sábado, 23-11-2024
Félix Guerra entrevista a Cintio Vitier sobre José Martí, con interrogantes implícitas desde hace mucho y suspendidas en la atmósfera finisecular de estos años. Se descubre en el diálogo que una mayoría de respuestas debían reformularse y que las interrogantes se reformulaban incesantes en un caldo de conceptualizaciones renacentista. ¿Es la posmodernidad lo que nos impele, como ayer fue la modernidad y antes los aires de cada ciclo de la historia? ¿La posmodernidad es solo lo que afirman que es, o es además y sobre todo lo que en cada latitud se quiere que sea, agregando y relegando, interpretando y priorizando, ya que ningún post, pasado ni futuro, es producto divino o previamente definido en laboratorios sacros de pensamiento?
“Cuando Martí inicia su residencia en Nueva York, ya va cargado de concluyentes criterios acerca de los propios Estados Unidos, acerca de las repúblicas nuevas de la América Latina, y acerca, desde luego, de la relación entre ambos. Ya, desde entonces, tendrá en aquella ciudad el centro de sus actividades independentistas y de subsistencia personal durante casi catorce años, hasta que en 1895 salga, para incorporarse a través de República Dominicana, a la guerra reiniciada en Cuba el 24 de febrero de ese año, y morir en ella...”
“Los estudiosos del pensamiento martiano podemos hallar en las ideas del Maestro una fuente de inspiración y una guía en la búsqueda de respuestas a las interrogantes actuales. Sin embargo, es necesaria una advertencia. El mayor valor del estudio de una personalidad de otra época radica en conocer sus respuestas a los problemas de su tiempo, las soluciones que propuso para aquellos en sus circunstancias, la manera en que hizo frente a sus adversarios, los métodos y vías para la exposición y defensa de sus ideas. En los resultados de estas búsquedas se hallan lecciones que pueden servirnos tanto para conocer el pasado como para elegir los nuevos paradigmas…”
La historia de la recepción de la vida y obra de José Martí es muy accidentada, está influenciada por factores diversos: su condición de Héroe Nacional de Cuba y de Apóstol de la independencia, por un lado, y por otro su vastísima y valiosa obra literaria (Ette, 1995). La primera publicación de Obras de Martí (1913) resultó azarosa...
““La nación se ha hecho de inmigrantes”, escribe Martí sobre los Estados Unidos en 1886. Fue testigo de la más contundente oleada migratoria de trabajadores al Nuevo Mundo, y también palpó las contradicciones económicas y sociales de esa inmigración. Esa oleada comenzó despacio con el albor de las industrias del Norte antes de la guerra civil norteamericana y se convirtió en un verdadero estruendo una vez afianzado el destino económico norteamericano con la derrota del Sur agricultor por el Norte industrial. La mano de obra inmigrante consolidó la transformación de la economía norteamericana y Martí observó las contradicciones de esa etapa de la acumulación del capital industrial…”
“Este debate ha sido convocado por la revista Temas y el Centro de Estudios Martianos con el propósito de mover las ideas de un modo lo más abierto posible, en torno al tema de José Martí, la Revolución y el socialismo. Se enfocan algunas ideas respecto a qué es la ideología de la Revolución, qué elementos la caracterizan y de qué manera el pensamiento martiano ha estado, está o estaría presente en la ideología de la Revolución, en sentido histórico, pero sobre todo en términos de presente y de futuro.”
Se analiza la formación y desarrollo de una gran ciudad como Nueva York. El aumento exponencial de las riquezas, las construcciones y las migraciones. El estilo de vida neoyorquino provoca una variación en la representación artística. José Martí desde sus Escenas norteamericanas y John Dos Passos a través de Manhattan transfer logran captar una carrera desenfrenada por el dinero y los lujos. Alcanzan a reflejar un mural de personajes y hechos que se entrecruzan y se ramifican.
El texto llama la atención sobre los puntos de tangencia del pensamiento y el proyecto nacional de José Martí “con la fe auténtica, la que se alimenta en las páginas de la Biblia y se manifiesta en la teología judeo-cristiana, debida a la experiencia secular del “pueblo de Dios”. La liberación política de los oprimidos, junto a la justicia social y la equidad económica, es una constante en los escritos bíblicos. Toda la Biblia es un mensaje de liberación. Para ello se requiere la formación de una sociedad, de la que Él demanda unidad y armonía por caminos de amor y justicia…”
“¿Por qué la traducción y por qué Martí? A estas dos preguntas responde la autora, a partir de en una investigación inédita mucho más amplia donde aborda la utilización que Martí hizo de la traducción como puente intercultural; de su reflexión sobre esa modalidad de la comunicación interlingüística mediada y de la obra que tiene en su haber propiamente como traductor. Este trabajo –Mención en el Premio Temas de Ensayo 1998, en la modalidad de Humanidades-- recoge, de forma muy resumida, las líneas dominantes de ese tema, en una primera aproximación a la actividad traductora martiana, como fue su proyecto de divulgación cultural y sociopolítico, llevado a cabo con un propósito educativo y humanista a través de su periodismo y de sus propias concepciones sobre la mediación interlingüística.
Cuba fue probablemente uno de los primeros países hispanoamericanos, y de lo que hoy llamamos Tercer mundo, en establecer un vínculo identificador de la modernidad con el modelo social estadounidense, al extremo de que las modernas sociedades europeas apenas fueron tomadas como los ejemplos por seguir. Estos apuntes constituyen una primera y parcial reflexión acerca de los proyectos cubanos en torno a la modernidad hasta el presente, cuando no solo es imprescindible para asumirnos como nación en el mundo globalizado de hoy, sino cuando es asunto clave para el futuro del país.
“Las conmemoraciones del centenario de la última guerra de independencia (1895-1898) y el fin de la dominación colonial española en Cuba se han convertido en un factor estimulante para el adelanto de algunas apreciaciones sobre el pensamiento de los intelectuales cubanos, que constituye una opción contestataria a las aspiraciones panhispanistas promovidas por los intelectuales liberales españoles (sobre todo después de la «catástrofe» de 1898). Estas valoraciones también pertenecen a un proyecto investigativo más amplio y complejo, en el cual se intentará una reconstrucción de las problemáticas en que se vincularon los intelectuales cubanos y españoles entre 1860 y 1939…”
El objetivo de esta mesa redonda, convocada por Temas, es reflexionar sobre cómo se produjo, en el período de 1902 a 1958, la recepción martiana. Los participantes reflexionan sobre el modo en que los hombres del siglo XX conocieron la obra de José Martí; la forma en que influyó en el pensamiento político cubano y en buena medida en el pensamiento social, y la cultura artístico-literaria, y el uso que se hizo de Martí en la praxis política.
“Cuando hablamos de la cultura del consumo nos referimos, por lo común, a dos tipos de prácticas sociales: los hábitos de los usuarios que conforman su demanda y, en un sentido más amplio, la mentalidad que acompaña a las sociedades cuya construcción de identidades gravita en torno a los significantes, mitos y proyecciones que el mercado posindustrial provee. El presente artículo trata de dar cuenta de algunos rasgos del nacimiento de esta segunda acepción en el contexto norteamericano de finales del XIX, de la mano de algunas de las visiones que un analista de excepción —el José Martí corresponsal de varios diarios latinoamericanos—, acuñó de manera tan crítica como brillante…”
Reseña crítica del artículo «El abrigo de aire», de Antonio José Ponte, publicado en la revista Encuentro de la Cultura Cubana (Madrid, 2000)
“Si «El abrigo de aire» hubiese intentado una desacralización de Martí según la tesis de «no levantar estatuas para que no se nos pierda el hombre en el mármol», podría haberse asumido como un punto de vista, discutible o no, en la siempre difícil tarea de enfrentar el pasado. No es el caso: estamos ante un intento de banalización de la figura más importante de la historia de Cuba y de uno de los pensamientos más trascendentes de nuestro continente. Un intento que, por lo magro de sus argumentos y la brevedad del análisis, resulta ridículo…”
En ocasión del aniversario 150 del nacimiento de José Martí, Temas entrevistó a Armando Hart, dirigente histórico de la Revolución, antiguo ministro de Educación y de Cultura, actual director de la Oficina del Programa Martiano. Su visión sobre la historia de las ideas, el conocimiento social, la fe y la cultura del socialismo, junto a otros problemas, ofrece un testimonio excepcional.
“Es posible referirnos actualmente a la validez de las ideas de José Martí acerca del ordenamiento republicano de las naciones no porque él se propusiera elaborar un modelo o patrón al cual debía ajustarse la realidad cubana y latinoamericana de su época, sino porque plasmó en múltiples obras escritas —artículos, crónicas, discursos, documentos programáticos, cartas— su concepción acerca de la etapa inmediatamente posterior al logro de la independencia de su país natal del dominio colonialista español…”
La autora de este artículo se interroga sobre las relaciones entre literatura y periodismo, a partir de una revisión de notables escritores cubanos que ejercieron la creación literaria y el periodismo, como José Martí, Julián del Casal y Rubén Darío, entre otros.
En el presente texto se centra la atención en algunas de las características de la república pensada por José Martí, que sería fundada después de la guerra de liberación, concebida y preparada por el Partido Revolucionario Cubano, por lo que el más importante de los aspectos que tratar es la definición de dicha organización, fundada por él, lo que implica precisar sus objetivos.
José Martí vivió en tiempos de transformaciones tecnológicas espectaculares, en tiempos de grandes avances científicos, los cuales siguió de cerca y buscó la manera de dar a conocer en «nuestra América». Desde su posición ética, comprendió la importancia de tales adelantos, pero estos debían ser puestos en función del bien de la humanidad. La ciencia y su desarrollo no podían ser coto de privilegiados, sino estar al servicio del ser humano.
Profundo conocedor de su pueblo, ideólogo consagrado e imprescindible por su aporte a la conformación de la identidad nacional de Cuba, José Martí no solo soñó una República cordial «con todos y para el bien de todos»: el Apóstol, a partir de su misión de unidad y en su urgente labor en pos del advenimiento definitivo de un estado-nación cubano independiente, contribuyó a la forja de un notable arquetipo, al cual se avizoró como protagonista permanente de nuestro proceso identitario. Tales rasgos suelen ser perfectamente visibles a lo largo de su obra en el periódico Patria, cumbre intelectual del Martí periodista, político y revolucionario. El presente texto discurre por esos cauces de la ideología martiana en el contexto de su labor periodística, siempre subordinada al proceso de construcción de la nación cubana.
Este texto intenta apreciar la labor de José Martí en el mensuario La América a partir de los rasgos generales del proceso de modernización de la prensa. Igualmente explora el entramado periodístico de la época y como este fue visto por los modernistas, quienes suelen desdibujarse en muchos análisis sobre tales contextos.
El examen de tres grandes poemas de Versos libres permite demostrar que José Martí lleva al más alto grado estético una poesía de lamento que expresa la angustia, el duelo y el hondo dolor existencial que experimentó ante lo que llamó «la esclavitud de los hombres» tanto en el plano histórico social como en su condición ética y su esperanza radical en la redención humana.
El ensayo intenta reflexionar sobre el tema de la tiranía en José Martí. Con la ayuda de obras de arte que él describió se acerca a la psicología del dictador y al papel arriesgado, pero trascendente, de aquellos que se enfrentan al abuso de poder.
El tratamiento de la impronta krausista en la cultura cubana ha tenido por lo general el objetivo de demostrar su inexistencia o la precariedad de sus manifestaciones, tipificándose por una posición subjetiva adversa al reconocimiento del influjo krausista en figuras paradigmáticas de nuestra historia política y cultural. Proliferaran en la historiografía del tema tópicos y estereotipos deformantes como el que percibe a Krause como un mediocre epígono de la Filosofía Clásica Alemana, místico y nebuloso. Desde las perspectivas que configuraba la referida valoración de Krause, se estima inadmisible que sus ideas hubieran podido dejar su impronta sobre el pensamiento de un Luz y Caballero, o un Martí; en el examen de la presencia del krausismo en el pensamiento de este último es que se centra el artículo.
Realizar la edición crítica de las obras completas de un autor determinado es un método idóneo para llegar a conocerlo profundamente. Una edición crítica es una aproximación totalizadora al autor, su obra y su tiempo. El nivel de complejidad de este proceder investigativo, su enfoque interdisciplinario, nos lleva al trabajo en equipo. En este artículo se valora la experiencia al respecto en la edición crítica de las Obras completas de José Martí.
En este acercamiento se muestra los orígenes y maduración de las tesis de José Martí sobre la historia de las dos Américas, su aplicación a la revelación de las causas de sus diferencias y la explicación del lugar que la historia reservaba a cada una; así como, el lugar que ocupan en el debate historiográfico de entonces y en la formación del concepto de segunda independencia de Nuestra América.
“El americanismo que se desprende de la obra de uno de los intelectuales hispanoamericanos más universales de la segunda mitad del siglo XIX, el cubano José Julián Martí y Pérez (1853-1895), estuvo en gran parte determinado por una peculiar visión del mundo y del ser humano, tal como se evidencia en toda su obra. Tres principios básicos constituyen la base de su cosmovisión: la unidad, la analogía y la armonía universal. A raíz de la coherencia que mantuvo con su peculiar visión del mundo y del ser humano, el americanismo de José Martí asumió un tono nítidamente universalista…”
“Siguiendo el enfoque de algunas recientes investigaciones sobre Martí, centraré mi atención en cuestiones más terrenales, como su genio político, su discurso y sus empeños, en un intento de ordenamiento de algunos de los elementos claves de su visión y filosofía políticas. En oposición a aquellas interpretaciones que ven a Martí fundamentalmente como estratega y organizador político, argumentaré que hay una base ontológica en la filosofía política de Martí, específicamente una que se fundamenta en su estudio de la filosofía post-kantiana en la década de 1870. Mi propuesta es que, a medida que el pensamiento martiano maduraba en las siguientes décadas, ese pensamiento puede considerarse compatible con un enfoque de la filosofía política y social a partir de la izquierda hegeliana, aunque no estrictamente circunscrito a él…”
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