Rico y Cuba han ocupado lugares de significación, tanto por los volúmenes de sus flujos migratorios, como por sus cualidades, en particular, a partir de inicios de la década de los 60. La migración cubana se distingue quizás por sus condicionantes históricas, económicas y geopolíticas. Este no es un fenómeno nuevo ni específico del siglo pasado, aunque adquiere rasgos diferentes con el proceso iniciado con el triunfo de la Revolución, y después de más de cuarenta años continúa presente. No obstante, según las cifras que aporta en el contexto de los grandes flujos migratorios, el caso cubano no clasifica entre los primeros lugares en el mundo…”
El objetivo de esta mesa redonda, convocada por Temas, es reflexionar sobre cómo se produjo, en el período de 1902 a 1958, la recepción martiana. Los participantes reflexionan sobre el modo en que los hombres del siglo XX conocieron la obra de José Martí; la forma en que influyó en el pensamiento político cubano y en buena medida en el pensamiento social, y la cultura artístico-literaria, y el uso que se hizo de Martí en la praxis política.
“El propósito de este artículo es abordar, desde el prisma del sujeto de la época, el modo en que el lenguaje expresa la progresiva subversión de valores ocurrida durante los primeros diecisiete meses de la joven Revolución cubana. Ello no implica abordar el lenguaje desde sus determinaciones semióticas o estructurales, sino como indicador de la contradictoriedad del cambio en la totalidad social. La ambivalencia del lenguaje permite tanto la incorporación de nuevos significados a viejos signos como el surgimiento espontáneo de otros completamente nuevos. El lenguaje, al cumplir con su función de designar lo real, es el vehículo que objetiva el acontecer de la convulsión social y le ofrece así al partícipe la posibilidad de nombrar los nuevos eventos en que está inmerso…”
La primera versión de este trabajo apareció en francés en Le cinema cubain (Centre Georges Pompidou, París, 1990). La estructura de esa compilación —en la que se dedicaban estudios específicos a Tomás Gutiérrez Alea y Humberto Solás, por ejemplo— determinó la escasa presencia de ambos directores en este panorama. Una versión abreviada se publicó como separata en la revista Encuadre, de Caracas, en 1993.
“Solo a la luz del proceso revolucionario cubano se puede explicar la relativamente rápida consistencia del cine cubano. Más allá de directores inexpertos, de ansiedades juveniles de cambios, se estaba viviendo sobre un soporte común existencial, en el cual la densidad de los sueños, la textura de las aspiraciones, determinaban la cualidad del resultado. Los cineastas de entonces pensaban que en el cine les iba la vida, que el país podía salvarse de esta u otra artimaña del enemigo con la consistencia del ideario fílmico que se pusiera en práctica. Tengo la impresión de que es esto precisamente lo que le falta al audiovisual de los 90. Lo penoso del cine nacional es que, justo en esa década y como en buena parte del cine mundial, también nosotros hemos pasado, casi sin transición, de la gravedad del sueño a la ligereza del realismo. Es decir, hemos transitado de la poética colectiva del cine cubano al conjunto invertebrado de poéticas aisladas de los cineastas, empeñados en hacer su cine, pero no el cine…”
“El cine cubano llega, de pronto, a la modernidad en los años 60. Es decir, en esos años en que el mundo intenta restablecer el equilibrio entre el alma y el cuerpo. Entonces se entendió lo espiritual no solo como refugio en sí mismo, ni mucho menos como parcela al margen de las realidades de la vida. La dignidad, el decoro, la solidaridad, las virtudes, llegaron a convertirse en algo útil”. Este texto intenta “explorar el cine cubano deteniendo la mirada en algunos aspectos de la modernidad”, y se limita al largometraje de ficción. Algunos de los criterios con los cuales se analiza la ficción seguramente podrían ser aplicados al resto de la producción, tanto la de fuera como la de dentro del ICAIC…"
“La decisión de emigrar y la condición de emigrado se convirtieron durante muchos años en la entrada a una zona marginal innombrable que no tenía cabida dentro de la Revolución. De hecho, ya estaba fuera, incluso geográficamente. Las circunstancias históricas nos jugaron una mala pasada y cobraron en este asunto un sentido negativo, afectando a instituciones básicas de la sociedad, como la familia, y provocando la fragmentación de la identidad cultural, la misma identidad que el proyecto cinematográfico nacional se proponía rescatar y redimensionar. Si bien varios largometrajes también se acercaron, aunque de manera anecdótica, al tema de la emigración en estos años; y algunos con implicaciones mucho más sugerentes, interesantes y de una profundidad sorprendente, en realidad, en treinta años de cine cubano revolucionario la problemática de la emigración solo aparece como tema central en una sola película de ficción…”
“A medida que comenzamos a analizar Fresa y chocolate como película, se hace evidente que es una obra compleja, tanto desde el punto de vista textual como contextual. Remite simultáneamente a un discurso doble, el autoral y el nacional. Abarca, al mismo tiempo, lo individual y lo colectivo, postura definida tradicionalmente como auteurista y que también ha solido lidiar con el tema de la identidad. De hecho, se puede seguir la relación cambiante entre el auteurismo y lo nacional, a través de las obras de Alea, desde la posición adoptada en Memorias... —en la cual el director aparece ligado a las actividades oficiales— hasta Fresa y chocolate, por tratarse de una coproducción cubano-mexicano-española. Es necesario entender ese proceso de transformación como parte de los cambios históricos de la institución cinematográfica en la región y no como un fenómeno exclusivo de este cineasta cubano…"
“Las condiciones en que se desarrolló el cine dentro de la Revolución permitieron a Alea desarrollar una estética particularmente rica en la cualidad conocida como intertextualidad. Se refiere a la participación de otros textos dentro del texto artístico, a la presencia de referencias, connotaciones o incluso meras resonancias de referentes externos, los cuales pueden provenir de otras películas o de textos diversos, que a su vez pueden ser evocados deliberada, aunque también inconscientemente. El cine de Titón es también intertextual porque sostiene un diálogo con un Otro estético, otro que varía de película a película —cuya identidad es a veces curiosamente «serendipítica». Las dos películas en las que las dimensiones intertextuales han sido más completa y deliberadamente desarrolladas son Memorias del subdesarrollo y Fresa y chocolate…”
¿Qué se entiende por marginalidad social, económica, cultural? ¿Cuáles son sus rasgos y las teorías que la explican? ¿Qué rasgos tiene la marginalidad en Cuba? ¿Cuál es la formulación teórica que explica, en una sociedad como la nuestra, que ya no es capitalista, que sí tiene un alto nivel de prevención social, y que aún conserva políticas de fuerte integración social, la presencia y la persistencia del fenómeno de la marginalidad? ¿Se trata de algo heredado, que no hemos podido superar, que acompaña los rasgos de subdesarrollo que no hemos podido resolver? ¿O existen condicionamientos en las actuales circunstancias mundiales, que producen o reproducen el fenómeno como algo inédito en la sociedad cubana del nuevo siglo?
(Premio Temas de Ensayo 2001, en la modalidad de Humanidades)
“El estudio del mito en Paradiso constituye una tarea que, sin el menor ánimo de exageración, puede ser considerada como de una enorme dificultad. Tanto por la abrumadora cantidad de alusiones a los más diversos sistemas mitológicos, como por la complejidad misma que presenta su inserción y reelaboración en el texto, esta dimensión de la obra lezamiana puede llegar a convertirse en un intrincado laberinto donde, por momentos, se siente la ausencia del hilo de Ariadna. Lezama no solo fue poseedor de una extraordinaria cultura, sino que su exhaustivo conocimiento era complementado por una imaginación desbordada, que lo conducía a establecer las más disímiles y originales asociaciones. A la vez, su sed de saber se caracterizaba por la interpretación muy personal —en ocasiones totalmente fabulada o mitologizada a su manera— de diferentes textos.
“¿Cómo explicar el éxito global de Buena Vista Social Club? Se calcula que, en términos de ventas e interés publicitario, no hay disco o filme comparable en la historia cultural cubana. Las nominaciones y premios internacionales que ha recibido ya suman unos treinta, entre ellos el de finalista en la categoría de mejor documental para el Oscar. La cinta cinematográfica también ha motivado más de una centena de reseñas en Europa, los Estados Unidos y América Latina, todas ellas extraordinariamente laudatorias, aunque en su mayor parte solo atestiguan una sensación de encanto que nunca llega a dilucidarse por completo. Cabe preguntarse cuál sería la mejor forma de acercarse a un fenómeno tan súbito y de tal magnitud. ¿Existe una estética o política cultural capaz de apreciar sus complejidades culturales y comerciales, tanto en el contorno nacional como en el transnacional?...”
“En el cine de Wim Wenders, el nudo antropológico no es un acento, un aliento, ni siquiera un tema; es una obsesión, paranoia que argumenta toda la poética. Aun para criticar desde el panfleto a la cultura americana y su pragmatismo, Wenders no puede dejar de usar sus moldes. Su relación de amor-odio con la cultura norteamericana pregona el odio y se reserva el amor para la intimidad. Adora el cine de género; siempre he pensado que sería definitivamente feliz si resolviera irse de una vez a Hollywood para rodar peliculitas funcionales de sábado en la noche. Su mejor película me sigue pareciendo El estado de las cosas, justo porque el autor se sacude el engaño de la inmortalidad y narra una historia sencilla, en una gramática posible, sobre sus eternas dudas en torno a la producción y la dirección de cine. No me explico entonces cómo alguien pueda asombrarse de que Wim Wenders se haya subido tempestuosamente al carro del documental Buena Vista Social Club, proyecto que traía para él un supuesto agravante: hablar de una cultura que no conoce…”
(Mención especial en el Premio Temas de Ensayo 2001, en la modalidad de Humanidades.)
“Cuando «lo marginal» llega a convertirse en central, todo se relativiza en una bastante homogénea «lateralidad social». Por esta vía puede aducirse que la sociedad cubana vive en el borde, en el espacio lascivo y ahorita planimétrico de lo lateral. Los lados se extienden hasta el todo; los márgenes dejan de serlo. Muchos de los valores que una antropología escrita desde la alta cultura consideraría degradados, impertinentes, truecan el estigma en prestigio y confirman la marginalidad como una fuente de hallazgos y realizaciones donde, en ocasiones, el propio antivalor genera el valor…”
“Más de cuarenta años de cambios radicales en Cuba, como resultado de la Revolución de 1959, y más de treinta de existencia de ascendentes comunidades de emigrados cubanos en los Estados Unidos, así como en diversos países —España, Venezuela y México, entre otros—, en menor medida y tiempo, han provocado un importante proceso de inclusiones y exclusiones en la identidad cultural cubana, que no siempre se reconoce por las partes involucradas. La reinterpretación y reconceptualización de la identidad cultural cubana, en todas sus dimensiones, es una necesidad teórica y práctica, en Cuba y en su diáspora…”
¿Cómo se forma un arquitecto en Cuba? ¿Qué estudia? ¿Con qué sensibilidad egresa, qué conciencia tiene de que es un agente transformador, que tiene un papel creador y actúa en términos técnicos, pero también culturales? ¿Con qué se encuentra cuando se gradúa? ¿Se tiene conciencia de que la arquitectura es parte de la cultura cubana? Entre las funciones de las asociaciones que integran arquitectos —como la UNAICC y la UNEAC, por ejemplo—, ¿existe un espacio para el debate de la relación arquitectura-cultura? ¿Hay una crítica arquitectónica sistemática? ¿Cuál es la situación actual de la arquitectura y cómo la recepción y la crítica influyen o no en ella? Estas y otras preguntas se abordan en este panel convocado por la revista Temas.
“Paradiso es un ente centrífugo, pluriforme y multisígnico. Novela que asume lo nuclear del género; por ejemplo, un mundo que se despliega en su articulación de relaciones y significados, y lo rebasa; acoge el relato, el tratado, la prosa poética, la viñeta, el enigma, el chiste, el acertijo, en una summa ontológica. Es una vastedad que supera los esfuerzos interpretativos de cualquiera que intente aproximarse a ella solo desde las coordenadas espacio-temporales de Newton, y con el estricto algoritmo razonador de Descartes. Porque Paradiso se adentra en el caos, es una imagen poliédrica del Caos. Consecuentemente, para entender un texto con tal riqueza y amplitud debe acometerse tanto con instrumentos de la razón como de la intuición, de lo fáctico y de lo imaginativo…”
(Mención especial en el Premio Temas de Ensayo 2001, modalidad de Ciencias sociales)
“Un nuevo paradigma de las ciencias, incluidas las sociales, se viene conformando en los últimos tiempos: el de la complejidad. Nuevas elaboraciones que expresan las relaciones múltiples y diversas del entramado social, en un contexto de racionalidad e incertidumbre combinados, cristalizan como visión universal de los fenómenos interconectados, en sus cursos a veces sorprendentes y, en parte, impredecibles. En el caso de Cuba, con acosos y peligros, incomprensiones, orgullos y retos, el camino imaginario de la felicidad queda abierto en la dimensión de lo posible. La sociedad compleja impone nuevos derroteros. Requiere del papel protagónico de sus actores sociales diversos, de la concertación de los intereses individuales y colectivos, de la conformación de una identidad nacional a la vez múltiple y esencial, de nuevas formas de participación y acción social…”
“Decir que la sociedad cubana del siglo XIX fundó su desarrollo en el de la institución esclavista, es verdad de todos sabida; imaginar que, en semejante esquema, el negro aparece como figura de lo abyecto, resulta natural. Si damos por lógico que a la violencia del dominador le siga el silencio sobre ella, hemos también de dar por lógica la escasa información que sobre el amor interracial nos da nuestra literatura cuando este pretende realizarse fuera de los códigos de la dominación; es decir, como movimiento mutuo y no mediante un acto de victimización o uso del dominado, como objeto de placer…”
“En el último año del siglo XX, y una década después de la desaparición física de Reinaldo Arenas, se lleva a la pantalla de cine un guion, de valores discutibles, que ha colocado nuevamente en primeros planos la figura del escritor cubano. Aunque el propósito de este trabajo no es reseñar la película, me ha parecido adecuado aprovechar la coyuntura del ruido que ha producido el filme en todas partes para comentar algunos aspectos donde juzgo oportuno hacerlo…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2000, en la modalidad de Ciencias sociales)
“Con frecuencia, defendemos o cuestionamos el carácter legítimo de una institución, o de cualquier acción que se derive de ella, sin tener definido por anticipado qué entendemos por legitimidad, y este déficit se hace notar en arbitrariedades e incoherencias. ¿Por qué pensamos que unas instituciones son legítimas y otras no? ¿Qué legitima a unas instituciones y no a otras? ¿A partir de qué criterios legitimamos? ¿Quién o quiénes legitiman dentro del sistema social? Estas son las preguntas que motivan mis reflexiones, y que creo apuntan al centro de la cuestión…”
El panel aborda los discursos del son —o la salsa—, el rap, el rock, la trova y la música campesina y debate aquellos aspectos que captan, representan y significan problemas sociales y políticos del país, tanto en el pasado como en la actualidad.
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2001, modalidad de Ciencias Sociales.)
“En ocasión de haber asistido a unas Jornadas sobre Economía Cubana, en la Universidad de Granada, dedicadas al reconocimiento de la obra de Alienes, tuve la posibilidad de conversar personalmente con él. Una ponencia sobre el destacado economista —expuesta con admiración y respeto en el evento—, me motivó a incursionar, bajo una perspectiva contemporánea, en una nueva aproximación a su aporte al desarrollo del pensamiento económico en Cuba…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2001, modalidad de Humanidades)
“Por cuidar la esperanza de los mejores tiempos, supo María Zambrano guardar los saberes antiguos para hacerlos llegar, en las claves de su pensamiento, hasta la reflexión de nuestros días. De ahí la singularidad con que se palpa una muy particular «filosofía de la vida» en su propuesta —seguida y luego escindida— del racio-vitalismo orteguiano. Su nueva «razón poética» es una «razón mediadora» que modula y acerca su discurso a una fuente auténtica de sabiduría…”
El envejecimiento demográfico es un proceso natural y paulatino, presente en mayor o menor medida en un gran número de países. Se manifiesta a través del aumento de la proporción de personas de sesenta años y más, respecto al resto de la población. En este contexto, las personas viven períodos cada vez más largos, disfrutando de un mayor o menor grado de salud y nivel de actividad...
Cuba es un país envejecido. El último censo realizado en septiembre del año 2012, arrojó que 18,3% de la población tenía sesenta años o más y, al cierre de 2017, la cifra fue de 20,1%. El significativo declive de la fecundidad, el aumento de la expectativa de vida y el persistente saldo migratorio negativo, son tres eventos sociodemográficos que han conducido al envejecimiento acelerado de su población y han tenido un impacto en las estructuras, dinámicas y funcionamiento de las familias. Entender la relación de las personas mayores y sus familiares en Cuba así como los actuales arreglos de convivencia, es comprender un conjunto complejo de factores que se imbrican entre formas diferentes de envejecer, dinámicas plurales de familia y las particularidades del contexto social cubano.
Se trata de cómo solo recientemente se ha comprendido que el envejecimiento de la población y la urbanización son tendencias globales que, de conjunto, constituyen fuerzas de rango superior en el modelo del siglo xxi universal. Discute los retos que define la transformación de la ciudad desde la perspectiva del proyecto de Ciudades y comunidades amigables con las personas mayores. Para ello, argumenta la centralidad de un enfoque basado en la accesibilidad, el medio como elemento inhabilitante; reflexiona sobre los principales retos que enfrenta Cuba, en este contexto, y ofrece algunas recomendaciones.
Se intenta recolocar el envejecimiento demográfico a debate, una vez más, desde su dimensión laboral, justo la que involucra el vínculo de las personas mayores con el trabajo. En tiempos de pandemia por la COVID 19 y de excepcionalidad en tantos terrenos no es posible pensar en la exhaustividad que desearíamos para tratar este tema.
Se ofrece una primera mirada a los consumos culturales de los adultos mayores a partir de los resultados de investigación del Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) Juan Marinello. Se trata de un ejercicio de sistematización desde la primera Encuesta Nacional de Consumo Cultural hasta la actualidad, con la intención de develar las particularidades de mayor trascendencia, sin pretender agotar en toda su profundidad las dinámicas a ellos asociadas.
El desarrollo de la economía y la segunda y tercera revoluciones tecnológicas, con la automatización y el desarrollo científico paralelo, han sido motores para la transformación del modo y las condiciones de vida de la humanidad. Estas revoluciones influyeron en las tecnologías de prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, y contribuyeron a que la vida humana se prolongara.
“¿Debería apostarse, en el contexto de una economía globalizada, a una estrategia de desarrollo asentada en la utilización intensiva de recursos naturales y en una reindustrialización orientada, fundamentalmente, hacia mercados internos o, por el contrario, a una fundada en el aprovechamiento intensivo de una fuerza de trabajo calificada, con elevado potencial de aprendizaje, puesta en función de una reindustrialización exportadora? ¿Cuál opción sería la más promisoria en términos del desarrollo del país? Este es, en esencia, el dilema que intenta explorar este breve ensayo. No se trata, por cierto, de un problema inadvertido por otros analistas en el debate sobre la economía cubana de la era post-soviética. Todo lo contrario…”
El presente trabajo examina la cuestión de la compatibilidad entre socialismo y mercado. Primeramente, retoma el análisis sobre cuál es la esencia del socialismo, algo que generalmente damos por sentado, pero que no siempre resulta fácil de formular. Seguidamente se examina qué aspectos del mercado son contradictorios con esa esencia; y cuáles pueden ser los posibles escenarios de interacción entre socialismo y mercado. Por último, se presentan algunas reflexiones en torno al socialismo como alternativa contemporánea.
“Para la economía cubana, la última década del siglo XX ha sido en extremo compleja y difícil. Si hubiera que expresar en dos conceptos la esencia de estos diez años, sin dudas estos serían crisis y cambio. El gran desafío ha sido, es, comprender la complejidad de la crisis y, en consecuencia, imaginar y establecer los cambios necesarios para superarla estratégicamente y rearticular la viabilidad de la economía socialista cubana en un contexto internacional en extremo difícil y en gran medida hostil. Sin embargo, hay razones para afirmar que el caso de Cuba es muy singular. Aunque es obvio que la caída del bloque socialista europeo constituye el factor desencadenante de la crisis económica, sus causas no se reducen a este acontecimiento, ni son exclusivamente de carácter externo...”
“El perfeccionamiento empresarial, expresión del desideratum actual del socialismo cubano para su modelo de desarrollo económico, es también —e inevitablemente— el terreno de nuevas configuraciones sociológicas y psicológicas que impactan y, a la vez, resultan de lo que es y será el trabajo en Cuba. Pero es también arena de confrontación política en la temática del modelo de sociedad que se propugna y del modelo de hombre y mujer trabajadores que se vigoriza. Es, además, un debate cultural que interesa la identidad como una daga, y saca a la luz lo que somos y pretendemos ser: nuestra cultura del trabajo…”
“El mayor reto para alcanzar un desarrollo sustentable está en cambiar la actual forma de vivir —y por tanto de pensar— de la mayoría de las personas que conforman nuestras sociedades. Por ello, la más importante contribución de los movimientos de agricultura ecológica, urbana y otros, radica en la transformación progresiva de los patrones culturales de productores y consumidores. Esos cambios permitirían lograr una agricultura que contribuya al mejoramiento del ambiente en el que vivirán las futuras generaciones. Es por ello que esta evaluación de logros y desafíos de la agricultura sustentable en Cuba pretende tratar con objetividad las condiciones del país para ese tránsito…”
Panel sobre la obra de Nicolás Guillén, convocado por la revista Temas y la Fundación Nicolás Guillén, a propósito del centenario del Poeta Nacional. El debate fue guiado por estas preguntas: ¿Cuáles valores estéticos le atribuyen a la obra de Guillén en el contexto de la poesía cubana?, ¿cuál creen que sea su contribución a la comprensión de la identidad cultural cubana?, ¿qué trascendencia consideran que tiene en los planos estético e ideológico?, ¿cuál es el alcance en los jóvenes poetas cubanos? y ¿consideran que es suficiente la recepción de su obra en estos momentos?
(Tercera Mención en el Premio Temas de Ensayo 2001, en la modalidad de Humanidades)
“En la instauración progresiva de las teorías culturales y estéticas derivadas del pensamiento marxista en la vida cultural cubana de la década de los 60 en adelante, Lunes de Revolución tuvo una resonancia ineludible. Si algún conflicto nos depara hoy Lunes, es su margen de credibilidad. Quien se le acerque como lector, puede tener la impresión de estar, al mismo tiempo, frente a un hecho en perfecta armonía con la época y las circunstancias en que se desarrolló (los inicios de la Revolución), y frente a un deliberado oportunismo cultural, favorecido por el entusiasmo que suelen generar los grandes acontecimientos históricos. Pero eso no es más que un buen estímulo para la interpretación de su legado. Se hace necesario recuperar Lunes para la historia de nuestra cultura desde el espíritu de la palabra y las relaciones contextuales…”
“El diseño industrial parece constituir una actividad que ha perdido su trascendencia. De una práctica comprometida con la transformación del hombre y del medioambiente, ha pasado a ser en los países desarrollados una profesión técnica, pragmática, que gana su prestigio en el aumento de las ganancias de las empresas. ¿Qué ha sucedido para que un siglo de ensayo (el XIX), y otro de pleno desarrollo (el XX) con suficiente ideario acumulado, hayan desembocado en esta crisis? Y en Cuba, ¿cuál es en la actualidad la situación del diseño? ¿Por qué después de varias décadas de esfuerzo, el diseño no es una realidad integrada a la industria, ni se ha logrado poner en manos de la población productos de calidad?
“Los estudios literarios y culturales en Cuba han prestado atención creciente al proceso de transculturación ocurrida entre la raíz española y la africana. Los trabajos etnológicos de Don Fernando Ortiz y los aportes de Lydia Cabrera establecieron las bases epistemológicas para el análisis del sincretismo entre la religión del esclavista y la del esclavo, y su repercusión cultural. Solo en los últimos años, y de manera un tanto aislada, se comienza a prestar atención a los fenómenos derivados de la presencia china en la conformación de diversas aristas de la cultura cubana, menos visible y generalizada que la africana, pero no por ello desestimable…”
“Desentrañar los motivos dominantes en la obra de Humberto Solás ha derivado, con demasiada frecuencia, en la simplificación. Sobredimensionar el interés del cineasta por el pretérito obstruye el análisis de sus filmes como portadores de observaciones transferibles al presente. Solás fue el primero de nuestros cineastas en defender ardorosa y racionalmente la plena vinculación de la mujer al núcleo activo de la sociedad, sin obviar las desgarraduras, renunciamientos, empachos de «nueva» moral, e incluso soledad y frustración que necesariamente conlleva tal integración…”
Por su repercusión social, el envejecimiento sociodemográfico constituye un proceso de importancia creciente para la actuación de políticas que permitan enfrentar el fenómeno como conquista social. En Cuba, considerada una de las poblaciones más envejecidas de América Latina, el tema reviste significativa atención para articular acciones que faciliten como proyección humanista del proyecto revolucionario, la construcción del socialismo. En tal contexto se perciben cambios estructurales que por su impronta en la sociedad, deben ser tratados y considerados por la política social como espacios para la transformación de su propia realidad, así como el análisis del impacto del envejecimiento poblacional en la estructura socioclasista y, en las dimensiones e indicadores del bienestar del adulto mayor.
Se ofrecen datos del contexto demográfico y de salud de las personas mayores de Cuba. Durante la pandemia de COVID-19 se han desarrollado servicios de ayuda domiciliaria, con baja representación antes de ella, como apoyo en los cuidados a las personas mayores vulnerables en la comunidad. El teletrabajo se convirtió en la opción recomendada para personas mayores cuya profesión les permita realizarlo. Debemos aprender lecciones y sacar provecho del mal momento: expansión de servicios domiciliarios, tanto sociales como sanitarios, teletrabajo, voluntariado, capacitación al personal de salud sobre manejo de problemas de salud en los pacientes mayores, son algunos de los aspectos que deben quedarse en la “nueva normalidad” definida por la COVID-19.
La familia, entendida como el primer espacio de pertenencia y referencia de las personas, tributa a la reproducción y al mantenimiento de la especie humana, cumpliendo diversas funciones para el desarrollo biológico, psíquico y social de sus miembros. «En el plano conceptual, la familia como institución ha sido menos abordada, argumento que pudiera explicar el desarrollo insuficiente de definiciones y categorías que la precisen en este rol». Las nociones que centran su atención en los vínculos internos establecidos entre los miembros de la familia asumen un enfoque grupal, mientras que su estudio, como componente de un marco estructural más amplio, que es la sociedad, responde a la visión de aquella como institución, la que se aprecia en investigaciones del Grupo de Estudios sobre Familia del CIPS...
Se intenta abrir un camino de reflexiones para invertir la visión de la relación entre los cuidados y las personas mayores. Se parte de un trabajo de investigación cualitativa desarrollada en Cuba desde 2010, y en Francia, más recientemente. Obviando el ámbito privado de los cuidados familiares, donde las personas mayores desempeñan un papel importante en dichos países, se centra en las organizaciones para ellas, en particular dos en las que participo o he participado: la asociación Old'up de París y un círculo de abuelos de La Habana.
Con el fin de promover el envejecimiento saludable en el municipio Plaza de la Revolución, de La Habana, se propone la conceptualización de una estrategia comunicativa. Para ello se sistematizan los fundamentos teóricos sobre comunicación para el cambio social, empoderamiento ciudadano, y se define una ruta metodológica participativa como sustento del proceso de planeación estratégica en comunicación en el marco del proyecto PIES-Plaza.
El Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social, desde los dieciocho años de su fundación ha tenido como uno de sus ejes principales la contribución al necesario recorrido hacia la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, a través del artivismo y activismo social, y se ha posicionado como un actor clave en la revelación de las problemáticas más acuciantes de las realidades cubanas, donde, por supuesto, el envejecimiento poblacional, y sus consecuencias se han explicitado para lograr una visión interseccional y alcanzar justicia de género, ambiental y social. Las obras audiovisuales que reflejan el necesario y urgente tema del envejecimiento, signadas desde el artivismo, comunican recursos movilizadores para generar una conciencia emotiva que impacte la interpretación de las realidades, y su eficacia recorre desde lo individual, lo colectivo, lo privado, lo público, lo rural, lo urbano, hasta los niveles decisorios de una nación.
Envejecer aprendiendo constituye una oportunidad de vivir la adultez mayor de un modo cualitativamente superior, una oportunidad emergente en sociedades envejecidas y cada vez más demandadas de transformaciones estructurales en su tratamiento. Es la «educación para la vejez, en la vejez y para quienes abordan o atienden la vejez» una poderosa estrategia en pos de lograr cambios en el imaginario social; acción que constituye la génesis de movimientos más profundos en el quehacer social y político para/con las personas mayores.
El envejecimiento demográfico es un tema de creciente interés, complejidad e importancia a nivel mundial. Hasta donde se conoce, este fenómeno no afecta a las poblaciones de plantas y animales de modo espontáneo, sino solo en el caso de que los seres humanos interrumpan intencionalmente sus ciclos de vida. Puede decirse que hasta hace unos doscientos años no existía en el mundo ninguna población humana «envejecida», en el sentido que hoy le damos a ese término, pues en todas predominaban abrumadoramente los niños, adolescentes y jóvenes...
¿En qué consiste el consenso? ¿Cuál es su naturaleza específica? ¿Cómo se relaciona con el disentimiento? ¿En qué medida se ha transformado en Cuba? ¿Hasta qué punto se articula un consenso en torno a los patrones y el contenido del consumo? ¿Cómo se relaciona la anatomía del consenso con la información y la transparencia? ¿En qué medida las diferencias en el consenso se hacen sentir también dentro de las instituciones? ¿Cómo la recepción de los programas de televisión son indicadores de consenso? ¿Cuáles son los principales espacios de reproducción del consenso: las redes, los espacios culturales, el Partido y la UJC, las asambleas del Poder Popular, los medios de comunicación? Un profesor de comunicación, una especialista en protección del consumidor y un investigador sobre la recepción de los contenidos de la televisión y la radio discuten con un atento auditorio en torno a estos y otros problemas.
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