“En consonancia con su ubicación entre los principales activos de la acaudalada élite de la nación y con su condición de productor de dinero para ella, los medios de difusión corporativos y comerciales son un bastión de la propaganda al servicio del poder y de las tonterías diseñadas para mantener a la ciudadanía de los Estados Unidos subordinada al capital y al Estado imperial norteamericano. De manera regular, presentan a ese país como un gran modelo de democracia e igualdad…”