En los años 40, el Partido Socialista Popular (PSP), nombre recién adoptado por el Partido Comunista, mostró una opción socialdemócrata en la Cuba republicana. Son examinados tres de sus rasgos: 1) la trayectoria coalicionista del PSP, aliado de Batista y después de Grau, y de las izquierdas y las derechas; 2) la acción eficaz del PSP por promover cambios sociales en relación con las relaciones raciales y entre clases; 3) la apertura policlasista del PSP en aquel contexto, dispuesto a entablar alianzas con la que llamaba la burguesía nacional. Además de estas razones, fue de sesgo socialdemócrata porque era un partido de afiliados y simpatizantes, no meramente uno selectivo de cuadros; prefería operar en la legalidad; participó en elecciones libres y competitivas, sin pretender convertirse en partido único; aceptó sus derrotas electorales; fue respetuoso de las reglas de competencia y de convivencia política.