lunes, 09-12-2024
(1946) Socióloga y profesora. Doctora en Ciencias económicas. Especialista en relaciones de género, principalmente en el ámbito laboral. Profesora invitada del Consorcio de estudios avanzados en el exterior de la Casa de las Américas. Ha sido consultora de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA), del Grupo de Género del Programa de Naciones Unidas, así como de la organización ONU Mujeres, y de la División de Desarrollo Social de la CEPAL en temas de estudios de migraciones internacionales con enfoque de género. Miembro de la Sección de Literatura Histórica y Social, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Capítulo del libro inédito Las mujeres de la carreta [publicado en , resultado de una investigación realizada por la autora entre las obreras agrícolas del poblado de Guanímar, en la provincia de La Habana.
Revista Temas: 20-21. Sección
El presente artículo resume algunas reflexiones de lo que significa ser mujer u hombre en Cuba hoy, a partir de una investigación realizada entre profesionales residentes en la capital del país. Los entrevistados abordan la influencia ejercida por el empleo femenino y la toma de decisiones entre las mujeres cubanas sobre los cambios ocurridos en la ideología de género; los procesos socializadores que han tenido lugar en Cuba y contribuido a esas transformaciones.
Revista Temas: 37-38. Sección
CATALEJO
En la XXIX edición de la Feria del Libro de La Habana, la revista cubana de ciencias sociales Temas presentó el libro Estudios de género en Cuba. 25 años en Temas, de su colección digital ediciones TEMAS. Rafael Hernández, su director, me pidió que la presentara y así lo hice.
Antes de resumirles mis reflexiones sobre esta obra, les presento a los miembros del equipo que la convirtieron en un CD, especialistas a quienes los lectores solemos ignorar: Ana Molina fue la coordinadora de la edición; su editor y corrector, Ronald Ramírez; diseñó la cubierta con un toque «retro» Ernesto Niebla; el diseño interior para ebook corresponde a Yadira Rodríguez y Alejandro Villar tuvo a su cargo la «maquetación».
Comparto con nuestros lectores las ideas que me surgieron mientras leía el libro. En sus 769 páginas la obra contiene 29 artículos en el orden cronológico que la revista los publicó, entre 1995 y 2014. Estos fueron, en mi opinión, los años más duros de la transición socialista cubana que comenzó en 1961. A lo largo de este período las autoras analizaron lo que venía ocurriendo principalmente a las mujeres cubanas en comparación con los hombres, para extraer las particularidades de lo que ha significado ser mujer y, por supuesto, lo que las diferenciaba de los hombres cubanos. A fines de la década de los noventa aparecieron en Temas dos trabajos que incluyen por primera vez lo que denominaron «homosexualismo» y solo en 2014 hay un artículo que se dedica a tratar científicamente a las persona LGBTI en Cuba y, específicamente, a las personas «trans».
¿Quiénes escribieron estos 29 trabajos? Intento describirlos someramente con mi mirada sociológica. De los 25 autores, 24 son mujeres, por lo que a partir de aquí hablaré de «autoras». Hay entre ellas 22 cubanas y 3 son de EE. UU.; 19 de las autoras cubanas residen en La Habana, dos en Camagüey y una en Holguín. Por lo tanto, los trabajos están cargados de una visión «habanero centrista» que debe subsanarse en los números futuros de la revista. Entre las 22 autoras cubanas 13 nacieron en las décadas de 1940 y 1950 del siglo pasado, 8 en los años 60 y una autora nació en la década de 1930. Esto significa que todas crecieron, estudiaron desde la primaria hasta la universidad, se graduaron en maestrías y doctorados, obtuvieron las categorías docentes y científicas superiores después de 1959. Ejercieron simultáneamente sus labores en la docencia universitaria, la investigación, la literatura, el periodismo y el cine.
Cuando las autoras investigaron los problemas publicados en la revista Temas, habían experimentado en carne propia las transformaciones que la Revolución cubana produjo en toda la trama social y, en especial, en lo que significa ser mujer, ser hombre y ser LGBTQ. Luisa Campuzano resumiría estos avatares con el título de su artículo «Ser cubanas y no morir en el intento». Me atrevo a parafrasear el exergo con el que inicia Mirta Yáñez su trabajo, cuando cita del Génesis «Y entonces la mujer de Lot miró atrás a espaldas de él y se volvió estatua de sal», para atestiguar que las autoras de este libro nos atrevimos no solo a mirar atrás, sino que miramos el presente y el futuro sin pedir permisos… pero no nos convertimos en estatuas de sal.
Los 29 artículos son una muestra de cómo especialistas altamente calificadas en disciplinas de las ciencias sociales, las humanísticas, la psicología y la economía enseñan a los lectores sobre la evolución de los estudios de género en Cuba entre 1995 y 2014.
A medida que los interesados recorran los ensayos en el orden cronológico que aparecieron, comprobarán que la mayoría de ellos contiene una concepción dicotómica del género, porque lo identifican con lo que significa ser hombre y ser mujer. En esta dualidad enfatizan en el género femenino y, con este fin, comparan a las cubanas con los cubanos para sacar a la luz las especificidades de unas y de otros. Solo comienza a «abrirse» esta dicotomía para ir incluyendo poco a poco lo que hoy conocemos como LGBTQ en 1996 en un trabajo sobre cómo las religiones afrocubanas asumen a los hombres, a las mujeres, a los gays y a las lesbianas. Dos años después, en 1998, hay un segundo ensayo que evalúa la construcción cubana de los estereotipos femeninos, masculinos y «homosexuales». En 2004 el único autor masculino incluye a los homosexuales en su investigación sobre las masculinidades en Cuba. Tuvieron que pasar diez años más para que en el 2014 apareciera el estudio que resume los infinitos y entreverados factores sociales que explican las causas de la homofobia en Cuba, en nuestra historia y en el presente. Este ensayo comienza por explicar a los LGBTQ en Cuba para concentrarse en los programas para lograr incluir a las personas transexuales con plenos derechos a la sociedad. También en 2014 aparece un trabajo que estudia «la cara de género» de las personas inmersas en los empleos de la pequeña propiedad privada cubana que busca las especificidades con las que actúan en ellos las mujeres, los hombres, las lesbianas y los gays.
Comenzaron por estudiar a las mujeres en la literatura, en el cine y en la pintura, atendiendo a las funciones que cumplen en las tramas, destacando si existen diferencias al hacerlo si los creadores son hombres o mujeres e intentando acercarse a cómo los auditorios perciben estas peculiaridades. Las autoras son las cubanas Luisa Campuzano, Mirta Yáñez, Adelaida de Juan, Nara Araújo y Mercedes Santos Moray. Aparecen también ensayos acerca de las especificidades del empleo femenino en comparación con el masculino y atisbos de las manifestaciones entre las personas LGBTQ. Hay una especialista de EE.UU., Carollee Bengelsdorf, además de las cubanas María del Carmen Barcia, Yuliuva Hernández, Maribel Almaguer; Ana Lidia Torres, Dayma Echavarría, Dalia Virgilí y una servidora. Otros textos se dedican a la sexualidad, la diversidad sexual –siempre comparando a las mujeres con los hombres, con énfasis en las primeras– y hay un artículo dedicado a las masculinidades. Son tres los autores cubanos, Natividad Guerrero, Julio César González Pagés y Mariela Castro, más la norteamericana Susana Peña.
Las cubanas Mayda Álvarez, Inalvis Rodríguez y Lourdes Fernández se dedicaron a analizar los programas nacionales y las políticas sociales para desarrollar a las cubanas con plenos derechos. Tres trabajos incursionaron en el enfoque de género y resumieron analíticamente los estudios sobre la mujer escritos en Cuba y en Estados Unidos. Sus autoras son la norteamericana Carollee Bengelsdrof y las cubanas Inalvis Rodríguez y Marta Núñez, quien les escribe.
El resto de los tópicos solo fueron tratados por una autora. El de las mujeres jóvenes lo escribió María Isabel Domínguez; el de las mujeres en las religiones afrocubanas lo investigó María Margarita Castro; el dedicado a las mujeres en una zona rural fue responsabilidad de Maribel Almaguer y Ana Lidia Torres. Todas las que he mencionado son cubanas. La antropóloga norteamericana Helen Safa trató a las familias en el Caribe y, específicamente, en Cuba.
Llamo la atención a los editores de la revista Temas sobre tramas que estuvieron ausentes en estos 29 trabajos y que deben convocar a los autores para que escriban sobre ellos en próximos números: los relativos a los enfoques de género que trasciendan la dicotomía mujer/hombre e incorporen las particularidades que emanan de los estudios sobre las personas LGBTQ; los del racismo y el antirracismo; aquellos que profundicen en las desigualdades y en la pobreza; investigaciones sobre la violencia de género y la violencia familiar; los estudios rurales; más sobre las características similares y diferentes de acuerdo al género en los sectores públicos y privados y, por último, las imágenes sexistas, racistas, consumistas y prácticamente pornográficas que contienen los medios de comunicación cubanos.
Deseo resaltar que todas las autoras que aparecen en esta antología digital analizaron críticamente en sus obras los aspectos de las realidades cubanas que escogieron. ¿Cuáles fueron sus intenciones? Llamar la atención sobre la urgencia que tenemos en nuestro país de estudiar la evolución de las mujeres y su influencia en las relaciones de género, para comprender cada etapa de la transición socialista cubana, enfatizando desde la década de 1990 hasta hoy. Todas estas especialistas ofrecieron soluciones para que todas las ramas científicas, no solo las sociales, resolvieran estos vacíos de conocimientos. Asimismo, aprendieron de las historias de cada uno de los asuntos que estudiaron en Cuba e igualmente extrajeron experiencias de las investigaciones que se llevaron a cabo en otros países sobre estos temas para no perder el tiempo repitiendo los errores que ya se cometieron. Por ejemplo, la historiadora cubana María del Carmen Barcia nos ilustró sobre un asunto que ignoramos, el de los oficios que ejercían desde el siglo pasado las mujeres en el despalillo del tabaco, lo relativo a la proliferación de las costureras, así como el de las mecanógrafas y taquígrafas desde inicios del siglo xx.
Los textos alertaron a los dirigentes de nuestra mi nación sobre lo imperioso de incorporar una mirada de género a las decisiones y a las actuaciones que ellos llevan a cabo en todas las esferas del país. ¿Por qué afirmo rotundamente que esta es una posibilidad realista? Porque las autoras convencen con sus argumentos que no hay realidades femeninas ni de género homogéneas, sino una multiplicidad de ellas, lo que obliga a considerar las diferencias de razas, generaciones, regiones geográficas, profesiones, niveles educacionales y muchas otras más. Imbuidos en estos saberes, los decisores y los activistas pueden actuar, experimentar y rectificar sus políticas para hacer avanzar las relaciones de género y a Cuba toda. Las autoras incorporan en sus investigaciones algo que pareciera ser una verdad de Perogrullo para todos, pero que de hecho se minimiza o simplemente se desconoce. En Cuba persisten modos de ser y de pensar patriarcales que explican por qué existen los prejuicios de la supremacía masculina y sexistas que subordinan a las mujeres y desprecian a los LGBTQ. Así los explican Natividad Guerrero y María Isabel Domínguez en sus textos sobre cómo se forman los estereotipos sexuales desde la niñez y cuánto chocan con los avances que se han alcanzado en la vida cubana.
La fuerte presencia de la ideología patriarcal entre los cubanos y las cubanas explica por qué la presencia femenina en distintas esferas sociales no significan que ellas posean una conciencia de lo que significa ser una mujer cubana y, mucho menos, estar inmersas en las relaciones de género que prevalecen en mi país. Esto lo reconocen las autoras que tratan el empoderamiento femenino como Mayda Álvarez.
Por último, este libro tiene una importancia que no podemos pasar por alto. Con las citas y las referencias de cada artículo se puede reconstruir una bibliografía del estado de los estudios de género en Cuba antes de 1959 y desde esta fecha hasta hoy. Se incluyen textos escritos por cubanos que residen en la isla y en el exterior, así como escritos de especialistas de otros países.
Cuando los lectores beban de sus páginas agregarán otros valores que yo no pude reconocer. ¡Que así sea!
ENGLISH
Before summarizing my thoughts on this book, let me introduce you to the team who put it into CD form, specialists whom, we the readers, tend to ignore: Ana Molina was the edition's coordinator, Ronald Ramirez the editor and proofreader, Ernesto Niebla (2020 National Book Design winner) gave his cover design a 'retro' touch: Yadira Rodriguez was responsible for the interior design of the e book and Alejandro Villar was in charge of the lay-out.
I'll share with our readers what ideas came up as I read the book. In its 769 pages the work has 29 articles in the same order as they were published in Temas between 1995 and 2014. In my opinion, these were the hardest years of the Cuban socialist transition which began in 1961. Throughout this period the authors analyzed what was happening, mostly to Cuban women compared to men, in order to extract the specifics of what it has meant to be a woman and, of course, what made them different from Cuban men. At the end of the 90s, two articles appeared in Temas which included for the first time what they labeled “homosexuality” but it wasn't until 2014 that an article appeared giving a scientific analysis of LGBTI people in Cuba, and more particularly, of “trans” persons.
Who wrote these 29 articles? I will try to give a summary description of them from my sociological point of view. 24 of the 25 were women, which is why from now on I will refer to them as female authors**. 22 of them are Cuban and 3 are from the United States; 19 of the Cubans live in Havana, two in Camaguey and one in Holguin. The articles are therefore permeated with a Havana-centric vision which needs to be corrected in future issues of the journal. 14 of the Cuban authors were born in the 1940s and 50s, 8 in the 1960s and one was born in the 1930s. This means that all of them grew up, and studied from primary school to university, obtained master's and doctoral degrees and higher level teaching and scientific positions after 1959. They worked simultaneously as university lecturers, researchers, writers, journalists, and in film.
When they researched the problems published in Temas they had personally experienced the transformations to the whole social fabric, and particularly to what it meant to be a woman, a man to be LGBTQ, transformations brought about by the Cuban Revolution. Luisa Campuzano would sum up these changes with the title to her article “Being Cuban Women and Not Dying in the Attempt”. I dare to paraphrase the rhetorical device Marta Yanez used to begin her article when she quoted Genesis “And then Lot's wife looked back from behind him and she became a pillar of salt” to attest to the fact that the authors of this book not only dared to look back but we also look at the present and the future without asking for permission ...and we have not turned into pillars of salt.
The 29 articles show how highly qualified specialists in the social, human, psychological and economic sciences teach readers about how of Gender Studies in Cuba evolved between 1995 and 2014.
As interested readers go through the essays in the chronological order in which they appear, they will see that most of them put forward a dichotomous view of gender because they identify it with what it means to be a woman and a man. In this duality, these articles place emphasis on the female gender, and to this end, compare Cuban women with Cuban men in order to cast light on the specific characteristics of both. It is only in 1996, in an essay on how Afrocuban religions relate to men, women, gays and lesbians, that this dichotomy begins to “open up”, little by little, by including those whom today we call LGBTQ people. Two years later, in 1998, there is a second article which evaluates the Cuban construction of feminine, masculine and “homosexual” stereotypes. In 2004, the sole male author includes homosexuals in his research into masculinity in Cuba. Ten more years had to go by for a study to appear which summarizes the infinite and overlapping social factors which explain the reasons for homophobia in Cuba, both in our history and in the present. This essays starts by explaining LGBTQ in Cuba in order to concentrate on the programs to include transsexual persons in society with full rights. In 2014 another article appeared which studies the “face of gender” of the people who are employed in small private property in Cuba and examines the specific ways in which women, men, lesbians and gays act in this sector.
They began by studying women in literature, in cinema, and in painting, with respect to what functions they perform in these works, underlining any differences which exist depending on whether the creators are women or men and trying to get an idea of how readers and viewers perceive these. The authors are the Cubans Luisa Campusano, Mirta Yáñez, Adelaida de Juan, Nara Araújo, and Mercedes Santos Moray. There are also essays about the specificities of female employment compared to male and glimpses of how these play out among LGBTQ persons. There is a US expert, Carollee Bengelsdorf, in addition to the Cubans María del Carmen Barcia, Yuliuva Hernández, Maribel Almaguer, Ana Lidia Torres, Dayma Echavarría, Dalia Virgilí and myself. Other texts are about sexuality, sexual diversity – always comparing women and men, concentrating mostly on the former-- and there is an article dedicated to masculinity. Three of the authors are Cuban, Natividad Guerrero, Julio César González Pagés and Mariela Castro, plus Susana Peña who is from the United States.
The Cubans Mayda Álvarez, Inalvis Rodríguez and Lourdes Fernández analyzed domestic programs and social policies aimed at developing Cuban women with full rights. Three attempted a gender approach and made an analytical survey of studies on women written in Cuba and the United States. These three authors are Carollee Bengelsdorf from the Unites States, and Cubans Inalvis Rodriguez and Marta Núñez.
The remaining topics were only dealt with by one author. The article about young women was written by María Isabel Dominguez, the one about woman in Afrocuban religions by María Margarita Castro and the authors of the essay about women in a rural areas were Maribel Almaguer and Ana Lidía Torres**. All the women I have mentioned are Cuban. The American anthropologist Helen Safa researched Caribbean families, specifically Cuban families.
I draw the attention of the editors of Temas to the subjects that were not included in these 29 essays and advise them to call on the authors to write about them in future issues: those related to a gender approach which goes beyond the woman/man dichotomy and incorporates specific characteristics researched in studies on LGBTQ persons; articles about racism and antiracism; those which investigate inequalities and poverty more thoroughly; research on gender and family violence; rural studies; more about the similar and different characteristic of each gender in the private and public sectors and finally, the sexist, racist, consumerist, almost pornographic images shown by Cuban media.
I should like to point out that all of the authors whose work appears in this digital anthology provided a critical analysis of the aspects of Cuba reality that they chose to study. . What were their intentions? To draw attention to the urgent need we have in our country to study women's evolution and their influence in gender relations so that we can understand each stage in the transition to socialism, concentrating mostly on the period from the 1990s up to today. All of these experts offered solutions so that all branches of science, not just the social sciences, could fill in the gaps in our knowledge. At the same time, they learnt from the history of each of the areas they studied in Cuba and also drew lessons from research that had been done in other countries on these subjects so as not to waste time repeating the errors that these had made. For example, Cuban historian Maria del Carmen Barcía threw light on a subject of which we knew nothing, that of the jobs women have done since the last century , such as stripping mature tobacco leaves; the rapid increase in the number of seamstresses as well as in the number of typists and stenographers from the beginning of the 20th century on.
These articles alert Cuban leaders about how imperative it is to incorporate a gender view of the decisions they take and of what they do in every sphere of the nation's life. Why do I state emphatically that this is a realistic possibility? Because the authors convince us with their arguments that there are no homogeneous female or gender realities, rather there are many, which makes it necessary to take racial, generational, regional, geographic, professional, educational and many other kinds of differences into account. Armed with this knowledge, decision makers and activists can act, experiment, and rectify their policies so that gender relations and all of Cuba can move forward.
The authors incorporate into their work something that would seem as clear as the nose on your face but which, in fact, is something that is minimized or is simply not known. There still persist in Cuba patriarchal ways of thinking and being which explain the continued existence of sexist prejudices about male superiority which subordinate women and show contempt for LGBTQ persons. This is how Natividad Guerrero and Maria Isabel Dominguez explain it in their essays on how sexual stereotypes are created from childhood on and how much they are at odds with the progress that has been made in Cuban life.
The strong presence of patriarchal ideology among Cuban women and men explains why female presence in various spheres of society does not mean that they are conscious of what it means to be a Cuban woman and much less of what it means to be immersed in the gender relations which still prevail in my country. This is acknowledged by those authors who write about female empowerment, for example, Mayda Álvarez.
Finally, this book's importance cannot be denied. One can reconstruct a bibliography of the state of gender studies in Cuba before 1959 and from that date until now using the citations and references of each article,. Included are articles written by Cubans who live in Cuba and abroad and some by experts from other countries.
When readers drink from its pages they will addition values that I could not recognize. Let it be so!
First published in Por Esto!, 16 February 2020
Translater: Janet Duckworth
"Comentaré aquí cómo los miembros del Departamento de Filosofía y de la revista Pensamiento Crítico emprendimos investigaciones sociales concretas sobre la contemporaneidad cubana que vivíamos, entre 1967 y 1971, imbuidos de la filosofía marxista “viva” que aprendimos. Esta experiencia nos sirvió para entender las transformaciones de la población en la transición socialista cubana, identificar ciertos problemas y comprenderlos, así como sugerir soluciones y participar en su implementación..."
Marta Núñez Sarmiento - 4 de julio de 2022
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