“Sería un grave error desconocer o subestimar la experiencia del socialismo europeo. Es necesario estudiarla de manera sistemática, sin miedo, porque no es cierto que no tenga nada que ver con nosotros. Para probarlo, basta indagar la opinión de las decenas de miles de cubanos que conocimos, con cierto detalle, los errores que allí se cometieron. Es cierto que el socialismo cubano es fruto de una revolución interna, y que está directamente vinculado con la independencia y la dignidad de la nación, lo que no sucedía con ninguno de aquellos países. Pero también es verdad que la influencia del modelo socialista europeo se mantuvo en Cuba durante tres décadas…”