miércoles, 22-01-2025
El blog de la revista Temas
Volviendo al 17D
Debe estar autenticado para compartir
Diez años después del anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, Temas ha invitado a algunos de los estudiosos a re-visitar aquellos acontecimientos.
La normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba consiguió en seguida muchos éxitos: restablecimiento de relaciones diplomáticas, veintidós acuerdos bilaterales, incremento de visitantes estadounidenses y entusiasmo de las empresas estadounidenses ante la perspectiva de ingresar al mercado cubano. Estos éxitos llevaron al Asesor adjunto de Seguridad Nacional de EE.UU., Ben Rhodes, a predecir que la política de compromiso era "irreversible". Desgraciadamente, no fue así. Dos años no fue suficiente para echar raíces políticas y económicas capaces de resistir el asalto de un presidente hostil.
Entre las razones de la reversión de la política se encuentran factores que ya eran visibles en aquel momento: el lento despegue en el frente diplomático; la lentitud para alcanzar progresos tangibles en la creación de vínculos comerciales; y una cierta reticencia y cautela en las dos burocracias gubernamentales al tratar de digerir las implicaciones de un cambio tan dramático en las relaciones bilaterales.
En los meses posteriores al 17 de diciembre, ambas partes podrían haberse movido más rápido para poner en marcha la infraestructura de la normalización. El gobierno de Obama emitió cinco paquetes de reformas regulatorias que relajaban el embargo, pero la última no se anunció hasta apenas tres meses antes del final del mandato. Si Estados Unidos hubiera sido más audaz y las hubiera emitido antes, los cambios habrían tenido más tiempo para surtir efecto.
Al principio hubo mucho entusiasmo por entrar en el mercado cubano entre las empresas estadounidenses. Lamentablemente, sólo se firmaron unas dos docenas de contratos, sobre todo en telecomunicaciones y turismo. Varias preocupaciones desalentaron a otras empresas estadounidenses en relacionarse con Cuba, especialmente la lentitud del proceso de recepción de respuestas a las propuestas comerciales. Ya sea porque los negociadores cubanos se vieron desbordados por la avalancha de propuestas o por las complejidades del proceso de aprobación, la experiencia fue desalentadora para las empresas estadounidenses.
Había un desacuerdo obvio entre los líderes cubanos sobre las ventajas y riesgos relativos de comprometerse con los Estados Unidos. Algunos sentían claramente que los riesgos de la subversión —el caballo de Troya del poder blando de Estados Unidos— superaban las ventajas económicas de la normalización, especialmente cuando la mayor parte del embargo seguía vigente. En el gobierno de Estados Unidos, hubo algunas personas que sí vieron el compromiso como una forma de socavar al gobierno cubano a través del poder blando, y otras cuyo apoyo a la política de Obama se vio atenuado por la preocupación de que un presidente republicano podría castigarlos por haber sido demasiado entusiastas con la normalización.
Por último, a pesar de las discusiones bilaterales sobre derechos humanos y reclamaciones de propiedades nacionalizadas, no hubo avances tangibles en esos temas que quienes apoyaban la política de Obama pudieran señalar como éxitos, cuando llegó el momento de defenderla ante la hostilidad del presidente Donald Trump.
En camino a La Habana: la promesa de la visita de Obama
*Publicado el 21 de marzo de 2016
En los últimos siete meses, los secretarios de Estado, Comercio, Transporte y Agricultura de los Estados Unidos han viajado a La Habana; y los ministros cubanos de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior e Inversión han visitado Washington. Los dos gobiernos han firmado hasta ahora cuatro acuerdos de cooperación sobre la protección del entorno marítimo en el Caribe, y del medio ambiente de manera más amplia, aviación civil y correo postal. Los acuerdos sobre cooperación en salud global y operaciones antidrogas parecen a punto de concluirse, sujetos quizás únicamente ya a la aprobación presidencial final.
Sin embargo, el progreso en el frente económico ha sido agónicamente lento. Una parte clave de la estrategia de Obama ha consistido en rebajar la aplicación de las sanciones económicas como para promover sólidos vínculos comerciales con Cuba. El propósito consiste tanto en suscitar una base de apoyo doméstico en el sector de los negocios que esté interesada en la continuación de la apertura con Cuba después de que Obama deje la presidencia, como en crear condiciones en Cuba que favorezcan una mayor libertad económica, según Obama le comentó a Yahoo News en entrevista realizada en el aniversario del 17 de diciembre del año pasado: “Mientras más ellos vean los beneficios de la inversión norteamericana, la presencia de los dólares de los turistas norteamericanos en su economía, la apertura de las telecomunicaciones, que los cubanos reciben la información libre de censura, mayor será la base para los cambios mayores que tendrán lugar en el futuro”...
Debe estar autenticado para enviar un comentario
Salida por la izquierda: La curiosa jugada de Biden con Cuba
La segunda presidencia de Trump: Pronóstico preliminar sobre sus relaciones con los dirigentes latinoamericanos
Cuba-Estados Unidos: ¿Una vez más? ¿Hasta cuándo?
Obama en 2014 y Biden en 2025: similitudes y diferencias al realizar cambios en la política hacia Cuba
La historia no siempre bien contada
La Letra de Temas 2022
Con la sociedad civil y sus movimientos
Cuba-EE.UU.: restablecimiento de las relaciones; diez años después
América Latina y el Caribe desde sí misma. Adelantos de un libro en preparación
Presentaciones de Ediciones Temas en la Feria Internacional del Libro de La Habana 2024
YOUTUBE
TWITTER
FACEBOOK
Temas es una publicación trimestral, dedicada a la teoría y el análisis de los problemas de la cultura, la ideología y la sociedad contemporánea.
(+53) 7-838-3010(+53) 7-830-4759
temas@icaic.cu
Calle 23 #1109 e/ 8 y 10. Plaza de la Revolución. CP:10400. La Habana. Cuba