El artículo reconstruye el proceso de radicalización de la derecha ecuatoriana como legado histórico de un ciclo estatal hegemonizado por la izquierda populista entre 2007-2017. El análisis se detiene en dos momentos: las dinámicas de antagonismo político entre las fuerzas neoliberales y el gobierno posneoliberal de Rafael Correa (2010-2016); la captura del poder (2017-2020) y el ejercicio gubernativo de la derecha criolla bajo la presidencia de Guillermo Lasso (2021). Tal perspectiva procesual permite observar que: a) la confrontación al «populismo neodesarrollista» no siempre asumió formas extremas; y b) la radicalización se despliega de modo escalonado en diversas arenas sociales y políticas, pero tiende a acelerarse una vez que desemboca en el control del poder político.