La evolución de las pandillas en Nicaragua hacia una pacificación y atomización marcha a contrapelo del resto de las centroamericanas que van hacia mayores niveles de violencia y a la agrupación en dos grandes conglomerados con carácter transnacional: las maras 13 y 18. Una de las mayores incógnitas es el rumbo opuesto de ambas evoluciones. Su perplejidad versa sobre dos temas vinculados, pero que conviene separar para efectos del análisis: ¿Por qué no hay maras en Nicaragua? y ¿por qué las pandillas nicaragüenses son menos violentas?