jueves, 21-11-2024
El documento explica los viejos y nuevos temas que el movimiento indígena en América Latina enfrenta en el contexto tanto de gobiernos con políticas neoliberales o progresistas. El eje del análisis de las actuales formas de colonialismo presente en estos dos tipos de gobiernos que refuncionalizan y reinventan modos de explotación, extracción, despojo de territorios, destrucción de recursos e incluso bienes colectivos de poblaciones indígenas u originarias con el objetivo principal de acumular capitales. Ante la situación actual, el movimiento indígena en América Latina, como sujeto político heterogéneo produce nuevas plataformas y estrategias comunes de lucha para minar cada ciclo de opresión en la necesidad de desarrollar la sociedad bajo la condición de minimizar el cambio de la estructura social.
Este estudio es parte de un esfuerzo más abarcador por determinar las políticas de la representación visual, y su relación con el discurso, en el contexto de la modernidad; investiga la relación entre el discurso colonial, asociado con la iconografía temprana de las Américas, y las formas contemporáneas de representación de los pueblos indígenas y los mestizos (etnicidad híbrida) en las fotografías noticiosas y los anuncios televisivos de los Estados Unidos. El análisis se concentra en la persistencia y relativa importancia de las prácticas culturales del primitivo período colonial en la perpetuación de las relaciones (neo)coloniales, así como su influencia en la articulación de contradiscursos en un sistema transnacional globalizado.
“Desde 1898, con la primera intervención, la Enmienda Platt y posteriormente con la de 1906 y la injerencia por memorándums a partir de 1921, el pueblo cubano sentía escamoteada su independencia. Desde el principio, los políticos e ideólogos norteamericanos intentaron absorber a la Isla, no solo su economía, sino también su cultura, y en ello el idioma tenía una importancia vital. Nunca prosperó el bilingüismo en nuestro país, por lo arraigado de la tradición hispana. El mantenimiento del español formaba parte de la lucha por la nacionalidad y contra la anexión a los Estados Unidos…”
A lo largo del siglo pasado, el movimiento sionista construyó el proyecto colonial de asentamiento más sofisticado de nuestra época: el Estado de Israel. El nacimiento violento de Israel en 1948 y la subsiguiente colonización de toda la tierra de Palestina después de la guerra de 1967 son reflejos de los éxitos del sionismo en el cumplimiento de sus ambiciones en Palestina. No obstante, si bien este proyecto colonial continúa sin cesar, está enmarañado, ha sido incapaz de alcanzar el punto máximo de exclusividad judía en la tierra. El colonialismo de colonos sionista, como sugieren sus precedentes históricos, se basa fundamentalmente en la lógica operativa de «eliminar al nativo» y no marginarlo o convertirlo en una minoría insignificante. Sin embargo, la vibrante presencia palestina en la tierra, la resistencia cotidiana al orden colonial y la firme adhesión palestina a sus derechos son obstáculos estructurales para la realización final del «sueño sionista». A pesar del implacable poder y dominación colonial de Israel, la firmeza palestina significa que este proyecto seguirá obstaculizado e incompleto, una cuestión que puede conducir a su futura desaparición.
El pasado de Europa es un pasado imperial y colonial. A menudo se presenta como un continente cosmopolita de naciones, pero en realidad los es de proyectos nacionales respaldados por esfuerzos coloniales. Estas han incluido la emigración y el asentamiento coloniales, la desposesión, la apropiación, la extracción y la esclavización. Aunque determinados gobiernos nacionales han desempeñado un papel central ―Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, por ejemplo-, también han participado poblaciones de todo el continente europeo. En este artículo se exponen las "variedades de colonialismo" que constituyen el núcleo del proyecto europeo y se plantea cómo podría ser un proyecto decolonial de Europa. Argumento que situaría sus historias coloniales en el centro de nuestra comprensión del presente y que buscaría la reparación de las injusticias asociadas a esa historia a través de la acción reparadora poscolonial.
Este artículo examina el papel que desempeña el «imaginario» del imperio que Alemania perdió en 1919 en la extrema derecha alemana contemporánea y, especialmente, en su principal expresión, la Alternative für Deutschland (AfD). Se centra en la importancia simbólica de las antiguas colonias en el suroeste de África / Namibia y el este de África / Tanzania y de las conexiones del «imperio informal» alemán con Sudáfrica. Destaca que la AfD se basa en un considerable legado de activismo político en relación con África, que se remonta al nacionalismo colonial revanchista de la era de Weimar, la red global de la «Organización en el Exterior» del Partido Nazi y el populismo de posguerra de Franz Josef Strauss. Los ideólogos de la AfD glorifican los logros del Kaiserreich y subrayan que Alemania no tiene nada de lo que avergonzarse en relación con su historial en la era colonial. El artículo también muestra cómo la AfD se presenta a sí misma como defensora de la minoría alemana en Namibia y de los sudafricanos blancos, cuya posición se representa como una advertencia de lo que ocurre cuando los blancos permiten que los «otros» raciales alcancen el poder político.
“El fenómeno de la globalización, a partir de los países de mayor desarrollo, se convierte en un medio de difusión de los modelos de vivir y pensar de estos países. Se produce una influencia cultural –básicamente norteamericana– sobre el resto del mundo, y que encuentra resistencia en las culturas locales de numerosos países. Esa influencia abarca tanto elementos ideológicos como económicos y comerciales que invaden nuestra existencia y nuestras costumbres sociales de múltiples formas…”
(Entrevista con Gianni Vattimo, profesor de Filosofía en la Universidad de Turín, Italia)
“El lector de estas páginas se percatará de que los tópicos abordados recorren precisamente hitos importantes de su obra, que él explica y contextualiza con claridad. El entrevistado entra de frente, o apenas roza a veces, temas altamente polémicos. La presencia de estos asuntos no es un hecho fortuito, ni el resultado de la dinámica imprevisible del diálogo, sino parte esencial del propósito de esta entrevista”.
La hegemonía brasileña ha cooptado el samba y el funk –ritmos de origen popular y de resistencia, que tienen impactos políticos-- por medio de los procesos propios de la modernidad/colonialidad y la apropiación cultural. El objetivo de este ensayo es mostrar cómo los gobiernos brasileños se han apropiado de las expresiones de la cultura popular para la creación de un discurso para el interior y de una imagen para el exterior, como recurso de unidad endógena y de industria cultural exógena, instrumentos para el desarrollo de las élites del país en términos económicos y sociales
“En el mundo poscolonial, solo un conocimiento profundo de la economía política y de la historia permiten comprender en toda su magnitud la epidemia moderna de SIDA y tuberculosis en Haití y otros países. El surgimiento y prevalencia de estas epidemias en Haití, se originan en el efecto nocivo de la expansión europea en el Nuevo mundo, así como en la esclavitud y el racismo asociados a ella. Una antropología sincrética y adecuadamente biosocial de estas y otras plagas nos permite ver más lejos y observar, por ejemplo, su estrecha asociación con la pobreza y las desigualdades sociales. Mi objetivo no es elaborar una gran teoría, sino más bien analizar cómo el concepto de violencia estructural puede insertarse en la antropología y en otras disciplinas interesadas en comprender la vida social moderna…”
Este artículo se ocupa del presente y el pasado reciente de Timor-Leste, pero tambien analiza dos factores históricos notables que contribuyen al estudio de los desafíos que debió enfrentar el país después de la independencia. Uno de ellos se refiere al legado del dominio colonial e indonesio en la organización social, la economía y la cultura nacionales. El otro tiene que ver con los acontecimientos y las consecuencias del lugar que ocupan los nacionales de Timor Oriental en el proceso de descolonización, incluida la breve guerra civil ocurrida en agosto de 1975.
“La política exterior de la Revolución cubana desde el triunfo del 1 de enero de 1959, ha estado íntimamente relacionada con la lucha por la liberación de los pueblos africanos en sus batallas contra la dominación colonial y neocolonial, impuestas durante siglos por las diferentes metrópolis. Cercada por agresiones, amenazas, presiones de todo tipo, bloqueo económico, atentados, acciones desestabilizadoras e invasiones mercenarias provenientes de los Estados Unidos, Cuba logró sortear todos esos obstáculos y, a la par, ofrecer su ayuda desinteresada a más de cincuenta naciones africanas en aras de su liberación, primero, y del desarrollo económico y social, después. La pequeña isla tuvo una especial participación en el enfrentamiento directo contra las tropas del régimen del apartheid en Sudáfrica, con lo que contribuyó a su posterior derrocamiento…”
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