“Por encima de apariencias y estereotipos, la década en curso es escenario de transformaciones políticas y generacionales en la comunidad cubana en el exterior, visibles sobre todo en el caso de la radicada en los Estados Unidos, y específicamente en Miami, ciudad donde se concentra la mayor cantidad de emigrados y se ha estructurado el llamado enclave étnico. Como expresión de esos cambios, se ha incrementado la densidad de población y la variedad de procesos demográficos, unidas a una no menos creciente complejidad socioeconómica, fragmentación ideológica y activismo político…”