Descendientes del exilio histórico del siglo XIX y de otros que vendrían —especialmente durante la segunda mitad del XX—, los inmigrantes cubanos irán transfigurando su perfil social, ideológico y cultural en los Estados Unidos. En ese entorno, escritores y artistas nacidos en Cuba o de familias oriundas de la Isla producirán una obra que, con el tiempo, alcanzará masa crítica, volumen y densidad considerables. Transculturada, o más bien multiculturalizada, esta producción literaria, musical, plástica, también contribuirá a la construcción de una identidad cubano-americana, no solo manifiesta a través de la herencia, sino refractada según factores generacionales y de clase, de resistencia a la asimilación y de conciencia.
Este número de Temas está dedicado a una reflexión —a menudo una autorreflexión— sobre esa identidad, no pocas veces velada bajo la espesura del discurso ideológico; y a conocer mejor sus frutos distintos, como los de una rama trasplantada a otro clima, a los que nos unen peculiares vínculos de parentesco.
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