domingo, 13-10-2024
Las transformaciones del tejido productivo del cine actual, presenta una imagen diametralmente distinta a la que se articuló en torno al eje lo moderno y lo nacional en el estadio del capitalismo industrial. Los acelerados cambios de las formas de producción, distribución y recepción a partir de los años ochenta, junto con las estéticas, voces y narrativas, nos supone repensar las epistemes cinematográficas que han organizado este devenir, para responder un relato sobre la totalidad cinematográfica, que la fragmentación teórica contemporánea se resiste a narrar.
¿A qué fenómeno de la actualidad se alude bajo el término de globalización?; ¿cuál sería su carácter?; ¿bajo qué criterios podríamos caracterizarla en los medios académicos y en términos políticos?, ¿cómo ocurre en el centro y en la periferia?, ¿qué relación guarda con las políticas neoliberales?
Este estudio es parte de un esfuerzo más abarcador por determinar las políticas de la representación visual, y su relación con el discurso, en el contexto de la modernidad; investiga la relación entre el discurso colonial, asociado con la iconografía temprana de las Américas, y las formas contemporáneas de representación de los pueblos indígenas y los mestizos (etnicidad híbrida) en las fotografías noticiosas y los anuncios televisivos de los Estados Unidos. El análisis se concentra en la persistencia y relativa importancia de las prácticas culturales del primitivo período colonial en la perpetuación de las relaciones (neo)coloniales, así como su influencia en la articulación de contradiscursos en un sistema transnacional globalizado.
“Al compás de la disolución de la confrontación ideológica global que tipificara más de cuatro décadas de Guerra fría, alcanzan singular protagonismo y relieve conflictos que, bajo el común denominador de la movilización étnica, parecen tomar el relevo de los enfrentamientos interestatales como principal vector de inestabilidad y guerra en nuestros días. En sus diferentes orígenes y formas de manifestación, la beligerancia etnopolítica ensombrece el panorama social, pone en jaque a gobiernos, agobia a las organizaciones internacionales, desafía instituciones y estructuras, erosiona viejos paradigmas y crea focos actuantes o potenciales de sangriento conflicto en las más diversas latitudes. Constituye, por ende, un factor determinante en la política mundial del siglo que termina, y sobran los indicios para suponer que igualmente lo será en el siglo que se inicia…”
“Para África, la historia no comenzó por el desplome thai, que todavía ocasiona dos mil despidos diarios; se inició hace tanto tiempo, que ni los más viejos pueden acordarse. De los más recientes capítulos de esa historia se reflexiona en este artículo. A lo largo del texto se intenta responder a preguntas como estas: ¿La crisis económica global es más grave que los «coletazos» de recesión de los últimos 20 años? ¿Cuáles diferencias hay entre la globalización y otras formas precedentes de internacionalización del capital? ¿Qué mecanismos están a disposición del G-7 para detener un posible colapso de la economía mundial? ¿Cómo entender la globalización, más allá de la polarización ideológica de los discursos?...”
“La información y la cultura, la educación y el trabajo creador, pasan cada vez más, a nivel internacional, por las nuevas tecnologías de comunicación. Con ello se inicia en el mundo una nueva fase de trasmisión y flujos de mensajes masivos de una intensidad y alcance hasta ahora no conocidos. Lo que hace dignos de estudio estos procesos es que las manifestaciones relacionadas con la cultura popular (como el cine, la música y el video) son generadas por un reducido número de grandes empresas productoras y distribuidoras basadas en el entretenimiento y el lucro comercial, a escala mundial…”
“¿Existe una presencia cultural de Iberoamérica en el mundo? ¿Cuál es su proceder frente al relumbre de las grandes potencias? ¿Se percibe una sensibilidad americana reconocida y distinguible en el escenario internacional o será necesario abrir brechas para la libre expresión de nuestra cultura en medio de las tentativas de uniformización? La concentración del poder mundial, característica de nuestra época, ha llevado a los Estados Unidos (como a China, Japón y los países europeos) a servirse de la cultura, en su acepción global, como elemento estratégico de las relaciones internacionales…”
El tema de este panel es la cultura popular, especialmente el impacto de la globalización en ella y en la identidad. Se analizan diferentes principios que se deben tener presentes en el trabajo comunitario, como la participación real y efectiva de la comunidad, el respeto a la cultura local y también a los modelos culturales y a la diversidad, y cómo influyen en el desarrollo de la cultura popular las nuevas dinámicas económicas y sociales, en la Cuba de los 90.
¿Qué se entiende por marginalidad social, económica, cultural? ¿Cuáles son sus rasgos y las teorías que la explican? ¿Qué rasgos tiene la marginalidad en Cuba? ¿Cuál es la formulación teórica que explica, en una sociedad como la nuestra, que ya no es capitalista, que sí tiene un alto nivel de prevención social, y que aún conserva políticas de fuerte integración social, la presencia y la persistencia del fenómeno de la marginalidad? ¿Se trata de algo heredado, que no hemos podido superar, que acompaña los rasgos de subdesarrollo que no hemos podido resolver? ¿O existen condicionamientos en las actuales circunstancias mundiales, que producen o reproducen el fenómeno como algo inédito en la sociedad cubana del nuevo siglo?
“¿Debería apostarse, en el contexto de una economía globalizada, a una estrategia de desarrollo asentada en la utilización intensiva de recursos naturales y en una reindustrialización orientada, fundamentalmente, hacia mercados internos o, por el contrario, a una fundada en el aprovechamiento intensivo de una fuerza de trabajo calificada, con elevado potencial de aprendizaje, puesta en función de una reindustrialización exportadora? ¿Cuál opción sería la más promisoria en términos del desarrollo del país? Este es, en esencia, el dilema que intenta explorar este breve ensayo. No se trata, por cierto, de un problema inadvertido por otros analistas en el debate sobre la economía cubana de la era post-soviética. Todo lo contrario…”
“Los educadores en general, y los formadores de profesorado en particular, tienen un papel decisivo en el mundo de hoy. En primer lugar, volver a los educandos más conscientes de la interdependencia entre los acontecimientos y fenómenos locales y los globales; en segundo, identificar los males de la civilización contemporánea y sus causas; en tercero, romper con el espartillo disciplinar y realizar una educación que promueva el desarrollo global de sus educandos. Para hacer frente a la globalización y a la complejidad del mundo contemporáneo, es necesario desarrollar en los educandos el pensamiento complejo, la creatividad, la afectividad, la ética y el espíritu crítico…”
Este simposio aborda un grupo de problemas centrales para la comprensión del imperialismo contemporáneo, tanto desde el punto de vista teórico, como político y estratégico. Aunque algunos autores contemporáneos han asumido que tal fenómeno ha dejado de existir —y en su lugar ha aparecido algo llamado «la globalización»—, aquí se parte, por el contrario, de que existe hoy en una medida inusitada, y se trata de averiguar precisamente en qué consiste. Participan tres destacadas personalidades del pensamiento social y político contemporáneo. El resultado ha sido este texto compacto y rico en interpretaciones de fondo sobre el fenómeno imperialista.
Este ensayo intenta explorar algunos elementos de la configuración actual del poder a escala mundial, y discutir conceptos que permitan caracterizar y cuestionar sus formas de dominio. Si no es fácil examinar y nombrar el elusivo presente, pues este nos sorprende con caras nuevas justo cuando creíamos que ya nos era familiar, los sucesos del 11 de septiembre sin dudas rompieron el ya inestable piso desde el cual lo identificábamos e imaginábamos sus posibles futuros. ¿En qué forma los eventos desencadenados por los ataques en Nueva York y Washington iluminan la configuración mundial del poder? ¿Cómo se constituyen las diferencias geohistóricas y culturales en la actualidad? ¿Cómo representar el presente?
“En las condiciones del mundo contemporáneo, la seguridad de las naciones, e incluso de los propios individuos, rebasa el marco de su prioridad tradicional —entiéndase el problema militar— al que ha estado circunscrita desde su surgimiento y, en consecuencia, adopta una connotación global que depende no solo de la falta de violencia y la prevención eficaz o la eliminación de la agresión, sino también del mejoramiento de la capacidad para responder a las necesidades básicas del ser humano y de la sociedad. En esa extensión de las prioridades de seguridad se desenvuelve el imperialismo actual, el cual, a la par que conserva sus rasgos tradicionales como fase superior del capitalismo, incorpora, con inusual fuerza, la transnacionalización económica, en medio de un indetenible proceso de globalización dispar e insostenible para la mayoría de las naciones…”
“Los peligros e inmensos sufrimientos provocados por todos los intentos de solucionar arraigados problemas sociales por medio de intervenciones militaristas, en cualquier escala, resultan evidentes. Pero si examinamos más de cerca la tendencia histórica de las aventuras militaristas, se hace aterradoramente claro que muestran una intensificación aún mayor y una escala siempre creciente, desde enfrentamientos locales y dos horribles guerras mundiales en el siglo XX, hasta la posible aniquilación de la humanidad, cuando llegamos a nuestros tiempos…”
“Para los conservadores, el 11 de septiembre brinda un contrapeso imperial al triunfalismo mercantil de la época de Clinton, y una oportunidad para crear una cultura política internacional e interna que signifique algo más que el dinero y los mercados. Pero ese imperio que han vaticinado puede que no brinde tan fácil solución a los retos políticos y culturales que afrontan los Estados Unidos desde que terminó la Guerra fría. Ya el imperio norteamericano venía tropezando con enormes obstáculos en el Medio Oriente, que daban justamente la medida de cuán escurridiza era en verdad la idea que primaba en los nuevos imperialistas: que los Estados Unidos podían regir el curso de los acontecimientos y hacer la historia. Internamente, la renovación política y cultural que muchos esperaron como consecuencia del 11 de septiembre no se está logrando fácilmente, en manos de una ideología de libre mercado que a todas luces no se debilita…”
“Hay varios aspectos de la liberalización económica orientada hacia el mercado y la globalización imperialista adversos para los trabajadores. Algunos de los procesos económicos y sociales desencadenados por el mercado también poseen otras consecuencias negativas. En especial, generan o acentúan tendencias de fundamentalismo y sectarismo, que provocan conflicto y violencia, sobre todo contra las mujeres y los grupos sociales más vulnerables. Es evidente que los procesos de concentración y centralización del capital, así como la internacionalización de la producción, se han incrementado mucho, con varias implicaciones de importancia.…”
“¿Es la globalización un proceso socialmente neutro, capaz de homogeneizar todas las economías nacionales del planeta, y que descansa, en lo fundamental, en la implantación acelerada de los adelantos de la ciencia y la tecnología en el ámbito mundial?, ¿o, por el contrario, es parte consustancial del desarrollo desigual y deformado del capitalismo y, especialmente, del imperialismo? Este ensayo indaga cuál es el lugar histórico en que debemos colocar las complejas tendencias objetivas y subjetivas —económicas, sociales, políticas, científico-técnicas, ideológico-culturales, nacionales e internacionales— que se sintetizan en el tan utilizado, polisémico e impreciso concepto de globalización...”
“Al terminar la Guerra fría se vinieron abajo las nítidas fronteras entre los discursos ideológicos que ofrecían una visión de futuro y valores claramente diferenciados para grupos políticos y sociales. Para llenar gran parte de ese vacío, la gente se volvió hacia su «cultura tradicional», la reconstruyó o la inventó. Esta expresión ideológica de la supuesta superioridad cultural de la civilización tecnológica y científica occidental, basada en un enfoque reaccionario de la dialéctica hegeliana, enlaza, de manera paradójica, con el debate en torno al «fin de las ideologías»…”
“El fenómeno de la globalización, a partir de los países de mayor desarrollo, se convierte en un medio de difusión de los modelos de vivir y pensar de estos países. Se produce una influencia cultural –básicamente norteamericana– sobre el resto del mundo, y que encuentra resistencia en las culturas locales de numerosos países. Esa influencia abarca tanto elementos ideológicos como económicos y comerciales que invaden nuestra existencia y nuestras costumbres sociales de múltiples formas…”
“En nuestros días, los flujos migratorios son resultado de diversos factores que les otorgan un gran dinamismo. Las tendencias demográficas, los conflictos armados, los desastres naturales, las insuficiencias estructurales del desarrollo, las desigualdades de las economías nacionales, las condiciones de pobreza de amplios sectores, la falta de oportunidades laborales y, en general, el abismo cada vez mayor entre pobreza y riqueza, estimulan la movilidad de los seres humanos. Este escenario de asimetría profundiza las desigualdades en los niveles de desarrollo, aumenta la migración internacional y produce una visión conflictiva de la inmigración en los lugares de recepción, a la vez que resalta la oportunidad que supuestamente ofrece la salida de emigrantes para las sociedades emisoras y los actores de estos procesos…”
“El mundo contemporáneo es simultáneamente uno, diverso y desigual. Es uno, nos guste o no, por la «fuerza de las cosas», es decir, por esa potencia que caracteriza al capitalismo («el mercado», para llamarlo con el término vulgar, aproximativo y ambiguo mediante el cual el discurso dominante califica al sistema-mundo), de integrar, aunque sea en la desigualdad, a todos los pueblos de todas las regiones del mundo en un sistema dominado por una misma lógica dominante. Lo que llamamos hoy «globalización», o sea, esta integración, sin ser verdaderamente un hecho nuevo, es la expresión de esta realidad…”
“Imaginar el futuro de las ciudades es un pasatiempo divertido, pero inseguro. Varias incógnitas aparecen siempre: ¿cómo conservar lo diverso que asegure vitalidad y autenticidad dentro de una inexorable homogeneización? Con el incremento de la violencia interna y la amenaza del terrorismo, ¿no llegará a perderse el atractivo de la concentración de actividades y personas en las grandes ciudades? ¿Cómo preservar la identidad sin detener el desarrollo, exacerbar el aislamiento y fomentar el chovinismo y la xenofobia, y también evitar un folklorismo vacuo que termine en una oferta turística desnaturalizada? ¿La informatización y la globalización reforzarán o debilitarán el papel de las grandes ciudades? ¿La ciudad virtual ya está aquí y todavía no la vemos?...”
El texto pretende comprender cómo la globalización se está delineando en la esfera cultural, específicamente en el fútbol, que a partir de los años 30 y los 40 fue incorporado como uno de los elementos de la nacionalidad brasileña y ha sido caracterizado por sus pensadores como portador de una identidad propia que lo distinguiría frente a otras naciones. En ese sentido, cabe preguntar si, frente a un mundo globalizado, este deporte ya perdió la identificación como el «alma nacional» o si esta persiste, «sirviendo» como producto cultural brasileño (si es que podemos llamarlo así) que, por bueno, es mundialmente exportado.
“La sociedad del conocimiento es un campo de diversas interpretaciones. Para algunos, solo se ha alcanzado parcialmente; para otros, es un referente, una aspiración; y para otros más, estamos en ella plenamente, y por tanto reflexionar al respecto sería hacerlo sobre la sociedad en que se vive, con todas las múltiples variantes y complejidades que esto supone. Es también plantearse qué sociedad del conocimiento nos es relevante a nuestras necesidades, intereses y fines...”
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