“En una televisión como la cubana, se impone una gran responsabilidad para mantener la justa distancia con respecto al triunfalismo exagerado, el desmedido dramatismo por la derrota, el desprecio o denigración hacia los perdedores, o el llamado «vedettismo» de los atletas, manifestaciones muy usadas en busca de la espectacularidad, pero que no responden a los principios que se propone Cuba como sociedad...”