“Es preciso admitir que la globalización será lo que nosotros hagamos de ella. Podemos canalizarla, gobernarla, pues es un proceso dirigido por fuerzas económicas y tecnológicas. No podemos sucumbir ante una concepción fundamentalista de ella, sino asumirla críticamente. Es aquí donde nuestras universidades tienen un primer desafío: el análisis crítico del fenómeno, desde la perspectiva de los países del Tercer mundo…”