jueves, 21-11-2024
Fragmento de la obra del autor, Cuba: la forja de una nación, publicada en 1998 por la Editorial de Ciencias Sociales. “Las intenciones norteamericanas de lograr cuanto antes el desmembramiento del ejército cubano se basaban en que era la institución a la cual se debía temer al ocupar militarmente la Isla, porque posiblemente calculaban que las demás entidades revolucionarias se descompondrían solas o con un poco de maña que emplearan. Por razones obvias, los estadounidenses recelaban de que las fuerzas mambisas, en caso de que esa ocupación se volviera permanente, tomaran las armas contra ellos…”
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la categoría Ciencias sociales).
Los análisis historiográficos sobre la última década del siglo XIX cubano privilegian el estudio de las contradicciones entre Cuba y España y las existentes entre esta y los Estados Unidos, pero obvian analizar el contexto caribeño de la Guerra Hispano-cubano-norteamericana. Este ensayo atiende la necesidad de analizar la cuenca del Caribe, su génesis, evolución y peculiaridades; los elementos que la caracterizaron, así como su repercusión espacio-temporal en los acontecimientos del 98, y muestra los diversos grados y formas que adoptó la transición efectuada en esta área geográfica y los rasgos de la nueva época que se inició.
Después de lograr tan difícilmente su independencia nacional en el siglo XIX, los intelectuales hispanoamericanos sentían la necesidad de definir lo que debían ser las nuevas naciones, incluyendo la categoría de género, que se insertó en todo quehacer cultural y político. Este trabajo examina algunas obras de escritores de República Dominicana (RD) en esa centuria, para descubrir cómo se presenta de manera particular la visión que de «la mujer» se construía en esa identidad nacional —formulada en la lírica, la narrativa, el teatro, en discursos y ensayos. Los textos incluyen muchas de las dimensiones entonces, y tradicionalmente, relacionadas con lo femenino: la amada, virgen y bella; la madre, abnegada y centro de la familia (lo prescrito y emblemático), la naturaleza barbárica (lo oscuro y temido), la maestra y la poeta (lo permitido). Estos textos trataron de instaurar un dominio homogéneo —una sociedad sin clases, racialmente unida y estable a través del tiempo— a partir de expresiones que articulan elementos heterogéneos en las particularidades de sus enunciados y así se muestran contradictorios (y de ahí las «bellas mentiras»). Queda claro que el intento de los textos fue una continuación de las normas de la colonia, o sea, europeas. Solo en sus intersticios discursivos —expresados con frecuencia en términos negativos— se vislumbra una visión más compleja, más concorde con la realidad social dominicana, en la que ellas participaban plenamente en los campos de la educación y la cultura.
El artículo analiza las diferencias culturales entre la elite criolla culta que inició la Guerra de Independencia cubana de 1868 y las masas humildes que conformaron la mayor parte del ejército insurrecto. Esta elite convivió en los campamentos mambises con peones, esclavos, negros y mulatos de poca instrucción. Aunque mantuvieron sus diferencias culturales iniciales, la prolongada convivencia y los rigores de la guerra provocaron un acercamiento e integración entre ambos grupos. La música y las fiestas populares fueron un elemento unificador de las distintas culturas presentes en la insurgencia cubana.
(Fragmento del prólogo a Misiones en conflicto, de Piero Gleijeses, Editora Política, La Habana, 2003) “Desde 1965, cuando el Che y sus trece compañeros pisaron suelo congolés después de cruzar el Lago Tanganika, hasta el regreso definitivo de nuestras tropas en África, transcurrió un cuarto de siglo más un año, un mes y un día. En estos veintiséis años no hubo un solo día en que los combatientes cubanos dejaran de empuñar el fusil en África. Desde hace cuatro décadas, nuestros médicos y demás trabajadores de la salud prestan sus desinteresados servicios en África. Primero fueron decenas, luego cientos, hoy son miles y cada día serán más. Hay decenas de miles de profesionales y técnicos que están dispuestos a llegar hasta el más apartado rincón del continente para prevenir y curar enfermedades y trasmitir sus conocimientos en facultades de medicina y escuelas de enfermería, en cada país que lo requiera. Es así, de conjunto, como hay que analizar la epopeya cubana en África…”
En este acercamiento se muestra los orígenes y maduración de las tesis de José Martí sobre la historia de las dos Américas, su aplicación a la revelación de las causas de sus diferencias y la explicación del lugar que la historia reservaba a cada una; así como, el lugar que ocupan en el debate historiográfico de entonces y en la formación del concepto de segunda independencia de Nuestra América.
¿Qué hace a Cuba tan interesante respecto al debate sobre la matrifocalidad? Aquí muestro cómo, con el tiempo, la matrifocalidad aumentó también en Cuba, sobre todo después de la Revolución, a pesar de que el Estado socialista conservó y estimuló el modelo de familia nuclear. La nivelación de las jerarquías de clase y raciales producidas por la Revolución, junto con una mayor independencia económica de la mujer, ha acarreado una mayor aceptación de las uniones consensuales y de los hogares matrifocales consanguíneos respecto al período pre-revolucionario. Examino la evolución histórica de los hogares matrifocales, u hogares con mujeres como jefas de familia, en Cuba y la comparo con el Caribe anglófono, donde la proporción de estos ha sido siempre mucho mayor que en el Caribe hispánico.
“La política exterior de la Revolución cubana desde el triunfo del 1 de enero de 1959, ha estado íntimamente relacionada con la lucha por la liberación de los pueblos africanos en sus batallas contra la dominación colonial y neocolonial, impuestas durante siglos por las diferentes metrópolis. Cercada por agresiones, amenazas, presiones de todo tipo, bloqueo económico, atentados, acciones desestabilizadoras e invasiones mercenarias provenientes de los Estados Unidos, Cuba logró sortear todos esos obstáculos y, a la par, ofrecer su ayuda desinteresada a más de cincuenta naciones africanas en aras de su liberación, primero, y del desarrollo económico y social, después. La pequeña isla tuvo una especial participación en el enfrentamiento directo contra las tropas del régimen del apartheid en Sudáfrica, con lo que contribuyó a su posterior derrocamiento…”
“El ataque sudafricano contra Cassinga es un episodio en la guerra de liberación de África austral, cuya historia ha sido generalmente ignorada por los estudiosos. Lo poco que se ha escrito depende casi exclusivamente de fuentes occidentales. Esto conduce inevitablemente a un enfoque etnocéntrico que está presente incluso en los trabajos de los investigadores escandinavos del Afrikainstitutet de Uppsala. Es la adición de las fuentes de Cuba, África y el antiguo bloque soviético lo que nos ha permitido llegar a una comprensión más exacta de esa lucha en África y, más generalmente, en el Tercer mundo. Utilizando este enfoque, analizo la contribución de Cuba a la independencia de Namibia. Solo ofrezco algunas instantáneas; un informe completo aparecerá en mi próximo libro, Misiones en conflicto,,,”
En 2013 Contra el Yanqui cumplió cien años. Julio César Gandarilla (Manzanillo/1888-La Habana/1924), que aparece en la historia combatiendo contra las fuerzas coaligadas de los anexionistas, protectoristas y plattistas, resulta el más elevado exponente del pensamiento antimperialista que produjo Cuba durante las dos primeras décadas del siglo pasado, nutrido raigalmente en las fuentes de las ideas martianas, socialistas y del antimperialismo latinoamericano.
Se analiza el libro Revolución, hegemonía y poder. Cuba 1895-1898 de Antonio Álvarez Pitaluga. En él se resaltan los aportes de una obra renovadora, sobre todo en el plano teórico, de la historiografía dedicada al examen de las Guerras de Independencia cubanas. Asimismo, se señalan los puntos débiles de algunas de las tesis presentadas por el autor.
YOUTUBE
TWITTER
FACEBOOK
Temas es una publicación trimestral, dedicada a la teoría y el análisis de los problemas de la cultura, la ideología y la sociedad contemporánea.
(+53) 7-838-3010(+53) 7-830-4759
temas@icaic.cu
Calle 23 #1109 e/ 8 y 10. Plaza de la Revolución. CP:10400. La Habana. Cuba