“Dos imágenes opuestas la del «exiliado dorado» y la del «gusano sucio» han dominado la literatura popular y académica sobre los inmigrantes cubanos en los Estados Unidos. Periodistas y estudiosos estadounidenses suelen ver a los cubanos como una versión moderna del sueño norteamericano. A despecho de las muchas evidencias contradictorias, el mito del exiliado dorado está firmemente enraizado en la opinión pública norteamericana, en los círculos formuladores de política y en las investigaciones académicas. Tal criterio subraya, por lo general, que los cubanos vinieron a este país como exiliados políticos que tratan de librarse del comunismo, más que como emigrantes económicos en busca de mejores oportunidades de trabajo…”