jueves, 21-11-2024
Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la modalidad de Ciencias sociales. “Si convenimos en que la tradición democrática progresista no es, precisamente, la que está subsumida en la institucionalidad hoy hegemónica, habría que admitir también que el liberalismo contemporáneo puede abjurar de los momentos progresivos de esa tradición sin perder su capacidad legitimadora, aun en un contexto de abandono de muchas de sus concesiones democráticas. De esta manera, la identificación del liberalismo con una peculiar morfología institucional de la producción y de la política del Estado capitalista obvia las potencialidades ideológicas de una «doctrina-camaleón» capaz de ajustar sus fundamentos a cada evolución histórica del régimen que sustenta…”
El artículo muestra, en un recorrido histórico, las acciones realizadas por la dirección revolucionaria desde los albores del triunfo rebelde hasta la actualidad, dirigidas a desterrar el burocratismo, reprimir la burocracia —ambos heredados y hasta renacidos—, así como emprender una política de cuadros socialista. Se presentan consideraciones teóricas sobre la relación burocratismo-burocracia que remiten, sobre todo, a V. I. Lenin, quien legó numerosas reflexiones acerca de este problema y cómo enfrentarlo en la transición socialista. Para el caso cuban, se utilizan las informaciones sobre el tema incluidas en los libros Documentos de la Revolución Cubana 1959 a 1969; en especial, las ideas y acciones de Fidel Castro y Che Guevara para erradicarlos y desarrollar una política de cuadros socialista. Además, se avanza en el tiempo en un intento por esbozar la situación de enfrentamiento al burocratismo-burocracia y la política de cuadros desde 2011 hasta 2021.
“Desde hace siglo y medio, la «cuestión de los intelectuales» pasó a denotarse como «problema de los intelectuales», y, en algunos lugares y épocas, llegó a constituirse en lo que, parafraseando a Freud, podemos llamar «el malestar de los intelectuales». ¿Por qué «problema»? Puede avanzarse una primera respuesta que parece obvia: la persistencia del tema se debe a una razón de carácter ontológico-social. Dadas las características específicas del modo de producción capitalista, la clase obrera no puede producir natural o espontáneamente, sus propios intelectuales; pero los necesita, porque sin intelectuales no hay movimiento obrero, ni comunista ni revolucionario. Se crea así una dificultad que tiene que superar permanentemente…”
“A fines de los años 60, desde su cátedra en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Noam Chomsky ya había revolucionado la lingüística. Se ha dicho que es «el más importante intelectual vivo», y que —se esté acuerdo con él o no— siempre se pierde al no escucharlo. Un rápido recorrido por su vasta obra politológica, denotaría las obsesiones de este hombre: el poder, el control social, el papel de los intelectuales orgánicos del capitalismo, las raíces de la política exterior norteamericana, las corporaciones transnacionales, el poder de los medios de difusión en la «manufactura del consenso», la democracia, el neoliberalismo, el terrorismo. Temas pone a disposición de sus lectores este encuentro con la palabra viva de Noam Chomsky, uno de los pensamientos críticos más estructurados y completos de nuestra época”.
“Mundialización designa la fase neoliberal del capitalismo, que extiende la ley del valor al conjunto de las poblaciones del globo terráqueo. Al liberalizar los bienes y servicios a escala planetaria, bajo condiciones de enormes desigualdades, este sistema económico amplía las fronteras de la explotación de los recursos naturales y del trabajo hacia los confines del universo y afecta el destino de los pueblos autóctonos…”
“El mundo contemporáneo es simultáneamente uno, diverso y desigual. Es uno, nos guste o no, por la «fuerza de las cosas», es decir, por esa potencia que caracteriza al capitalismo («el mercado», para llamarlo con el término vulgar, aproximativo y ambiguo mediante el cual el discurso dominante califica al sistema-mundo), de integrar, aunque sea en la desigualdad, a todos los pueblos de todas las regiones del mundo en un sistema dominado por una misma lógica dominante. Lo que llamamos hoy «globalización», o sea, esta integración, sin ser verdaderamente un hecho nuevo, es la expresión de esta realidad…”
“El estudio de la historia del pensamiento lleva al análisis de los contextos concretos en que este se origina y despliega, así como su compleja diversidad. Es posible constatar la existencia de pensamientos y proyectos societarios hegemónicos, que representan formas de organización humana correspondientes a un determinado desarrollo de las fuerzas productivas. Del mismo modo, y coexistiendo con estos, se encuentran concepciones alternativas que expresan los intereses de nuevas clases emergentes, pero aún no hegemónicas, así como los enclaves y concepciones residuales del antiguo régimen. El abordaje del liberalismo, como concepción ideológica y proyecto histórico, no escapa a sus previas determinaciones, que se tornan imprescindibles para comprender el devenir de la sociedad capitalista y una nueva época histórica: la modernidad…”
¿Qué es el capitalismo de las plataformas digitales? ¿Cómo las redes sociales están cambiando estructuralmente el desarrollo de empresas y organizaciones? ¿Qué implicaciones tiene el llamado “trabajo digital” para el desarrollo de sociedades modernas? ¿Cómo afecta este a las relaciones sociales, los derechos laborales, el salario, el mercado, etcétera? Cuatro estudiosos de la comunicación debatieron estas interrogantes junto al público de Último Jueves.
“Si el nexo de los trabajadores en la producción «los encara, en el reino de las ideas, a un plan confeccionado por el capitalista y, en la práctica, a la autoridad, como la poderosa voluntad de un ser ajeno a ellos», ¿cómo obtener seres humanos ricos? Sin una «dirección inteligente de la producción» por parte de los trabajadores, y una producción «bajo su supervisión consciente y planificada», estos no pueden desarrollar su potencial como seres humanos, ya que su propio poder se convierte en poder sobre ellos. A todas luces, hacer realidad «la necesidad de desarrollo del trabajador» exige que haya un sistema económico muy diferente al capitalismo, un sistema que constituya una inversión…”
Reseña crítica de tres libros que se acercan a los gobiernos y la sociedad estadounidenses: El precio de la lealtad. George W. Bush, la Casa Blanca y la educación de Paul O´Neill, de Ron Suskind (Editorial Península, Barcelona, 2004); Ensayo histórico sobre la Ley de las Naciones, de Daniel Patrick Moynihan (Grupo Editor Latinoamericano; Buenos Aires, 1994); y Tradición vs. innovación. Buscar el equilibrio en la era de la globalización, de Thomas L. Friedman (Atlántida, Buenos Aires, 1999).
(Mención en el Premio Temas de Ensayo 2004, en la modalidad de Ciencias sociales) “El fin del capitalismo en Cuba tuvo causas múltiples, entrelazadas, y con una duración mayor de la que generalmente se estima. Por ello, su desaparición se ha explicado desde diversas aristas. Sin embargo, el recrudecimiento del problema por las contradicciones internas de la reacción, predominante durante el siglo XX, se ha tratado poco. Buena parte de esas discordancias se evidenciaron con la política económica aplicada entre 1952 y 1958. Entre los estudiosos de este tema predominan los economistas y, menos, los historiadores. Todos ellos, sin embargo, sistematizaron los objetivos, los mecanismos empleados y sus consecuencias…”
Se analiza la universalización como un imperativo de la modernidad occidental expresada en la expansión de formas capitalistas de la economía, y en la invisibilización de los mecanismos históricos de colonización y colonialidad que sostienen la formulación de universales abstractos.
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