Desde la última década del siglo xx se ha vuelto un lugar común la idea de que transcurren y se viven crisis en los más disímiles espacios, entendidas como circunstancias catastróficas, de intensidad variable, que impiden un curso «normal» de «las cosas», con pocas opciones para gestionarlas política y personalmente. En el imaginario social, la noción de crisis ha quedado posicionada con sus connotaciones negativas...