sábado, 15-02-2025
“Las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos abarcan mucho más que las relaciones entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos y sus respectivas políticas exteriores. A menudo se hace caso omiso de las relaciones entre cubanos y norteamericanos. Una comprensión más abarcadora de esas relaciones requiere un estudio de los lugares y circunstancias en que cubanos y norteamericanos las establecían, tanto en Cuba como en los Estados Unidos, de sus consecuencias para la historia de Cuba y de su influencia sobre las actitudes políticas, valores sociales y formas culturales cubanas…”
“Al período de guerra fría, sustentado en una configuración bipolar de fuerzas dominada por superpotencias que encabezaban dos coaliciones de Estados, le sucede una etapa signada más bien por el desorden, cargada de nuevos peligros, en un contexto fluido que parece desbordar toda capacidad de previsión. No estamos ante un «nuevo orden mundial», sino ante una muy complicada etapa de recomposición o reestructuración de las relaciones internacionales, que, en más de un sentido, marca el inicio de una nueva era histórica…”
“La tendencia a la globalización de la vida económica y política y, con ello, de las relaciones internacionales que hasta hace poco eran esencialmente interestatales, ha generado un recurrente cuestionamiento con respecto a la virtual pérdida de poder del Estado-nación. En el ámbito intelectual, el problema de la regionalidad y de la nación en América Latina no es nuevo, ni un correlato de la complejidad del momento actual. En ambos casos, existe ya una tradición de pensamiento en esta parte del mundo, aunque con diferencias y puntos de vista polémicos. Por tanto, habría que considerar ese precedente y plantearse la problemática a tono con los tiempos que corren, no solo por ser un imperativo de nuestra época, sino también de la propia ciencia…”
“Metafóricamente hablando, los soviéticos eran para nosotros algo así como el hermano mayor cuyos bíceps nos hacen sentir orgullosos del parentesco, por enclenques que seamos. Cuando solo podíamos soñar con viajes al cosmos y con la energía nuclear, ellos ya los tenían. Y para los habitantes de una islita casi en el traspatio del imperio del dólar, eso vale mucho. Aunque sea, como dirían los psicólogos --¿o eran los economistas--, en forma de capital simbólico. Las huellas históricas de la presencia de la Unión Soviética en este proceso nuestro no las discute nadie. Sobre todo en los primeros años, la supervivencia de la Revolución habría sido problemática sin la mano que nos echaron…”
Este comentario se enfoca en dos textos centrales para profundizar en la temática vinculada con el Caribe, sobre todo en una coyuntura mundial de reformulación geopolítica y geoeconómica, caracterizada por la hegemonía estadounidense, y en la ruta hacia la construcción de una nueva arquitectura global. Se trata de El Caribe: región, frontera y relaciones internacionales, libro coordinado por Johanna von Grafenstein Gareis y Laura Muñoz Matta y La ayuda militar como negocio: Estados Unidos y el Caribe, de Humberto García Muñiz y Gloria Vega Rodríguez. Ambas obras aportan enfoques multifacéticos que se complementan en el tratamiento de la problemática caribeña.
“La evolución de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, a partir de principios de los años 90, es un asunto importante desde el punto de vista estratégico porque, en el contexto de la globalización, podría implicar una modificación potencial de las relaciones de fuerza a escala internacional. Esta es la hora de la reconquista o de la consolidación de los mercados. Los intereses económicos, financieros, comerciales de los Estados Unidos y los de la UE se oponen en el continente latinoamericano, aunque sus estrategias y su orientación neoliberal sean, en el fondo, equivalentes…”
“La caída del muro de Berlín y la subsecuente implosión de la Unión Soviética tuvieron un efecto negativo para la Cuba revolucionaria. En términos de las relaciones México-Cuba, la confluencia de administraciones particularmente conservadoras en México --Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox--, la creciente importancia de las relaciones comerciales México-Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio (TLC), así como los intentos de los Estados Unidos de buscar un «cambio de régimen» en La Habana, se conjugaron para afectar radicalmente el carácter tradicional de las relaciones entre ambos Estados. En particular, ha habido un enorme cambio en ellas durante la actual administración, aunque el TLC representaba en sí mismo un cambio fundamental en la política exterior mexicana…”
“La explosión de la emigración-inmigración ha tomado por sorpresa a ciudadanos, funcionarios gubernamentales, demógrafos, partidos políticos e incluso sistemas sociales. Cuando se trata de analizar este fenómeno internacional, la opinión pública permanece entrampada en conceptos, modelos y supuestos del siglo XIX. No obstante, últimamente abunda la percepción de que las migraciones constituyen un componente de las políticas internacionales de los países. El impacto de las migraciones en las relaciones internacionales ha comenzado a investigarse. En menor grado, se examina el impacto de las migraciones sobre las relaciones multilaterales y los movimientos de cooperación e integración…”
“El Caribe es el escenario natural e inmediato de la isla de Cuba, al que pertenece por múltiples y legítimas razones geográficas, históricas y culturales. Esta certeza se vuelve más evidente al pensar el Caribe heredero de la metrópoli española; de ahí los abundantes estudios sobre los nexos que nos unen con Puerto Rico y República Dominicana. Sin embargo, los territorios del Caribe no hispano permanecen ajenos a una atención similar; por ello en estas páginas nos detendremos a explorar brevemente la relación de Cuba con este otro conjunto de naciones. El énfasis especial estará enfocado en los nexos de la política exterior cubana con el Caribe a partir del triunfo revolucionario de 1959…”
La entrada en Checoslovaquia de fuerzas militares de la Unión Soviética y otros países miembros del Tratado de Varsovia en 1968, así como los sucesos que se derivaron de este hecho, pusieron en grave peligro la seguridad de la nación cubana y sus logros revolucionarios. A cuarenta años de aquellos sucesos, habría que irse mucho más atrás en la historia para explicar juiciosamente lo que había ocurrido en Checoslovaquia y cómo repercutía en Cuba; pero, a los efectos de este artículo, el autor se retrotrae solo a los inicios de la década de los años 60 del siglo XX en la república socialista de Checoslovaquia, cuando el proceso llamado de desestalinización comenzaba a tomar un segundo aire en la Unión Soviética y en los países socialistas de Europa oriental.
“En 1972, con la integración al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), Cuba quedó incorporada a la división internacional socialista del trabajo. Los países del Consejo concentraron durante más de treinta años, el monto fundamental de su comercio exterior, y aportaron, en lo esencial, los medios financieros, la asistencia técnica y tecnológica, así como las perspectivas del futuro desarrollo económico-industrial del país…”
“A la Unión Europea se le atribuyen más virtudes de las que realmente tiene y más errores de los que comete; unas y otros pueden ser el resultado de la acción individual de algunos de sus Estados miembros, sin que sean imputables al conjunto de la Unión. Ello apunta a la relevancia que, a pesar de los avances en el proceso integracionista europeo, los Estados miembros siguen manteniendo en la toma de decisiones…”
La visita a La Habana, en 2013, del Director de las Américas en el Servicio Europeo de Acción Exterior de la UE, Christian Leffler, invitado por el MINREX de Cuba, ofreció la oportunidad para esta entrevista. En ella se recogen explicaciones, encuentros, confluencias, líneas de consistencia, desencuentros, omisiones, criterios polémicos y ciertos rasgos de eso que la filosofía europea llamó clásicamente Weltanschauung, es decir, una particular interpretación sobre el mundo y sus problemas. Dejamos al sano discernimiento del lector el juicio sobre los temas tratados y sus perspectivas, así como la medida en que recoge la voluntad de encontrar caminos haciendo uso (o no) de un manual de rutas único, el diálogo y la concertación.
“En 1968, las relaciones entre la Revolución cubana y la Unión Soviética apenas tenían diez años. Se habían iniciado en la segunda mitad de 1958 cuando las fuerzas rebeldes, en busca de armamentos, hicieron los primeros contactos con Europa oriental. En ese breve lapso, dichos vínculos pasaron por diferentes momentos: uno inicial, de sorpresa soviética, que duró hasta finales de 1960, cuando Jruschov se percató de la trascendencia histórica de lo acontecido y decidió jugarse el todo por el todo en apoyo a la joven revolución. Además, Cuba parecía la confirmación de su hipótesis de que, en las nuevas condiciones, los trabajadores de los países capitalistas podían hacer por sí solos sus revoluciones sin ayuda externa. Por si fuera poco, los barbudos de Fidel rememoraban, para los revolucionarios soviéticos, sus propios momentos de gloria…”
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