En lo referido a la especie humana se reconocen distintos tipos de envejecimiento, entre los que sobresalen el individual y el demográfico o poblacional. Por envejecimiento individual se entiende el proceso de evolución, hasta ahora irreversible, que experimenta cada persona en el transcurso de su vida; y por envejecimiento poblacional, el incremento de la proporción de ancianos con respecto al conjunto de la población a la que ellos pertenecen. Esta doble interpretación del término da lugar a que el análisis del envejecimiento deba hacerse en dos planos diferentes: el social y el individual. En ese mismo orden lo aborda este ensayo, atendiendo primero a sus características y peculiaridades sociodemográficas y después a las referidas al anciano como individuo.