El texto llama la atención sobre los puntos de tangencia del pensamiento y el proyecto nacional de José Martí “con la fe auténtica, la que se alimenta en las páginas de la Biblia y se manifiesta en la teología judeo-cristiana, debida a la experiencia secular del “pueblo de Dios”. La liberación política de los oprimidos, junto a la justicia social y la equidad económica, es una constante en los escritos bíblicos. Toda la Biblia es un mensaje de liberación. Para ello se requiere la formación de una sociedad, de la que Él demanda unidad y armonía por caminos de amor y justicia…”