“Problemas tan acuciantes como la escasez y deterioro de la calidad del agua, la contaminación del aire, la degradación de los suelos, la desertificación, la pérdida de la diversidad biológica, el adelgazamiento de la capa de ozono y el calentamiento global, se han agudizado en los últimos años con el crecimiento poblacional, la urbanización y el desarrollo industrial, al incrementarse la cantidad y complejidad de los residuos generados y hacerse evidente que su tratamiento va más allá de una visión puramente científica o técnica. El formidable desafío que esto representa, y la mayor percepción de la repercusión negativa que pueden tener los proyectos de desarrollo en la vida material y espiritual de la sociedad, han sido importantes motivos de la creciente preocupación de gobiernos, organizaciones sociales e individuos por conservar y proteger el medio ambiente…”