miércoles, 06-08-2025
“Las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos abarcan mucho más que las relaciones entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos y sus respectivas políticas exteriores. A menudo se hace caso omiso de las relaciones entre cubanos y norteamericanos. Una comprensión más abarcadora de esas relaciones requiere un estudio de los lugares y circunstancias en que cubanos y norteamericanos las establecían, tanto en Cuba como en los Estados Unidos, de sus consecuencias para la historia de Cuba y de su influencia sobre las actitudes políticas, valores sociales y formas culturales cubanas…”
“Al período de guerra fría, sustentado en una configuración bipolar de fuerzas dominada por superpotencias que encabezaban dos coaliciones de Estados, le sucede una etapa signada más bien por el desorden, cargada de nuevos peligros, en un contexto fluido que parece desbordar toda capacidad de previsión. No estamos ante un «nuevo orden mundial», sino ante una muy complicada etapa de recomposición o reestructuración de las relaciones internacionales, que, en más de un sentido, marca el inicio de una nueva era histórica…”
“La tendencia a la globalización de la vida económica y política y, con ello, de las relaciones internacionales que hasta hace poco eran esencialmente interestatales, ha generado un recurrente cuestionamiento con respecto a la virtual pérdida de poder del Estado-nación. En el ámbito intelectual, el problema de la regionalidad y de la nación en América Latina no es nuevo, ni un correlato de la complejidad del momento actual. En ambos casos, existe ya una tradición de pensamiento en esta parte del mundo, aunque con diferencias y puntos de vista polémicos. Por tanto, habría que considerar ese precedente y plantearse la problemática a tono con los tiempos que corren, no solo por ser un imperativo de nuestra época, sino también de la propia ciencia…”
“Metafóricamente hablando, los soviéticos eran para nosotros algo así como el hermano mayor cuyos bíceps nos hacen sentir orgullosos del parentesco, por enclenques que seamos. Cuando solo podíamos soñar con viajes al cosmos y con la energía nuclear, ellos ya los tenían. Y para los habitantes de una islita casi en el traspatio del imperio del dólar, eso vale mucho. Aunque sea, como dirían los psicólogos --¿o eran los economistas--, en forma de capital simbólico. Las huellas históricas de la presencia de la Unión Soviética en este proceso nuestro no las discute nadie. Sobre todo en los primeros años, la supervivencia de la Revolución habría sido problemática sin la mano que nos echaron…”
Este comentario se enfoca en dos textos centrales para profundizar en la temática vinculada con el Caribe, sobre todo en una coyuntura mundial de reformulación geopolítica y geoeconómica, caracterizada por la hegemonía estadounidense, y en la ruta hacia la construcción de una nueva arquitectura global. Se trata de El Caribe: región, frontera y relaciones internacionales, libro coordinado por Johanna von Grafenstein Gareis y Laura Muñoz Matta y La ayuda militar como negocio: Estados Unidos y el Caribe, de Humberto García Muñiz y Gloria Vega Rodríguez. Ambas obras aportan enfoques multifacéticos que se complementan en el tratamiento de la problemática caribeña.
“La evolución de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, a partir de principios de los años 90, es un asunto importante desde el punto de vista estratégico porque, en el contexto de la globalización, podría implicar una modificación potencial de las relaciones de fuerza a escala internacional. Esta es la hora de la reconquista o de la consolidación de los mercados. Los intereses económicos, financieros, comerciales de los Estados Unidos y los de la UE se oponen en el continente latinoamericano, aunque sus estrategias y su orientación neoliberal sean, en el fondo, equivalentes…”
“La caída del muro de Berlín y la subsecuente implosión de la Unión Soviética tuvieron un efecto negativo para la Cuba revolucionaria. En términos de las relaciones México-Cuba, la confluencia de administraciones particularmente conservadoras en México --Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox--, la creciente importancia de las relaciones comerciales México-Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio (TLC), así como los intentos de los Estados Unidos de buscar un «cambio de régimen» en La Habana, se conjugaron para afectar radicalmente el carácter tradicional de las relaciones entre ambos Estados. En particular, ha habido un enorme cambio en ellas durante la actual administración, aunque el TLC representaba en sí mismo un cambio fundamental en la política exterior mexicana…”
“La explosión de la emigración-inmigración ha tomado por sorpresa a ciudadanos, funcionarios gubernamentales, demógrafos, partidos políticos e incluso sistemas sociales. Cuando se trata de analizar este fenómeno internacional, la opinión pública permanece entrampada en conceptos, modelos y supuestos del siglo XIX. No obstante, últimamente abunda la percepción de que las migraciones constituyen un componente de las políticas internacionales de los países. El impacto de las migraciones en las relaciones internacionales ha comenzado a investigarse. En menor grado, se examina el impacto de las migraciones sobre las relaciones multilaterales y los movimientos de cooperación e integración…”
“El Caribe es el escenario natural e inmediato de la isla de Cuba, al que pertenece por múltiples y legítimas razones geográficas, históricas y culturales. Esta certeza se vuelve más evidente al pensar el Caribe heredero de la metrópoli española; de ahí los abundantes estudios sobre los nexos que nos unen con Puerto Rico y República Dominicana. Sin embargo, los territorios del Caribe no hispano permanecen ajenos a una atención similar; por ello en estas páginas nos detendremos a explorar brevemente la relación de Cuba con este otro conjunto de naciones. El énfasis especial estará enfocado en los nexos de la política exterior cubana con el Caribe a partir del triunfo revolucionario de 1959…”
La entrada en Checoslovaquia de fuerzas militares de la Unión Soviética y otros países miembros del Tratado de Varsovia en 1968, así como los sucesos que se derivaron de este hecho, pusieron en grave peligro la seguridad de la nación cubana y sus logros revolucionarios. A cuarenta años de aquellos sucesos, habría que irse mucho más atrás en la historia para explicar juiciosamente lo que había ocurrido en Checoslovaquia y cómo repercutía en Cuba; pero, a los efectos de este artículo, el autor se retrotrae solo a los inicios de la década de los años 60 del siglo XX en la república socialista de Checoslovaquia, cuando el proceso llamado de desestalinización comenzaba a tomar un segundo aire en la Unión Soviética y en los países socialistas de Europa oriental.
“En 1972, con la integración al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), Cuba quedó incorporada a la división internacional socialista del trabajo. Los países del Consejo concentraron durante más de treinta años, el monto fundamental de su comercio exterior, y aportaron, en lo esencial, los medios financieros, la asistencia técnica y tecnológica, así como las perspectivas del futuro desarrollo económico-industrial del país…”
“A la Unión Europea se le atribuyen más virtudes de las que realmente tiene y más errores de los que comete; unas y otros pueden ser el resultado de la acción individual de algunos de sus Estados miembros, sin que sean imputables al conjunto de la Unión. Ello apunta a la relevancia que, a pesar de los avances en el proceso integracionista europeo, los Estados miembros siguen manteniendo en la toma de decisiones…”
La visita a La Habana, en 2013, del Director de las Américas en el Servicio Europeo de Acción Exterior de la UE, Christian Leffler, invitado por el MINREX de Cuba, ofreció la oportunidad para esta entrevista. En ella se recogen explicaciones, encuentros, confluencias, líneas de consistencia, desencuentros, omisiones, criterios polémicos y ciertos rasgos de eso que la filosofía europea llamó clásicamente Weltanschauung, es decir, una particular interpretación sobre el mundo y sus problemas. Dejamos al sano discernimiento del lector el juicio sobre los temas tratados y sus perspectivas, así como la medida en que recoge la voluntad de encontrar caminos haciendo uso (o no) de un manual de rutas único, el diálogo y la concertación.
“En 1968, las relaciones entre la Revolución cubana y la Unión Soviética apenas tenían diez años. Se habían iniciado en la segunda mitad de 1958 cuando las fuerzas rebeldes, en busca de armamentos, hicieron los primeros contactos con Europa oriental. En ese breve lapso, dichos vínculos pasaron por diferentes momentos: uno inicial, de sorpresa soviética, que duró hasta finales de 1960, cuando Jruschov se percató de la trascendencia histórica de lo acontecido y decidió jugarse el todo por el todo en apoyo a la joven revolución. Además, Cuba parecía la confirmación de su hipótesis de que, en las nuevas condiciones, los trabajadores de los países capitalistas podían hacer por sí solos sus revoluciones sin ayuda externa. Por si fuera poco, los barbudos de Fidel rememoraban, para los revolucionarios soviéticos, sus propios momentos de gloria…”
“Al cruzar las fronteras, de Antonio Aja, es una excelente propuesta que aporta al debate en curso sobre los aspectos cardinales de las migraciones internacionales, en general, y los patrones migratorios de Cuba y los Estados Unidos, en particular. El libro es eminentemente un debate teórico, donde el autor demuestra la necesidad de nuevos enfoques y rumbos, no solo para el estudio de las migraciones…”
La cooperación bilateral entre los Estados Unidos y Cuba no fue resultado de una revaloración estratégica de las relaciones mutuas, sino más bien una respuesta a un problema particular. Los dos gobiernos socavaron nuevos proyectos estratégicos de gran importancia, aunque también acomodaron espacios para la cooperación. La retórica de las relaciones oficiales se mantuvo belicosa incluso mientras se llegaba a acuerdos concretos. ¿Por qué entonces se produjo un fracaso estratégico a pesar de los numerosos éxitos tácticos alcanzados entre los dos gobiernos? ¿Por qué desaprovecharon las posibilidades brindadas por el nuevo contexto internacional para establecer otro tipo de acuerdos bilaterales encaminados a fomentar la cooperación en asuntos prácticos? ¿Cuál es la razón de que las relaciones entre ambos países cambiaran tan poco durante las administraciones de William Clinton y de George W. Bush? ¿Desaprovecharán también Barack Obama y Raúl Castro la oportunidad que se les presenta de efectuar un cambio estratégico en las relaciones?
Cuando se traspasan las sucesivas «capas» del conflicto Estados Unidos-Cuba, persiste el residuo duro de desconocimiento y desconfianza que la hostilidad, la hegemonía, la diferencia de escala y la insubordinación han generado durante doscientos años, en coexistencia con los intensos vasos comunicantes entre ambas naciones, surgidos de la enorme proximidad geopolítica, cultural y social. Este articulo intenta sistematizar, mediante siete paradojas, algunos ejes significativos de estas relaciones, y resaltar, de manera sumaria, los elementos básicos con que estas se han construido
Este ensayo pretende responder cinco preguntas sobre la cooperación entre Cuba y los Estados Unidos en materia de seguridad y defensa. Estas son: ¿Cuál ha sido la evolución de esta colaboración desde 1989? ¿Cuál es hoy el contexto real de esa colaboración? ¿Qué es probable que veamos en esta esfera de persistir la situación diplomática actual? ¿Qué podría originar mejores relaciones? ¿Qué tipo de cooperación podría haber si mejoraran las relaciones?
La hipótesis del presente trabajo es que, en relación con los asuntos de seguridad entre Cuba y los Estados Unidos, existen varias condiciones que hacen sumamente difícil avanzar, y que el desarrollo futuro de sus vínculos requerirá de mucha paciencia y voluntad política no solo por parte de ambos gobiernos, sino de otros sujetos sociales que puedan contribuir a la normalización, lo cual no significa necesariamente la desaparición de áreas de conflicto agudo.
Este ensayo se basa en el libro Hablando con Fidel: la historia ignorada del diálogo entre Cuba y los Estados Unidos (en coautoría con William LeoGrande), publicado posteriormente.
Los cambios internacionales y los vaivenes en la política de España hacia la UE contrastan con la relativa continuidad de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos En cuanto a la UE, las dos variables en sus relaciones con Cuba han sido el pilar político y la cooperación al desarrollo, que oscilaron entre períodos de luna de miel y divorcio, mientras que los dos pilares constantes han sido la presencia diplomática y la económica.
No es extraño que las relaciones UE-Cuba hayan sido hasta hoy dominadas por un bilateralismo Estado miembro-Cuba en el cual se ponen de manifiesto los intereses reales implicados, mientras el vínculo con la UE tributa a una dimensión ideológico simbólica que no puede, sin embargo, ser soslayada.
Este ensayo no analiza cómo lograr la normalización ni sugiere hoja de ruta alguna en esta dirección; tampoco examina los actuales intercambios económicos entre los Estados Unidos y Cuba, ni las importantes consecuencias políticas de la normalización para ambos países. En lugar de ello, su propósito es explorar las posibles consecuencias económicas de tal proceso en los dos escenarios.
El propósito de este ensayo es presentar un sumario de las potencialidades más inmediatas en el terreno de las relaciones económicas entre las dos naciones, tratando de identificar vías específicas de aproximación, dejando de lado la cuestión (no menos importante) sobre cuándo y cómo se produciría un proceso de flexibilización en las restricciones vigentes, como resultado del diálogo político, o de acciones unilaterales por parte de la administración norteamericana. No se trata tanto de un ejercicio de «meteorología política», en el sentido de anticipar desplazamientos en las variables claves de las relaciones bilaterales y sus implicaciones para el entorno económico, como de una evaluación de la importancia relativa de aquellos componentes que definen las capacidades de reacción de ambas partes en lo inmediato, a partir de la experiencia acumulada.
Este ensayo argumenta que las consideraciones de política exterior continúan desempeñando un importante papel en el curso que siguen las políticas migratorias de los Estados Unidos hacia Cuba en la época posterior a la Guerra fría. Estos han priorizado la defensa de sus fronteras de la llegada desordenada de flujos masivos de cubanos durante los períodos de crisis en las relaciones migratorias.
Aunque la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano sería el paso medular para el cambio de la política migratoria de los Estados Unidos para Cuba, los elementos conocidos hasta el momento, no indican que pueda esperarse a corto y mediano plazos, o sea, entre el primer y un posible segundo mandato del presidente Obama. Cuba, por su parte, enfrenta retos significativos en el tema migratorio —en particular con los Estados Unidos— que debe asumir con objetividad y en función de los intereses de la nación, donde la seguridad nacional no puede quedar relegada a un segundo plano.
El desarrollo de las relaciones académicas y culturales entre Cuba y los Estados Unidos, después de 1959, es parte de una historia de persistencia y expansión; los logros, incluyendo la creación de un campo interdisciplinario denominado Estudios Cubanos, llaman la atención si se tiene en cuenta las incesantes dificultades a que se han enfrentado los anteriores y los actuales contactos y colaboraciones.
El presente texto analiza el intercambio académico entre Cuba y los Estados Unidos, esencialmente en el área de las ciencias sociales, haciendo énfasis en su desarrollo a partir de la posguerra fría. No se pretende agotar el tema ni realizar un detallado recuento de la colaboración académica bilateral, sino identificar momentos sobresalientes que guardan una estrecha relación con la evolución del conflicto entre las dos naciones y, en cierta medida, con el origen y consolidación de la disciplina de Estudios Cubanos en los Estados Unidos.
Este Último Jueves está dedicado a una revisión del acontecimiento histórico que significó el encuentro con la emigración cubana, a treinta años de su primera manifestación, conocido como el Diálogo del 78. Cubanos residentes dentro y fuera de la Isla intentan comprender aquel hecho histórico concreto, partiendo de las dinámicas entre el país de origen, Cuba, las características del grupo migrante y las del país receptor, los Estados Unidos.
El texto propone acercarse a un estudio de caso sobre los efectos particulares de la presencia norteamericana en la historia de la nación cubana, dada la profusión de distintos tipos de enclaves en esta área del territorio nacional, donde tuvo un profundo impacto en las estructuras económicas —expresado en las transferencias de propiedad, la industria y los medios tecnológicos, el transporte y las comunicaciones—, cuyo actor y beneficiario fue el capital estadounidense.
YOUTUBE
TWITTER
FACEBOOK
Temas es una publicación trimestral, dedicada a la teoría y el análisis de los problemas de la cultura, la ideología y la sociedad contemporánea.
(+53) 7-838-3010(+53) 7-830-4759
temas@icaic.cu
Calle 23 #1109 e/ 8 y 10. Plaza de la Revolución. CP:10400. La Habana. Cuba