Postula el marxismo que el trabajo es la fuente del valor económico y el fundamento ideológico de un proyecto de apropiación social de la riqueza. Esta visión fue adoptada por la Revolución cubana desde temprana fecha, y extendida al campo de los ingresos individuales y familiares. El trabajo era concebido como la fuente moral del bienestar personal, de ahí que se apostara por la generación de empleos, antes que por la generalización de subsidios, en la lucha contra la pobreza. Una vez suprimidos los explotadores, dice el Che, la tarea del pueblo de Cuba es crear «las nuevas condiciones sociales para convertir a todo el mundo en un hombre que se gana su pan con su trabajo»...