“Hay varios aspectos de la liberalización económica orientada hacia el mercado y la globalización imperialista adversos para los trabajadores. Algunos de los procesos económicos y sociales desencadenados por el mercado también poseen otras consecuencias negativas. En especial, generan o acentúan tendencias de fundamentalismo y sectarismo, que provocan conflicto y violencia, sobre todo contra las mujeres y los grupos sociales más vulnerables. Es evidente que los procesos de concentración y centralización del capital, así como la internacionalización de la producción, se han incrementado mucho, con varias implicaciones de importancia.…”