Vietnam sigue siendo un país apasionante, que se mueve sin cesar, impregnado de historia, lleno de iniciativas, aunque se encuentra ante desafíos considerables. No está exento de la lógica de la entrada al mercado capitalista. Sin embargo, cuenta con instrumentos políticos que podrían limitar los daños, y con pensadores y dirigentes capaces de prever el futuro como un progreso social, cultural, humano. Pero ¿será capaz de resistir la oleada de la búsqueda del beneficio, de un modelo de crecimiento profundamente destructor del medio ambiente y del equilibrio social? Este es el desafío de cara al futuro inmediato y en particular de los objetivos políticos.
Vietnam en la encrucijada