“Sobreponiendo las divisiones que antes llevaron al país a su más trágico momento institucional, las fuerzas políticas partidarias de la dictadura y los partidos de centro-izquierda acordaron la manera en que sería llevada a cabo la transición: esta se pactó. Como buena parte de los indicadores que usualmente se utilizan para medir el éxito o el fracaso de un arreglo político-institucional se relacionan con el desempeño macroeconómico, la historia se narra con un desenlace feliz. Sin embargo, paralelamente a este escenario, la cohesión social de la sociedad chilena se diluye…”